Venezuela: país en crisis (parte II)

En la entrada de ayer (ver aquí) decíamos que el verdadero culpable de la severa crisis económica que actualmente vive Venezuela es el desastroso manejo de la política macroeconómica. Argumentábamos que la destrucción del marco institucional que regía la política fiscal y monetaria fue un factor determinante detrás de la dilapidación de la renta petrolera.

Ayer nos concentramos en las reformas a la Ley del Banco Central de Venezuela que resultaron en la pérdida de su independencia a partir de 2005.

Causas estructurales de la crisis II: El (des)fondo de estabilización macroeconómica

Otro hecho importante en el proceso de destrucción institucional que ha contribuido a la crisis actual es el desmantelamiento del Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM), un mecanismo creado en noviembre de 1998 por el gobierno de Rafael Caldera con el objeto de aislar las cuentas fiscales de las fluctuaciones de los ingresos petroleros. Después de 3 años, en un contexto de precios del petróleo relativamente bajos aunque crecientes, el FIEM llegó a acumular más de 7 mil millones de dólares, lo cual representaba cerca de un tercio de las exportaciones petroleras de 2001. Sin embargo, a partir de ese año, el FIEM fue sujeto a una serie de reformas legales que derivaron en su eliminación en 2003. Este fue sustituido legalmente por otro fondo de ahorro, el Fondo para la Estabilización Macroeconómica (FEM), el cual nunca cumplió su rol debido a la falta de voluntad política y un marco legal confuso. Por ejemplo, el FEM nunca llegó a acumular más de 832 millones de dólares. En 2011, este terminó de morir cuando el gobierno le echó mano a los pocos recursos que allí quedaban.

Causas estructurales de la crisis III: La nueva PDVSA y el gobierno

El gobierno de Chávez también se encargó de destruir el arreglo institucional que regía la relación entre la estatal petrolera (PDVSA) y el Ejecutivo. Esta estaba caracterizada por la autonomía en la gestión operacional y financiera de PDVSA. La nueva relación institucional diseñada por el gobierno convirtió a la petrolera estatal en una especie de agencia de desarrollo encargada de financiar un gran número de programas sociales. Esto causó un incremento significativo de los costos operativos de la empresa en perjuicio de su inversión en el mantenimiento o expansión de la producción de crudo. Como consecuencia, la producción cayó desde aproximadamente 3 millones de b/d en 2000 a 2.5 millones b/d a principios de 2016.

Causas estructurales de la crisis IV: La expansión del gasto público y la inflación

Podemos concluir que la destrucción del marco institucional vigente tuvo como objetivo centralizar la renta petrolera en manos del gobierno central. Esto permitió que el gasto público pasara de ser 25% del PIB a principios de los 2000 a ser casi la mitad del PIB en 2014.

Esta brutal expansión del gasto público ha venido acompañada desde 2009 por un enorme déficit fiscal. Este ha estado, en promedio, alrededor del 12% del PIB en ese periodo, con un pico de 17% en 2012.  Esto ha implicado, por un lado, un masivo endeudamiento que ha quintuplicado la deuda externa del gobierno y, por otro lado, el incremento acelerado de la liquidez como consecuencia del creciente financiamiento monetario del déficit. Esto ha causado la aceleración de la inflación a partir de 2013 tal como se aprecia en el Gráfico 1.

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Causas estructurales de la crisis V: Controles y regulaciones

Como mencionábamos ayer, además de la pésima gestión de la renta petrolera, otro factor que ha contribuido a la actual crisis ha sido el conjunto de políticas altamente distorsionantes que ha implementado el gobierno. Algunas de estas son los controles de precios y cambio, las regulaciones laborales, los subsidios a la gasolina y la electricidad, etc.

Sin lugar a dudas, la más emblemática y perniciosa de estas políticas ha sido el control de cambio instaurado en 2003 que aún perdura, no solo porque ha creado distorsiones enormes sino también porque ha sido un foco importante de despilfarro de la renta petrolera. Mediante dicho régimen cambiario, el gobierno ha administrado las divisas provenientes, en su gran mayoría, de las exportaciones petroleras. El ente gestor del control de cambios (inicialmente CADIVI) se ha encargado de asignar las divisas a un tipo de cambio fijado por el gobierno.

Para entender las distorsiones detrás del actual régimen cambiario es suficiente mirar el Gráfico 2. Allí se muestra la evolución del tipos de cambio oficial (preferencial), el tipo de cambio paralelo (mercado negro) y el Índice de Precios al Consumidor (IPC). En primer lugar, es claro que en un contexto inflacionario como el que ha caracterizado a la economía venezolana, cualquier tipo de cambio fijo se apreciará en término reales muy rápidamente. Eso explica la (casi) continua ampliación de la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo hasta un máximo de alrededor de 100 a 1 a finales de 2015. El tamaño de la brecha es un indicador tanto de la magnitud del desequilibrio cambiario como de las oportunidades de capturas de rentas que ofrece el régimen cambiario. Paradójicamente, mientras mayor es el desequilibrio, menor es el incentivo a desmantelar el control de cambio. Esto ha implicado más corrupción y una asignación cada vez más ineficiente de las divisas, todo lo cual ha significado el despilfarro de una buena parte de la renta petrolera.

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La economía también ha estado sujeta a otros controles que han jugado un rol muy importante en la actual crisis. Desde 2003, mediante diferentes decretos y leyes, el gobierno ha controlado los precios de bienes y servicios. En un principio, la lista de bienes y servicios sujetos a controles era relativamente reducida. Sin embargo, a partir de la Ley de Costos y Precios Justos de 2011, el alcance de estos controles se amplió significativamente. Esta ley pretendía controlar el precio de todos los bienes y servicios comercializados en el país. Sin embargo, en la práctica, su alcance se redujo a ciertos productos alimentarios, de higiene personal y del hogar. Para leer más en detalle sobre el control de precio, merece la pena leer el siguiente artículo de los economistas venezolanos Anabella Abadi y Carlos García Soto (ver aquí).

En 2014, con la nueva Ley de Precios Justos, el gobierno crea una Superintendencia de Precios Justos (SUNDDE) con el objeto de fiscalizar y fijar precios máximos acorde con márgenes de ganancias “razonables”. En 2015, el gobierno, mediante una reforma a la Ley, estableció explícitamente el margen máximo de ganancias en 30% para los productores y 20% para los importadores.

Una de las consecuencias de estos controles ha sido, como era fácil de predecir, la escasez y la pérdida de diversidad en la oferta de bienes y servicios. El Gráfico 3 muestra dos índices de escasez que miden la frecuencia con la que se encuentran en las tiendas los productos de una cesta determinada. Uno de los índices usa una canasta de alimentos y es elaborado por el Centro De Documentación y Análisis Para Los Trabajadores (CENDAS). El otro usa una canasta más amplia y es publicado por el Banco Central de Venezuela (BCV). El gráfico revela un aumento sostenido de la escasez en Venezuela, especialmente desde 2013. Además, se observa que la escasez en alimentos es peor que en otros bienes, quizás porque estos están sujetos a mayores controles.

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Hay varios factores que explican el incremento de la escasez. En primero lugar, el aumento ha coincidido con los controles más generalizados y férreos desde la promulgación de la Ley de Costos y Precios Justos en 2011. En segundo lugar, la aceleración de la inflación a partir de 2013 ha provocado que los precios máximos fijados por el gobierno se hayan quedado rezagados en relación con el aumento de sus costos. Bajo estas condiciones, es lógico que muchas empresas hayan cerrado, reducido su escala o sacado productos del mercado, todo lo cual contribuye a la escasez. La elevada inflación, conjuntamente con la depreciación del tipo de cambio paralelo, ha creado además incentivos para sacar de contrabando, principalmente hacia Colombia, productos regulados. Por esa razón, el gobierno decidió cerrar la frontera con Colombia en 2015.

Por si toda esta combinación de controles e inflación fuera poco, debemos añadirle los efectos del control de cambio. Ante la fuerte caída de los ingresos petroleros en 2014, el gobierno empezó a racionar la asignación de divisas para las importaciones, las cuales se hundieron 16% ese año. En 2015 y 2016, el FMI estima que las importaciones se han desplomado 22% y 30%, respectivamente. Este racionamiento de divisas no solo ha reducido directamente la oferta de bienes y servicios importados sino que también ha afectado a las empresas domésticas que necesitan insumos importados para producir, que son una buena fracción.

Finalmente, nuestro análisis contrasta con el discurso del gobierno que ha culpado al sector empresarial (la mal llamada “burguesía parasitaria”) de la crisis. Según la retórica gubernamental la “Guerra Económica” librada por empresarios y comerciantes está detrás tanto de la escasez como de la alta inflación. Por un lado, el gobierno culpa a los empresarios de producir poco y acaparar para generar escasez. Por otro lado, según la narrativa oficial, la inflación es culpa de las prácticas especulativas de empresarios y comerciantes para generar ganancias extraordinarias a costa de los trabajadores. Esto coincide con la Ley de Precios Justos de 2014 y 2015 que profundiza el control de precios y busca regular las ganancias.

Para una completa descripción de la narrativa oficialista de la Guerra Económica, merece la pena leer, si no tiene nada que hacer, el panfleto “22 claves para entender y combatir la guerra económica” publicado por el ex ministro de Economía Luis Salas (ver aquí). Lo que está ahí escrito se cae por su propio peso.

 

Hay 11 comentarios
  • Tremenda la caída de la productividad de la petrolera PDVSA. 1999-2013: multiplica por 3 el número de empleados y su producción cae un 25%, además de disparar su endeudamiento (de 4.000 millones de $ en 2000 a más de 100.000 millones desde 2013):
    http://www.economist.com/node/7270301

  • Manuel, muchas gracias por una descripción tan clara de las causas de los problemas económicos de un país tan rico en recursos naturales. Ni la 'burguesía parasitaria' ni nadie más tiene muchos incentivos para crear o mantener empresas a la vista de la enorme inseguridad jurídica que revelan las políticas que describes. ¿Qué importancia le otorgas a las decisiones de expropiación de empresas privadas?

    • Samuel, gracias por tu comentario.

      Creo que las expropiaciones han tenido un efecto de primer orden en la situación actual. No solo han destruido empresas productivas y empleo sino, como mencionas, han desalentado la creación de nuevas empresas e incluso fomentado el cierre de otras. Un ejemplo emblemático de cómo las expropiaciones han destruido empresas perfectamente funcionales y altamente productivas es el del complejo agroindustrial Agroisleña (http://www.innovaven.org/quepasa/agronot9.pdf).

      Esto lógicamente ha contribuido al desastroso desempeño de los sectores no petroleros durante los últimos años, lo cual ha tenido un impacto sobre los niveles de escasez actuales tanto directa como indirectamente. El efecto indirecto viene por las presiones adicionales sobre el actualmente reducido stock de divisas que el gobierno asigna a través del ente gestor del control de cambio debido a que ahora muchos bienes finales e intermedios deben ser importados.

      Si no lo mencioné fue porque mi entrada ya se estaba haciendo demasiado larga. En realidad la última sección debería llamarse "Controles, regulaciones y expropiaciones".

      Así como no mencioné las expropiaciones, tampoco hablé de otro factor que, en mi opinión, ha tenido un efecto de primer orden sobre el desempeño de la economía durante los últimos años. Este es el conjunto de regulaciones laborales levantadas por el gobierno de Chávez con la promulgación de la Ley del Trabajo en 2012.

      Tanto las expropiaciones como las regulaciones laborales dan para una entrada completa cada una.

      • Manuel, sería muy interesante que en una entrada futura nos contaras lo sucedido en el área de las regulaciones laborales. A la vista de la experiencia española creo que, lamentablemente, se aprende mucho de los casos patológicos.

  • Muchas gracias, Manuel, por los artículos tan esclarecedores. Al leerlos no pude evitar pensar en el paralelismo entre los que ha pasado en Venezuela y lo que estaba pasando en Argentina durante el último gobierno de Cristina Kirchner. Los moldes del diseño de la política económica son muy similares, aunque en el caso argentino las rentas procedían básicamente del sector exportador agrícola, menos susceptible del control político que PDVSA. La pregunta que te formulo tiene que ver con el rol de la oposición. Ante este descalabro económico, ¿cuáles fueron las alternativas económicas que la oposición puso sobre la mesa? Si pudo poner alguna... ¿Y cuál podría ser el modelo de salida de la crisis actual?

    • La salida de la crisis actual requiere un conjunto de medidas muy amplio que es difícil explicar aquí. Sin embargo, hay un consenso en cuanto a lo fundamental. En primer lugar, se deben desmontar los controles de precios y cambio, lo más rápido posible.

      En segundo lugar, se debe reducir el déficit fiscal y acabar con el financiamiento monetario del mismo. Eso implica, por un lado, incrementar los ingresos fiscales, lo cual incluye aumentar significativamente el precio de la gasolina, ajustar tarifas de servicios públicos como la electricidad, agua y telefonía, aumentar el IVA, entre otras cosas. Por otro lado, implica recortar el gasto público. Sin embargo, esto puede resultar un reto en el corto plazo porque una buena parte del presupuesto se va en el pago de remuneraciones de empleados del sector público. Además, es posible que el gasto social deba aumentar para implementar en el corto plazo un sistema de transferencias de protección a la población más vulnerable durante el proceso de ajuste macro en medio de una crisis tan profunda como la actual. Otra medida que puede aliviar el déficit fiscal es la privatización de empresas públicas deficitarias. El aporte fiscal de la estatal petrolera PDVSA también podría aumentar si esta se limita exclusivamente al negocio petrolero y no a gestionar programas sociales de dudoso retorno.

      En tercer lugar, en el marco de un programa de ajuste serio y creíble, es imperativo recurrir a los organismos multilaterales como el FMI y Banco Mundial. Además, sería conveniente iniciar un proceso ordenado de reestructuración de la deuda pública, sobre todo la deuda externa que alcanza alrededor del 100% del PIB. Esto aliviaría no solo la restricción fiscal en el corto plazo sino también la restricción externa en un contexto de precios del petróleo moderados.

      Otras medidas importantes, aunque más estructurales, tienen que ver con la desregulación de los mercados de trabajo y financieros.

      Me estoy quedando corto, pero creo que esto sería lo más inmediato.

      En cuanto a la visión de la oposición, déjame empezar por decir que allí existen muchos grupo con visiones e ideologías diferentes e incluso contrapuestas en muchas ocasiones. Sin embargo, creo que la oposición en su conjunto está de acuerdo en que este sistema de controles y regulaciones de todo tipo no puede continuar. Creo que también están de acuerdo en que se debe racionalizar el gasto público para controlar la inflación. En general, están de acuerdo, en mayor o menor medida, en que el rol del Estado en la economía debe disminuir.

      Debo admitir que el liderazgo opositor, en general, ha sido bastante escueto en relación con su propuesta económica. Ejemplos: http://sumarium.com/henrique-capriles-presenta-al-pais-su-propuesta-economica/y http://elestimulo.com/elinteres/henri-falcon-se-copia-de-capriles-y-lanza-su-plan-economico/.

  • Echo de menos una explicación más detallada de los motivos concretos que hacen que estas políticas sean perniciosas. Como alguien que no es economista, puedo intuir la relación y de entrada me fío bastante de lo que se publica en este blog. Aún así, si me encuentro con algún amigo pro-chavista, me va a costar reproducir esta explicación precisamente por la falta de trasfondo.

    La primera entrada sí que me ha gustado mucho, manda narices el desmantelamiento de la independencia institucional, que es un elemento tan básico en el buen gobierno que empiezo a tener que poner en duda mi opinión sobre Chavez y Cia. (a los que creía bienintencionados pero muy torpes).

  • El trasfondo es muy sencillo. El gobierno se ganó la lotería y la derrochó, gastando y regalando lo que no tenía. Eso significó más, mucho más, deuda e inflación. Despilfarró la renta petrolera en subsidios, dádivas, corrupción, clientelismo, y un largo etc.

    Uno de los mecanismos que el gobierno implementó para esto fue el control de cambio. Por esa vía ha regalado gran parte de los ingresos externos vendiendo las divisas a una fracción de su valor, lo cual se ha acentuado en la medida que la inflación se ha acelerado y el dolar paralelo ha crecido. No creo que sea muy difícil entender eso. Compras dólares a 1 y lo vendes a 2, 10, 50, 100 veces su valor...Rinse and repeat! En poco tiempo, se hicieron fortunas. Los incentivos a la corrupción se hicieron cada vez más grandes y el despilfarro aún mayor.

    El derroche también significó no ahorrar para la época de las vacas flacas, lo cual estamos pagando hoy. Eso tampoco creo que sea muy difícil de entender.

    Ahora agrégale los controles de precios, expropiaciones, regulaciones laborales draconianas, entre otras cosas, y lo que obtienes es la destrucción del aparato productivo.

    Quién va a producir si los precios están controlados en un ambiente altamente inflacionario. Si tienes pérdidas mes tras mes, cierras las puertas. Quién va a contratar un trabajador formal si la legislación laboral contempla "inamovilidad laboral" prácticamente permanente (http://www.eluniversal.com/noticias/economia/ley-inamovilidad-laboral-extiende-por-tres-anos_94911). Quién va a invertir si tienes la amenaza de expropiación encima.

    Todo esto resulta en escasez e informalización de la economía, sobre todo cuando se te agotan las divisas para importar.

  • Hola,

    ¿quien se ha beneficiado de la compra de divisas a precio regalado? ¿ dónde están los dòlares o fortunas que citas ?
    Está claro que la política económica ha sido un desastre porque ha intentado combinar decisiones que ya sabemos que en general no funcionan en un sistema capitalista con posibilidad de movimientos de capitales internacionales. Ahora, una parte del relato no cuadra con lo que ocurre en otros países que ha tenido la enfermedad holandesa o la han sabido prevenir. Que te entren muchas divisas por el petróleo no es malo de por sí, el problema es como lo usas o si gastas más de lo que entra. En España también nos tocó la lotería con la entrada en el euro, ingresamos 750.000 millones de euros de Europa en la burbuja inmobiliaria, que salieron por la puerta de atrás por la vía del défiict exterior, y lo hicimos liberalizando el uso del suelo y dejando de construir vivienda protegida, cuando deberíamos probablemente haber hecho lo contrario.

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