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Cuando el papel lo aguanta todo

Leyendo un artículo de Germà Bel acerca de las infraestructuras de transporte en España me ha llamado la atención su discusión sobre el informe de impacto económico de la linea de alta velocidad Madrid-Valencia realizado en 2010 y que no tiene desperdicio. Este informe fue anunciado por el Ministerio de Fomento (sigue en su página web) a raíz del viaje de prueba de esa linea de AVE. En este post, además de repetir las críticas de Germà Bel, con el beneficio de la perspectiva de unos años, intentaré ver hasta que punto el papel lo aguanta todo cuando uno tiene que defender lo que tiene que defender.

El informe suponía que el tráfico iba a aumentar de los 700.000 pasajeros de 2010 hasta los 3.600.000 en 2011. Estimaba que habría 2.800.000 pasajeros inducidos de otros medios de transporte. En particular, todos los pasajeros del tren convencional terminarían en el AVE, que además captaría el 55% del tráfico aéreo, el 25% del coche y el 5% del autobús. Dado que las estimaciones existentes para 2009 daban 1 millón de pasajeros para el avión, 150.000 para el autobús y 5.200.000 para el coche el resultado sería de 2.550.000 pasajeros. Un poco menos de lo estimado pero nada sorprendente. El estudio también estimaba que habría 800.000 pasajeros nuevos.

Sin embargo, la realidad es muy distinta. Como muestra el siguiente gráfico el tráfico estimado fue exactamente la mitad del que se terminó dando y eso que a diferencia de lo que se pronosticaba, el avión ha prácticamente desaparecido en ese trayecto.

Madrid-Valencia
Fuente: Observatorio del Ferrocarril 2013.
Fuente: www.ferropedia.es
Fuente: www.ferropedia.es

Por cierto, lo más gracioso es que en una nota de prensa de 2011, Renfe reconoce que el tráfico no llega a los 2 millones de pasajeros pero dice que “Según las ultimas estimaciones, el AVE Madrid - Valencia ha sustituido al 55% por ciento de los trayectos que se realizaban en avión entre ambas capitales, así como el 25% y 5% de lo desplazamientos que se realizan en coche y autobús respectivamente.” Hay dos posibililidades: el estudio acertó exactamente con el cambio entre modos de transporte y se equivocó en la mitad en el número de pasajeros o la nota de prensa se inspiró demasiado en las estimaciones del estudio y la realidad no pasaba por ahí.

El informe de impacto económico también afirmaba que se ahorrarían 21 millones de horas anuales en desplazamientos. Como Bel (2010) apunta, los 2,800,000 pasajeros que vendrían de otros modos de transporte tendrían que estar ahorrándose en promedio 7,5 horas para hacer cuadrar ese cálculo. Es decir, los pasajeros del AVE vendrían de medios de transporte que tardaban más de 9 horas en conectar Madrid y Valencia. No se que clase de viajes en avión, coche o autobus tendrían en mente en ese estudio, pero veo difícil que alguien tarde ese número de horas ni durante la operación salida del verano.

El estudio además contabiliza un incremento en el gasto anual (de los pasajeros) de 865 millones de euros. Dado que solo 400.000 pasajeros serían nuevos (ida y vuelta de los 800.000 nuevos pasajeros), cada uno se estaría gastando 2.162 euros, lo que parece poco verosímil. Para el resto de los viajeros, tal y como discutí en un post anterior, no existe evidencia de que la alta velocidad aumente su gasto sino que es probable que suceda justo lo contrario, dado que la gente que antes decidía pasar la noche en el destino puede hacer ahora el viaje en el mismo día.

Por último, el informe supone un ahorro de 140.000 toneladas de C02 anuales. El supuesto beneficio de este ahorro sería de 2 millones de euros anuales (a 14 euros la tonelada que era el precio de los derechos de emisión de CO2 en 2010) lo que parece un consuelo muy triste teniendo en cuenta que la linea costó más de 6.000 millones de euros. Además, tal y como discutí en otro post (y Ginés de Rus aquí) la evidencia muestra que el coste de contaminación de la construcción de la alta velocidad raramente se compensa con los ahorros en su uso.

La presentación del informe termina diciendo “El futuro es un lugar que nos debería gustar a todos porque es donde vamos a pasar el resto de nuestra vida y donde vivirán los que nos siguen. Con la nueva línea de AVE, bella y rentable, seguro que es un mejor futuro para todos.” ¡Que bonito sería vivir en el futuro que algunos inventan! Lo malo es que hay que pagarlo.