Durante los últimos años ha habido un incremento de partidos radicales anti-sistema, incluidos movimientos populistas y otros próximos a la extrema derecha. ¿Hay razones económicas detrás de la subida de estos grupos? En particular, ¿esta subida está causada por las crisis financieras? En el post de hoy, discuto evidencia de investigadores que han analizado multitud de países durante la última década, y también la historia de los últimos 140 años. En mi siguiente post, hablaré de un papel que tengo en el que analizamos posiblemente el episodio histórico más relevante: la subida al poder los nazis en 1933 y la crisis bancaria alemana del verano de 1931.
La semana pasada ganó el movimiento populista Cinco Estrellas en Italia, y fue seguido por la Liga, cercana a la extrema derecha. En España tuvimos una subida en el populismo durante la crisis, y más recientemente tenemos a Trump en USA y el Brexit en el Reino Unido. Ha habido también un incremento de partidos de, o cercanos a, la extrema derecha, como por ejemplo, Marine Le Pen en las elecciones presidenciales de Francia, Alternativa por Alemania (AfD) en Alemania, el Partido de la Libertad en Austria, Amanecer Dorado en Grecia, Jobbik en Hungría, Ley y Justicia en Polonia, los Demócratas Suecos, y el Partido de la Independencia en el Reino Unido.
La subida de estos grupos tiene diferentes causas, pero ¿son importantes las razones económicas? Los dos shocks económicos recientes más fuertes han sido: la globalización económica, tanto de importaciones (por ejemplo, de China) como la emigración en ciertos países; y las crisis financieras de 2007-2009 y de 2010-15 (la crisis bancaria sigue en Italia y en otros países, pero a nivel europeo ya podemos decir que no hay crisis financiera). La desigualdad económica es también importante, pero está relacionada en parte con la globalización y las crisis financieras. Hay otros shocks económicos potenciales, como por ejemplo la robotización y la inteligencia artificial (y sus impactos sobre el empleo, inseguridad y desigualdad), pero no creo que estas nuevas tecnologías hayan afectado ya al voto de los partidos anti-sistema.
Algan, Guriev, Papaioannou y Passari (2017) analizan las implicaciones de la Gran Recesión para el voto reciente anti-sistema utilizando datos regionales europeos. Encuentran una relación fuerte entre incrementos de desempleo e incremento de voto anti-sistema. Además, el incremento del desempleo va al unísono con una reducción de la confianza de los ciudadanos sobre las instituciones nacionales y europeas. En cambio, la correlación entre desempleo y actitudes negativas con los inmigrantes no es fuerte, especialmente en los aspectos más culturales. Los autores intentan obtener causalidad de la crisis financiera sobre el voto, y para ello extraen el componente del incremento del desempleo que es explicado por la estructura de la economía antes de la crisis, en particular la ratio del sector de la construcción en valor añadido regional. Esta ratio está fuertemente correlacionada con el boom inmobiliario y la crisis financiera. Los resultados sugieren que la inseguridad que viene de la crisis financiera, y sus efectos en la economía, incrementa substancialmente la subida de los partidos anti-sistema y la desconfianza política de los ciudadanos. Les recomiendo que lean este magnífico papel, y también el resumen que hacen de la literatura.
Un papel histórico fascinante es de Funke, Schularick y Trebesch (2016). En este papel, los autores analizan el voto radical anti-sistema después de las crisis financieras para 20 países de ingreso alto (incluido España) sobre los últimos 140 años, cubriendo más de 800 elecciones generales. La polarización política y la incertidumbre política suben después de las crisis financieras, y las mayorías de gobierno bajan. Después de una crisis financiera fuerte, el voto a la extrema derecha sube en media 30%. Importante, los autores no observan estos hechos después de una recesión económica normal o después de shocks fuertes macroeconómicos que no son de naturaleza financiera. Otro papel histórico muy interesante es de de Bromhead, Eichengreen y O'Rourke, el resumen aquí. Les recomiendo que lean los dos.
Los costes para la sociedad y la economía de estos cambios políticos son obvios. Mian, Sufi y Trebbi (2014) analizan recientemente diversos países y también Estados Unidos, y argumentan que los países que se convierten en más polarizados políticamente después de las crisis financieras reducen la probabilidad de reformas importantes, justo en esos momentos después de las crisis cuando son más necesarias.
Hay 7 comentarios
Gracias por las recomendaciones que, seguro, me harán pasar un buen rato.
Para solucionar lo de "Los costes para la sociedad y la economía de estos cambios políticos son obvios" se me ocurre una idea: ¡acabemos con las crisis financieras!
No se pueden eliminar las crisis en el actual sistema económico.
Tomemos el juego del Monopoly como analogía del sistema económico. Mientras todos estén jugando y no haya jugadores eliminados, porque el movimiento de los bienes y capitales cambia de mano pero no es acumulado por ningún jugador, entonces fluye el capital y los bienes, y nadie entra en crisis y es eliminado del juego.
Pero el juego se basa en ganar, no en que el juego se mueva sin límite. Por el objetivo que tiene el juego, algunos jugadores perderán y entrarán en crisis para que otros ganen.
Un saludo
Magnífica idea Akira. Como personalmente no tengo tiempo ahora mismo para desentrañar los criterios de inclusión de los partidos anti-sistema en los papers referenciados, estaría genial que alguien los detallara. Me interesa especialmente España, por supuesto.
Creo que otro “significante vacío” (uy, perdón) en este post es precisamente “populismo”. Estaría también genial que el autor explicitara los criterios de inclusión dentro de esta categoría. Porque el populismo es muy amplio. Para el autor que tanto inspiró a Errejón, Ernesto Laclau, por ejemplo, en su libro la “Razón Populista”, toda la política es populista. La razón populista es la razón política. Si he entendido bien, claro.
Es muy poderoso el mito de Arcadia. Como no me canso de explicar a mi mujer (y como han aprendido muchos de los fervorosos chavistas de principios de siglo), no tiene sentido comparar la "realidad que conocemos bien" con "las realidades que imaginamos".
Y es muy fácil "imaginar realidades que no conocemos" cuando la que palpamos no cumple nuestras expectativas ... sin pararnos a pensar como de altas son esas expectativas.
Por ejemplo, da igual que un sistema sea capaz de producir niveles de bienestar que nadie podía imaginar hace 100 años, o que no pueden imaginar el 80% de la población del planeta actual. Si ese sistema, además de ese bienestar, no produce igualdad de género, coeficientes de gini de 0, prosperidad siempre creciente y pensiones elevadas para jubilados sin voluntad de morir nunca, entonces, es un sistema "terrible".
Las "falacias" a las que se vuelven los electores en ese caso no deberían sorprender a nadie y están bien analizadas:
https://press.princeton.edu/titles/8756.html
* Rechazo de lo "extranjero"
* Desconfianza en los "mecanismos de mercado"
* Abrazarse a la "conservación del trabajo" como mecanismo de salvación (y luego quejarse de que no aumenta la productividad)
* Pensar que un mundo donde objetivamente cada vez se vive mejor va "a peor".
Nada nuevo bajo el sol; como diría Einstein, "solo hay dos cosas infinitas ...."
*
Y es curiosa la "suspensión de la razón" que producen las narrativas agradecidas. Después de todo va a resultar:
* que la "globalización" (como llamamos a que el 8-10% del tráfico de llamadas+datos sea crosborders o que las economías nacionales sean en un 80% "cerradas") https://www.ted.com/talks/pankaj_ghemawat_actually_the_world_isn_t_flat#t-317705 aumenta la desigualdad https://www.bbvaresearch.com/en/publicaciones/flourishing-middle-classes-in-the-emerging-world-to-keep-driving-reductions-in-global-inequality/
* que la "robotización" produce desempleo https://www.libremercado.com/2017-08-26/los-paises-con-mas-robots-tienen-menos-desempleo-1276604779/
Afirmar eso en España (150 robots por cada 10,000 empleos) se parece mucho a afirmar en Uganda (72% del empleo en el sector pirmario), que la revolución industrial y la mecanización del campo les dejará, obviamente, sin empleo.
Los partidos "antisistema" siempre han existido, y suben cuando los "sistema" fracasan, no por otra cosa. El votante es visceral, si se queda sin trabajo, la casa se la queda el banco, que la vende a un fondo buitre por mucho menos de lo que él tenía que pagar, ve a inmigrantes en la cola de la parroquia para recoger comida, como rescatan autopistas mientras congelan pensiones, etc., se sube al carro precisamente porque el sistema ha demostrado ser peor.
Definir como populista al antisistema, cuando el "sistema" gobierna a golpe de burbuja, rescatando bancos con dinero público y prometiendo que este se devolverá, y un largo etc que prefiero obviar, con todo el respeto del mundo, no es muy de recibo. Y sin desmerecer el populismo del sr Trump, del Cinco Estrellas y del fenómeno Brexit, creo que en eso no llegan ni a la suela del zapato de quienes les acusan de populistas.
Personalmente he hablado con compañeros vuestros mal llamados "antiglobalización", que no sabían por qué se les acusaba de serlo, cuando me decían que de lo único que estaban en contra era de esta globalización, habiendo explicado en su momento el resultado.
Es evidente que una ciudadanía no tan experta, termine haciendo caso precisamente a quien no se equivocó.
José Luis, analizar las consecuencias políticas de las crisis financieras supone
(a) conocer bien el detalle de algunas crisis, algo que no se consigue con estudios estadísticos de "muchos" casos sino a través de la investigación histórica basada en alguna teoría sobre las crisis —no debe olvidarse que toda crisis es un proceso que toma tiempo y por lo tanto permite acciones y reacciones de los afectados; y
(b) entender la política y el gobierno como actividades humanas y sus relaciones con la economía, algo que la gran mayoría de los economistas han rechazado hacer porque prefieren suponer que los gobiernos son la solución (para algunos solución de última instancia, para muchos de primera instancia).
Ninguno de los estudios que usted menciona siquiera intentan presentar algo sobre (a) y (b). Recurren al análisis estadístico usando conceptos ambiguos sin una teoría que los integre de manera coherente y usando datos cuya relevancia y confiabilidad son muy discutibles. Peor, los autores sacan conclusiones que sorprenden por su superficialidad porque no han analizado la intervención de los gobiernos antes, durante y después de las crisis financieras.
No me sorprende que su post motive el comentario de Akira pidiendo el fin de las crisis, pero cualquier análisis serio mostraría que las crisis están condicionadas por la intervención de los gobiernos en los sistemas financieros. Hoy el desafío es entender qué pasa en China y qué podría pasar.
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