¡Esperando carbón! (Empleo destruido por la Covid-19)

Luis Puch 1 comentario

Jesús Ruiz (@icae_ucm), Luis Puch (@lpuchg), Manu García (@manugar), y J. Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz)

Otra vez este enero (¡feliz año a todos!), como en noviembre pasado respecto a los datos de octubre, estábamos esperando malas noticias para la evolución reciente del empleo en España. Esto era así, entonces, por el repunte de los contagios Covid y por el aumento de las restricciones a la actividad económica asociado a dicho repunte. En los datos del mes de octubre, las noticias no fueron tan malas (¡para como estamos!). La activación de la contratación por parte del sector público tuvo mucho que ver en la sorpresa mínimamente favorable. Una circunstancia particular, que razonablemente no se ha vuelto a dar desde entonces. Es claro que los datos demuestran que desde noviembre no se han dado las condiciones por las que el sector privado pudiera tomar el relevo en la creación de empleo. Y además ahora, la evolución de la pandemia ya está en más que repunte.

Acabamos de conocer los datos de afiliación a la Seguridad Social del mes de diciembre: estábamos esperando carbón en esta víspera de Reyes. En efecto, a 30 de diciembre de 2020 (un miércoles, el 31 no hay registro) estamos 10.711 afiliados por debajo del 28 de diciembre de ¡2018! (un viernes, último día laborable y, por tanto, último de registro de afiliación de ese año). En el año se han perdido 357.784 cotizantes que es la distancia que nos separa del 30 de diciembre de 2019. La pérdida asciende hasta los 439.406 cotizantes desde el pico de afiliación del 11 de marzo de 2020. En todos estos meses hemos recuperado poco mas de la mitad del empleo destruido por la Covid-19 que llegó a afectar a casi 900.000 cotizantes. Todo esto, por supuesto, sin incluir a los trabajadores afectados por un ERTE.

Concretamente, este mes de diciembre se han perdido en datos diarios casi 70.000 cotizantes. Una cifra que está en línea con la destrucción de empleo habitual en un mes de diciembre por el fuerte efecto fin de año al que está sometida la afiliación. Veremos cómo es la recuperación en los próximos días –especialmente si nos lo va anticipando el ministro Escrivá por Twitter como acostumbra cuando las cosas van bien. Sin embargo, la nota de prensa del Ministerio insiste hoy en destacar los 7.350 afiliados más que proporciona el dato ajustado de estacionalidad, y esto a pesar de lo poco informativo que ese dato resulta (ver aquí) en este momento tan delicado de la crisis. Por otro lado, la nota del Ministerio hace un muy escaso balance del año (poco más de lo que hemos dicho en el párrafo anterior). Así que, vamos con el balance.

Balance del año

Es momento de hacer balance del empleo destruido por la Covid-19. Aquí lo hacemos desde la perspectiva de los datos diarios de afiliación a la Seguridad Social, tal y como lo hemos venido analizando en este blog cada mes desde el inicio de la pandemia. Como muestra el Gráfico 1, nuestra ilustración habitual de la afiliación diaria, los datos de 2018 continúan siendo un soporte a lo largo de la recuperación y ya desde el pasado verano. No sabemos qué habría significado que la serie hubiera perdido ese soporte (algo grave, sin duda), pero resulta muy decepcionante que la evolución de la pandemia haya impedido una mínima aproximación a las cifras de afiliación de fin de 2019. Aproximación que, insistimos, aún podían (levemente) aventurar los datos de fin de octubre y principios de noviembre. ¿Qué errores de gestión de la pandemia se han cometido en España y en Europa? La lista es larga, pronto la irán revisando los colaboradores del Blog.

Gráfico 1. Afiliación diaria a la seguridad social, año a año 2016-2020

A nivel sectorial, ha habido mucha heterogeneidad. El sector de los servicios, el mas afectado por las restricciones de movilidad, a pesar de los ERTEs, ha sufrido caídas de dos dígitos interanuales en muchas actividades (hostelería (-19,3%), ocio (-15,3%)).  Por otro lado, la industria ha sufrido caídas interanuales muy inferiores (manufacturas (-2,2%)), y la construcción en términos interanuales ha caído tan solo un -0,42%. La agricultura por su parte ha mostrado un incremento del 4,86%.

En el balance del año tenemos que distinguir entre la caída y la recuperación inicial, frente al periodo posterior. La cifra de afiliación a fin de mes de marzo nos dejó en niveles de afiliación de 2017. En 15 días, desde el lunes 16 de marzo, se produjo un retroceso de tres años, y desde el pico de afiliación del 11 de marzo se habían destruido 898.822 afiliaciones netas. La caída en la afiliación afectó en su mayoría a los trabajadores temporales, mientras que los indefinidos pudieron en muchos casos acogerse a un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), sin causar baja por tanto en la Seguridad Social. Una situación que ya en los primeros días de marzo pudo elevar la cifra de destrucción de empleo en alrededor de 1,5 millones de trabajadores más.

A fin de agosto, sin embargo, habíamos conseguido alcanzar niveles de afiliación del año 2018. Pero ahí nos hemos quedado hasta fin de año, y a pesar del ligero despegue que pudimos observar a fin de octubre y principios de noviembre hacia los datos del año 2019 que también se observaba en la salida de los ERTE. Aquí es donde viene sin duda nuestra principal decepción, convertida ya en preocupación. En ausencia de ERTEs, la pura contabilidad dice que estaríamos en niveles de afiliación del año 2016, pero es difícil saber (seguimos sin acceso a los datos relevantes, de momento, aunque ya están pedidos) que estarían haciendo las empresas si no estuvieran los ERTEs (gracias por el apunte, @LibertadGonLu).

Los grandes protagonistas de este año en el mercado laboral han sido, por tanto, sin lugar a dudas, los ERTEs. Este mecanismo de “flexiseguridad” ha permitido amortiguar el golpe en el mercado de trabajo, al menos para los trabajadores con contratos indefinidos. En el gran confinamiento iniciado en marzo, más de 3,57 millones de trabajadores se vieron afectados por un ERTE (ver Gráfico 2, ¡¡¡al menos se han hecho públicos, por fin, los datos diarios agregados!!!). Lamentablemente, en el mes de diciembre aun quedan más de 750 mil trabajadores en ERTE, y prácticamente estamos sin activación de ERTEs desde octubre.

Grafico 2. Evolución diaria de trabajadores sujetos a un ERTE

Altas y bajas diarias de afiliación

El seguimiento de las altas y las bajas diarias de afiliación es un instrumento muy adecuado para seguir el pulso del mercado de trabajo en tiempo real, así como sus sucesivas reacciones a la evolución de la pandemia. Estos flujos están marcados por importantes efectos de calendario como hemos mostrado en detalle aquí. El Gráfico 3 muestra la evolución de las altas y las bajas a lo largo del año 2020. Claramente, se observan los picos rojos de marzo (las bajas), que se van reemplazando por picos azules en verano (las altas), y también en septiembre y octubre, pero éstos (azules) terminan por desaparecer en los últimos dos meses.

Grafico 3. Altas y bajas diarias a la seguridad social en el año 2020

Si pasamos a comparar los diciembres de los últimos años (Gráficos 4a y 4b), y en línea con lo que ya habíamos apuntado en nuestro post sobre los datos de noviembre, es claro que el dinamismo de octubre en la creación y destrucción de afiliaciones ha desaparecido casi completamente en diciembre. Ahora mismo estamos en niveles de atonía en la creación y destrucción de empleo similares a los de los meses anteriores al verano. Mal asunto.

Una referencia básica que podemos tener para la interpretación de estos gráficos durante la crisis es que el lunes 16 de marzo (el punto de partida de esta crisis) las bajas de afiliación estuvieron precisamente en niveles de un efecto fin de mes (grande). Esta circunstancia pone de manifiesto que los episodios de creación y destrucción están centrados en los temporales, sí, pero no podemos perder de vista la complementariedad entre temporales e indefinidos que se reincorporan de los ERTE, que es lo que lamentablemente ha dejado de ocurrir, puede estar gobernando la atonía.

Gráfico 4a: Altas diarias en todos los meses de diciembre, desde el año 2012, haciendo coincidir los lunes de cada mes. En rojo el número de altas cada día de octubre 2020.

Gráfico 4b: Bajas diarias en todos los meses de diciembre, desde el año 2012, haciendo coincidir los lunes de cada mes. En rojo el número de bajas cada día de octubre 2020.

Epílogo

En definitiva, el inicio del año 2021 se presenta muy complicado por el aumento de la incidencia del virus y su más que incipiente tercera ola (veremos hasta dónde llega). Por delante tenemos unos meses difíciles en términos sanitarios y económicos hasta que alcancemos la ansiada inmunidad del 70% de la población gracias a la vacunación masiva. El objetivo central ahora mismo deber ser recortar el tiempo hasta que llegue ese momento. Para ello habrá que hacer todo el esfuerzo que sea necesario en logística y vacunación. Un esfuerzo “eficiente” que nos permita adelantar unos meses la vuelta a la “normalidad” con la mejor gestión de los recursos a nuestro alcance. Eso sí, es posible que no encontremos en la historia reciente un gasto público (el asociado a la vacunación) con un multiplicador fiscal sobre la actividad económica (¡¡y sobre el empleo!!) más elevado. ¿Seremos capaces?

Hay 1 comentarios
  • Estoy convencido que la Covid ha precipitado un cambio de hábitos de consumo y sociales inevitable más a corto que a medio plazo. Es decir, hablamos del empleo destruido por la Covid, cuando creo que gran parte de este empleo ha sido destruido porque no estábamos preparados para el cambio de modelo económico y productivo, que ya estaba en las puertas de nuestro país.
    El fracaso de nuestro sistema sanitario, salvo excepciones como el asturiano, es, a mi modo de ver, el resultado del mismo problema. Han llegado pocas vacunas y no podemos gestionarlas precisamente porque el sistema no funciona. Y en este caso no es que no supiéramos hacerlo sino que nos lo cargamos. Curiosamente en Asturias lo conservaron.
    Las actuales vacunas solo sirven para parara parcial y temporalmente el golpe, inmunizan 3 meses, y nadie está seguro que una mutación inesperada las pueda invalidar, la rusa más, pero es rusa y la geopolítica manda. Las definitivas tardarán, tal vez más que el virus en adaptarse y dejar de ser dañino. Quizá deberíamos preguntarnos el por qué.
    Hemos de cambiar de modelo productivo con urgencia y la Covid podría ser un aliciente.

Los comentarios están cerrados.