La falacia naturalista es muy sencilla de advertir: el ser no implica el deber ser. Sin embargo, es muy difícil de evitar. Cuando queremos abogar por la igualdad de derechos (así “debe ser”) a menudo queremos partir de que todos los seres humanos somos iguales biológicamente, porque eso justificaría que lo fuéramos ante la ley. Es una falacia, porque podemos ser distintos o iguales en lo primero sin que ello implique que debamos serlo o no en lo segundo. Como eso no es posible, puesto que observamos claras diferencias físicas y mentales, matizamos lo anterior diciendo que las diferencias biológicas que se encuentran en un grupo de seres humanos son las mismas que en otro grupo. Hay africanos muy hábiles para la música y otros muy torpes. Sí, pero exactamente igual que los europeos. En algún momento algunos tomaron las diferencias de desarrollo entre los dos continentes, tal vez debidas a razones sociales o ambientales, como prueba de diferencias biológicas. Las terribles consecuencias que a lo largo de la historia han tenido las creencias sobre diferencias biológicas explican que se deba hablar de ellas con suma cautela, pero no que no se deba hablar y, mucho menos, que no se deban estudiar. A la vista de la historia de la humanidad es de agradecer que los estudios hayan logrado establecer una igualdad biológica muy grande entre grupos humanos. La historia habría sido todavía peor de haber habido una mayor desigualdad, mientras que las esperanzas de ver reducido todo tipo de discriminación en el futuro serían seguramente menores. Las diferencias entre lo que se conocía como razas son tan superficiales que el término ha caído en desuso para los biólogos. No lo ha hecho para los sociólogos, que todavía tienen que estudiar el racismo a pesar de que no existan razas biológicas, porque sí que existen razas en la percepción del racista. Las diferencias entre sexos, aparte de las obvias del aparato reproductor, también se antojan no importantes o inexistentes en lo físico y en lo mental. Hay mujeres con gran habilidad para la medicina y otras con poca. Sí, pero exactamente igual que ocurre entre los hombres.
Si lo anterior es cierto, ¿por qué hay más mujeres que hombres estudiando Medicina? Hay, por lo menos, dos grupos de hipótesis explicativas no excluyentes que normalmente se debaten: (i) tal vez estemos equivocados y sí haya diferencias después de todo y la tendencia innata a interesarse por la Medicina es mayor en las mujeres que en los hombres, y (ii) hay una presión social por la cual las mujeres tienden a elegir Medicina en mayor medida que los hombres. Cunde en la sociedad la idea de que la hipótesis cierta debe ser (ii) y, con ella, la idea de que cualquier intento de estudiar la posibilidad de que (i) también lo sea es parte de una agenda para justificar las discriminaciones causadas por la hipótesis (ii). ¿Cómo podemos dilucidar la cuestión?
En el debate “naturaleza versus crianza” han adquirido protagonismo los estudios realizados sobre poblaciones en las que podemos aislar ambas influencias. Dos gemelos idénticos comparten naturaleza al 100%. Si tenemos una muestra de gemelos idénticos criados juntos y otra de gemelos idénticos separados al nacer podremos empezar a tener alguna idea de la influencia de ambas hipótesis explicativas sobre el comportamiento de las personas. También podemos jugar con gemelos no idénticos y con hermanos biológicos o adoptados para aprovechar distintos grados de naturaleza y crianza compartidos. Estos son los estudios que ha popularizado, por ejemplo, Steven Pinker en su libro La Tabla Rasa y es el tipo de estudios a los que apelaba el ingeniero de Google que intentaba explicar la escasa presencia de mujeres en la Ingeniería Informática. El problema es que, aunque esos estudios sí encuentran diferencias innatas en la manera en que hombres y mujeres tienden a tomar decisiones sobre cómo llevar su vida, y aunque intuitivamente estas diferencias podrían explicar la distinta presencia en cada carrera, la relación entre una cosa y otra no está establecida. Al fin y al cabo, esas mismas intuiciones habrían explicado hace tan solo unos años por qué no había mujeres que estudiaran Derecho. Así, unas preguntas relevantes serían: ¿qué hay distinto entre un tipo de carreras y otras para que hombres y mujeres tiendan a preferirlas en distinta medida? ¿Esa distinción apunta a una causa social o innata? Si es social ¿es algo deliberado o involuntario? Y si es involuntario ¿de qué depende? Distintos diagnósticos implicarán distintas respuestas. Además de las hipótesis de discriminación activa están las hipótesis de dinámicas sociales que terminan en segregación incluso si ninguno de los individuos tiene preferencias por la discriminación o la segregación, e incluso si todos los individuos tienen preferencias marcadas a favor de la diversidad. El modelo de segregación de Schelling es un ejemplo muy sencillo de cómo tal cosa puede ocurrir (aquí lo expliqué). Por otra parte, si son tendencias innatas ¿qué problema hay? Tenemos más mujeres que hombres en Medicina y menos en Informática, ¿impide eso que podamos vivir en igualdad?
Hay otro tipo de estudios en el debate “naturaleza versus crianza” que son menos conocidos y que aprovechan los modelos econométricos desarrollados en la ciencia económica. Recientemente, el economista Bruce Sacerdote, de Dartmouth College, publicó en el Handbook of Social Economics un amplio trabajo en el que mostraba el estado de la cuestión en la literatura que usa este enfoque. Antes que nada, Sacerdote justifica estos estudios como alternativa o complemento a los anteriores, que presentan importantes restricciones metodológicas. Por ejemplo, en el caso de la comparación entre gemelos separados y no separados al nacer se hace necesario que la causa de la separación sea independiente de la variable que se está estudiando. El modelo econométrico se basa en encontrar coeficientes de transmisión de una característica del padre o la madre a cada uno de los hijos en una regresión. En ella, una variable se intenta explicar mediante un conjunto de otras variables explicativas. Las técnicas econométricas permiten lidiar con una gran variedad de posibles problemas en los datos. Para algunas características estos estudios tienden a encontrar algo más de peso para las hipótesis ambientales y sociales que los anteriores.
Figura 1
La Figura 1 muestra los coeficientes de una regresión de las medidas en varias variables del hijo sobre las de la madre para adoptivos (eje horizontal) y no adoptivos (eje vertical) para nueve diferentes variables. El patrón que se observa es que las características físicas como la obesidad y la altura muestran poca transmisión entre padres e hijos adoptivos, mientras que las sociales, como el fumar o beber moderadamente, muestran una transmisión similar desde los padres biológicos y adoptivos, mientras que la educación está en un lugar intermedio.
¿Y la transmisión de la carrera elegida? Me temo que sigamos sin datos sobre esto. Tanto los estudios econométricos como los estadísticos sobre el debate “naturaleza versus crianza” están empezando. Llevamos poco tiempo estudiando el tema y llevamos también demasiado poco tiempo viendo cómo se pasa de una sociedad que discrimina explícitamente a las mujeres a otra que no lo hace como para dar por válida ya alguna de las hipótesis.
Mi posición personal es que, en ausencia de una explicación establecida científicamente, la acción social y política debe inclinarse por la de menos daño. Recordando de nuevo la historia, me inclino por que de momento, y mientras que no haya datos concluyentes en contra, trabajemos con la hipótesis de que hombres y mujeres tienen inclinaciones innatas parecidas en la elección de carreras. Esto no quiere decir que haya que obligar a que cada carrera tenga las mismas cuotas por sexo (o por género), pero sí que justificaría alguna acción que incentive una mayor presencia del grupo infra-representado allí donde la diferencia es muy grande, como se ha podido hacer en otras instancias.
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No soy experta en este campo, ni mucho menos, pero siempre que me topo con este tema, me surge la misma duda:
Al hablar de presiones sociales para la elección de carrera, entiendo que se refieren a las que se derivan de la asignación de roles por sexos en la sociedad. Pero esa asignación de roles en la sociedad ¿no tiene a su vez una base biológica?
Tenga o no una base biológica, lo que importa es cuán lejos o cerca está esa base, es decir, cuán fuertemente influye esa base, y cuál es el nivel en el que podemos actuar (si es que queremos actuar).
Pongamos que sea cierto que las diferencias biológicas por las cuales la mujer invierte más en la procreación (9 meses de embarazo) y el cuidado (el tiempo de lactancia) inducen también preferencias innatas por un tipo de actividades dentro de la familia y del grupo y, a partir de ahí, se extienden a un tipo de carreras. Aun así, si estas preferencias son maleables (y seguramente las preferencias por las carreras lo son más que las preferencias por desarrollar un embarazo incluso si el embarazo se pudiera hacer en incubadoras sin problemas para el feto), podríamos tomar decisiones sociales o políticas para facilitar esta maleabilidad.
Repito el condicionante del párrafo anterior: Si esas diferencias fueran como las he expuesto. Si en lugar de ello, o además de ello, existen condicionantes sociales (porque la cultura refuerza de manera exagerada los condicionantes biológicos, porque fuerza discriminaciones ajenas a ellos o porque suceden dinámicas sin culpa de nadie como en el modelo de Schelling), entonces tendremos más razones para querer hacer algo al respecto. El qué, dependerá de un diagnóstico correcto.
El enfoque social del que se habla en este artículo debe ser complementado con otro biológico, que es esencial.
Los estudios realizados sobre la forma y funcionamiento de nuestros cerebros acumulan pruebas abrumadoras de que son distintos en distintos grupos humanos. Lo son por razón de sexo, y lo son incluso, aunque a un nivel muy inferior, por razón de "raza".
Negar estás evidencias es una simplificacion interesada,, propia del siglo XX, que una sociedad madura no debería necesitar.
Asumamos de una vez la igualdad básica, esencial entre todos los seres humanos, sin que ello implique la simpleza de creer que todos ellos tienen las mismas capacidades e inclinaciones. No las tenemos. La historia, la diversidad, la evolución, nos han puesto en situaciones diferentes que han proporcionado adaptaciones evolutivas distintas que en nada afectan a nuestra igualdad esencial como especie, sino que la enriquecen.
Va siendo hora de madurar y pasar al siguiente nivel. Somos diversos, tenemos, por nuestra propia constitución, diferentes intereses y visiones. Somos ricos en matices, y eso nos permite llegar más lejos como especie. Dejemos de negar por una simplificación ideológica una diversidad de fondo que la ciencia tiene asumida y corroborada desde hace décadas.
Nada en lo que he dicho en la entrada niega el enfoque biológico (ni que ambos, biológico y social, estén mezclados). De hecho, en varias partes, he apuntado que pueda ser influyente para algunas actitudes y he dicho algo sobre las consecuencias. Me he centrado en explicar los tipos de modelos que estudian esto y en las limitaciones de nuestro conocimiento sobre sus implicaciones sobre la opción de carreras. Solo al final me he centrado en qué posición tomar (adelantando que esta es opinión personal mía) cuando estamos lejos de saber cuáles son estas implicaciones.
Estoy de acuerdo en que quedan por conocer aspectos concretos sobre el peso de biología y ambiente en las opciones personales. Pero eso no significa que no se haya avanzado, y mucho, durante los últimos lustros.
Cuando, aunque sea al final de un artículo, se toma partido por la postura conservadora, políticamente correcta, que consiste en poner el freno y no querer ver los avances en biología y neurología, como si estuviéramos aún en 1968, se está adoptando una posición ideológica muy discutible. Esa posición consiste en pasar de puntillas sobre la probabilidad, cada día más cercana a la certeza, de que tenemos una humanidad con grupos biológicamente diferenciados en cuanto a intereses y capacidades concretas.
Esta evidencia en nada afecta a nuestra radical igualdad como seres humanos. Al revés, la explica y le da un sentido completo.
En cambio, la actitud tardo-progresista consistente en pasar de puntillas sobre nuestra evidente diversidad biológica, propociona excusas a los racistas y a los sexistas. Esta posición, tan propia del siglo XX, es hoy crecientemente indefendible, y da armas a los radicales porque resulta ridícula a la luz de las crecientes evidencias.
Flaco favor hacemos a la causa de la igualdad humana cuando centramos el discurso en perseguir presunto fantasmas en las distintas preferencias relativas de cada grupo, en lugar de hacerlo en nuestra esencial igualdad como seres humanos, que disponemos de intereses y capacidades diferentes y complementarios.
Dices:
"Estoy de acuerdo en que quedan por conocer aspectos concretos sobre el peso de biología y ambiente en las opciones personales. Pero eso no significa que no se haya avanzado, y mucho, durante los últimos lustros."
Me temo que es mucho más que aspectos concretos. No niego los avances, pero estamos lejos de saber lo suficiente para aceptar algunas cosas como dadas. Los modelos que tenemos precisan de unos cuantos supuestos y necesitamos saber todavía cuán robustos son los resultados frente a estos supuestos. Y, como estoy repitiendo en los comentarios, falta saber cómo se pasa de ese peso de la biología en las cosas que vamos sabiendo a la elección de carrera y falta saber cuán maleables, y a qué coste, son esas tendencias en cada nivel.
Dices:
"se toma partido por la postura conservadora, políticamente correcta, que consiste en poner el freno y no querer ver los avances en biología"
No he hecho nada de eso. He dicho que ni postura personal, en ausencia de mejores datos, y en el tema concreto al que me refiero, es seguir la hipótesis de menos riesgo. Si hay datos la rechazaré sin ningún problema, sin corrección política y sin pasar de puntillas.
El contenifo de este blog es una clara contradicción de su títulopunto gratuita y valiosa aportación. Muchas gracias profesor
De nada, pero te aseguro que escribir la entrada no ha salido gratis 🙂
Y gracias a ti por tus amables palabras.
Muy bien planteado, as usual.
Mi comentario es marginal al núcleo de la cuestión.
En medicina hay una complicación adicional. Normalmente es la carrera con notas más altas de entrada, al menos en la UPV/EHU. Y como las chicas obtienen notas más altas en las pruebas de acceso, sólo con eso ya se produce un desequilibrio importante. Habría que ver si en las preinscripciones hay diferencias grandes o no.
Salud
Cierto. Es un dato que tener en cuenta, como el de mirar las preinscripciones. Eso y muchas otras cosas. Si al hacer la preinscipción el alumno ya anticipa algo sobre sus posibilidades reales, el dato de la preinscipción puede estar también sesgado y no reflejar las verdaderas preferencias. También puede ocurrir que la causalidad sea inversa (o reflejar una retroalimentación compleja): las mujeres prefieren Medicina y, como tienen notas más altas, suben la nota de corte de la carrera.
Sería un buen tema de investigación para cualquiera que tenga interés y capacidad para trabajar la empiria de la economía de la educación.
Sí, es perfectamente posible que el alumno o la alumna anticipe sus posibilidades, pero no creo que haya muchas más complicaciones. Por cierto, es asombroso que haya una información gigantesca respecto a cómo varían con el tiempo, con el sexo y con otros factores las preinscripciones en carreras universitarias y que no se utilicen para estudiar los fenómenos de enrolamiento en carreras.
Salud.
Pues reiteremos los ánimos para que alguien empiece.
Muy interesante debate da que pensar. Por hacer, mi pequeña aportación que complementa la de Iñako. Las mujeres maduran antes y eso, entre otras cosas, les hace tener ventajas para sacar mejores notas. También hay una elección de carreras por el tipo de trabajo que luego van a desarrollar (y no entro ahí porque es resbaladizo. Por último, recientemente estoy viendo una causalidad inversa: yo tengo que estudiar medicina (u algo con difícil entrada) porque tengo nota alta. Es decir, por no "desaprovechar" la nota. Perdonad por irme por las ramas. No es un tema fácil, pero el final del artículo lo comparto plenamente, tomemos la opción más prudente.
Gracias por tus apreciaciones, Jon.
"¿Por qué hay más mujeres que hombres estudiando Medicina?"
Una línea de estudio podría ser comparar la relación varón/mujer de las distintas carreras en distintos países. No sería raro que la proporción de mujeres en carreras de ingeniería sea más alta en países nórdicos que en latinoamericanos.
Podría ser, pero sería más complejo que eso. Por lo menos, habría que buscar no diferencias, sino "diferencias en diferencias", una técnica muy usada en Econometría, y para eso hay que poder atinar con las diferencias adecuadas. Valga tanta redundancia.
Pues no, no es así.
No influye mucho el grado de desarrollo en la elección de carreras por sexos.
https://www.oecd.org/pisa/pisaproducts/pisainfocus/PISA%20in%20Focus-n%C2%B014%20ESP.pdf
Creo que no hay sitio en el mundo aun donde los roles sociales de genero no condicionen a ambos sexos. La evolucion de nuestras sociedades hacia una sociedad feminista aun esta en estado de incubacion. Solo ciertos individuos (y no estoy seguro de ninguno) pueden no estarlo. Por tanto, creo no hay estudio posible aun que pueda demostrar cual es la condicion que pesa mas. Pero si miramos estudios de otros temas, siempre los condicionantes mas fuertes son los socioeconomicos... ergo, yo tampoco gastaria mucho tiempo en analizar estos temas. (Es un cansancio poner acentos en mi movil, lo siento)
Como muestran los estudios a los que se hace referencia, no es necesario que se alcance la igualdad para saber unas cuantas cosas acerca de las características heredadas y de las ambientales. Espero que otras personas sí quieran usar algo de su talento y esfuerzo en seguir investigando.
Creia que estaba dentro de lo psicologicamente aceptado que los hombre se intersaban mas por las cosas y las mujeres por las personas (simplemente como necesidad evolutiva)
No me sorprende que sea mas facil para un hombre dedicarse a ingenierias y, como el ingeniero de Google destacaba, esas diferencias pueen acentuarse mas si los estudios en particular son dificiles (tail of the bell curve)
Las mujeres tienen otras cualidades accentuadas y tambien tienen sus carreras favoritas (enfermeria, ...)
Esto sucede en diferentes culturas
Esta evidencia seria abrumadora en cualquier otro tipo de estudio social. Pero es politicamente incorrecto usar ciencia en temas de justicia social, como diria Pinker.
Diferencias, las hay. Que algunas sean condicionadas biológicamente, también será cierto. Que sepamos a ciencia cierta cuáles son y en cuánta medida es más dudoso. Que esas diferencias sean las responsables de que se elija con más tendencia una carrera que otra es algo todavía no establecido, aunque bien podría ser. Que no haya también condicionamientos sociales que amplifiquen esas tendencias es dudoso. Que esas tendencias, innatas o adquiridas, sean maleables es algo que investigar. Que esa maleabilidad respete la autonomía y libertad de la persona es algo que respetar. Creo que es sensato aceptar que estamos lejos de haber resuelto todas estas cuestiones.
Las preferencias que tienen los hombres, las mujeres y todos los seres vivos del planeta tierra que se reproducen sexualmente son exactamente las mismas y estas son las de maximizar las posibilidades de supervivencia y reproducción de SUS genes, ya que en el caso de hacer otra cosa diferente lo que les terminaría pasando es que se extinguirían y dejarían de ser un ser vivo de manera fulminante.
Si las mujeres hacían otras cosas en el pasado y ahora hacen otras cosas diferentes en el presente simplemente es porque las condiciones que maximizan la supervivencia y la reproducción de sus genes son diferentes y exactamente lo mismo pasa con los hombres.
Esta clase de discusiones también las explica bastante bien la biología, ya que una de las estrategias mas óptimas que ha existido siempre para favorecer la propia supervivencia y la reproducción de nuestros genes es precisamente la de la mentira y la del engaño y si a base de mentiras y engaños puedes terminar parasitando al resto de la sociedad maximizando que tus genes sobrevivan y se reproduzcan, pues obviamente es una estrategia óptima llevarlo a cabo (el feminismo, la igualdad, la justicia social etc simplemente son estrategias evolutivas que buscan la supervivencia y reproducción de quienes las proclaman y la lógica o base científica que tienen detrás es ninguna)
Decir que todas las preferencias (de hecho, todo lo que hace a un ser vivo) viene de la evolución no nos aclara el asunto ni nos indica qué hacer con ello. Primero: el que todas las preferencias tengan el mismo origen no implica que sean las mismas. Segundo: la evolución es algo muy complejo, con interacciones entre unas adaptaciones y otras. En particular, en el ser humano las adaptaciones para integrarse en un grupo han permitido que se desarrolle algo que llamamos cultura y que conviene estudiar según su propia evolución. Tercero: sabemos de muchas preferencias actuales que van contra la maximización de los genes de quienes las tienen. Por ejemplo, la elección de no tener hijos. Cuarto: como comenzaba la entrada, no debemos cometer la falacia naturalista. Quinto: incluso si alguna idea maximiza algo de quien la propone, eso no implica nada acerca de si es o no una buena idea según las preferencias de otros.
Igual que sabes que muchas preferencias van en contra de la maximización de los genes de quienes las tienen, como por ejemplo no tener hijos. También sabes perfectamente que en muy pocos años (un suspiro en la escala evolutiva), sus genes se van a extinguir por tener esas mismas preferencias y por lo tanto no van a ser seres vivos por mucho tiempo.
Las preferencias de todos los seres vivos sistemáticamente van a ser sobrevivir y reproducirse, ya que cualquier otra cosa los dejaría en la extinción de sus genes. No es ninguna clase origen de las mismas. Sino que son las únicas que han existido, existen y van a existir y la cultura es simplemente un colateral de esas preferencias y no algo completamente al margen que siga su propia evolución (si con tu cultura sobrevives y te reproduces, pues tu cultura es acorde a las preferencias de cualquier ser vivo y por lo tanto podrá existir. Si tu cultura no cumple algo tan básico, pues no, y por lo tanto se extinguirá exactamente igual que cualquier otro atributo biológico que no vaya completamente acorde a las únicas preferencias que pueden existir).
Obviamente como bajo las mismas preferencias las estrategias que maximizan la supervivencia y la reproducción de un hombre y una mujer son diferentes. Entre otras tantas cosas, SIEMPRE estarán mostrando conductas y comportamientos diferentes o bien dejarán de ser seres vivos al extinguirse genéticamente.
Espero que te des cuenta que nada de lo que dices nos sirve para tomar ninguna decisión sobre el tema de la desigualdad. Por lo mismo que dices que todo tiene origen biológico en la selección natural podrías haber dicho que tiene origen en las partículas elementales. Queda muy lejos del nivel en que tomamos decisiones y seguimos sin saber si las preferencias naturales son las observadas. De hecho, como no podemos saber a priori cuáles son las naturales (lo único que podemos sospechar es que muy posiblemente sean ser distintas entre los sexos y barruntar por dónde van los tiros), no nos queda más remedio que hacer este tipo de trabajos. En cualquier caso, pasar de las preferencias innatas a que estas implican que las cosas que son están bien que sean va un abismo.
Otra cosa que me parece alarmante es el ejemplo de los gemelos, que no tiene ninguna relación con las diferencias estadísticas entre intereses/profesiones por sexos. Es como decir que los hombres no son mas altos que las mujeres porque conoces a una mujer de 1,90 mas alta que tu.
Además, la genética no funciona asi, ni con esas superficialidad. De padres mestizos es muy comun que en sudamérica nazcan gemelos donde unos tiene completos rasgos europeos y otro sea marrón y de rasgos parecidos a los de indígenas americanos. Un análisis igual de erróneo de como funciona la biología podría servir para cargar contra la base iológica de esos hechos por ser distintos siendo gemelos.
Está bien leer este tipo de artículos sobre un asunto que es casi tabú, pero he echado de menos por ejemplo que se hablara de la paradoja de la igualdad que observamos en entre los diversos paises y sociedades. Es curioso como lo que llamamos "roles de género" se acentua y se hace mas visible en los paises donde existe un mayor grado de igualdad, donde las mujeres son mas libres y donde hay mas bienestar.
Al contrario de lo que piensan muchos, cuando las mujeres son realmente libres para decidir y el factor para eligir carrera profesional se basa en los gustos y pasiones en lugar de por necesidad para salir adelante económicamente, las diferencias en lugar de disminuir, aumentan.
En una época donde nadie defiende que todo se base al 100% en la naturaleza, sino que hay gente que defiende que es mezcla de narture vs narture, pero en cambio si que existe una posición ideológica cuasi-religiosa que pretende que no existen diferencias biológicas entre hombres y mujeres mas allá del físico, y que somos completamente iguales y que todo es un constructo social,, este artículo es un poco "beating the dead horse".
Es cómodo, carga contra un adversario imaginario que no existe(los que niegan cualquier influencia social) y viene bien para no hacer enemigos. Porque hay que recordar que dentro de la academia, en muchos departamentos y en los medios de comunicación si que está muy extendido este fanatismo anticientífico de negar cualquier influencia biológica. Cargar contra ellos, que son la verdadera amenaza, si que sería peligroso para la carrera laboral y la vida social.
"Mi posición personal es que, en ausencia de una explicación establecida científicamente, la acción social y política debe inclinarse por la de menos daño. ... mientras que no haya datos concluyentes en contra, trabajemos con la hipótesis de que hombres y mujeres tienen inclinaciones innatas parecidas en la elección de carreras."
Este párrafo me parece muy peligroso y al mismo tiempo muy revelador, porque la ciencia no se debe decantar por la hipotesis "menos dañina"(quien decide que es dañino?), sino por lo mas veraz.
En ninguna parte he dicho que las diferencias sobre preferencias encontradas en los estudios con gemelos, hermanos, adoptivos, biológicos,... no tengan ninguna relación con la elección de carrera. He dicho que cuál sea esta relación, es algo que todavía no sabemos bien.
Cuando dices que "la genética no funciona así", no sé a qué te refieres. Así, ¿cómo? Los estudios estadísticos no estudian el mecanismo de transmisión genética, sino la variabilidad de características pre-definidas y la atribución de esta a unas causas u otras.
Por ejemplo: Coge una población de adultos y mide los años de escolarización de cada uno. Con estas mediciones podrás calcular una media y una varianza. Ahora coge una población de pares de gemelos, donde los gemelos de cada par se han criado separados. Coge, por ejemplo, individuos con X años de estudios y mira los años de estudio de sus gemelos. Si la varianza de estas mediciones son la mitad que las que tenías anteriormente podrás decir que la genética explica la mitad de la variación (medida por la varianza) de años de estudio de la población.
Dices: "Cuando las mujeres son realmente libres para decidir y el factor para eligir carrera profesional se basa en los gustos y pasiones en lugar de por necesidad para salir adelante económicamente, las diferencias en lugar de disminuir, aumentan."
Esa afirmación es demasiado general como para que tenga un sentido sobre el que poder estar de acuerdo, criticar o presentar estudios que la validen o refuten. ¿Qué dos situaciones concretas estás comparando? Obviamente la respuesta podrá depender mucho de cuáles sean las comparaciones. Una sociedad pasa de prohibir estudiar X a las mujeres a permitírselo. Cuando estaba prohibido las diferencias entre hombres y mujeres sobre la elección de X eran muy grandes. Cuando se da más libertad, seguro que no aumenta, como tú dices.
Dices: "Este párrafo me parece muy peligroso y al mismo tiempo muy revelador, porque la ciencia no se debe decantar por la hipotesis "menos dañina"(quien decide que es dañino?), sino por lo mas veraz."
El párrafo al que te refieres no dice nada acerca de lo que tiene que hacer la ciencia. Si lees bien se refiere a las acciones políticas y sociales en ausencia de información. La elección de la hipótesis de menos riesgo como la hipótesis nula es una práctica muy general en estadística y lo es por muy buenas razones. Dónde está el menor riesgo en nuestro caso es algo que he ido explicando en la entrada. Si no sabemos bien las razones por las cuales en X hay muchas menos mujeres que hombres, el menor riesgo es suponer que esta infra-representación se puede corregir. ¿La razón? Así ha pasado en muchos otros lugares y sin que ello haya supuesto ni una imposición a las mujeres ni un coste a la eficiencia de las cosas que sea que se hagan en X. Tenemos muchos ejemplos de eso y creo que casi ninguno de lo contrario. Bien puede ser que X sea distinto, pero si de momento no sabemos nada, elijamos bien la hipótesis nula.
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