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Primer Trimestre 2021: afiliación en paralelo con la Pandemia

de J J. Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz), Manu García (@manugar), Luis Puch (@lpuchg) y Jesús Ruiz (@icae_ucm)

En pocas semanas pretendemos realizar y publicar en este blog un análisis más profundo del impacto que ha tenido la crisis de la COVID-19 en un mercado de trabajo tan dual como el español. En este post nos vamos centrar en el primer trimestre del año 2021, siguiendo la línea de la serie de posts que hemos ido publicando desde que llego esta pandemia.

En marzo, la Seguridad Social registró 18.920.902 afiliados de media mensual, 70.790 cotizantes más con respecto a la media de febrero. Pero, si miramos el último día del mes de marzo, podemos decir (y ver en el Gráfico 1) que, en datos diarios de afiliación a la Seguridad Social, el primer trimestre de 2021 nos deja tal y como empezamos el año: exactamente con 18.793.353 cotizantes a 31 de marzo. Más aún, después de este primer año de la crisis COVID-19, el dato de afiliación a fin de marzo de 2021 nos sitúa más cerca del suelo del confinamiento: 18.396.362 (a 30/4/2020), que de la cifra de cotizantes alcanzados poco antes de la declaración del estado de alarma: 19.344.258 (a 11/3/2020). Es decir, la caída en datos diarios después de un año sigue por encima del medio millón de afiliados.

Queremos destacar un aspecto que nos parece clave: el tremendo efecto fin de mes a 31 de marzo (ver Gráfico 1). El efecto de fin de mes habitual en los datos diarios de afiliación se ha combinado esta vez con el inicio de los festivos de la Semana Santa. Esto ha resultado en una perdida de 190.960 cotizantes en el último día del mes. SÍ, han leído bien, 191 mil afiliados netos menos ¡¡¡en un solo día!!! El Secretario de Estado se ha apresurado a aclarar en rueda de prensa que, de los 191 mil cotizantes perdidos el último día, ya se han recuperado cerca de 120 mil en los primeros días de abril (¡el lunes 5, vaya!). Y es cierto, esto es lo que pasa habitualmente en el mercado laboral y que hemos puesto de relieve en múltiples ocasiones desde que abrimos esta línea de investigación. Lo que no deja de sorprendernos es que esta terrible patología del mercado laboral español (que se observa en los datos diarios) no ocupe más tiempo en el análisis de la situación por parte de los medios y de los estudiosos.

El mercado laboral español se acopla al calendario como ningún otro: crea empleos el lunes para destruir el viernes, o el sábado para destruir el domingo, o el primer día del mes para destruir el último día del mes, o al principio de la temporada de verano para destruir al final de la temporada de verano, o el primer día del año escolar para destruir al final del curso, etc. Y lo hace así de forma recurrente, semana a semana, mes a mes, trimestre a trimestre, y con un marcado patrón cíclico, por cierto. Esto ocurría antes de la pandemia y está ocurriendo, amplificado si cabe, durante la pandemia. Porque esta altísima rotación de contratos se hace a costa de los trabajadores temporales, los cuales como sabemos no se han podido proteger con los ERTEs en esta crisis, como sí ha podido hacerse para los trabajadores con contrato indefinido.

Alguien puede caer en la tentación de pensar que no pasa nada si se destruye un contrato hoy si al trabajador le vuelven a contratar mañana. Muy al contrario, esta altísima rotación, que además recae principalmente en los trabajadores más jóvenes, es profundamente injusta porque impide una vida normal a muchos trabajadores enfrentados a tanta precariedad, y también es ineficiente para la economía pues sabemos que la rotación laboral asociada a fricciones administrativas, fiscales y regulatorias, está también detrás de las bajísimas tasas de crecimiento de la productividad.

Gráfico 1. Afiliación diaria a la Seguridad Social

Aunque profundizaremos en ello en el próximo post, hay dos lecciones que hemos aprendido durante la pandemia: i) la importancia de los ERTEs como mecanismo de flexibilidad interna para evitar los despidos (al menos inicialmente) de los trabajadores indefinidos; y ii) la evolución del mercado laboral está estrechamente relacionada con la situación epidemiológica y las medidas de restricción de movilidad introducidas para evitar la propagación del virus.

Tal como hemos explicado, las dinámicas de ajuste del mercado laboral durante la pandemia se pueden ver analizando el Grafico 2. Dicho gráfico muestra el número de trabajadores acogido a los ERTEs. En una primera fase, la de gran confinamiento para frenar la primera ola pandémica, la economía prácticamente se paralizo, los trabajadores indefinidos afectados se pudieron proteger en los ERTEs (por encima de los 3,5 millones), mientras que los temporales (más de 1 millón, como muestra el Gráfico 1 para marzo de 2020) fueron despedidos (mejor dicho, no les renovaron el contrato). Con la desescalada, a medida que se empezaba a reiniciar alguna actividad, por un lado se incorporaban a la actividad trabajadores en ERTEs (esto no afectaba a los afiliados), pero por otro lado para que esa actividad pudiera funcionar era necesario contratar a los temporales que les son complementarios, produciéndose un aumento de la afiliación. Y es que, es así como funciona un mercado de trabajo dual como el español, donde los contratos temporales (por supuesto, en distinto grado) están presentes en todas las ramas de actividad. Por lo tanto, para producir, es prácticamente imprescindible contratar trabajadores temporales. La cuestión es si somos capaces de emplear a los trabajadores temporales que requiere la tecnología, a la vez que abolimos la precariedad.

La dinámica que acabamos de describir se volvió a observar durante la segunda ola pandémica, lo que obligó a introducir medidas restrictivas, de manera que, sin llegar a los niveles de la primera ola, empujó a nuevos trabajadores a acogerse a los ERTEs, a la vez que temporales adicionales fueron despedidos. Esta dinámica es también la que hemos observado en el primer trimestre del año como consecuencia de la tercera ola de la epidemia, y que examinamos a continuación en algo más de detalle a través de los flujos de altas y bajas de afiliación.

Gráfico 2. Evolución diaria de los trabajadores en situación de ERTE

En primer lugar, podemos comparar las altas y las bajas de los últimos tres meses. Como se puede ver tanto las altas como las bajas diarias, que siguen los efectos calendario típicos de las semanas, suben ligeramente con la mejora del entorno de control de la pandemia (ver Grafico 3) a lo largo del mes de marzo y después de que el día 5 de febrero se registrara el mínimo de actividad (el menor número de afiliados corregidos de ERTEs). Este hecho muestra que con la mejora de la pandemia aumenta inmediatamente el dinamismo en el mercado laboral. En cuanto se reducen las medidas restrictivas (¡porque se puede!), disminuye el numero de trabajadores en ERTEs (en el mes de marzo se ha reducido en 116 mil trabajadores), y aumenta la contratación de temporales. De ahí el aumento de 70 mil afiliados medios en el mes de marzo. 

Gráfico 3. Altas y Bajas diarias durante los meses de Enero, Febrero y Marzo

Si comparamos las altas y las bajas de los últimos meses, la principal observación es que las altas empiezan el mes mejor que lo acaban, mientras que las bajas son bastante uniformes para mal a lo largo de todo el mes (los gráficos excluyen el primer y último día de cada mes). Así es difícil incrementar sólidamente la afiliación. En particular, creemos que los últimos meses se parecen demasiado entre sí como para hablar de reactivación de la recuperación.

Aunque el dato del mes de marzo ha sido positivo con respecto al mes de febrero en media mensual, podemos ver ahora cómo ha sido este marzo en relación con otros marzos, y especialmente en relación a marzo de 2020: el primer (medio-)mes de pandemia para España. Si comparamos los meses de marzo en los últimos años, por el lado de las altas observamos (en rojo) que este marzo empezó algo peor que el de 2020 (en rosa), sin pandemia aún, y ha terminado algo mejor (¡que menos!), y más en línea con los años anteriores a la pandemia:

Grafico 4. Altas diarias durante los meses de marzo

En cuanto a las bajas, lo más destacable sin duda, como ya habíamos dicho al principio del post, es que el efecto fin de mes a 31 de marzo en las bajas de afiliación se ha situado en niveles de bajas de pandemia: en rosa, el primer lunes (anticipo de la incertidumbre que venía), y sobre todo, el tercer lunes de marzo de 2020. Podemos decir también que las bajas a lo largo de todo el mes se han situado en niveles relativamente altos, lo que evidentemente complica que puedan concretarse las adiciones al stock de afiliados de la economía española.

Grafico 5. Bajas diarias durante los meses de marzo

Existe aun mucha incertidumbre sobre cómo va evolucionar el mercado de trabajo en los próximos meses. Por un lado, todo apunta a que estamos entrando en la cuarta ola pandémica, y aunque parece que no va a ser tan intensa como las anteriores, este virus nos ha dado muchas sorpresas negativas y, por lo tanto, hay que ser prudentes. Por otro lado, el Presidente del Gobierno acaba de anunciar un plan de vacunación muy ambicioso. Como estamos viendo en otros países este es el mejor camino para controlar la pandemia: vacunar, vacunar y vacunar. Y como hemos aprendido, solo cuando esté controlada la crisis sanitaria, podremos superar la crisis económica. Esperemos que, esta vez si, estemos cerca de consolidar la recuperación.