Los costes de una intervención: el caso de Portugal

Dado que lo que hay que hacer para volver a ganar la confianza de los mercados financieros es tan duro (tanto en términos de recortes y como de reformas), hay quien piensa que lo mejor sería una intervención y que nos forzaran a hacer las cosas desde fuera.

Esto sería un gravísimo error. Existen muchas razones para ello. Desde un punto de vista de legitimidad democrática, es preferible que quien decida las medidas sea el partido que obtuvo la responsabilidad de gobernar. Desde un punto de vista de eficiencia,  es preferible que las medidas sean diseñadas desde dentro, pues la experiencia nos muestra que muchos de los paquetes de medidas impuestos son muy estandarizados y corren el riesgo de no ajustarse con precisión a lo que el país necesita.

Permítanme en este post centrarme en el caso de Portugal como muestra de los costes que implicaría una hipotética intervención. Para más información, se puede visitar la página de fedea donde están colgadas las presentaciones de una reciente reunión de trabajo que hicimos sobre el tema.

En primer lugar señalar que el timing de los acontecimientos en Portugal no tiene nada que ver con el de España. Como recordaran Portugal fue intervenida a principio de mayo de este año. Fue precisamente el rechazo del Plan de Ajuste propuesto por el primer ministro Sócrates (recordarán que en España el Plan fue aprobado por un sólo voto), lo que provocó tanto la intervención, como la dimisión  del primer ministro y la convocatoria de elecciones. La condicionalidad del apoyo financiero impuesta por la troika (UE, BCE y FMI) para acceder a una línea de crédito de 78.000 millones de euros, que implicaba  fuerte ajustes fiscales y un amplio programa de reformas, tuvo que ser aceptada por los tres partidos que tenían opciones de ganar en las elecciones: CDS-PP, PSD y PS. Es decir, el fuerte paquete de medidas impuesto por la troika, y  que describiré a continuación, estuvo avalado por los votos de las elecciones. Los partidos de la izquierda más radical (CPC y BE) se negaron a hablar con la troika y mucho menos a firmar nada (ambos perdieron representatividad en las elecciones.)

En segundo lugar la situación de Portugal es más dramática que la de España:

i) En la década del euro, Portugal experimento divergencia con la media europea, con una tasa media de crecimiento (2001-2009) del  0,2% anual!!!
ii) tiene una Deuda Publica del 106% del PIB.
iii) una escasa disciplina fiscal en el periodo pre-crisis (ver figura)
iv) dificultades extremas para reducir las necesidades de financiación de su balanza por cuenta corriente incluso durante la crisis (ver figura).

Es decir, si lo unimos al nulo crecimiento de la productividad y al comportamiento de los costes laborales unitarios (subieron un 33% desde la entrada en el euro), podemos afirmar que tienen un problema de competitividad en su economía incluso superior al nuestro.

La intervención de Portugal acordada con la troika  consiste en un paquete financiero de 66 mil millones de euros para financiar el Estado (40% del PIB) y 12 mil millones  de euros para recapitalización de los bancos (7% de PIB).  La ayuda está condicionada a un importante ajuste fiscal (hasta alcanzar el 3% en 2013) y a la implementación de  reformas/medidas estructurales transversales a la economía. En total son 243 medidas, de las cuales el 69% deben llevarse a cabo en 2011  y todo el proceso lleva un exhaustivo seguimiento y control desde fuera.

Para hacernos una idea de lo que implican estas medidas permítanme describir las más importantes (para un mayor detalle de las mismas ver el Programa de Condicionalidad y la web del Gobierno portugués sobre su seguimiento)

La piedra angular del programa es el ajuste fiscal que para alcanzar un déficit del 3% impone medidas de reducción del gasto por el 4,5% del PIB y un aumento de ingresos del 1,3%. Las principales medidas son: i) eliminación de las dos pagas extra para los trabajadores de la administración y empresas publicas, así como pensionistas que perciban más de 1100 euros al mes (para remuneraciones entre 600 y 1100 €, en media, se eliminará una paga extra); ii) recortes en sanidad, educación y defensa; iii) venta de las empresas públicas; iv) eliminación de deducciones en el IRPF y en el impuesto de sociedades; v) aumento de los impuestos especiales, los impuestos sobre la propiedad y el IVA en el 23%; vi) Aumento de los ingresos por IVA eliminando exenciones y aplicando el tipo general a bienes y servicios que estaban sujetos a tipo reducido ( con la inclusión de los restaurantes y del ocio (cine y teatro) en el IVA normal del 23%); vii) aumento del copago sanitario.

En cuanto a la reforma del mercado de trabajo destaca: i) reducción de la indemnización por despido pasando de 36 días por año hasta situarlo en 20 días por año (la media europea); ii) desjudicialización del proceso de despido; iii) prestaciones por desempleo menos generoso: endureciendo la elegibilidad, reduciendo la  prestación máxima (a 2,3 veces el salario mínimo) y la duración máxima (de 36 a 18 meses); iv) congelación indefinida del salario mínimo interprofesional; v) ampliación de media hora laboral diaria en la empresa privada y ajuste del calendario de festivos.

En cuanto a la reforma de las administraciones públicas y la justicia: i) reducción del 15% de los  puestos más cualificados de la administración central; ii) eliminación de 308 municipios y 4259 parroquias; iii) profundos cambios en el sistema judicial (nuevo mapa de la zona judicial, nuevo régimen de procedimiento civil, etc), iv) nueva ley de la Administración Local. Aparecen reformas para liberalizar el mercado de bienes y servicios (eliminación de la acción de oro, nueva Ley de Competencia, reducción de las Profesiones Reguladas; Completar liberalización mercados gas/electricidad, telecomunicaciones, etc.

Exigen un importante esfuerzo de desapalancamiento al sector financiero: i) Aumentar el rato del capital (el Core Tier 1) al 9% en 2011 (2012) y al 10% en 2012; ii) ajuste importante del ratio de prestamos sobre depósitos. Estas medidas como nos ha explicado Tano en múltiples ocasiones (aquí o aquí) puede tener importantes efectos perversos sobre el crédito.

Es decir, si llega la intervención, la condicionalidad del préstamo nos obligará a tomar medidas en todas las áreas, la injerencia en nuestra economía será total. Como anécdota el partido que gano las elecciones en Portugal llevaba en su programa electoral la introducción de un contrato único con coste indemnizatorio creciente, pero la troika ha obligado a poner un contrato con un coste despido a 20 días por año, eliminado la judicialización (¿les suena esto?). Por esto, es clave que nuestros dirigentes sean capaces de hacer lo que tienen que hacer para sacarnos de esta situación y no busquen la comodidad pensando que es mas fácil que nos lo impongan desde fuera, pues no lo será. Confío en que así lo harán.

Hay 6 comentarios
  • Muy buen post, muchas gracias. Sólo un pequeño comentario.

    El argumento de la legitimidad democrática creo que es pertinente. Con respecto al de la eficiencia, tengo más dudas. No se puede olvidar que la experiencia también nos enseña que muchas de las reformas que la economía española tendría que haber puesto en marcha desde hace muchos años no se han tomado precisamente porque las medidas de políticos "internos" que no se han querido enfrentar ni a la opinión pública ni a determinados grupos de presión. Estos grupos no sólo impiden en muchas ocasiones que tengan lugar las reformas. También reducen su intensidad una vez el Gobierno decide emprenderlas. El último ejemplo es la enésima llamada al diálogo entre sindicatos y patronal para el tema de la reforma laboral...

    Lo bueno de la solución externa es que no se ve tan afectada por los lobbies a nivel nacional ni por la opinión pública nacional, y puede dar lugar a un paquete de reformas que, en términos globales, sea mejor que la solución que tendría lugar con el "diseño interno". Puede que exista un riesgo por el lado de la estandarización y que no se tomen las mejores soluciones en determinados casos. No obstante, teniendo en cuenta la ineficacia de la solución interna, no estoy del todo seguro que la injerencia externa para el tema de las reformas sea una peor opción desde la perspectiva de la eficiencia.

  • Coincido con el post: la idea de que suplanten la legitimidad democrática del voto de los españoles no me gusta nada(ver Italia o Grecia). No quiero pensar que somos incapaces de autogobernarnos. Por otra parte discrepo con Jan en que fuere mejor la imposición desde fuera.Por otra parte, siempre mejor el diseño de las medidas desde dentro que el paquete standard impuesto.Una pequeña medida ajustada a nuestra situación particular seguro podría dar mejor resultado que una gran medida externa sin ajustes. En cuantoa su aplicación necesitamos dos condiciones: decisión de nuestros politicos para aplicarlas y pedagogía para que los españoles la entendamos.
    Sólo una pequeña duda en los recortes: casi todo lo leído hasta ahora incluye medidas de recorte en inversión pública generadora de retornos y no me parece muy acertado. Comparto las medidas de liberalización del mercado de trabajo, las recorte de duplicidades y de organismos que no sabemos bien su función, las gastos suntuosos(incluidos los ultimos retratos del senado) y la recapitalización de la banca, pero el creo que deberíamos mantener la inversión productiva( ojo medidas selectivas, bien estudiadas y a ser posible generadoras de puestos de trabajo y autofinanciables. No se. ¿Tal vez pido demasiado?.

  • Creo que yo voy a dar la nota pesimista. El entramado de intereses y redes clientelares que se da entre nuestros políticos, nuestros empresarios y, en general, el escalón inferior de nuestra élite es de tal densidad y complejidad, y se ha convertido en modo de vida parásito para tantas personas que se me antoja imposible cortar ese nudo gordiano desde dentro; cualquiera que desee hacerlo sufrirá terribles presiones. Sí, me temo que tal vez hayamos perdido la capacidad de autogobernarnos.

  • Como funcionario del Estado prefiero, sin ningún género de duda, la solución externa.

    En ambos casos me van a recortar las percepciones salariales e impedir desarrollar una carrera profesional propia de un país civilizado que pretende ser integrante del denominado "primer mundo", pero en el caso de la solución externa, al menos, se tomarán una serie de medidas adicionales que garantizarán el reparto de las cargas de manera bastante equitativa a mi entender, cosa que, hasta ahora, no se ha hecho por parte de ninguno de los gobiernos que han repetido las continuas agresiones a la capacidad adquisitiva de los empleados públicos.

    Además, si dicho paquete de medidas adicionales, a repartir entre todo el país, al final resulta tan vano e infructuoso como hasta ahora han resultado las continuas y repetidas agresiones a la capacidad adquisitiva de los funcionarios (¿de qué ha servido restarnos hasta un cuarenta por ciento de poder de compra en los últimos quince años, si ahora estamos como estamos?) por lo menos me quedará el triste consuelo de que el listón ha bajado para todos por igual con lo que mi pérdida relativa será sustancialmente menor en comparación con como queda el nivel de vida en general en el resto del país y su primitiva economía de mercado.

  • Se van a mantener las Diputaciones Provinciales, y probablemente no cambiaran en nada. No creo que esto indique que estos organismos sean utiles y eficientes, lo que ocurre es que son formidables organos de poder politico para quienes las gobiernan, creando fidelidades que luego se traducen en votos. A veces imposiciones externas pueden ayudar a librarnos de interesadas ineficiencias internas, y si a fin de cuentas la disciplina presupuestaria es una obligación por nuestra libre y democratica decision de estar en el euro, nada hace antidemocratico que desde el euro se imponga la disciplina.

  • Este país necesita eliminar muchas ineficiencias que desde el interior será muy difícil resolver por las presiones de los agentes sociales. Lamento tener que pensar y decir que con la no-intervención hemos perdido (de momento) una ocasión de cambiar vicios estructurales que de otro modo seguirán presentes durante largo tiempo.

Los comentarios están cerrados.