Desde hace unos años visito con frecuencia países del África Occidental. Durante este tiempo, he percibido un cambio cultural notable, especialmente entre las mujeres, que sospechaba podría estar relacionado con la expansión del acceso a internet. En muchas comunidades tradicionalmente cerradas, no es raro observar en los últimos años cambios significativos en la forma de vestir, la música que escuchan, el ocio, o la manera en que se relacionan hombres y mujeres, por ejemplo. En definitiva, cambios hacia una cultura que “eurocéntricamente” podríamos llamar occidental. Dos preguntas que surgen al respecto son si estos cambios culturales están efectivamente vinculados a la llegada de internet, y si pueden llegar a afectar normas sociales fuertemente arraigadas en estas comunidades.
Responder a estas dos preguntas es el objetivo de un trabajo reciente coautorado con Daniel Pérez Parra y Riccardo Ciacci, en el que, utilizando Nigeria como caso de estudio, investigamos cómo el acceso a internet afecta una de las normas sociales más nocivas del África subsahariana: la mutilación genital femenina (MGF). Reconocida como violación de los derechos humanos, varios estudios han documentado los efectos perjudiciales en la salud y el capital humano de esta práctica. Sin embargo, pese a los esfuerzos de la comunidad internacional por erradicarla, casi 4 millones de niñas son sometidas a esta práctica cada año.
Pero, ¿por qué el acceso a internet podría ayudar a combatir la MGF? En las comunidades rurales nigerianas, existe un fuerte estigma contra el sexo premarital y extramarital, y en general, hacia un comportamiento sexual liberal. En estos contextos la MGF encuentra su razón de ser en la creencia de que ésta atenúa el deseo sexual y promueve que las mujeres que la han sufrido sean más recatadas y fieles durante el matrimonio. En comunidades tradicionales, el acceso a internet abre una puerta a nuevas culturas y expone a mujeres y hombres a una identidad femenina más permisiva respecto a las relaciones sexuales fuera del matrimonio, lo que debilitaría el papel que desempeña la MGF en estas sociedades. Además, las redes sociales han sido el escenario de numerosas campañas contra la MGF, impulsadas por instituciones como UNICEF o el propio gobierno nigeriano, con lo que el acceso a internet también podría aumentar el alcance de estas campañas.
El principal desafío metodológico para medir el efecto del acceso a internet sobre la MGF es la posible existencia de endogeneidad, ya que parece razonable pensar que las compañías telefónicas que expanden el 3G podrían tener particular interés en llevar esta tecnología a los lugares más avanzados socialmente, donde esta práctica ya estuviera en declive. Para abordar esta potencial endogeneidad, utilizamos un modelo de diferencias en diferencias, que explota la disponibilidad de cobertura 3G—la principal tecnología a través de la cual llega internet a África—en el lugar de residencia de la niña durante sus primeros años de vida, que es el período en el que se producen la inmensa mayoría de las mutilaciones en Nigeria.
Los resultados de este análisis, presentados en la Figura 1, muestran que la disponibilidad de cobertura 3G reduce la probabilidad de mutilación desde el primer año. El efecto promedio durante el período estudiado es de aproximadamente 5 puntos porcentuales (o un 30%), y la figura sugiere además que se cumple el principio de tendencias paralelas, que es la principal condición de validez del enfoque metodológico utilizado.
FIGURA 1 – Efecto del acceso a Internet sobre la probabilidad de MGF
Nuestro siguiente paso es entender si el acceso a internet afecta de manera más amplia la identidad femenina en estas comunidades. Los resultados muestran que, efectivamente, el acceso a internet reduce el apoyo a la MGF, sobre todo el de las mujeres. Sin embargo, lo más sorprendente quizás son los resultados que encontramos en el comportamiento sexual de estas mujeres, que reportan tener más relaciones sexuales antes del matrimonio, más relaciones extra-maritales y, en general, un mayor número de compañeros sexuales. Además, el acceso a internet incrementa la probabilidad de que estas mujeres fumen (una práctica estigmatizada en Nigeria). Por el contrario, los efectos para los hombres son mucho menores, y están concentrados sobre todo en la confianza que éstos tienen en los líderes comunitarios tradicionales. Estos resultados son consistentes con la hipótesis de un cambio cultural amplio.
Sin embargo, estos resultados podrían estar simplemente causados por las campañas explícitas contra la MGF que tienen como principal escenario las redes sociales y que podrían afectar a las personas que tienen acceso a internet. Para estudiar esta hipótesis, evaluamos el impacto de una campaña anti-MGF en redes sociales liderada por UNICEF y varios ministerios, implementada a través de Twitter e Instagram como parte del Día Internacional de la Niña el 11 de octubre de 2018. Durante dicho día, se alcanzó el pico de búsquedas en Google sobre MGF en Nigeria. Utilizando un diseño de regresión discontinua en el que comparamos a personas con acceso a internet encuestadas justo antes y después de la campaña, podemos observar cómo esta campaña afectó el apoyo a esta práctica en el corto plazo. Los resultados, presentados en la Figura 2, muestran efectos muy limitados de esta campaña, sugiriendo que los efectos del acceso a internet sobre la MGF no tienen tanto que ver con el contenido explícito anti-mutilación que existe en internet, sino con la desestigmatización del sexo fuera del matrimonio causada por el acceso a internet. El estudio también muestra que nuestros resultados no están causados por otros mecanismos relacionados con el acceso a internet, como podría ser la migración de familias menos tradicionales hacia lugares con acceso a internet, o con un shock de ingresos.
FIGURA 2 – Efecto de la campaña del Día Internacional de la Niña sobre el apoyo a la MGF
Los resultados de este estudio tienen implicaciones para las políticas públicas y los programas de ONGS dirigidas a erradicar la MGF. Tradicionalmente, los esfuerzos para combatir la MGF se han centrado en expandir la educación y aumentar el empoderamiento de las mujeres. Aunque los efectos beneficiosos de la educación y el empoderamiento de las mujeres son ampliamente conocidos, éstos tienen un impacto muy limitado en reducir la MGF. Nuestros resultados muestran, sin embargo, que para luchar de forma efectiva contra la MGF, es necesario promover intervenciones que fomenten cambios culturales o de identidad más profundos, que afecten los estigmas que suelen ir ligados a esta práctica.
Los resultados de este estudio también destacan el poder de internet para transformar culturalmente las sociedades. Aunque en este caso está contribuyendo a la lucha contra una práctica cultural dañina, también es posible que el acceso a internet promueva una homogeneización cultural cuyos efectos en otros aspectos pueden ser menos deseables.