El Comportamiento de las Exportaciones Españolas: Algunos Resultados Más

Con motivo de la celebración del XXXV Simposio de la Asociación Española de Economía, hace unos días estuve en Madrid hablando sobre el comportamiento de las exportaciones españolas durante la década de los 2000. El punto de partida de mi charla fue mi anterior entrada en NeG en la que argumentaba (o mejor dicho proponía la hipótesis) que la alta competitividad de un reducido grupo de grandes empresas españolas juega un papel crucial para entender la solidez de las exportaciones españolas. En las últimas semanas y con la inestimable colaboración de Rubén Segura-Cayuela (del Banco de España) y de Diego Rodríguez Rodríguez (de la Universidad Complutense), he estado trabajando con algunos datos más desagregados que permiten una mejor evaluación de dicha hipótesis. Os adjunto un link a las transparencias que usé en la charla. La primera parte de la ponencia es un breve repaso de algunos avances de lo que en la anterior entrada denominé la “Nueva-Nueva Teoría del Comercio Internacional”. La segunda parte, a partir de la transparencia 33, se centra en el caso español. Cabe señalar que los resultados en esa parte son aún un tanto preliminares y que estamos a la espera de conseguir datos algo más fiables. Sin embargo, las diez principales conclusiones que se derivan de nuestro análisis son las siguientes:

1.       La robustez de las exportaciones españoles no se debe al crecimiento desproporcionado en ciertos sectores. La cuota de mercado española se ha mantenido constante en prácticamente todos los sectores manufactureros. La única excepción es el marcado incremento observado en el sector textil (véase la transparencia 39).

2.       Las empresas exportadoras españolas son más productivas que las no exportadoras y además existe gran heterogeneidad en productividad entre las exportadoras (véase las transparencias 43 y 44).

3.       Durante el período 2000-08, el crecimiento de las exportaciones fue marcadamente mayor para las empresas con más de 200 empleados que para las empresas con menos de 200 empleados (transparencia 45).

4.       Ello no es del todo sorprendente ya que, durante ese mismo período, los costes laborales unitarios crecieron más rápidamente para las empresas de menos de 200 empleados que para las de más de 200 empleados (transparencias 48 y 49).

5.       En cambio durante la reciente crisis, la caída en el volumen de exportaciones ha sido menor y el crecimiento en productividad mayor para las empresas pequeñas y medianas que para las grandes (transparencia 47 y 68).

6.       La distribución del tamaño de las empresas manufactureras españolas se aproxima a una distribución Pareto con un coeficiente igual a 1. Se puede demostrar que ello implica que el comportamiento de las exportaciones agregadas depende de manera muy desproporcionada de la evolución de la competitividad relativa de las empresas con mayor volumen de exportaciones (transparencia 50).

7.       Comparando los datos de España con los de otros países (y es aquí donde los resultados son aún preliminares), parece que los costes laborales unitarios de las empresas españolas con más de 500 empleados han crecido a menor ritmo que los mismos costes unitarios para las empresas con más de 500 empleados en Alemania, Francia e Italia, pero a mayor ritmo que las grandes empresas en el Reino Unido (transparencia 53).

8.       La robustez de las exportaciones españolas no parece estar relacionada con la expansión en mercados con tasas de  crecimiento desproporcionadamente altas (transparencias 56 y 57).

9.       La robustez de las exportaciones españolas no parece estar relacionada con la expansión en mercados con bajos niveles de competencia, donde pérdidas relativas de competitividad podrían no conllevar pérdidas significativas en cuotas de mercado. Al contrario, parece que las exportaciones crecieron más en destinos con altos grados de competencia, lo cual también podría interpretarse como evidencia de un incremento en calidad (transparencias 58 y 59).

10.   La robustez de las exportaciones españolas no parece estar relacionada con la inversión extranjera directa (IED). Al contrario y de forma un tanto sorprendente, encontramos que el crecimiento de las exportaciones tanto de las empresas con participación de capital extranjero como de las empresas con participación en empresas extranjeras fue menor que el de las empresas sin IED. Además este menor crecimiento se da para todos los tramos de tamaño de las empresas (transparencia 63, 64 y 65).

Estos resultados sugieren la importancia de la heterogeneidad intraindustrial para reconciliar el buen comportamiento del sector exterior español en términos de mantenimiento de cuotas de mercado internacionales y la reiterada pérdida de competitividad que señalan los índices tradicionales. En futuras semanas seguiremos estudiando la validez de dichas conclusiones con datos homogenizados que permitan una comparación más fiable de datos micro para diferentes países. Además, la evidencia de las empresas con participación de capital extranjero resulta intrigante y abre nuevas cuestiones de interés.

Hay 5 comentarios
  • Muy buen post.
    Una pregunta: ¿se puede deducir de su estudio que el problema de la productividad de España es la menor proporción de grandes empresas?
    Y si fuera así, ¿por qué en España hay una mayor proporción de pequeñas y medianas empresas?
    Feliz año 2011

  • No se si habeis contrastado la hipótesis, muy popular hace unos 30 años, de la relación recesión económica/exportaciones.
    La idea es que ante una recesión económica interna, las empresas tratan de vender donde sea y al precio que sea sus excedentes. Posibles formas de contrastación: ver si se exporta a paises con menor recesión que el nuestro, ver si se exporta a precios inferiores a los fijados en España.......
    KyN

  • Nos demuestra que las empresas españolas deben ganar en dimensión, nuestro tejido industrial de pymes no puede avanzar si no gana dimensión y la unica forma posible es con una mayor colaboración, con una mayor integración entre ellas.

    Por otra parte creo que España por si sola, por todos los problemas que arrastra no puede salir sola de su labertinto, debe ser con el apoyo de Europa, las pymes deben de aprender bien la lección, o bien se asocian con empresas europeas o tendran muy dificil su continuidad.

    Por otra parte Europa “ no está aprovechando las ventajas comparativas que proporciona una periferia abundante en mano de obra en la misma medida que sus competidores” segun el estudio del comercio intraindustrial de Gonzalo Escribano y Aurora Trigo.

  • La venta interna de productos textiles no ha dejado de caer desde hace bastantes años, mucho antes que la crisis de dejase notar. Desde un principio supusimos que por la bajada del poder adquisitivo y por un cambio de hábitos del consumidor. En nuestro caso, la Generalitat, esa del denostado Tripartit, hizo un esfuerzo para aunar, eliminar trabas y facilitar la apertura de las pequeñas empresas al extranjero. Al principio costó, pero creo que ahora estamos viendo sus frutos.
    La empresa pequeña, aunque más elástica, le cuesta mucho introducirse y adaptar su producto a los cambios, porque es ajena a su desarrollo. En la moda, por poner un ejemplo, no disponemos de una oficina para crear tendencias, pero sí para desarrollar nuevos productos acordes con lo que vemos en el mercado; lo que nos obliga a seguir la corriente de los más grandes con cierto éxito.

    La campaña contra los productos catalanes orquestada por cierto partido fue un aliciente, tanto para el gobierno autonómico como para las empresas. Nunca podremos agradecer lo suficiente su estupidez. Por mi parte descubrí que Toulouse y Marsella estaban tan cerca como Madrid, que a París, Zurich y Milán, se llegaba más rápido que a Sevilla. Pero lo más importante es que se nos valoraba más, pagaban mejor y no teníamos que escuchar sandeces ni soportar chistes malos, aparte que todos eran del Barça, cosa que a mí me importaba un comino; pero mira... nunca está de más.

    El problema que encontraremos en un futuro muy próximo, tanto que ya lo siento, es que si continúa creciendo la cartera de pedidos, no vamos a encontrar nadie que sepa cómo hacer funcionar la maquinaria, la poca que no vendimos a los chinos; y tampoco mecánicos que la pongan a punto.
    Hace poco me hablaron de un tipo que había quedado en paro, de confianza, experto, de cincuenta años... Me puse en contacto y le hablé de mi sistema. Parecía que le hablara en chino, para mí que se había quedado en los ochenta, no más. Es más fácil encontrar un peruano, un chileno o un ecuatoriano que sepa de Investrónica, que un español. Hace mucho que nadie invierte en el textil en este país.
    Ahora estamos muy contentos, conozco uno de mi competencia que ha doblado sus ventas con relación al año anterior, pero piensa igual, dice que ya no puede más y que tal como va el asunto, no se atreve a ampliar.

    Para exportar no debimos bajar salarios sino márgenes. En el textil, hasta los asalariados son colaboradores y la mayor parte de su salario fluctúa a razón del beneficio. Somos una multitud de empresas complementarias, tan engranadas entre sí que casi ni necesitan crédito. El dinero corre y pasa de mano en mano, dando cuatro vueltas al año como mínimo; algo que, según tengo entendido, ya hacen otros gremios. Nosotros mismos, en cuanto tenemos dinero por haber recaudado lo último de la temporada, adelantamos los pagos; así como, cuando el esfuerzo es de entregas, los mismos proveedores aceptan atrasarlos.
    Para exportar no debimos bajar la calidad de nuestro producto, sino aumentarla y cuidar el diseño para diferenciarnos de los chinos. El que tiene dinero no quiere baratijas y el que las busca, paga menos de lo que valen. A veces la diferencia no está en el precio de la materia, que muchas veces es la misma, sino en la manera de acabar el producto y su personalización. El textil es algo que se muestra y luce, y se valora más el espejo que la diferencia de seis euros.
    Los precios han bajado. No hace falta exportar para hacerlo sino solo querer sobrevivir. No vendemos más barato al extranjero. La competencia hoy es global, hay menos clientela y más exigente; por contra, es mejor y más profesional, mucho más formal, tanto aquí como allí.

    Hace unos días me llamó un amigo. Tiene una empresa de informática, instala y mantiene redes. Veinte trabajadores. El pasado año perdió dinero, el primer trimestre de este año se recuperó, pero desde la Semana Santa no paró de caer. Hace pocos días reunió a sus trabajadores. Les dijo que si estaban dispuestos a adaptar su sueldo a las circunstancias los mantendría a todos, sino tendría que despedir o cerrar. Me dijo que todos habían aceptado, preocupado porque, según él les había estropeado las navidades. Yo, que conozco algunos, sé que se las ha alegrado porque esperaban algo mucho peor.
    Lo más curioso y sin que ni uno ni otros se hayan apercibido, es que se han convertido en colaboradores. Lo mismo que podemos encontrar en los EEUU y que tan bien les ha ido para ser competitivos.

    La gran empresa con capital extranjero tiende a focalizar su mejor producción en el lugar de origen. La SEAT es un buen ejemplo, se utiliza para producir el segmento menos productivo (con menos plusvalía) y para que produzca componentes de los automóviles alemanes a un precio bajo marcado por la empresa, exportarlos a Alemania, montarlos allí y revenderlos a los españolitos a precio de tecnología germana. Para saberlo no es necesario desarrollar complejos estudios, solo hay que escuchar lo que dicen los trabajadores, los cuadros medios, los directivos, y analizar uno de sus coches. Ahora es más de lo mismo, pero multiplicado; igual que en los noventa.

  • Escéptico: creo que los índices tradicionales de productividad efectivamente reflejan el hecho que en España hay un número desproporcionado de empresas pequeñas y medianas. Como comentamos en las transparencias, puede ser que la manera en que se calculan esos índices pueda llevar a una infravaloración de la productividad agregada (al no dar suficiente peso a las empresas grandes). ¿Por qué hay tanta PYMES en España? La verdad es que no lo sé. Una posibilidad (propuesta por Rafa Doménech y co-autores en The Spanish Economy: A General Equilibrium Perspective) es que tiene que ver con un bajo nivel bajo de competencia en el mercado de bienes.

    KE y NES: No lo hemos estudiado. Por ahora nos hemos centrado en el periodo 2000-08 y sólo hemos mirado por encima los datos de 2009.

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