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Última oportunidad para adelantarse a los acontecimientos en el sector financiero

En los últimos meses, España ha dado varios pasos importantes para resolver la crisis del sector financiero. La transparencia de los balances del sector financiero es mayor que en el resto de los países de nuestro entorno, y los pasos dados para permitir que las Cajas coticen en bolsa hubieran sido impensables hace poco. La información proporcionada por el Banco de España, nombrando con nombre y apellido a las entidades problemáticas (básicamente, Bankia, NovaCaixaGalicia, CatalunyaCaixa, BancoBase/CAM) y dando cifras concretas y detalladas de su información bancaria es muy valiosa, ya que cumple la utilísima función de delimitar el problema. Y si, el Gobierno y el Banco de España están furiosos, y con razón, con Moody’s por no hacerles ni siquiera la cortesía de escuchar sus números antes de bajar el rating. Pero desgraciadamente, y auque me pese escribirlo, me temo que lo hecho no es suficiente.

El problema, creo, es que no  va a ser posible encontrar entidades extranjeras capaces de inyectar capital “de calidad” en las entidades en las condiciones actuales. Imaginad el anuncio por palabras que el Reino de España pondría en el WSJ o en el Economist.

Se vende. Posición minorista en entidad sistémica pública en país del Sur de Europa con exposición exclusivamente nacional, principalmente en el sobredimensionado sector inmobiliario. El inversor debe inyectar capital y dejar que los poderes actuales sigan manejando la entidad a su antojo.”

Si, el anuncio es broma y exagerado. Pero es cierto que sigue habiendo varios obstáculos para que los inversores extranjeros serios se metan de verdad en las Cajas. ( Lo de los vulture funds o los sovereign wealth funds me parece una frivolidad y una quimera.) Las Cajas necesitan un socio estratégico que facilite el acceso al mercado y la absorción de los malos créditos.  Y no se trata de meter unos cuantos miles de millones para cumplir el ratio del banco de España, sino de recapitalizar y reestructurar las entidades para que puedan volver a proveer el crédito que necesita la economía española.

  1. El complicado, oscuro (SIP), poco profesional y politizado gobierno corporativo, del que ya hemos hablado en repetidas ocasiones y cuyas consecuencias hemos estudiado empíricamente Vicente Cunat y yo. Desgraciadamente, en este tema no ha cambiado nada.
  2. La aún falta de reconocimiento y eliminación de las pérdidas inmobiliarias.  El conflicto entre el gobierno/Banco por un lado y los analistas por otro es muy sencillo de entender: la diferencia radica  únicamente en el mercado inmobiliario. El gobierno y el Banco de España piensan que los LTVs (los ratios entre préstamo y valor de la casa) son bajos y que por tanto las garantías en los préstamos son más o menos adecuadas. Los inversores y analistas creen que el mercado inmobiliario está derrumbándose, que los precios oficiales no tienen ni pies ni cabeza; que las valoraciones no eran realistas al principio, dada la incomprensible propiedad de las tasadoras por las entidades financieras, ni lo son ahora, dado que las caidas de los precios son mucho mayores que las que imaginan las estadísticas. Un ejemplo: según el último IPV (el índice de precios de la vivienda oficial) durante la crisis, los precios en mi nativa Castilla han...¡subido! (ver la Figura abajo). Si alguien se cree esto que me escriba, que tengo unos amigos nigerianos que dicen que tienen un puente sobre el Tajo que quieren vender.
  3. Las entidades extranjeras están preocupadas, lógicamente, por las crecientes necesidades de capital impuestas por Basilea III y por los diferentes gobiernos y no pueden permitirse adoptar compromisos nuevos que puedan ser muy costosos (David Miles, del Bank of England, propone niveles de capital de “al menos” el doble que los propouestos en Basilea III (pp. 35 y 36), es decir de al menos el 14% ). No olvidemos que las Cajas que no eran sistémicas ahora, tras las fusiones, lo son : Bankia supone más del 30% del PIB español, solita. Se trata de bocados gigantes, en el momento financiero que vivimos probablemente inasumibles.

La solución adoptada supone, como en todos los momentos anteriores de la crisis, dejar que la situación mejore (¿o se pudra?) sola: las entidades que presenten un plan concreto para ir al mercado (un plan que suponga dar un mandato a un banco de inversión para desarrollar el plan, un acuerdo de los accionistas y uno del consejo) pueden aguantar hasta la Primavera del 2012.

Ojalá este calendario funcione. Pero la inacción, como siempre, tiene sus riesgos: en primer lugar, nos deja expuestos a los accidentes, a las posibles repeticiones de Mayo/Junio del 2010, momentos en los que, de un momento a otro, muchas entidades, desgraciadamente muy dependientes de la financiación mayorista, en gran parte a muy corto plazo para sobrevivir (desgraciadamente, no hay datos sobre la financiación REPO) simplemente vean evaporarse la liquidez. En segundo lugar, los préstamos impagables que se mantienen vivos a base de refinanciarlos (como prácticamente todo el crédito promotor) crecen exponencialmente (préstamo, préstamo*(`1+interés), préstamo*(1+interés)2 ….) y el problema que al principio es manejable se vuelve, con el tiempo, inmanajeble. En definitiva, como demuestran todas las crisis (incluida la actual en Japón), las medidas que, en tiempos de paz tienen un coste baratas, son, de no tomarlas, extremadamente caras en época de crisis.

¿Cuál es la alternativa? Las entidades con problemas (bien identificadas por los números del 10 de Marzo del Banco de España) tienen 15 días a partir del 10 de marzo para presentar sus planes de recapitalización; luego el Banco de España tiene dos semanas desde la presentación de los planes para aprobarlos. Estos plazos son una oportunidad, quizás la última, para adelantarse a una posible crisis. El regulador debe aprovecharla para forzar a las entidades a ser realistas, a cambiar y profesionalizar el gobierno corporativo; a simplificar drásticamente la incomprensible estructura de gobierno de los SIPs; a tomarse en serio la búsqueda de inversores extranjeros (¿de verdad alguien se cree que los ejecutivos de las Cajas tienen interés en buscar un socio extranjero serio, un HSBC o BNP capaz de cambiar radicalmente la forma de hacer las cosas?).

Más allá de las medidas de gobierno corporativo, es crucial que el regulador y el gobierno se planteen cuanto antes, en esta ventana, las únicas dos medidas que pueden ayudar a recapitalizar estas entidades:

1) para las entidades sanas, instituir un “esquema de protección” para las entidades a la holandesa, que garantice al comprador que más allá de ciertas pérdidas no será responsable del resto (ver aquí, en la S.3, como hacerlo).

2) para las entidades inviables, que si, las hay, hay que intervenirlas, cerrarlas, y dejar que los que las prestaron el dinero imprudentemente sufran las consecuencias. (Llevamos diciendo esto ya años desde NeG, y nos llaman siempre locos; pero sigue siendo tan inevitable como el primer día).

La historia de la crisis es la historia de un país que responde, si, a los acontecimientos, y termina haciendo lo correcto cuando todas las demás alternativas se muestran imposible, siempre tarde. Sería bueno, por una vez, adelantarse a ellos.