Sobre el euro digital (respuesta a Luis Garicano)*

El señor de la foto es Martin Cooper, ingeniero electrónico pionero en la comunicación inalámbrica.

Hace algunas semanas, antes de las navidades, llamó mi atención una entrada que Luis Garicano había escrito en el blog Silicon Continent. La entrada se titulaba “Do we need banks?” y en ella se criticaba el diseño que el Banco Central Europeo (BCE) había ideado para el euro digital, la moneda electrónica que nuestro banco central está planeando introducir en la zona euro.

El argumento de la entrada en Silicon Continent se puede resumir en los dos llamativos símiles que incluye. Imaginad que Apple pone en el mercado un modelo nuevo de iPhone que es peor que el modelo anterior. ¿Compraríamos ese teléfono? O, imaginad que un fabricante de coches diseña un maravilloso vehículo pero que limita su velocidad a 30 millas por hora para que no compita con los taxis. ¿Compraríamos ese coche?

Los taxis del ejemplo son los bancos en la realidad. En opinión de Luis, el euro digital nace con un diseño estructuralmente defectuoso ya que está supeditado a preservar el modelo de negocio y los privilegios de un sistema bancario altamente subsidiado e ineficiente. Este diseño incluye que las transacciones hechas con el euro digital sigan siendo anónimas, que no devengue intereses a sus tenedores y que se establezcan límites a cuánto dinero se pueda mantener de esa forma. Cualquier exceso sobre esos límites tendrá que ser transferido automáticamente a una cuenta bancaria o, si esa cuenta no existe, se denegaría la transacción. Según ese artículo, querer diseñar una moneda digital con estas características para proteger el modelo de negocio de los bancos y que a la vez sea atractiva para sus usuarios es intentar la cuadratura del círculo. Por si esto fuera poco, el BCE está protegiendo un sector bancario del que podríamos prescindir, ya que otros actores tales como el propio BCE, la banca en la sombra (shadow banking) o los fondos de inversión podrían realizar más eficientemente las funciones que ahora están en manos de esos bancos.

Como no podía ser de otra manera, el artículo de Luis Garicano en Silicon Continent desarrolla argumentos interesantes y proporciona información muy útil para sustentar esos argumentos. Pese a ello, creo que hay algunas consideraciones sobre este tema que deberían tenerse también en cuenta.

Pasar del mundo analógico al mundo digital

Usando el símil de los teléfonos, yo utilizaría otras equivalencias. El dinero en efectivo no sería el iPhone de última generación que se sustituye por un iPhone peor encarnado en el euro digital. El efectivo equivaldría a esos teléfonos móviles analógicos que había en los años 80: grandes, lentos, costosos, incómodos y con pocas prestaciones. En ese contexto, el euro digital supondría salir del mundo analógico y entrar en el terreno de los smartphones. Sólo ese cambio supone una mejora, porque implica una herramienta más rápida, más barata, más segura y más manejable.

Otra cuestión es con qué smartphone estamos sustituyendo el teléfono antiguo. El artículo de Silicon Continent propone reemplazar el efectivo con la frontera tecnológica en términos de sistemas de pagos. Pero hay varias razones por las que esa puede no ser, necesariamente, la mejor opción.

  • En primer lugar, por lo comentado en el párrafo anterior. Pasar del efectivo al euro digital es ya, de por sí, una mejora. Supone un ahorro en términos de producción, almacenamiento, seguridad, y gestión de los medios de pago, en particular, en relación a intercambios transfronterizos.
  • En segundo lugar, porque, como ha dejado claro el BCE, el objetivo no es llegar a la frontera tecnológica sino introducir un medio de pago digital público. El euro digital no viene a sustituir al efectivo sino, al menos por ahora, a convivir con él de forma que tengamos simultáneamente la misma moneda en versión física y en versión digital entre las que podamos elegir. Con esta premisa, lo lógico es que el medio de pago digital comparta las características del medio de pago físico que estamos usando ahora, es decir, que sea anónimo, con límites a su uso sin un control fiscal, y que no pague intereses. Obviamente, estas características pueden cambiar con el tiempo cuando se pretendan perseguir otros objetivos.
  • En tercer lugar, porque se pretende que el diseño sea lo suficientemente familiar y sencillo para que tenga, precisamente, una amplia aceptación. En otras palabras, que sea accesible al mayor número de personas posible dado cómo se maneja la población en un entorno digital en la actualidad. Volviendo al símil del teléfono, ir a la frontera tecnológica sería como pasar de los teléfonos analógicos de los 80 al smartwatch en un solo paso. No sé cuánta aceptación hubiera tenido ese cambio hace 40 años. Aunque solo sea porque la mayoría de las personas lo que entonces entendían por un teléfono era un micrófono, un altavoz y teclas que marcar cuando pretendían hacer una llamada.

¿Por qué un euro digital?

En el artículo de Silicon Continent se menciona que las monedas digitales públicas son la respuesta de los bancos centrales a las monedas digitales privadas como el Bitcoin. Aunque las criptomonedas son parte del conjunto de razones para implementar una moneda digital pública, en mi opinión, no es la principal.

Tanto el BCE como otros bancos centrales se han hecho eco de la tendencia observada en los últimos años, y acelerada tras la pandemia, de como el comercio digital ha ido en aumento. Esto quiere decir que compramos cada vez más cosas online en vez de hacerlo físicamente en una tienda. Al mismo tiempo, pagamos cada vez más con medios electrónicos en vez de con efectivo. Esta segunda tendencia, de nuevo, se ha acelerado tras la pandemia.

Estos cambios se pueden observar en los gráficos siguientes que incluyen datos del estudio sobre las actitudes de pago de los consumidores en la zona euro que el BCE ha estado llevando a cabo desde el 2016 (SPACE 2022). El primer gráfico incluye las compras que se hacen online como proporción del total de compras, y que incluye, además, compras en puntos de venta físicos y de persona a persona. El gráfico muestra esa proporción tanto en número como en volumen de transacciones para los años 2019 y 2022.

Los dos siguientes gráficos muestran los medios de pago que se usan en establecimientos de venta físicos como proporción del total de pagos, de nuevo en número y volumen de transacciones para los años 2016, 2019 y 2022. Los medios que se consideran son el efectivo, tarjetas, aplicaciones móviles y otros medios como cheques, tarjetas de fidelidad, vales, etc.

Estos cambios en nuestros patrones de consumo se unen de forma que el efectivo está perdiendo terreno como medio de pago. Si seguimos con esta tendencia, en el futuro los medios de pago que usaremos serán solo electrónicos, pero a día de hoy, esos medios de pago están producidos exclusivamente por el sector privado. Es decir, el dinero que vayamos a usar podría ser exclusivamente un pasivo de entidades financieras privadas. En este sentido, existen varias razones que aconsejan la presencia de un nicho público en los medios de pago que usamos. En primer lugar, que usemos dinero público aumenta los ingresos por señoreaje que recauda el Estado. En segundo lugar, disponer de dinero público permite tener un activo líquido que sirva como refugio en caso de una crisis financiera generalizada como la que sufrimos en 2007-2008. En una situación de crisis, el sistema de pagos privado puede verse afectado porque están quebrando los bancos que producen los medios que se transfieren en ese sistema. En tercer lugar, tener un medio de pago público puede reducir la exclusión financiera cuando hay segmentos de la población que, por voluntad propia o de manera involuntaria, no tiene acceso a los medios de pagos privados.

Es en este contexto en el que, en mi opinión, se circunscriben las razones por las que los bancos centrales persiguen programas para la introducción de monedas digitales bajo ciertas restricciones. De nuevo, el euro digital no llegará para sustituir totalmente al euro físico, sino para ofrecer una alternativa pública en forma de medio de pago electrónico que pueda dar respuesta al aumento en importancia que se espera tengan estas formas de pago.

¿Necesitamos a los bancos?

Por último, encontramos en el post mencionado el argumento de que el diseño del euro digital persigue mantener los privilegios del sistema bancario, es decir, con el diseño al que se alude como supuestamente defectuoso, se pretende defender a un sistema que es ineficiente y que podría ser sustituido por otras instituciones financieras. Se pone el ejemplo de la banca en la sombra (shadow banking) como un tipo de instituciones capaces de llevar a cabo la función de transformación de vencimientos que realizan los bancos en la actualidad, captando depósitos de los ahorradores y proporcionando préstamos a largo plazo como las hipotecas. Y lo podrían hacer sin tomar tanto riesgo como los bancos comerciales ya que operan con menos apalancamiento.

Estoy de acuerdo con el argumento sobre los privilegios de la banca. Los bancos proporcionan servicios esenciales de financiación, ahorro, monitorización y gestión de pagos, entre otros, siendo un sector altamente regulado y supervisado. Pero, al mismo tiempo también está fuertemente subvencionado. La Historia nos ha mostrado en múltiples ocasiones que es un sector diseñado para privatizar beneficios y socializar pérdidas promoviendo sistemáticamente riesgo moral. Sin embargo, aunque comparto esta apreciación, no tengo claro que delegar el proceso de provisión de crédito minorista a unas instituciones poco reguladas y nada supervisadas pueda ahondar en mayores beneficios para la sociedad. O que esas mismas instituciones, abierta la veda para ocupar el espacio de intermediación que dejen los bancos tradicionales, no vayan a asumir más riesgos que lo que pueden asumir esos bancos tradicionales con toda la regulación y supervisión que han de cumplir.

Como ya hemos aprendido dolorosamente una y otra vez, cuando dejamos la gestión de recursos a un mercado deficientemente regulado y mal supervisado, siempre surgen incentivos para acumular riesgos excesivos que acaban convirtiéndose en sistémicos y que terminamos asumiendo los contribuyentes. Sólo hay que volver la mirada 17 años para recordar un episodio así. Sería muy preocupante que nuestra memoria sea tan corta como para no recordar la terrible crisis financiera de 2008.

* Agradezco los comentarios de Antonia Díaz, Nuria Monfort y Luis Puch a una versión anterior de este artículo.

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Hay 10 comentarios
  • Interesante entrada, gracias.

    Yo distinguiría entre el dinero digital descafeinado del dinero digital con esteroides.

    El dinero digital descafeinado estoy de acuerdo en que si se trata de duplicar la oferta de un servicio ya existente, tendría poco sentido salvo que se ofrezca alguna ventaja cualitativa.

    El dinero digital con esteroides sería una pesadilla para un anarco liberal y el sueño húmedo de cualquier estadista con apetitos fiscalizadores. Claro, que en este segundo caso al ser rastreable bajo el control de alguna agencia de evasión fiscal la economía sumergida se derretiría elevando el nivel de la liquidez monetaria. Se acabaría también con parte de la actividad de asociaciones criminales, tanto públicas como privadas.

    Hasta se podría crear una mega agencia con un SDCP (Sistema Distribuido de Control de Préstamos) pilotada por un consorcio de entidades privadas y públicas, que pudieran ejercer en base a una carta universal de derechos económicos, una gobernanza informada y efectiva.

    Un saludo.

  • Euro digital? Para informarles desde a pie de pista , hasta los bizum y wallapop estan intentando controlar para impositar y controlar el blanqueo de capitales. Q aunque loable solo pone problemas y quien lo hace encuentra mala q pese otras tecnicas.
    Eso q uds dicen ANONIMO no se lo cree ni el tato y desde la calle le confirmo q debido a esto nadie quiere ni ver el euro digital uno cosa es el buenismo y la teoria y otra la realidad de endeudamiento y presion. Y si siguen asi veran q acabamos como en turquia q las crypto tiene un exito galopante y por algo sera..

    • Estimado Pepe,
      Estoy de acuerdo que el anonimato del euro digital es más un compromiso de las autoridades que una realidad ya que, en un mundo digital, nada es anónimo. Incluso las criptomonedas dejan un registro que se puede rastrear. También el efectivo cuando sale del circuito formal o entra en él. La credibilidad que le demos a ese compromiso de no rastrear transacciones por debajo de un valor imagino que depende de cada uno. Respecto al éxito de las criptomonedas en Turquía imagino que tiene más que ver con que la lira turca pierda continuamente valor respecto a otras monedas que por otras consideraciones. Por poner un ejemplo, sólo desde 2020 la lira turca ha perdido casi un 85% de su valor respecto al dólar.
      Saludos

  • Donde ve la subvencion a los bancos q les recargan con impuestos extra, y cuando cierran oficinas para competir con digitales se les echan encima por la 3ra edad pero a los digitales como ing no les obligana abrir oficinas para apoyar esta funcion social. Los ministerios de economia no pueden ir con dobles varas de medir. Como en el impuesto a la banca q va en funcion del tamaño y lugar de origen creando disfuncionalidades por la simple sedientez de la imposicion taxativa a culaquier precio. Todo eso pasa factura a todo el pueblo

    • Describir las ayudas implícitas que reciben los bancos daría para otra entrada. Gracias por la idea que intentaré desarrollar en el futuro. Sin embargo, se pueden poner dos ejemplos. Por un lado, se considera un subsidio la garantía implícita que tienen los bancos de un rescate en caso que quiebren. Esto quiere decir que el banco no asume la totalidad de las consecuencias de sus acciones sino los contribuyentes. Recientemente el Tribunal de cuentas ha actualizado a 71.833 millones de euros el coste directo de la reestructuración bancaria consecuencia que fue de la crisis bancaria de 2008 (https://www.tcu.es/es/sala-de-prensa/noticias/El-TCu-actualiza-hasta-los-71.833-millones-de-euros-el-coste-de-la-reestructuracion-bancaria/). Si uno añade los costes indirectos, la cifra es todavía mayor. Si bien ahora tenemos el Mecanismo Único de Resolución que intenta reducir el coste para el erario público, la historia nos ha enseñado que, a toro pasado, hay mucha discrecionalidad a la hora de aplicar estos protocolos. El segundo ejemplo se refiere a las condiciones de financiación que tienen los bancos. En la actualidad, el Eurosistema acepta alrededor de 30.000 diferentes activos como colateral en su política monetaria (esta cifra fue mucho mayor hace unos años). Una fracción significativa de estos activos son "non-marketable", esto es, por su naturaleza, no tienen un mercado donde intercambiarse y establecerse un precio. El Eurosistema, por tanto, ha de calcular un precio teórico para esos activos de forma que pueda valorarlos como garantía de sus préstamos. Si bien se imponen haircuts a ese precio, en general, la impresión que se tiene es que están sobrevalorados. De hecho, la valoración de muchos de los activos que se usaron como colateral durante las políticas no convencionales que se llevaron a cabo en la crisis estuvo claramente sesgada al alza. Ligándolo a los impuestos que menciona, como ya mencioné en una entrada en febrero de 2023, una razón de este impuesto especial tiene que ver con las ganancias llovidas del cielo que esos bancos tuvieron consecuencia del trato de favor que obtuvieron del Eurosistema durante los años de crisis.

      • La garantia de quiebra es para los clientes , realmente es una garantia no solicitada y de estabilidad del sistema no para el accionista que en caso de uso lo pierde todo.

        Las garantias de disposicion eurosistemase asocian al precio de financiacion. Igual q una entidad coje garantias pignoraticias por financiar y al dar credito al sistema el gobierno no le ayuda.

        No hay q confundir ayudas al sistema con ayudas a la entidad

  • Buenas a todos;

    En primer lugar; mi más sentida enhorabuena por la interesante entrada que presentas; muy de actualidad.

    Personalmente; pienso que la implantación de una moneda tal; podría presentar más contras que pros.

    Imaginad que; el órgano emisor de dicha moneda decide: limitar el acceso a determinados bienes a ciertos ciudadanos; establecer restricciones para algunos en función del "interes general" y cualesquiera otras consideraciones establecidas por vía de ley.
    Entiendo que Se tendria acceso directo a todas las transacciones realizadas por una persona. Imaginad que se produce una brecha digital de dichos datos. ¿ Quién los custodiará? ¿ Cómo lo hará?

    Se menciona en el artículo que el llamado euro digital sería una " alternativa" al dinero físico
    ¿ Alguien puede asegurar esto a ciencia cierta?
    ¿ Se puede asegurar que los Estados; en ejercicio de sus facultades coercitivas como han ido haciendo con otros bienes y servicios; ( ejemplo: comunicación digital telemática; eliminación de teléfonos públicos; establecimiento de restricciones a movilidad de determinados vehículos etc) no acaben imponiendo ( por mandato imperativo legal ) el.euro digital??

    Personalmente tengo muchas reservas al respecto

    Gracias y excelente entrada.

    • Estimado Mikel,
      Gracias por su acertado comentario. Es cierto que hay aspectos positivos y negativos asociados a una moneda digital. Las respuestas a algunas de sus preguntas dependerán del diseño que se acabe implementando y de los servicios derivados del euro digital que el Eurosistema descentralice al sistema bancario privado. Que nos movemos a un mundo cada vez más digital es una realidad tanto en el sistema de pagos como en otros aspectos de nuestra vida (sanidad, justicia, educación,...). La moneda digital hereda todos los inconvenientes de ese mundo digital (capacidad de control, ciberseguridad,...). Sin embargo, entiendo que el buen diseño y buen uso por parte del Estado de una moneda digital depende de la salud democrática del país en todos los ámbitos donde opera, no sólo en ese.
      Saludos

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