¿Qué aprendí cambiando cromos en el Mercado (de Sant Antoni)?

cromosLes he hablado ya de los experimentos que hago en mis clases para explicar el funcionamiento de los mercados. Hoy les quiero hablar de un mercado real, el de intercambio de cromos en los aledaños del Mercado de Sant Antoni de Barcelona, en el que me vi hasta cierto punto forzado a participar junto con mis dos hijas el fin de semana pasado. Digo forzado, pues si hubiera sido por mí, y no por el abuelo que decidió comprar los álbums, ellas nunca habrían empezado dos colecciones de cromos distintas aparentemente imposibles de terminar. Eso sí, intenté aprovechar la mañana para ver si podía aprender algo sobre un mercado que desconocía.

Lo primero que llama la atención es lo fácil que se segmenta este mercado de forma natural: el intercambio de cromos se podría producir en cualquier patio de colegio de Barcelona pero aquí se han dado cuenta de que coordinándose teniendo un único punto de encuentro en común para todos los coleccionistas, crece el tamaño del mercado y con ello su utilidad, pues es más fácil encontrar los cromos elusivos. No sólo ésto, sino que si bien en un principio uno se encuentra con una calle repleta de niños que parece que sólo intercambian cromos de fútbol, resulta que existen pequeños nichos de mercado (los cromos de la última película de Disney, los de Star Wars, los de la pesadillesca Patrulla Canina...) perfectamente localizados. Es fácil encontrar a todos los que coleccionan la mismos cromos en un grupo aislado y con ello, no perder el tiempo buscándolos entre los futboleros. Resulta además curioso que para facilitar aún más la fluidez del mercado, los principales actores llevan los cromos repetidos más valiosos  (aquellos que es más difícil conseguir) de forma bien visible en la parte superior de sus impresionantes tacos de cromos, de manera que resulta aún más fácil identificar quién tiene los cromos que a uno le faltan.

Me sorprendió igualmente lo bien que tenían interiorizado estos niños la idea de que la escasez determina los precios relativos, algo que me cuesta horrores explicar a mis estudiantes de grado. Resulta que cuando uno compra un sobre con seis cromos de fútbol, siempre incluyen uno y sólo uno de los cromos "especiales" ("brillantes" dice una de mis hijas). Precisamente por ello, al intentar conseguir uno de estos cromos especiales, los otros niños nos exigieron desde el primer momento que les diéramos a cambio cinco cromos "no especiales". Es decir, o bien nos estaban timando, o bien entendieron que esto cromos son cinco veces más difíciles de conseguir que los cromos "normales" y por ello, son cinco veces más valiosos. Por lo visto, existen unos cromos aún más difíciles de conseguir, los "balones de oro", que son tan escasos que no se intercambian....!sino que se compran directamente con dinero!  Llegué a ver intercambiadores profesionales de cromos, ya adultos, pedir hasta diez euros por un determinado cromo. ¿Qué nos enseña ésto?: que cuando en un mercado alguien tiene un bien tan valioso que no lo quiere intercambiar por lo que tienen los demás, puede surgir un mercado negro en el que se utilice otro bien (el dinero en este mercado, los cigarrillos en la cárceles....) para hacer fluir las transacciones.

Aprendí también que los mercados asignan los recursos de una forma no discriminatoria. Uno podía ver niños y niñas, más pijos y más humildes, mayores o pequeños...intercambiando exactamente los mismos cromos. Lo importante qué cromos podías ofrecer, no quién eras o de dónde los habías sacado ("Tanto tienes, tanto vales, no se puede remediar", que cantaba El Último de la Fila). También observamos que uno se beneficia más de la existencia de un mercado cuanto más rico es, puesto que tiene más posibilidades de intercambiar. Poco podíamos hacer con nuestros escasos 25 cromos "repes" ante los impresionantes tacos de 200 ó 300 cromos que portaban otros niños.  Pero aun así, a todos nos venia bien el intercambio.

Por último, me di cuenta de por qué me lo estaba pasando tan bien cambiando cromos. Recordé que precisamente uno de los pioneros en la realización de experimentos de campo, John List, se dio cuenta del potencial de realizar experimentos en mercados reales intercambiando cromos, en su caso de baseball. De hecho, pude comprobar el principal descubrimiento de List en estos mercados in situ: el llamado "efecto posesión" ("endowment effect"). Este fenómeno consiste en valorar un bien más  por el hecho de tenerlo en las manos que lo que uno realmente estaría dispuesto a pagar por tenerlo. En el mercado de cromos ésto se traduce en que hay gente a la que le cuesta desprenderse de algunos cromos (en el caso de los de Disney por estar hechos de tela en lugar de papel, en los de fútbol por ser de jugadores locales), cuando, por ser igualmente escasos que otros, les convendría hacerlo si ésto les permite hacer intercambios que faciliten el que acaben la colección. ¿Por qué tiene esto importancia fuera del mercado de los cromos? Porque en mercados financieramente más importantes, como por ejemplo el inmobiliario, la gente tiene a asignar un valor a su propia casa superior al que realmente está dispuesta a pagar por él, con lo que al no conseguir desprenderse de esa valoración, si quieren, "sentimental", están dejando de obtener posibles ganancias por no saber adaptarse realmente al precio de mercado.

Vamos, que para una mañana de domingo con dos niñas de cinco años, me quedó la cosa bastante interesante. Y mis hijas… !encantadas con sus cromos “nuevos”!

Hay 30 comentarios
  • Interesantísimo! Y por otra parte, qué recuerdos!!! Todavía guardo mi colección de cromos del Mundial México 86...

  • Después de leer esto, veo mi infancia con otros ojos, jejeje. Una pregunta, si me lo permite. En el punto en que comenta que algunos cromos son tan valiosos que se cambian por dinero, lo compara con un mercado negro. Sin embargo, ¿no podría verse mejor como el punto en que el sistema de trueque alcanza su límite, y surge la necesidad de crear una unidad de cuenta y de depósito de valor, es decir, dinero?

    • Gracias, Antonio. Hablo de mercado negro porque se empieza a intercambiar con un bien que no existe en ese mercado (estudiado aisladamente) y, por ello, no está "oficialmente" autorizado. Si bien es cierto que pensando que el mercado de cromos pertence a un mercado más amplio en el que el dinero sí existe, podríamos hablar de lo que usted menciona. La creación de esta unidad de cuenta y depósito de valor, lo que facilita es que se sigan haciendo transacciones incluso entre agentes que notienen cromos que quieran intercambiar mutuamente.

      • "facilita es que se sigan haciendo transacciones incluso entre agentes que notienen [sic] cromos que quieran intercambiar mutuamente"... Bubbles?

    • Venía a decir lo mismo. La terminología de «mercado negro» es poco acertada, sinceramente. Simplemente se implementan valores nuevos en ese espacio, lo cual poco tiene que ver con la prohibición implícita que corresponde al concepto «mercado negro». Claro que está «autorizado» (cambiar un cromo por una chocolatina podría ser perfectamente licito, no así cuando fuera algo ilícito -que no legal o ilegal-), desde el mismo momento en que no hay regla escrita, el uso o la costumbre podrían hacer que ese mercado asimilara esa transacción entre bienes de distinta especie con naturalidad cuando para el propietario, o mero tenedor, el valor de ese bien concreto supera al resto de la misma especie por sus particularidades. Que
      el articulista lo haya visto una sola vez en ese mercado, en un día cualquiera, no basta para suponer que lo contrario sea «mercado negro». Esta parte es una «econocurrencia» superlativa. El resto del artículo muy interesante y de agradable lectura.

  • Magnífico post. Me he sentido muy identificado pues los dos últimos fines de semana me los he pasado precisamente en ese "mercado central de cromos", pero en este caso en Madrid, en los aledaños del Rastro (Plaza del Campillo del Mundo Nuevo). A mí también me sobrecogió comprobar el valor de cambio - monetario- de algunos cromos (en este caso de Pokemon) y la frustración de mi hijo al descubrir que los "profesionales" y que pedían tanto dinero (que yo no estaba dispuesto a financiar, claro). Pero junto a todo lo que has señalado, para mí lo más interesante fue comprobar las impresionantes asimetrías de información que se dan en ese mercado y la importancia de ir bien asesorado. En ello estoy, tratando de entender los cromos EX de Pokemon y si los intercambios en los que mi hijo se quiere embarcar son sensatos. ¿Será que "algo" de papá Estado es indispensable?

    • Gracias, Pablo de Lora. Creo que si pregunta a su hijo, el probablemente tenga clarísimo la o que es un cromo EX y su escasez relativa. Lo que ocurre es que usted no parece tener incentivos suficientes para enterarse (ni le importan los cromos, ni está a dispuesto a pagar dinero por ellos). Cuando los incentivos son altos, es fácil que la información fluya más fácilmente, por lo que no siempre es indispensable que "Papá Estado" aporte dicha información.

    • Hola Pablo. Es complicado saber el valor de las cartas de Pokémon, dado que algunas son muy valoradas por los jugadores y sufren fluctuaciones según modas, uso competitivo, etc. Te dejo como website (link arriba) una guía de precios con todas las cartas más actuales para que te sirva de referencia.

  • Hola Pedro, muy interesante. Yo llevo años en el mercado de cromos de futbol con mis gemelos (el grande ya se retiro del mercado). Un cambio importante que he observado en los ultimos años es la consolidacion de las webs de intercambio de cromos, que también funcionan estupendamente. ¿Que influencia crees que pueden haber tenido en los precios y, en particular, en las compensaciones monetarias?
    Sergi

    • Gracias, Sergi. No me había parado a pensar en que efectivamente existen webs de intercambio de cromos... y espero que mis hijas no se enteren para que no me vuelvan loco 🙂 En todo caso, la creación de un mercado más grande en el que es más fácil intercambiar, hará que sea más fácil encontrar los cromos que a uno le faltan, por lo que mi primera intuición es que el precio al que vendan los cromos difíciles de encontrar los profesionales, tenderá a bajar.

  • Su articulo me retrotrae a mi infancia. Que tiempos aquellos... que colecciones. Futbol, ciclismo, motos. Pero hubo una que la abortaron a medias, de tecnología, porque no la compraba nadie _y nunca se pudo acabar el álbum_ mas que mi abuela para mí. Hubo otra que la prohibieron (y con toda la razon) porque tenia externalidades negativas: la pandilla basura (de pequeños nos hacia gracia pero el creador tenia que estar pero que muy enfermo...):

    https://www.google.es/search?q=coleccion+de+la+pandilla+basura&biw=1366&bih=622&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ved=0ahUKEwikz8XD0rPLAhVCVxQKHZ09BA0QsAQIGw#imgrc=ULe_8cImyGbkBM%3A

  • Pedro,
    yo llevo metido en temas de cromos unos cuantos años por mi hijo y me lo paso en grande. Como coleccionista y como economista. Las conexiones con los trabajos de List o de Lucking-Reiley son constantes. Mi sensación es que en términos de volumen el intercambio online es hoy en día más importante que el de los mercadillos de fin de semana, o los cambios del recreo (casi inexistentes). En ellos sigue primando el trueque, aunque la forma de cambiar cromos x dinero es hacerlo mandando cromos x sellos sin usar.
    Otra característica muy notable en estos mercados (tanto online como en mercadillos) es la diferenca de rol y comportamiento entre los profesionales (dealers a la List) y los niños (users).
    (Pablo de Lora, para los EX y su valor te recomiendo esto: http://www.mtgmetropolis.com/metropolistienda/show_category.asp?category=60. El resto podeis ignorarlo).

  • Recuerdo que, en mis tiempos, yo conseguía cromos como "comisionista" de otros coleccionistas, creando una utilidad de lugar. Como además de ir al colegio tenía otras actividades (clases de judo, música, ...), mis compañeros de clase me dejaban tacos de sus repetidos que yo llevaba a esas otras actividades (y viceversa), donde les conseguía los cromos que les faltaban a cambio de una módica comisión pagadera en los cromos que me interesaban a mí. Conseguí ahorrar mucho dinero de mi paga gracias a ese método.

    • !Madre mía! Así empiezan los buenos negociantes. Precisamente me preguntaba el otro día hasta qué punto a la editorial que publica los cromos le interesa localizar distintos cromos en distintas áreas geográficas para dificultar el intercambio y estimular a que se compren más sobres. Obviamente, con el mercado en internet ésto pierde sentido, pero es curioso que cada vez que me toca viajar y compro cromos en otras ciudades, me salen muchos menos repetidos.

  • Solo comentar la evolución que no se entender de los cromos. Se trata de los "cromos virtuales" de Steam (ej. http://steamcommunity.com/market/search?q=cromo)

    Cuando compras un juego y lo juegas te van dando cromos, un máximo de la mitad de los cromos disponibles para ese juego. El cromo es una imagen en color si lo tienes, en b&n si no lo tienes. Puedes intercambiar cromos con tus amigos, pero lo más llamativo es que existe un mercado de cromos (y otros items) en el que se pueden intercambiar por dinero real. Steam se queda con una comisión.

    Me sorprende la cantidad de dinero que se mueve haciendo eso...

    • Como habrá podido ver, por estos comentarios se ha pasado gente que sabe mucho mñas que usted y que yo sobre este mercado...y que parecen dispuestos a pagar bastante dinero por los cromos...

  • Pues si le parece interesante el mercado de los cromos, dese una vuelta por el mundillo de los juegos de cartas coleccionables (Magic o Pokemon tcg). Ahí la cantidad de variables a tener en cuenta se multiplican 😉

    Saludos

  • Yo de pequeño ya soñaba con el "Black Lotus" ese cromito que valia mas de 100.000 pelas de la época.

  • Y no dices nada de la venta de programas en la C/ Manso? Yo fui uno de los creadores hace 34 años... jijijiji, que tiempos cuando corriamos delante de la Guardia Urbana o los de Erbe. Recuerdo que una vez, como cabecilla del asunto, se me acerca uno de estos en plan mafiosillo de tres al cuarto y me dice... "No quiero volver a verte por el Mercado de San Antonio", a lo que yo le conteste "Pues no vayas por alli". 🙂
    Que tiempos, nos hacemos viejos.

  • Que bueno el artículo. Recuerdo que en santander el sitio de intercambio de cromos era la plaza de Pombo. Y mi técnica, como no tenía para comprar sobres era de conseguidor. Buscaba a niños que le quedasen tres o cuatro para terminar su colección. Me los apuntaba y," se los buscaba " entre los enormes tacos de otros niños. Cuando los conseguía, se los ofrecía a los niños que así terminaban su colección. Si eran niños con padre, se lo ofrecía al padre y se cerraba antes el trato. Luego era " de ley" que te diesen todos los cromos repes, que ya no necesitaban. Y así, poco a poco, tenía ya los sucientes cromos para hacer mi colección.
    Mi mejor recuerdo es acabar la colección de La guerras de las galaxias ( la primera, aunque ahora sea la cuarta) en una mañana comprnado tres o cuatro sobres. La paga no daba para más invewrsion.
    Un saludo

  • Hola Pedro,

    Me ja gustado mucho tu artículo ya que yo he estado en ése mercado muchas mañanas de Domingo en mi juventud. Aunque yo me ubicaba en la zona dónde se intercambiaban cartas de un juego llamado Magic recuerdo muchas situaciones similares a las que comentas en el artículo.

    Me gustaría comentarte un fenómeno que se daba entre los participantes en el intercambio de dichas cartas. Por un lado, las cartas de Magic son coleccionables y sirven para jugar torneos competitivos (dos razones distintas para que sean demandadas por la gente). Los pobres coleccionistas no dan a basto ya que desde 1995 la colección se va ampliando sin descanso.

    Yo no soy coleccionista y rápidamente me hice con el mazo para competir, pero aún y así cada Domingo iba al mercat de Sant Antoni a intercambiar cartas. Mi razón era muy simple, cómo he comentado antes hay varios tipos de demandantes y además, el valor de las cartas depende de muchos factores (rareza, calidad en el juego, antigüedad, estado físico de la carta, etc....) y por lo tanto era muy fàcil observar que todos los allí presentes valoravamos de una manera distinta las mismas cartas.

    Así pues, lo que hacía era una especie de arbitraje comprando o intercambiando las cartas que la gente infravaloraba para llevárselas a aquellos que por otros motivos valorban más esas mismas cartas. Nunca me hice rico pero si que me lo pasaba muy bien.

    • Por cierto, en ese mercado había gente de todas las edades y gente con distintos grados de información acerca de la valoración de las cartas, pero lo más bonito del mercado eran los mecanismos de control "social" que lo sustentaban.

      Para ilustrar este concepto me gustaría poner un ejemplo:

      Si se te presentaba un niño que había empezado a jugar la semana anterior, se miraba tu álbum y te pedía un elfo de llanowar (carta antigua que vale entorno a 1€) bien porque le gustase el dibujo o por lo que fuera y le pedías 10€ por él os aseguro que antes de 10 segundos te encontrarías rodeado de las demás personas allí presentes invitándote muy amablemente a empezar a andar por la acera en dirección opuesta y sin mirar atrás.

  • Hace unos meses fui con mi hijo al mercado que dices para cambiar 'Peppa Pig', y lo que más me llamó la atención es que solo había gente con cromos de futbol. Para cambiar los nuestros no había nadie, no se si era la hora, antes de las 12h. Los tuve que comprar a los 'profesionales' que iban con los álbums abiertos y lo que tu dices, 'que si este vale mucho, que si este es más difícil', etc...
    Ahora tendremos que volver para 'Patrulla Canina'.
    En Wallapop he cambiado bastantes, siempre 1x1, o a 0,10€ el cromo extra, como vale en los sobres. Estoy apuntado a otra web de intercambio de cromos, pero me he cansado de enviar mails para pedir cromos y luego sobres con ellos.
    Al final, creo, será como cuando eras pequeño, al mercado a finalizar la colección.

  • Yo también fui con mi hija para cambiar cromos de 'Frozen' y me sorprendió ver que frente al tradicional intercambio de 'te doy este que no tienes por otro que no tengo yo' muchos padres animaban a sus hijos a 'dale este que no tiene y coge tu otro que ya tengas pero que te guste'. Prácticamente todos los intercambios que hicimos fueron de este tipo. Completamos la colección de una manera muy rápida. Supongo que alguien empezó por un motivo altruista, pero el comportamiento se ha afianzado porque el resultado es mucho más efectivo, y los padres no tenemos que volver más veces. Todos ganamos.

  • El mercado digital se puede comparar a la eliminación de barreras al conercio exterior, pirque permite ampliar el mercado de compradores y vendedores.

    Yo colecciono autitos Hot Wheels. Sólo consigo los que me gustan.

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