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Uncertain Times and Tax-Multipliers

¿Es posible aislar los efectos que los cambios impositivos tienen sobre la actividad económica y el empleo?, ¿Cómo medimos estos cambios impositivos? ¿Qué es un impulso fiscal?, ¿Cuándo producen estos cambios mayores efectos sobre la actividad económica?, ¿Determina la incertidumbre tales efectos?, ¿Cómo medimos el grado de incertidumbre?. Preguntas pertinentes en cualquier momento, pero quizás especialmente en las circunstancias actuales. En este post presentaré resultados existentes, así como nuevos resultados fruto de trabajos propios en curso, que tratan de responder, al menos parcialmente, a algunas de estas preguntas. Quizás nada de esto sea realmente nuevo, pero parafraseando a Feynman en su fantástico libro ‘The meaning of it all’ ‘The ideas I wish to describe are old ideas…., and these ideas do not last unless they are passed purposely and clearly from generation to generation.”

Una medida de shocks (cambios inesperados) impositivo(a)s

En un trabajo recientemente publicado en American Economic Review, David y Christina Romer estiman la importancia que los cambios (exógenos) en los impuestos (federales) tienen sobre la actividad económica a corto y medio plazo en Estados Unidos (en concreto, sobre el PIB y sus componentes por el lado de la demanda –consumo privado, inversión y exportaciones netas). Es decir, estos dos profesores de la Universidad de Berkeley tratan de medir el multiplicador fiscal. Es muy importante que, para construir esta medida, se disponga (o se identifique de alguna forma) de un cambio exógeno en los impuestos; es decir, cambios impositivos independientes (no inducidos por) de aquéllos asociados con las variaciones en el nivel de actividad—dicho de otro modo, cambios en los impuestos que no reflejen cambios ligados a su papel como estabilizadores automáticos.

Antes de pasar a describir los resultados del articulo de ‘los’ Romer que motivan este post, pasaré a poner un poco en perspectiva su trabajo respecto a una creciente literatura cuyo ‘revival’ comenzó con el trabajo de Olivier Blanchard y Roberto Perotti publicado en Quarterly Journal of Economics en 2010. A diferencia del trabajo de Blanchard y Perotti, el artículo de los Romer (a los que me refiero como RR de ahora en adelante) utiliza una aproximación ‘narrativa’ para identificar estos cambios impositivos exógenos. Es decir, utilizando los archivos del Congreso Americano y otras fuentes, RR estudian con gran detalle los cambios en la legislación impositiva desde 1945 hasta 2007. El objetivo es identificar los cambios inesperados (shocks); es decir, aquellos que se infieren eliminando de los cambios totales aprobados aquellos que se pueden anticipar dados los anuncios legislativos previos a la entrada en vigor de los cambios legislativos. De este modo, utilizando las discusiones y deliberaciones legislativas, RR tratan de inferir la diferencia entre los cambios ‘planeados’ en los impuestos federales, que se realizaron con anterioridad al proceso legislativo, y los cambios ‘efectivos’. De esta forma—muy intensa en el factor trabajo, medido en horas de ayudantes de investigación mirando los papeles del Congreso—su medida de ‘shock fiscal’ trata de eliminar la posible endogeneidad asociada a la correlación entre el cambio legislativo y el PIB del momento en el que se introduce el cambio. Es decir, no es más que una forma de tratar de capturar la posible ‘causalidad’ implícita de los cambios impositivos sobre la actividad. Aún a riesgo de sobre-simplificar, la diferencia de este trabajo frente a la aproximación de Blanchard y Perotti, es que estos últimos tratan de corregir este efecto cíclico estimando una regresión de los impuestos recaudados (o sus cambios) sobre medidas de actividad, y al residuo resultante le denominan ‘shock’ o impulso impositivo. Construir esta medida no requiere mucho factor trabajo—en términos de horas de ayudantes de investigación, pero tiene otros problemas respecto a si realmente constituye una forma correcta de identificar dichos movimientos exógenos en los impuestos. Por ello, la literatura está plagada de ‘medidas sobre la recaudación impositiva corregidas de efectos cíclicos’ como paso intermedio para construir ‘shocks fiscales’, o de estudios asociados a distinguir cómo eliminar los efectos anticipación asociados a las variaciones impositivas. (Quizás en otro post podríamos extendernos sobre estos y otros aspectos. Sólo indicaré que los trabajos de Morten Ravn constituyen un excelente análisis de cómo tratar de separar el componente anticipado del no anticipado en los cambios impositivos.)

RR discuten en el trabajo la relevancia de su aproximación respecto a estas alternativas. Por ello, en esta entrada del blog, me centraré en la medida de RR. Pero antes de describir los resultados dejadme añadir otra nota de cautela para realmente poner en perspectiva la medida de impulso fiscal. Por supuesto, ninguna medida es perfecta, pues como indica Robert Barro en un reciente trabajo la medida RR no es exógena respecto a los aspectos políticos del proceso legislativo ---aun así, el propio Barro usa la variable construida por RR como ‘variable instrumental’ de su estudio sobre cómo afectan los cambios en los tipos (promedio) impositivos marginales al PIB americano (es decir, su medida de multiplicador impositivo). Como indica el propio Barro, las variaciones en el tipo impositivo marginal sobre la renta están muy correlacionadas con la variable construida por RR. Lo realmente interesante quizás sea que, a juicio de Barro, aunque estas variaciones impositivas reflejan una mezcla de efectos sustitución y efecto renta, las variaciones impositivas de RR capturan probablemente más claramente los efectos renta (riqueza), mientras que las variaciones en los tipos (promedio) impositivos marginales capturan mejor los efectos sustitución asociados a los impulsos fiscales. En cualquier caso, y como antes mencionaba, Barro considera que los ‘shocks’ fiscales de RR constituyen una excelente fuente de variación exógena (quizás del efecto riqueza) de las variaciones en su tipos impositivos marginales.

Los resultados de RR son muy significativos, pues el multiplicador fiscal asociado a las variaciones en su medida de impulso fiscal, duplica el obtenido por Blanchard-Perotti y el propio Barro. La siguiente figura replica el resultado de RR, y muestra la respuesta del PIB a un impulso fiscal medido usando la variable construida por RR.

En concreto, un aumento impositivo que supone un ¼ por ciento de PIB (en el momento t=0) genera una caída muy persistente (acumulada) de un ½ por ciento de PIB: es decir, un multiplicador de entorno a 2. La parte superior de la figura ilustra cómo el impulso fiscal transitorio se traduce en un efecto muy persistente sobre el nivel de PIB (en el eje horizontal se mide, en trimestres, el efecto temporal de la medida impositiva). Este efecto, es incierto, como indica el intervalo de confianza (las dos líneas alrededor de la estimación puntual) asociado al efecto multiplicador estimado, pero es claramente diferente de cero. Por motivos de espacio (y de prudencia y respecto hacia vosotros) no me puedo extender más. Sin embargo, es necesario indicar que este efecto sobre el PIB está ligado fundamentalmente a la respuesta del consumo de bienes duraderos y la inversión.

Multiplicador Fiscal en Tiempos Inciertos

Partiendo de la anterior evidencia, la pregunta que me gustaría tratar de responder y que constituye parte de una investigación en curso (con Jesús—aunque estamos tan ocupados que no dedicamos mucho tiempo a este trabajo: él recogiendo premios y yo….does not matter) es la siguiente: ¿Cómo depende el tamaño del multiplicador fiscal del grado de incertidumbre agregado existente en la economía?. Cuanto mayor es el grado de incertidumbre, tanto consumidores como empresas son más cautos a la hora de tomar sus decisiones de consumo, inversión, y contratación –y de hecho, la existencia de incertidumbre tiende a generar inacción—y así las decisiones de gasto, inversión y empleo tienden a posponerse hasta ‘tiempos mejores’. Por ello, esta inacción inducida por la mayor incertidumbre, hace que los efectos de las variables de política económica—como los cambios impositivos, tiendan a tener efectos menores sobre las acciones de consumidores y empresarios. Es decir, el efecto de las actuaciones de política fiscal (u otro tipo de políticas económicas) puede quedar parcialmente o totalmente atenuado, dependiendo del grado de incertidumbre en el que se desenvuelvan las acciones de política económica. Es decir, según los resultados anteriores, bajar los impuestos estimula la economía a corto y medio plazo. Probablemente sí, pero este efecto depende del grado de incertidumbre en el que se toma dicha decisión. Lo interesante, es que esta dependencia del multiplicador del ‘grado de incertidumbre existente en la economía’ nos conduce a analizar cómo medir dicha incertidumbre, y así a entender cómo ésta varía a lo largo del ciclo económico. Vamos a ello.

Incertidumbre y Ciclo Económico

El siguiente grafico tiene dos paneles. En el panel superior presento la evolución de ‘una medida de incertidumbre agregada’ que recientemente ha tenido un gran impacto en la literatura sobre los ciclos económicos. Se trata de la evolución de un índice que mide la variabilidad (volatilidad) implícita en los precios de las acciones en el mercado bursátil americano. Los detalles sobre su construcción sobrepasan el objetivo de este post, pero dicho índice de volatilidad ha sido utilizado como una aproximación al grado de incertidumbre agregada en un reciente trabajo publicado en Econometrica por Nick Bloom, profesor de la Universidad de Stanford. Dos de los editores de este blog (Juan y Jesús) están preparando una conferencia con Nick Bloom sobre el tema que promete ser muy interesante.

Lo interesante de la figura es que los periodos de alta incertidumbre coinciden con periodos de recesión económica en Estados Unidos—que aparecen sombreados en la figura. Al mismo tiempo, la figura presenta en línea discontinua, el promedio de dicho índice. Las expansiones coinciden con periodos cuándo la incertidumbre suele estar por debajo de la media. Como espero pueda apreciarse en el gráfico, no todas las recesiones están asociadas al mismo grado de incertidumbre: Por ejemplo, las tres recesiones comprendidas entre 1970 y 1985 se caracterizaron por una elevada incertidumbre respecto al resto de periodos recesivos comprendidos entre la Guerra de Corea y principios de 2007. (La omisión de la última recesión sólo obedece a la falta de datos sobre el ‘impulso fiscal’ construido por RR.)

En el panel inferior de la figura aparecen superpuestos los ‘shocks impositivos’ construidos por RR y la medida de incertidumbre (de nuevo, junto con las recesiones en sombreado). No voy a describir cada uno de los episodios asociados a shocks fiscales positivos y negativos (el trabajo de RR es muy exhaustivo en relación a este aspecto), pero quiero resaltar tres aspectos: Primero, la medida de RR captura tanto aumentos como reducciones fiscales –es decir, la historia no parece estar sesgada hacia aumentos fiscales sino que hay un cierto equilibrio entre cambios inesperados positivos y negativos.

En segundo lugar, parece que el tamaño de las reducciones impositivas es más importante que el de los aumentos (relacionar el multiplicador fiscal con el tamaño del cambio inesperado o impulso impositivo da para otro post, estamos en ello). Por último, no existe un patrón claro que relacione el grado de incertidumbre (la posición cíclica de la economía) y el tipo de impulso fiscal (positivo o negativo): Existen ejemplos de aumentos impositivos en recesiones y expansiones; así como de reducciones impositivas en periodos expansivos y recesivos (con alta incertidumbre). En relación a este aspecto, la reducción impositiva asociada con el presidente Reagan—durante la recesión de 1982, resulta muy llamativa; como lo es el aumento impositivo durante el periodo recesivo asociado a la primera crisis del petróleo.

Resultados

Para analizar con un poco más de detalle cómo periodos de incertidumbre alta afectan al multiplicador fiscal es necesario definir ‘qué es un periodo de alta incertidumbre’. Es decir, cuál es el límite del índice de volatilidad a partir del cual estamos en uncertain times. Para la entrada de este blog me limitaré a usar la media del índice como umbral a partir del cual la economía se caracteriza por entrar en una fase de alta incertidumbre; mientras que el resto son periodos de baja incertidumbre: normal times. (Los resultados que voy a mostrar a continuación se acentúan mucho más si se aumenta el límite de incertidumbre por encima de la media.)

La siguiente figura describe como los shocks fiscales aparecen distribuidos por periodos de alta o baja incertidumbre usando como límite la media del índice de volatilidad implícita.

El panel superior repite todos los shocks fiscales; el segundo panel muestra los shocks fiscales en periodos de ‘baja incertidumbre o incertidumbre normal’; mientras que el tercer panel muestra los shocks fiscales que ocurrieron en periodos de ‘alta incertidumbre’. El panel inferior, muestra un subconjunto de los shocks fiscales de alta incertidumbre—aquellos que tuvieron lugar en periodos recesivos. Voy a comentar algunos aspectos de la figura que considero de interés (aunque seguro hay otros muchos que a vosotros os parecerán interesantes y que quizás no encajan con mi descripción). En primer lugar, elegir un límite como la media para distinguir entre periodos de alta y baja incertidumbre permite tener suficientes observaciones (shocks fiscales) en ambos subgrupos— en concreto, permite identificar tanto cambios inesperados positivos como negativos en ambas muestras. En segundo lugar, esta umbral preserva que en las dos muestras coexistan shocks de distinto tamaño. En tercer lugar, y dado el patrón contracíclico (o antíciclico) de la incertidumbre, todo los shocks fiscales implementados durante periodos de baja incertidumbre se alinean con periodos expansivos. Cuarto, existen tres sorpresas fiscales (dos aumentos y una reducción) que tuvieron lugar en recesiones (a los presidentes americanos no resulta necesario mencionarlos). Por último, no está claro que exista un patrón que asocie los aumentos impositivos como anticipo de ulteriores periodos recesivos (forzando un poco el argumento, es cierto que el único ejemplo es el aumento impositivo de principios de los 80---pero no olvidemos a la política monetaria…..aunque prefiero no entrar en ese jardín ☺). Por último, tampoco existe un patrón claro que relacione las reducciones impositivas con las salidas de las recesiones (aunque quizás uno podría forzar el argumento usando la reducción impositiva del primer mandato Reagan…..yo no lo haría).

La siguiente figura trata de arrojar algo de evidencia sobre la pregunta que trata de responder esta entrada de blog. En ella se muestra la respuesta a un impulso (shock) fiscal del nivel de PIB durante los cinco años posteriores bajo dos circunstancias: Periodos de alta incertidumbre (columna de la izquierda) y periodos de baja incertidumbre (columna de la derecha).

Si el impulso fiscal se realiza en periodos de alta incertidumbre el efecto sobre la actividad se diluye enormemente, el multiplicador fiscal es inferior a 1 y se mide con enorme imprecisión—no es posible rechazar la hipótesis de que sea distinto de cero. Si consideramos que no existe ninguna asimetría en la respuesta de la economía ante shocks fiscales positivos o negativos, entonces los resultados anteriores sugiere que efectivamente la incertidumbre ‘atenúa’ los efectos de los impulsos fiscales, es decir reduce el multiplicador (policy attenuation). Reducciones fiscales en periodos de gran incertidumbre (o al menos de suficiente incertidumbre) no necesariamente generan los efectos deseados sobre la actividad. Por tanto, uncertain times---fiscal policy attenuation times parecen ir de la mano. Por supuesto, esta evidencia es preliminar, pero los resultados son robustos a la especificación de la regresión (más técnicamente del VAR) y de los periodos identificados como de alta o baja incertidumbre.

Impulsos Fiscales, Productividad e Incertidumbre

Por último, no quisiera terminar sin echar un guiño a la productividad. En concreto, el trabajo de RR enfatiza los efectos del shock fiscal por el lado de la demanda (es decir, se centran en el multiplicador de la demanda) pero no estudian los efectos de los impulsos fiscales sobre las horas trabajadas, la productividad, y el desempleo. En la siguiente figura presento los resultados del impulso fiscal, sin dividir la muestra entre periodos de alta y baja incertidumbre, sobre la productividad y las horas (totales) trabajadas. Un aumento impositivo tiende a reducir las horas—no inmediatamente, sino con un cierto desfase, aunque los efectos son relativamente reducidos y no significativos. Por tanto, la caída en el PIB de la primera figura, está asociada a una fuerte y duradera reducción de la productividad del trabajo (es decir del PIB por hora trabajada). Como ya habían señalado los trabajos de Uhlig, y más recientemente Morten Ravn desde el punto de vista empírico, cambios impositivos pueden afectar a largo plazo a la productividad.

No obstante, si descomponemos los efectos sobre la productividad y las horas entre aquellos asociados con ‘tiempos inciertos’ y ‘periodos normales’ o de baja incertidumbre, entonces los resultados se alteran significativamente. Como muestra la figura siguiente, los efectos de los impulsos fiscales sobre la productividad parecen estar asociados a aquellos puestos en práctica durante periodos de baja incertidumbre o periodos normales.