Tras ya dos Consejos de Ministros seguidos en los que no se ha decidido absolutamente nada, con la impresión creciente (no puede ser, es imposible) de que este gobierno, quizás, viene a este lío monumental sin plan (parece demasiado horrible para contemplar, en una situación como la actual, con un país al borde del abismo, con meses para preparar papeles, en fin, démosle tiempo al tiempo antes de sucumbir a la desesperanza), sin ninguna reforma (ni del gasto, ni autonómica, ni laboral, ni financiera, ni de regulaciones de negocios, ni educativa, ni de sanidad) planteada, con 27 de los primeros 100 días, en los que el gobierno se supone que tiene amplia capacidad de maniobra, ya pasados, y con marcha atrás aparente en varios asuntos cruciales (sector financiero, CCAA) nosotros seguimos, inasequibles al desaliento, con la esperanza de un gobierno reformista, y empujando la reforma clave, la laboral. Ligo un artículo de El País de ayer domingo en el que planteamos, de forma muy reducida, nuestras propuestas. Esperamos escuchar muy pronto las propuestas del gobierno. De momento, parece prematuro perder la esperanza.