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El arte de predecir

El 16 de junio de 2010 (día de la derrota) el Consejo de Ministros aprobó el objetivo de estabilidad presupuestaria para el periodo 2011-2013 y el límite de gasto no financiero del Estado para los presupuestos de 2011.

Como la nota de prensa dice, dicho limite concreta

el compromiso del Gobierno y del conjunto de las Administraciones Públicas con la ambiciosa senda de consolidación fiscal que deberá conducir a la Administración española a cumplir en 2013 los objetivos fijados por la Comisión Europea en orden a presentar un déficit público igual o inferior al 3%.

Todo muy bonito y ambicioso.

Pero hay una cosa que no me deja tranquilo en todo esto. Para aprobar el techo de gasto para el 2011 y las proyecciones de déficit para los siguientes años el gobierno se basa en sus propias predicciones de crecimiento. En concreto el gobierno predice que el PIB caerá un 0.3 % este año y crecerá un 1.3 % el siguiente (véase la presentación que hizo Moncloa).

Estas predicciones son importantes porque dado un techo de gasto, si el PIB crece menos de lo que el gobierno ha proyectado, el déficit (al que los mercados miran hoy en día con lupa de aumento) se nos dispararía. Lo que me molesta es que (no para mi sorpresa) las predicciones del gobierno son las más optimistas de entre todas las realizadas por las instituciones más respetables de nuestro país (véase la compilación que, muy amablemente, realiza FUNCAS).

En concreto, para el 2010, la predicción media es de crecimiento negativo del 0.6 % (con un mínimo del -1 % y un máximo del -0.4 %) y para el 2011 la predicción media es del 0.5 % (con un mínimo del 0 % y un máximo del 1 %). Es decir, para los dos periodos, la predicción del gobierno es la más alta con diferencia. Un poco raro, ¿no? Además, en su nota, el gobierno también predice que la economía de nuestro país crecerá al 2.5 % y 2.7 % en el 2012 y 2013 más de un punto porcentual por encima de lo que predice el FMI (véase este link a las predicciones del FMI).

Es verdad que se puede argumentar que el gobierno posee más y mejor información que el resto de las instituciones (algo que creo que puede ser verdad), pero también es de cajón que el gobierno tiene incentivos a inflar algo los datos por razones obvias.

¿Como se soluciona esto? Sin querer ponerme pesado (aunque me estoy poniendo) la creación de una institución independiente a la imagen de la creada recientemente en el Reino Unido que, como una de sus funciones, se encargue de realizar predicciones con todos los datos a los que el gobierno tiene acceso y en los que basar los presupuestos futuros seria un primer paso en esta dirección.