de J.Ignacio Conde-Ruiz y Juan Rubio-Ramírez
España está en pleno proceso de consolidación fiscal. En 2011 el déficit era del 9,3% y en 2015 se ha situado en el 5% del PIB. Aunque el esfuerzo de las CCAA durante este proceso ha sido similar al de la Administración Central, la diferencia reside en como se ha conseguido. El Estado lo ha logrado principalmente gracias a la subida de ingresos, mientras que las comunidades lo hicieron reduciendo el gasto. En concreto, desde 2011, las CCAA han reducido el gasto en un 9% , mientras que el Estado lo ha hecho en un 4% y la Seguridad social lo ha aumentado en un 3%. Nos es de extrañar, por tanto, que gastos como la sanidad y la educación, que están en manos de las CCAA, se hayan reducido un 7% y un 16% respectivamente.
Fuente: Actualización del Programa de Estabilidad: 2016-2019
Las CCAA han hecho este increíble esfuerzo de consolidación fiscal con un sistema financiación autonómica sustancialmente mejorable. En primer lugar, es un sistema con una escasa corresponsabilidad fiscal. En concreto, las CCAA son responsables de aproximadamente el 32% del total del gasto (ver cuadro 2) de las Administraciones Públicas pero sólo tienen capacidad normativa sobre el 16% del total de los ingresos (ver cuadro 3).
Fuente: Avance de la Actuación Económica y Financiera de las Administraciones Públicas 2013
En segundo lugar, tenemos un sistema de entregas a cuenta y de liquidaciones que hace los ingresos de las CCAA muy volátiles. El estado adelanta los ingresos según las previsiones de recaudación (i.e. las entregas a cuenta) y dos años más tarde si la recaudación final fue superior el Estado compensa a la CCAA con una transferencia adicional, o viceversa. Esta volatilidad añadida introduce una dificultad adicional en la gestión de los ingresos de las CCAA.
Nuestro Observatorio Fiscal y Financiero prevé que las CCAA van a cumplir su objetivo de déficit agregado gracias a la liquidación positiva de 8000 millones recibida este año. Esto es una buena noticia sin duda, pero realza nuestro punto anterior de porque otros años las CCAA no han cumplido en gran medida por culpa de liquidaciones bajas, e incluso negativas.
Dado que va a ser muy difícil seguir bajando los gastos, creemos que para resolver la crisis fiscal va a ser necesario reformar el sistema de financiación. Esta reforma debe pasar inevitablemente por dar estabilidad a los ingresos de las CCAA y por mejorar la corresponsabilidad fiscal. Para lo primero urge modificar e incluso eliminar el absurdo sistema de entregas a cuenta y liquidaciones. Para lo segundo, debemos dotar a las comunidades de mayor capacidad normativa sobre su recaudación. Es pueril tener un sistema en el que las CCAA son responsables de gestionar gastos tan sensibles como la Sanidad y la Educación y al mismo tiempo con una capacidad normativa sobre ingresos muy limitada.
Nota: esta es una versión ampliada de un articulo publicado en El País el 9 de Noviembre.