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Pensar en Vox o en Elefantes

En las últimas semanas, algunas de las afirmaciones de Vox han sido sometidas al procedimiento de comprobación (ahora llamado “Fact check”). Así, se ha cuestionado que realmente el 87% de las denuncias a hombres por violencia de genero sean falsas (en realidad, solo hay un 0.01% de casos en los que se ha demostrado que así fuera, y cómo ellos mismos han confirmado este número proviene del número de denuncias retiradas) y se ha cuestionado la estimación de 52 mil inmigrantes ilegales en Andalucía. Recientemente, Daniel García nos hablaba de mecanismos que podrían estar detrás de la relación entre la immigración y el éxito electoral de Vox.

Hacer afirmaciones con datos sin contrastar no es único de Vox y es común a los populismos de otros países. Es lo que se bautizó como Alternative Facts tras una intervención televisiva de Kellyanne Conway ¿Es una estrategia deliberada? Y, en ese caso ¿por qué benefician estas afirmaciones al político incluso cuando se constata que son falsas?

Un artículo de Barrera y co-autores (2017) (del que ya hablé brevemente hace un año aquí) intenta responder a esta pregunta. Para ello, llevan a cabo un experimento en Francia durante las últimas elecciones presidenciales en 2017. Seleccionan una muestra de 2480 ciudadanos a los que ofrecen diferente información sobre las propuestas de Marine Le Pen (MLP) e identifican cómo cambia sus creencias y su intención de voto. Para ellos, clasifican aleatoriamente a los sujetos en cuatro grupos: (1) Control (no reciben información), (2) Alt-Facts (leen declaraciones de MLP), (3) Facts (leen información sobre el mismo tema basada en hechos contrastados) y (4) Fact Check (reciben tanto las afirmaciones de MLP como los datos contrastados).

La información que reciben se basa en tres afirmaciones relacionadas de Marine Le Pen sobre la inmigración: (1) si los inmigrantes llegaran debido al riesgo que corren en su país vendrían con su familia pero el 99% son hombres (el dato contrastado es el 58%), (2) El 95% de los inmigrantes no trabajan y son una carga para el sistema de bienestar francés (el dato contrastado es del 55%, comparado con los nacionales del 45%) y (3) los inmigrantes son cobardes por huir de su país de origen. Si los franceses hubieran hecho lo mismo habrían perdido la Segunda Guerra Mundial (en realidad el 25% de la población francesa huyó de los Nazis).

Después de recibir esta información se solicita a los sujetos que manifiesten si votarán por MLP. Como muestra el siguiente gráfico, y sería de esperar, el grupo Alt-Facts, que solo recibe información de Marine Le Pen aumenta su propensión a votar por ella, respecto al grupo de control. Sin embargo, cuando los votantes reciben los hechos alternativos y la información contrastada (grupo Fact Check), su intención de voto es esencialmente la misma que la del grupo anterior. Más sorprendente es, si cabe, el hecho de que el grupo que solo recibe los hechos contrastados (grupo Facts) también manifiesta una mayor intención de voto a MLP.

Fuente: Barrera y co-autores (2017)

Para entender el mecanismo detrás de este resultado, los autores preguntan a los sujetos después de recibir el tratamiento, cuál es su estimación acerca de cada uno de los datos. El resultado para la primera pregunta (para las otras es parecido), donde el dato correcto es el 58% pero la información proporcionada por MLP es del 99%, son los siguientes:

Fuente; Barrera y co-autores (2017).

Se comprueba que, como sería de esperar, los votantes rectifican sus creencias cuando reciben nueva información. Así, aquellos votantes que reciben solo los hechos alternativos aumentan su creencia sobre el porcentaje de hombres entre los inmigrantes (gráfico arriba a la izquierda). En el resto de los casos, recibir información proveniente de organismos contrastados tiene un efecto parecido y mucho mayor que los datos proporcionados por MLP. El cambio en la intención de voto no se debe, por tanto, a que los datos oficiales tengan una menor credibilidad.

Los autores llevan a cabo otros análisis en su trabajo para intentar dilucidar el mecanismo detrás del efecto sobre la intención de voto. Así, demuestran que el efecto de la información es el mismo independientemente de las creencias iniciales de los votantes (Tabla 4). Es decir, el resultado no se debe a que los votantes hayan visto su opinión reforzada por las afirmaciones de MLP. Sin embargo, si separamos a los votantes en función de su posicionamiento inicial en relación a MLP, los resultados son muy diferentes. Aquellos, que no eran favorables a MLP pero que tenían una visión de la inmigración muy alejada de los datos reales son los que más aumentan su propensión a votar a MLP (entre un 7% y un 17% en función del tratamiento). Esta explicación sería consistente con la idea de que el mecanismo que explica estos resultados tiene que ver con la visibilidad que el tema de la inmigración da a MLP. Sorprendentemente, cuando se concentran en los votantes partidarios de MLP el resultado es muy distinto. Son aquellos votantes que tienen unas creencias más cercanas a los datos contrastados los que responden aumentando más su intención de voto a MLP.

Fuente: Barrera y co-autores (2017).

Los resultados de este trabajo recuerdan mucho al libro de George Lakoff y su idea de “no pienses en elefantes”. Basta con que a uno le digan eso para que no pueda evitar hacerlo. Los políticos populistas adoptan temas controvertidos que no acostumbran a formar parte del debate público como una manera de mantener una presencia constante. La brutalidad política con la que los defienden estos temas, sin admitir opiniones contrarias, hace que cada vez que se habla de ellos los potenciales votantes tienen al partido en su mente, pudiendo aumentar su intención de voto.

La pregunta, por supuesto, es por qué esta estrategia de aumentar la visibilidad y hacerlo de manera agresiva tiene éxito a la hora de atraer a votantes. Una posibilidad, relacionada con la economía de la consciencia que en su momento discutimos aquí, es que los ciudadanos obtenemos satisfacción simplemente por sostener unas creencias, independientemente de que se ajusten a la realidad o no. En ese caso, el éxito de los partidos populistas podría provenir de plantar  en nuestras mentes aquellas creencias que permiten una respuesta más visceral y que eviten así su escrutinio por nuestra parte racional.