de Christian Fons-Rosen y José Luis Peydró
Trump acaba de nombrar a dos personas de Goldman Sachs para su gobierno en los puestos principales para economía. Goldman, así como otros bancos americanos, tienen una gran tradición de puertas giratorias y tentáculos en Washington, y son los que más donan a las campañas políticas. ¿Implica esto beneficios para los bancos y para sus dirigentes? En un paper que tenemos concluimos que sí, utilizando la mayor ayuda del gobierno americano a los bancos durante esta reciente crisis financiera y analizando el insider trading de los bancos.
Goldman ha tenido la mayor subida en Wall Street desde que Trump ganó las elecciones, más del 30% subida del precio de sus acciones! Trump tendrá como director del National Economic Council a Gary Cohn (número 2 de Goldman), y a un antiguo socio de Goldman como ministro de economía (Treasury Secretary), Steven Mnuchin. ¿Coincidencia?
La regulación de los bancos ha crecido substancialmente desde la crisis, p.ej. vía la Dodd-Frank en USA, exigiendo mayor capital, liquidez y restricciones para realizar propietary trading. Hay un convencimiento de que los bancos demasiado grandes para quebrar (Too Big to Fail) son peligrosos porque pueden tomar un riesgo excesivo y no ser penalizados porque el gobierno los rescatará. Quizás Goldman, y otros bancos, están experimentando grandes alzas en los mercados bursátiles debido a la expectativa de que la nueva administración Trump será laxa tanto a la hora de evaluar nuevas fusiones y adquisiciones como en lo que concierne a posibles cambios regulatorios en el sector bancario, permitiéndoles con ello adquirir un mayor tamaño y poder de influencia. ¿Qué pasará con la regulación bancaria? ¿Qué beneficios consiguen los bancos?
En la Barcelona GSE/UPF les hacemos leer a nuestros alumnos el libro de Simon Johnson y James Kwak “13 Bankers: The Wall Street Takeover and the Next Financial Meltdown,” pero también el artículo de Rolling Stone de Matt Taibbi sobre Goldman Sachs, su poder en Washington, no sólo en Wall Street y la historia de burbujas financieras. Goldman, por ejemplo, tuvo a su presidente como la persona que condujo el consejo de producción de guerra de Franklin D Roosevelt. Robert Rubin fue el secretario del tesoro con Clinton, Henry Paulson el de Bush, y Gary Genser fue el número 2 con Obama. Todos ellos de Goldman. Además, están en cuatro presidencias regionales de las Fed de ex-Goldman. ¿Quién substituirá a Janet Jellen en la Fed? …
¿Es sólo Goldman? No! El sector financiero americano es, por mucho, el mayor contribuyente de las campañas políticas, p.ej. 260 millones de dólares sólo en 2006, el doble que las contribuciones hechas por el sector sanitario, a lo que hay que añadir otra grande suma en lo relacionado a lobbying y las puertas giratorias. Un reciente episodio subraya los fuertes vínculos entre los reguladores financieros y los principales bancos: el Gobierno de los Estados Unidos anunció el 14 de octubre de 2008 que el Treasury invertiría hasta 700.000 millones de dólares en instituciones financieras a través del Programa de Compra de Capital (CPP). Este rescate bancario, también conocido como TARP, se convirtió en el programa de inversión federal más grande de la historia reciente de Estados Unidos. El rescate no sólo generó indignación social al usar el dinero de los contribuyentes para ayudar a revitalizar las instituciones financieras, sino que además confirma que los bancos (no todos en USA) son, en efecto, demasiado grandes para quebrar.
En un paper reciente con Nicholas Coleman de la Fed y Ozlem Akin, una antigua doctorando de la UPF, utilizamos datos sobre insider trading para explorar si las conexiones políticas conducen a flujos privados de información de los reguladores a los banqueros antes de que las decisiones de rescate de TARP específicas del banco se hicieran públicas (otro paper al mismo tiempo que el nuestro también concluye de forma similar a nuestros resultados). No podemos identificar estos flujos privados de información entre reguladores y banqueros con datos precisos de emails, llamadas de teléfono o evidencia de Wikileaks (no tenemos el programa de big brother que Snowden utilizaba). Por ello, utilizamos datos de cómo y cuánto los banqueros invierten en acciones de su propio banco a lo largo del tiempo. En particular, exploramos el comportamiento inversor de los altos ejecutivos de un banco antes de que el gobierno haga públicas las ayudas a ese mismo banco. Parte de esas compras y ventas no estarán relacionadas con información privilegiada, serán ruido; por ejemplo, venden para comprar una mansión en los Hamptons. Pero, si el gobierno decidiera ayudar a un banco con una cuantía mayor a la esperada por los mercados, ¿veremos que los altos ejecutivos de ese banco compran muchas más acciones antes de la información pública? ¿Y obtendrán un beneficio personal al comprar acciones del banco antes de que se anuncie públicamente esa ayuda estatal que conllevará un aumento en el valor de esas acciones?
Aprovechando los rescates bancarios del TARP durante 2008-2010 tras la caída de Lehman Brothers en setiembre 2008, utilizamos datos sobre el comportamiento inversor de cada ejecutivo durante cada día del año en acciones de su propio banco (insider trading). Estos datos juntamente con información sobre las conexiones políticas de estos mismos banqueros nos permitirán evaluar las conexiones entre reguladores/políticos y los altos ejecutivos. Cabe destacar que nuestro principal interés no es ver si estos banqueros han ganado dinero con sus acciones, sinó es identificar algo mucho más problemático para una sociedad democrática: la sistemática interacción y comunicación entre políticos/reguladores y banqueros a la hora de transferir información privilegiada. Es este canal de economía política el que nos más nos interesa.
En los bancos políticamente conectados, la compra de acciones del mismo banco por parte de sus altos ejecutivos (insider trading) durante el período previo al TARP específico al banco (cuando se anuncia públicamente que se rescata) se asocia con aumentos posteriores en los rendimientos anormales de acciones bancarias alrededor del TARP específico de cada banco. En el caso de bancos no conectados políticamente, las operaciones a priori de insider trading y los rendimientos anormales posteriores no están correlacionadas. Los resultados se mantienen cuando se compara a ejecutivos conectados y no conectados dentro del mismo banco (es decir, compra más acciones del banco donde trabaja el ejecutivo que tiene la conexión política si las acciones del banco incrementarán cuando se anuncie la ayuda gubernamental a ese banco que el ejecutivo de ese banco no conectado). Los resultados vienen dados por las conexiones políticas con las ramas financieras del gobierno, no con otras ramas del gobierno. Los resultados son robustos a muchos controles y sub-muestras; les invitamos a que lean nuestro paper.
Finalmente, nos quedaba por responder la siguiente pregunta: ¿qué puede ayudar a determinar la reacción de los mercados bursátiles a los anuncios de ayudas públicas a través del TARP de cada banco? A través de una solicitud FOIA (Freedom of Information Act) obtuvimos los fondos TARP solicitados (previamente desconocidos) por cada banco. La relación entre los fondos solicitados y los fondos recibidos se correlaciona fuertemente con los rendimientos anormales de retornos en las acciones a nivel de banco y también se correlaciona fuertemente con el comportamiento de insider trading de los bancos conectados.
En resumen, utilizando la mayor ayuda bancaria de la historia del gobierno a los bancos, concluimos que SÍ importan estás relaciones entre bancos y gobiernos.