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El otro tipo de contaminación

En este blog he hablado repetidamente sobre la contaminación del aire que generan, principalmente, los vehículos en las ciudades. Tal y como discutí en entradas como está o ésta, la contaminación por partículas y óxido de nitrógeno tiene importantes consecuencias sobre nuestra salud, asociándose, por ejemplo, a enfermedades pulmonares y cardiovasculares, responsables de decenas de miles de muertes al año. Sin embargo, también sufrimos otro tipo de contaminación casi tan importante pero mucho menos discutida: el ruido que nos rodea en nuestro día a día.

La investigación científica hace tiempo que ha constatado la relación entre la contaminación acústica y enfermedades cardiovasculares (ver, por ejemplo, Münzel (2018)). La Comisión Europea estimaba en 40 mil millones de euros el coste anual que tenía en Europa el ruido, en gran parte debido a estos efectos (European Commission (2011)). La Organización Mundial de Salud ponía en 2009 el nivel al que el ruido nocturno tenía un efecto negativo en los 40 decibelios (OMS (2009)). El umbral que habitualmente se utiliza como referencia está en los 65 decibelios (aunque la OMS lo rebaja a 55).

En este post utilizo datos de Madrid para discutir el nivel de contaminación acústica que enfrentamos todos los días y su evolución durante los últimos años. Es importante empezar diciendo que Madrid (y sobre todo Barcelona) está entre las ciudades europeas más ruidosas. El siguiente mapa muestra, para todas las estaciones de la red de Madrid, el nivel promedio de ruido diurno. Como es habitual en estos gráficos, círculos de mayor tamaño indican más ruido y el color rojo muestra aquellas estaciones cuya medición promedio supera los 65 decibelios.

Fuente: Elaboración propia con datos del Ayuntamiento de Madrid.

Como se puede comprobar en el mapa, el nivel de ruido en Madrid supera el umbral de referencia en cerca de la mitad de las estaciones, principalmente en el centro de la ciudad y, sobre todo, en los alrededores del eje Prado-Recoletos-Castellana. Pero no solo sucede ahí y, por ejemplo, zonas como Santa Eugenia, cercana a la autopista A-3 también sufre niveles nocivos de ruido.

Tan o más importante que la contaminación acústica diurna es el ruido que se produce por las noches y que afecta de manera muy importante nuestra capacidad para conciliar el sueño. Los resultados aquí también son alarmantes al superarse el umbral de 65db (el de 40 ya ni hablamos) en varias estaciones del centro.

Fuente: Elaboración propia con datos del Ayuntamiento de Madrid.

Por cierto, los gráficos anteriores utilizan datos diarios (entre octubre de 2017 y mayo de 2018) que el Ayuntamiento de Madrid publica al día siguiente y que son substituidos en la página web todos los días. Es decir, no se mantiene un registro diario público de ruido (y mucho menos horaria). Es más, los datos solo se reportan de lunes a viernes (a menos que sea día festivo, claro), así que la información que he podido recopilar sólo incluye los días de domingo a jueves. Así estimado/a lector/a es como funcionan las cosas a veces…

No todo son malas noticias. A pesar de que el nivel de ruido sigue excediendo los niveles de seguridad, la tendencia de las últimas décadas indica una mejora más o menos continuada. Como muestra el siguiente gráfico, si utilizamos la media de todas las estaciones, el nivel medio de ruido ha disminuido notablemente en las últimas dos décadas.

Fuente: Elaboración propia con datos del Ayuntamiento de Madrid.

La observación del gráfico muestra, sin embargo, una anomalía curiosa. Entre 2010 y 2011 el nivel medio baja ostensiblemente, del orden de 2 decibelios. Un cambio importante que coincide con ese momento es la inclusión de nuevas estaciones a la red de medición, en localizaciones con menor ruido. Sin embargo, como el gráfico anterior demuestra, si calculamos la media de las estaciones ya presentes en 2010 las mediciones son sólo ligeramente mayores. El resto de la diferencia es difícil de interpretar ¿Se debe, como sucedió en el caso de la medición de la contaminación atmosférica, a que se modificó la localización de las estaciones existentes? Aunque es cierto que tres estaciones han cambiado de localización durante este periodo, eso tampoco explica mucha de la diferencia.

¿A que se debe la contaminación acústica? Al igual que en el caso de la contaminación del aire, el transporte probablemente tiene gran parte de la culpa. Su efecto es consistente con el mayor ruido en el centro de la ciudad y con el hecho de que el nivel disminuya en verano, como muestra el siguiente gráfico.

Fuente: Elaboración propia con datos del Ayuntamiento de Madrid.

Los cochéfilos sin duda argumentarán que el tráfico no es la única causa. Y aunque es cierto que las obras, terrazas y otras aglomeraciones de gente pueden contribuir, el coche sigue teniendo un impacto determinante. El ruido constituye, por tanto, un motivo adicional para restringir significativamente el tráfico privado en las ciudades mediante peajes. No sólo serviría para aliviar la contaminación atmosférica sino que también reduciría el nivel de ruido.

El gráfico anterior también es importante porque muestra tres percentiles que nos dan una buena idea de la dispersión en el nivel de ruido. La serie L1 muestra el nivel de ruido que se sobrepasa un 1% de las veces. De manera parecida, la serie L50 y L99 muestra el nivel de ruido que se sobrepasa el 50% y el 99% del tiempo. En este sentido es importante destacar que el umbral de 40 decibelios que como comentaba anteriormente sería el nivel a partir del cuál el ruido podría tener efectos, se sobrepasa prácticamente todo el tiempo.

Es momento de que empecemos a tomarnos en serio todos los tipos de contaminación. Es imposible pretender que una ciudad replique las condiciones ambientales de sitios más cercanos a la naturaleza, pero tenemos que hacer lo posible para que vivir en ella no sea una lenta sentencia de muerte. Este efecto, además, no es igual para todo el mundo y sabemos que, en la medida que el precio de la vivienda también refleja la contaminación de su entorno, ciudadanos con menor poder acquisitivo se ven más afectados por sus consecuencias. Pero esto será objeto de discusión en otra entrada...