por Angel Estrada
Recientemente, Javier Andrés ha detallado en varias entradas de este blog como se está repartiendo el esfuerzo de la recuperación de la competitividad-precio de la economía española entre las empresas (márgenes empresariales) y los trabajadores (masa salarial), lo cual es un elemento clave para el reequilibrio de los saldos exteriores. En ellas se concluye que este ajuste “está recayendo de forma particular sobre el empleo y las rentas del trabajo”. En cambio, los mark-ups parecen estar aumentando, contrarrestando en parte la ganancia de competitividad derivada de la reducción de los costes laborales unitarios. En este post se analiza el comportamiento de los márgenes empresariales (y de algunos de sus posibles determinantes) en los países del área del euro durante la fase de recesión, lo cual permite situar a España en el contexto de los países con los que compartimos moneda. Además, se presenta información desagregada para los sectores tradicionalmente considerados comerciables (agricultura y manufacturas) y los no comerciables (construcción y servicios ). Para simplificar, la evolución de los mark-ups se aproxima como diferencia entre el crecimiento del deflactor del valor añadido (excluyendo, por tanto, los cambios en la imposición indirecta que recae sobre los productos) y el de los costes laborales unitarios, que aproximan los costes marginales de producción. Como se puede apreciar en el Gráfico 1, España no es el único país en que los márgenes del conjunto de la economía (puntos en rojo) han aumentado durante la crisis; también ha ocurrido en Portugal, Grecia e Irlanda. Además, han crecido tanto en el sector de comerciables (columna verde) como en el de no comerciables (columna azul), siendo mayor el incremento en comerciables. En el resto de países los mark-ups agregados se han reducido, o en ambos sectores o solo en el de no comerciables, pero lo suficiente como para reducir los del conjunto de la economía.
Gráfico 1. Incremento medio anual de los mark-ups en los países del área del euro: 2008-2012
Una posible explicación para este comportamiento es que se hayan producido cambios significativos en el grado de competencia en los mercados de bienes y servicios, que están modificando los mark-ups de estado estacionario. Sin embargo, la elevada sincronía en la evolución de los márgenes empresariales en ambos sectores sugiere que esta no puede ser la única explicación. A pesar de ello, merece la pena analizar cómo ha evolucionado el grado de competencia en este periodo. La selección de un indicador que sintetice el grado de competencia para el conjunto de la economía es una tarea muy compleja y, de hecho, existen dudas sobre si tiene sentido intentarlo. El World Economic Forum ha desarrollado un indicador prometedor, uno de los componentes del Global Competitiveness Indicator, que combina información tanto de variables cuantitativas que determinan el grado de competencia (como el coste de creación de empresas o los aranceles) como variables cualitativas (por ejemplo, la efectividad de la política antimonopolio en opinión de los expertos en el área).
El Gráfico 2 muestra el nivel y la evolución de este indicador en los países del área del euro y otros países desarrollados durante la crisis. Este indicador está acotado entre 1 y 7, siendo mayor cuanto más intensa es la competencia. Como se puede apreciar, la mayoría de los países del área del euro (puntos en naranja) se encuentran por debajo de la línea de 45º, por lo que han reducido el grado de competencia de su economía durante la crisis. Solamente en Italia ha aumentado y en Países Bajos e Irlanda se ha mantenido estable. Los otros países desarrollados tampoco han mejorado su grado de competencia durante la crisis, excepto en los casos de Nueva Zelanda y Reino Unido, que, en cualquier caso, presentan un nivel superior al de los países del área del euro.
Gráfico 2. Grado de competencia en los mercados de producto en algunos países desarrollados: 2008-2012
De hecho, existe una clara dicotomía en el grado de competencia de los países del área del euro, siendo muy inferior en Grecia, Italia, Portugal, España y Francia. Dado que mayor competencia implica una mejora en la eficiencia asignativa y, por tanto, un aumento de la renta per cápita, y que también se asocia con mayor capacidad innovadora y de crecimiento potencial, parece crucial que se sigan impulsando medidas que favorezcan la competencia en el área del euro y en los países más rezagados en este ámbito en particular. Además, tal y como ilustraba el Banco de España en su informe anual de 2011, el impacto agregado de reformas en el mercado de trabajo puede verse sustancialmente disminuido si los mark-ups aumentan, limitándose sus efectos en el corto plazo a una mera reasignación de rentas.
Sin embargo, Javier Andrés también apuntaba como esta evolución de los mark-ups puede ser consecuencia de factores financieros, tal y como propusieron hace algunos años Chevalier y Scharfstein o, más recientemente, Gilchrist et al. La intuición es que las empresas que no pueden acceder a financiación externa deben recurrir a la autofinanciación para seguir operando o para mejorar sus condiciones financieras mediante el desapalancamiento (de hecho, Garicano y Steinwender defienden esta hipótesis para una muestra de empresas españolas.) Para ilustrar esta posibilidad, en el Gráfico 3 presenta una nube de puntos para los países del área del euro con el crecimiento del crédito a empresas durante la recesión y la evolución de los spreads de tipos de interés, que intenta reflejar la fragmentación de los mercados financieros en el área del euro. Los países que aparecen en el cuadrante noroeste se caracterizan por una reducción del crédito y un aumento de los spreads con respecto a Alemania; precisamente, estos son los países que habían elevado los márgenes empresariales en estos años (Grecia no aparece por falta de información). Irlanda es un caso especial, ya que si bien el crédito de las entidades financieras residentes se está reduciendo a tasas elevadas, la deuda total de las empresas no financieras aumenta, ya que las filiales de multinacionales allí radicadas obtienen financiación a través de sus matrices. En este caso, el aumento de márgenes podría tener más que ver con los precios de transferencia del comercio intra-empresa. Para el resto de países del euro área, si bien los spreads han aumentado (excepto en Finlandia), el crédito ha presentado un cierto avance.
Gráfico 3. Variación del crédito a empresas y evolución del spread de tipos de interés en los países del área del euro: 2009-2012
Las implicaciones para la política económica de la existencia de una relación entre márgenes empresariales y condiciones financieras no son desdeñables para los efectos de reformas estructurales como la liberalización de los mercados de producto y la flexibilización del mercado de trabajo. De hecho, para que puedan alcanzar sus objetivos de aumento de la actividad y el empleo tendrían que venir acompañadas de medidas que normalicen y homogeneícen las condiciones financieras de los países del área del euro y de sus empresas, en particular.