La sorprendente reacción del Ministerio de Educación a los resultados de PISA ha sido congratularse en la igualdad de los resultados obtenidos. Y si, efectivamente, los alumnos Españoles son muy iguales- pero por una triste razón: no hay, prácticamente, excelencia. Y esta es la clave para entender los problemas del sistema educativo-- de momento, como muy bien ha apuntado Antonio Cabrales, si ayuda a los desfavorecidos a alcanzar un nivel aceptable de competencia; pero muy pocos de los muchos niños españoles que tienen potencial para la excelencia, alcanzan tal potencial. Las siguientes figuras muestran la proporción de alumnos que sacan “notable” y “sobresaliente” en los exámenes estandarizados de PISA (iguales en todos los territorios donde se ha administrado)- los niveles 5 o 6 de los resultados. Los presento sin comentarios, porque se comentan solos.
Primero la lectura, en el Cuadro 1 (Tabla 2.4 de la OECD). El 20% de los estudiantes de Shanghai tienen notable o sobresaliente (ver el post de Jesús sobre este resultado); el 16% en Nueva Zelanda y Singapur, el 13% en Bélgica, el 9-10% en Francia, Holanda y Suecia. La media de la OCDE es el 7.6%. En España el 3.4% tienen notable o sobresaliente. Por debajo: Croacia, Rusia, Letonia, Bulgaria, … ningún país con un PIB/cápita comparable
Segundo, matemáticas, en el Cuadro 2 (Tabla 2.6 de la OECD). El 50% de los estudiantes de Shangai tienen notable o sobresaliente. 36% en Singapur; 25% en Suiza o Finlandia; el 18-20% en Bélgica, Holanda y Nueva Zelanda. La media de la OCDE es el 13%. En España, el 8% tienen notable o sobresaliente.
Tercero, ciencias, el Cuadro 3 (Tabla 2.8 de la OECD). El 24% de los niños de Shanghai tienen notable o sobresaliente, el 20% de Singapur, el 13% en Holanda, el 11% en el Reino Unido. El Promedio de la OCDE es el 8.5%. En España, sólo el 3.9% de los estudiantes alcanza el notable o sobresaliente a escala mundial.
Creo que llamar a este resultado “igualitario” esconde una profundísima falta de entendimiento de la función de la educación: permitir a cada niño llegar a lo mejor que puede dar de si mismo. PISA refleja un fracaso enorme. Los niños españoles listos no están llegando a lo que pueden y deben llegar, y a lo que competir a escala mundial les va a exigir. Las familias, y los votantes, tienen que tomar cartas en el asunto. Les va en ello el futuro de sus hijos. Y el futuro de todos: son esos niños de "notable y sobresaliente" los que deben dirigir empresas, curar las enfermedades, innovar, inventar, y crear.
(Los exámenes, por cierto, son muy razonables. Aquí están las preguntas, para alumnos de 15 años de edad.)