de José Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz) y Clara I. González (@GlezClarisa)
La población en España es de 46.507.760 personas a 1 de enero de 2014 según publicó el INE a finales de junio según la estadística Cifras de Población (nota de prensa y datos). Esta cifra supone 220 mil personas menos respecto a hace un año (un -0,5%) y dos años consecutivos en los que se reduce la población. En este post vamos a destacar los principales elementos que inciden en esta evolución de la población que son: los movimientos migratorios, la natalidad y la mortalidad. El INE también ha publicado recientemente datos actualizados para estas variables, en el caso de la primera variable según la Estadística de Migraciones y para las otras dos (natalidad y mortalidad) a través de los Indicadores Demográficos Básicos del Movimiento Natural de la Población.
Flujos migratorios
Para conocer con detalle como es la evolución de los flujos migratorios en España podemos acudir, como mencionábamos en un post anterior, o bien a la Estadística de Variaciones Residenciales o bien a la Estadística de Migraciones. Vamos a centrarnos en esta última que empezó a ser publicada en el año 2013 y que reemplazó a la denominada Estadística de Población Actual que proporcionaba datos mensuales cada tres meses. En el caso de la Estadística de Migraciones, el INE publica a mediados de cada año los valores anuales definitivos para el año anterior y en diciembre los provisionales del primer semestre de ese año. A través de estos datos se obtiene una aproximación estadística de los flujos migratorios de España con el extranjero.
Según los datos publicados a finales de junio, en el año 2013 el flujo migratorio neto con el exterior fue de -257 mil personas, resultado de un total de 291 mil llegadas frente a 547 mil personas que se fueron de España. El detalle de estas cifras nos permiten conocer mejor la intensidad del proceso migratorio actual que se caracteriza por un mayor número de salidas frente a la intensidad de los flujos migratorios registrada entre los años 2000 y 2008 como se puede recordar en este post y este artículo González, Conde-Ruiz y Boldrin (2009). Los datos muestran que:
- En el año 2013, el flujo migratorio de llegada a España se redujo un 4,3% mientras que el de salida del país aumentó un 22,7%. En cuanto a la emigración, el 86% de las 547 mil personas que se fueron habían nacido en el extranjero, algunas de ellas con nacionalidad española (ver cuadro 1). Hay que tener en cuenta que además de producirse un mayor flujo de salida del país, en el último año hubo 230 mil personas que adquirieron la nacionalidad española.
- Si miramos por grupos de edad, el saldo negativo se concentró mayoritariamente entre 25 y 45 años como se puede ver a continuación, siendo la emigración intensa en estas edades tanto la población con nacionalidad española como extranjera. Esto parece razonable pues es este segmento de la población el propenso a emigrar por motivos laborales. Como aspecto destacado, ha sido importante la emigración de españoles en el grupo de menores de 10 años. Esto puede ser debido en parte a migración de retorno de inmigrantes a sus países de origen con sus hijos nacidos en España
- Con todo ello, la población con nacionalidad extranjera descendió un 7,8% en el último año hasta 4,7 millones de personas (10% de la población total frente a alrededor del 12% en el año 2009).
Natalidad
Además de los movimientos migratorios, los otros indicadores relevantes para conocer la dinámica de la población son la evolución de la natalidad y la mortalidad que nos proporcionan las Estadísticas del Movimiento Natural de la Población. Según publicó el INE recientemente (Nota de prensa) el número de nacimientos en el año 2013 fue de 425.390 niños, un 6,4% menor al del año anterior y quinto año consecutivo de descensos (-18% menos respecto al año 2008). Los motivos de este descenso en la natalidad son:
i) Un menor número de mujeres en edad fértil (entre 15 y 49 años) que se reduce desde 2009 casi un 4%. Las generaciones o cohortes que llegan a este grupo de edad empiezan a ser menos numerosas (nacidas en la crisis de natalidad de los años 80 y principios de los 90) lo cual conlleva que se empiezan a notar los efectos del envejecimiento. A esto se suma la evolución de los flujos migratorios con una menor llegada y mayor flujo de salida.
ii) Vuelve a descender el número de hijos por mujer en edad fértil situándose en 1,26 niños frente a años anteriores donde llegó a ser de 1,44 en 2008 pero inferior a 2 desde 1982 (ver gráfico 2 y para más detalle en Conde Ruiz y González (2010)). Si miramos según nacionalidad, este descenso reciente se produjo tanto entre mujeres extranjeras (que ha pasado del 1,83 en el año 2008 a 1,5 en 2013) como españolas (de 1,44 en 2008 a 1,26 en 2013).
iii) Adicionalmente, la edad media a la maternidad continúo aumentando superando los 32 años en 2013.
Mortalidad y Esperanza de Vida
En cuanto a mortalidad, en el año 2013 se produjo un menor número de fallecimientos respecto a 2012 (389.699 personas, un -3,3%) frente a los aumentos en los dos años anteriores. La esperanza de vida al nacer aumentó hasta los 82,2 años (80 años para hombres y 85,6 para mujeres) siendo el valor más alto de la serie (ver Gráfico 3). Así mismo, también se ha producido un importante avance en la esperanza de vida a los 65 años. A pesar de los descensos puntuales en el año 2012, debido a un aumento coyuntural de las defunciones en los meses de febrero y marzo (para más detalle ver INE (2012)), la tendencia continúa siendo creciente en ambos casos.
A la vista de los datos más recientes parece previsible que la esperanza de vida, tanto al nacer como a los 65 años, siga aumentando dado que continúa cayendo la mortalidad a edades elevadas. El porcentaje de cada generación que alcanzaba los 65 años en 1919 (cuando se estableció como edad de jubilación), no alcanzaba el 34% mientras que ahora es del 90%. En la actualidad dicho 34% corresponde a los 89 años de edad como se puede ver en el siguiente gráfico.
Próximas décadas
Como se ha visto en este post, en los últimos años se producido i) un mayor flujo migratorio de salida, ii) un menor número de nacimientos y iii) caída en la mortalidad con el consiguiente aumento de la esperanza de vida. De cara a las próximas décadas, estas cifras podrían conllevar previsiblemente a un panorama de un mayor grado de envejecimiento que el planteado en las proyecciones demográficas. El último escenario de largo plazo del INE (período 2012-2052) suponía flujos migratorios negativos hasta el año 2036, el número de nacimientos no volvería a crecer hasta 2030 y la esperanza de vida aumentaría en casi 8 años en el caso de los hombres y casi 6 años para las mujeres en el período. Estos supuestos implicarían una pérdida de población alrededor de 4 millones de personas de aquí al año 2052 siendo especialmente intenso entre 25 y 50 años. Por este motivo la tasa de dependencia (ratio población mayor de 65 años / población 16-64 años) pasaría del 26,1% al 73% en el año 2052. En base a la información disponible, el INE ha ido realizando actualizaciones de sus proyecciones para el corto plazo pero será en octubre cuando publique un nuevo escenario para las próximas cuatro décadas. A la vista de los datos recogidos previsiblemente se pueda esperar cambios en sus hipótesis resultando un mayor estrechamiento de la base de la “pirámide” de población y en definitiva un mayor envejecimiento de la población.