Con motivo de la absolución (por prescripción del delito) del presidente de Telefónica César Alierta por un delito de información privilegiada en la venta de unos valores bursátiles, es imperativo reflexionar sobre el balance (o la falta de balance) entre el poder de la prensa y el de las grandes empresas en España.
Los periódicos españoles no tienen ningún problema en criticar al gobierno central. Esto no es casualidad- el gasto publicitario está asignado por ley. Más problemas hay en criticar a los gobiernos autonómicos, que tienen mucha más discricionalidad en el gasto (que habría que corregir). El problema es máximo cuando se trata de sacarles los colores a las mega multinacionales españolas.
Últimamente ha habido varios ejemplos. El más claro, y ahora publicitado por el WSJ, es el del Caso Alierta. Veamos: el CEO de la mayor empresa de telecomunicaciones de Europa, una de las principales multinacionales del país, es acusado de un delito por el que la pena pedida es de cárcel. Puede debatirse que la acusación es o no fundada (aunque la sentencia no da lugar a dudas al considerar probado que el 27 de febrero de 1998 se cometió un delito de uso de información privilegiada y que tanto Alierta como su sobrino participaron en el hecho imputado, mediante el que, según la acusación, obtuvieron un beneficio final de 309 millones de pesetas (1,86 millones de euros). ) Pero lo que es indudable es que este tema es noticia, una noticia gigantesca. Pues bien, el lector español que haya tratado de seguir los entresijos del caso no se habrá enterado de nada, ya que no se ha cubierto en la prensa. Si usted busca entre el 1 de enero del 2008 y el 1 de julio del 2009 “alierta información privilegiada” en el archivo de google news encontrara 69 noticias. Por comparar, la búsqueda de Cristiano Ronaldo da lugar a 33,200 noticias Los mismos resultados sacaríamos si hiciéramos una búsqueda sobre otros escándalos incómodos para los poderes económicos del país.
¿A qué se debe este miedo? Nuestros periodistas son, en muchos casos, buenos, y sin duda bien informados. Los medios tiene capacidad de investigar a fondo. Por ejemplo, la cobertura del fútbol es impresionante, con expertos de primerísima talla entrando en el detalle de los problemas. ¿Por qué esta timidez en los negocios? El problema, claro, está en el poder económico. Las empresas punteras tiene capacidad para no ya presionar, sino también extorsionar a los medios. Dejaré que el WSJ lo cuente, que lo cuentan mejor que yo. El artículo es espectacular y en cualquier otro país habría sido un escándalo gigante. Ahí van los párrafo clave para nuestro argumento (recuerden es el WSJ):
“Though Mr. Alierta is one of the most senior businessmen ever to go on trial in Spain, the case has received little press coverage. Media executives, journalists and editors say they are careful not to anger the company, which is Spain's second-biggest advertiser. Telefónica spent €174 million in advertising last year, according to Spanish market-research firm Infoadex.
Telefónica officials regularly call Spanish news agencies and newspapers asking for coverage of the case to be limited, according to journalists, editors and business executives at five main Spanish papers and news agencies interviewed for this article.
El Mundo, the Spanish newspaper that in 2002 first reported on the probe, says it was shunned for years by Telefónica. "In the first few years, the situation was very unpleasant," said Pedro J. Ramírez, editor of El Mundo, in an interview. "Telefónica's [advertising] spending dropped noticeably." He said relations between the paper and the company were now "normal," adding that he hadn't been contacted by Telefónica during the trial.
Telefónica said it had never engaged in any coercion of the press.
Local media aren't the only ones who say they have come under pressure. In 2002, Mr. Alierta contacted Marjorie Scardino, chief executive media conglomerate Pearson PLC, to complain that the company's Financial Times newspaper had reported on the probe into his stock trades, according to people familiar with the matter. At the time, Telefónica owned 5% of Pearson.
"Pearson just referred it to the editor of the FT, which was me at the time," said Andrew Gowers, former editor of the Financial Times. "We were reporting on an investigation and were perfectly right to do so."
A spokesman for Pearson declined to comment and said Ms. Scardino wasn't available to comment.
The Telefónica executive said Mr. Alierta called Ms. Scardino to explain his side of the story, not to halt reporting of the case. Telefónica sold its Pearson stake in 2004.
As Mr. Alierta's trial comes to a close, Telefónica's business is increasingly under pressure in its key home market.
Telefónica's rivals have long complained that the former state monopoly has received favorable treatment from government and regulators -- and that consumers have paid the price in the name of creating a Spanish national champion. Spaniards spend 4% of their disposable income on telecommunications, compared with 2% in the rest of Europe, according to research firm Sanford C. Bernstein.
In 2007, the EU fined Telefónica €152 million, finding that the company abused its dominant position in broadband Internet services. The EU said Spanish consumers were paying 20% more for connections than the European average.
Telefónica said it had the backing of the Spanish government for its appeal of the EU's decision.
Now that Spain's once-booming economy is suffering, with a jobless rate of 18.7%, consumers are slashing spending and high prices are no longer politically or commercially possible, analysts say. In addition to this year's rulings by Spain's telecom regulator, there are signs that the Spanish government is also putting the squeeze on Telefónica. To help fund public television, the government recently proposed a new tax on telecom companies including Telefónica.”
¿Cuál es la solución? No es fácil: sin una prensa independiente, seguiremos pagando demasiado por el teléfono, la luz, los bancos etc. Una alternativa, claro, esta en la red. El Confidencial, por ejemplo, ha tenido un artículo valiente e interesante sobre la sentencia (lo mejor que he leído) de Jesús Cacho. Pero es necesario mantener la vigilancia y tratar de forzar a los medios a atreverse.