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Déficit 2019, un año de transición

Por J. Ignacio Conde-Ruiz, Carmen Marín y Juan Rubio-Ramírez

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En este post analizaremos cómo han evolucionado las cuentas públicas con los datos de octubre recién publicados por la IGAE. En el cuadro siguiente se presenta la situación del déficit del agregado de Administración Central, Seguridad Social y de Comunidades Autónomas (CC.AA.). La Administración Central es el único nivel de la administración que presenta un menor déficit con respecto al año anterior (0,6% octubre 2019 frente a 0,7% octubre 2018). Las CC.AA. por su lado, han empeorado su déficit en 5 décimas (0,4% en octubre 2019 frente a un superávit de 0,1% en octubre 2018) y la Seguridad Social mantiene su déficit sin cambios en el 0,5%.

Por nivel de administración, la Administración Central presenta un aumento de los ingresos del 2,1% frente a un aumento de los gastos del 1,2%. El buen comportamiento de los ingresos se debe, principalmente, a los mayores ingresos por IVA (aumentan en un 2,7%) y a los mayores ingresos por IRPF (11,1%), además del aumento del impuesto sobre hidrocarburos (que se explica por la incorporación del tipo impositivo autonómico en el tipo estatal especial desde enero 2019). En cambio, la recaudación del impuesto de sociedades ha caído en 2.230 millones. Por el lado de los gastos, destaca el aumento de las prestaciones sociales (en un 9,3%) explicada por la subida de las pensiones; la remuneración de asalariados que aumenta en un 4,6% (explicado por la subida salarial del 2,5% con respecto al año anterior y la equiparación salarial de las fuerzas de seguridad con respecto a la policía autonómica); y los consumos intermedios (6,8%). En cambio, decrecen los intereses (-4,2%), las subvenciones (-12,8%) y la formación bruta de capital (-3,4%).

El déficit de las CC.AA. está afectado durante este año por la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado de 2019 que impidió la actualización de las entregas a cuenta. Este problema ha sido solventado con la publicación del Real Decreto-Ley 13/2019 del 11 de octubre que supone una actualización extraordinaria de las entregas a cuenta, aunque las CCAA no han recibido ninguna transferencia adicional hasta Noviembre. El peor déficit observado se explica por un aumento considerable de los gastos del 5,6%. Es destacable el aumento de la remuneración asalariados (por las mejoras retributivas de los funcionarios), de los consumos intermedios y del gasto social (por el aumento del gasto en conciertos de asistencia sanitaria, conciertos educativos y el aumento del gasto farmacéutico). El aumento de los recursos de financiación se sitúa en el 1,4%, el cual se explica por un aumento del IRPF (por las mayores entregas a cuenta) y las mayores transferencias entre Administraciones Públicas (procedentes de las Corporaciones Locales). En cambio, destacan la menor recaudación obtenida a través del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y a través del Impuesto sobre Hidrocarburos, como ya habíamos adelantado antes.

Tal como pusimos de relieve en el “Observatorio Fiscal y Financiero de las CC.AA: Previsiones de cierre para 2019”, de cumplirse nuestras previsiones las CCAA  van a entrar de nuevo en la senda del incumplimiento, tras 2 ejercicios (2017 y 2018) cerrando el año con un déficit inferior al permitido. Según nuestras previsiones, las CCAA terminarán el año 2019 con un déficit agregado de -0,4% del PIB, incumpliendo su objetivo de estabilidad del -0,1% del PIB.

Respecto a la Seguridad Social, hay que destacar un considerable aumento de las Cotizaciones Sociales (8,2%) debido al aumento en un 2,3% del número de afiliados con respecto al año anterior y a las diversas medidas aprobadas en el RDL 28/2018, entre las que se incluyen la elevación de las bases de cotización del régimen general aplicadas desde inicios de año. Este aumento de los ingresos de la Seguridad Social ha sido compensado por el aumento de las pensiones (5,2%), el cual, se explica por el incremento del número de perceptores en un 1,2%, por la revalorización de las pensiones en 2019 (en un 3% las pensiones mínimas y en un 1,6% el resto de pensiones) y por la diferencia entre el importe medio de las pensiones nuevas y las que causan baja.

En el siguiente gráfico se muestra cuál sería el déficit “sintético” por nivel de administración; es decir, si todas las administraciones se comportan en lo que queda de año como el año anterior. Este método no se lo aplicaremos a las CCAA donde pondremos la previsión de cierre para el año 2019 del Observatorio Fiscal y Financiero de las CCAA, antes citado.

El objetivo de estabilidad presupuestaria y que sigue vigente es un déficit del - 1,3% para el año 2019. Las cifras de déficit comprometidas con Bruselas por administración son las siguientes: i) Administración Central (-0,3% del PIB); ii) Seguridad Social (-0,9% del PIB); iii) CCLL (0% del PIB); y iv) CCAA (-0,1% del PIB)

Como resultado, el déficit “sintético” -utilizando los datos hasta el tercer trimestre) y nuestra previsión de cierre para las CCAA- se sitúa en -2,5% PIB, un punto y dos décimas peor que el objetivo de déficit comprometido con Bruselas (-1,3% PIB). El dato es incluso peor que las previsiones del gobierno, incorporadas en el Programa de Estabilidad 2019-2022, que es del 2% del PIB.

Por nivel de administración utilizando datos hasta octubre. La Administración Central presenta un déficit “sintético” del -1% PIB, el cual se encuentra 7 décimas peor que el objetivo del - 0,3%. La Seguridad Social presenta un déficit “sintético” del -1,5% PIB, 6 décimas peor del objetivo del -0,9%. Las CC.AA. tienen un déficit previsto según las previsiones del observatorio del -0,4% PIB, que son tres décimas de PIB peor al objetivo de -1,3% PIB. Finalmente, las CCLL presentan un superávit “sintético” de +0.4% del PIB, cuatro décimas mejor que el objetivo del 0%.

En definitiva, de cumplirse los supuestos detrás de nuestro “déficit sintético” y nuestras previsiones del observatorio de las CCAA, podemos decir que, el proceso de consolidación fiscal se ha frenado en el año 2019, y, lo que es más preocupante, no estamos siendo capaces de reducir el déficit estructural. Parece que en breve empezará una nueva legislatura y el nuevo gobierno se volverá a enfrentar al reto pendiente que tantas veces hemos tratado en este blog: resolver la crisis fiscal. Para ello, tal como hemos apuntado en múltiples ocasiones, será necesario implementar una reforma fiscal que mejore la eficiencia, y con ello la recaudación, de nuestro sistema tributario y un nuevo sistema de financiación autonómica que dote de mayor corresponsabilidad fiscal a las CCAA.