(por Florentino Felgueroso y Luis Garicano)
La ruptura del pacto sobre negociación colectiva no es noticia. Ilusos quienes creyeran que se llegaría a un acuerdo bipartido por estar en una situación económica tan maltrecha. Más ilusos aún quienes esperaban que fruto de este acuerdo se conseguiría la modernización de un modelo de negociación colectiva que se viene demandando desde hace décadas. Estamos de nuevo ante un bloqueo institucional de una reforma clave (seguramente la reforma clave) para intentar evitar un par de lustros (al menos) de estancamiento económico.
Lo necesario
Tanto desde este blog, como desde Fedea, en esta propuesta de 9 puntos, y desde los medios de comunicación, con FAQs y hasta en forma de parábola, hemos insistido por activo y por pasivo en la necesidad de emprender cambios radicales en nuestro modelo de negociación colectiva. Conviene recordar las veces que haga falta que sin su reforma integral difícilmente podremos hacer frente al reto de mejorar nuestra competitividad, cuidando más de nuestros precios en el corto plazo y de nuestra productividad en el medio plazo. Sin esta reforma tampoco se podrán hacer frente a los problemas estructurales de nuestro mercado de trabajo, sus altos niveles de paro, precariedad y empleo irregular.
El siguiente gráfico ilustra el problema. A pesar de que la caída del PIB fue mayor en el RU que en España, en el Reino Unido una caída del salario del 5.3% amortiguó la caída del empleo que solo cayó el 0.8% entre 2008 y 2010; mientras en España los salarios reales en convenio subieron, en lo peor de la crisis, un 4,7% entre 2008 y 2010, acelerando la caída del empleo a un 10.1% entre 2008 y 2010. El caso más extremo de nuestro absurdo sistema de negociación colectiva se produjo en la construcción, donde los salarios reales subieron un 6% en 2008-2010 y colaboraron a que el empleo cayera un 40%.
Una reforma integral del modelo de negociación colectiva debe consistir en cambios sustanciales que permitan un mejor ajuste de las condiciones laborales a la productividad de nuestras empresas (en especial a nuestras PYMEs) y que racionalicen una estructura y unas reglas de determinación salarial que resultan ser las peores posibles desde una perspectiva macroeconómica. Los convenios, más de la mitad de los cuales son negociados a nivel provincial, no responden a las realidades económicas ni permiten a las empresas adaptarse. El hecho de que los convenios tengan eficacia normativa general (fuerza de ley), a pesar de que los que los negocian representen a pocos, y que su duración sea hasta que haya acuerdo para reemplazarlo (la llamada ultractividad) los hace rehenes de unos pocos y completamente inadecuados para ayudar a nuestras empresas a gestionar una respuesta a la crisis. No olvidemos que el convenio de los controladores es de 1999, duraba 5 años, es decir que se lleva negociando su sustituto desde 2004, y han hecho falta, como decía Pablo Vázquez “dos decretos leyes y un real decreto para pararlo”
Los nueve puntos de nuestra propuesta son necesarios para que la modernización de la negociación colectiva llegue a todos los sectores de nuestra economía. Con la legislación actual, esta modernización ya es posible, y de hecho, ya se ha realizado en unos pocos sectores, entre el que cabe destacar el de las industrias químicas, que bien podrían servir de modelo para el resto. Sin embargo, en el resto, los convenios colectivos se han ido convirtiendo en reinos de taifa de unos pocos empresarios y sindicatos, responsables en definitiva de un bloqueo institucional al cambio.
La historia se repite
Ha pasado un año desde la aprobación de una última reforma laboral. Por estar sometida previamente a un acuerdo con los agentes sociales, resultó una reforma poco innovadora, descafeinada (como argumentó en junio Samuel Bentolila aquí y aquí). En consecuencia, sus efectos han resultado casi imperceptibles (ver aquí y aquí).
La propia Ley de reforma laboral (35/2010, de 17 de septiembre), daba un plazo de 6 meses para acometer la reforma de la negociación colectiva. En su disposición adicional 21 decía que en un plazo de seis meses a contar desde la entrada en vigor de esta Ley, “el Gobierno, previa consulta con las organizaciones empresariales y sindicales, adoptará las iniciativas que correspondan para abordar, entre otros, la definición de mecanismos de articulación de la negociación colectiva, su papel como procedimiento de fijación de las condiciones laborales y de determinación de las políticas de empleo, su capacidad de adaptación a las necesidades de los trabajadores, las empresas y sectores productivos y la mejora de la productividad, así como todos aquellos elementos e instrumentos que relacionados con los objetivos señalados configuran el actual sistema de negociación colectiva.” Pues bien, los 6 meses han pasado ya hace 3, y el lenguaje de la Ley es papel mojado (como lo es el del la ley de disposición 10ª que daba hasta el 18 de junio del 2011 para la aprobación de un Fondo de capitalización a la Austriaca).
El último intento de reforma de la negociación colectiva se produjo hacia ya diez años, con un gobierno de otro signo, sin llegar incluso a poder cambiar la legislación. La reforma de 1994 fue la única que se atrevió a introducir algún cambio en la estructura y contenido de la negociación. Se hizo de forma unilateral, sin depender de consultas a agentes sociales. También resultó inútil. El bloqueo institucional en este caso se produjo en la práctica, anulando los efectos que se podían esperar los cambios introducidos en el Estatuto de los Trabajadores.
Hacia otra no-reforma
Atendiendo a las declaraciones del Gobierno, no cabe esperar que la reforma que pretende legislar la semana que viene tenga visos de cumplir con la mayoría de los puntos de este programa.
“el Ejecutivo partirá desde los puntos de encuentro constatados entre las partes y ha dejado claro que tratará de buscar un "equilibrio" entre flexibilidad interna en las empresas y la protección de los derechos de los trabajadores.
Así, el Gobierno apuesta por acudir a mecanismos de arbitraje en caso de conflicto y ha avanzado que la nueva normativa no contemplará el decaimiento de los convenios colectivos cuando no haya acuerdo para su renovación.”
¿Cómo hacer frente al bloqueo institucional?
No nos confundamos, ni sindicatos, ni patronal están por la labor de cambiar las graves deficiencias de nuestro mercado de trabajo, ni una regulación contractual, ni una negociación colectiva desquiciantes. El bloqueo se produce porque el beneficio que reciben por no llegar a un acuerdo es mayor que el que recibirían en caso de acuerdo. Y si se produce una reforma a medias, ya se encargarán de anular sus efectos en el día a día de la negociación colectiva, tal como ocurrió en el pasado. La razón: ambos se benefician de unas reglas que sustentan un modelo caduco.
Por ello, sólo hay una forma de hacer frente a este bloqueo: una revisión seria de reglas de representatividad y legitimidad para negociar y sobre todo las que otorgan una eficacia tan absoluta a los convenios, necesitan una revisión seria. Estas reglas fueron útiles durante el período de transición, pero han configurado un modelo de negociación demasiado sui géneris en el contexto europeo. Aprendamos de nuestros vecinos. Intentemos que nuestros agentes sociales, tanto sindicatos como patronales, se merezcan el poder para condicionar nuestra economía y las decisiones de gobiernos de uno u otro signo. Mientras, persistirá el bloqueo institucional de ésta y cualquier otro tipo de reformas. Pero ¿quién se encargará de esta labor?
Coda: El Euro y la negociación colectiva
En los últimos meses estamos observando un deterioro dramático de la confianza entre acreedores y deudores en la zona euro. Esto, junto con los crecientes rescates lleva a muchos a dudar que el Euro pueda seguir en su composición actual en unos años. Deseamos que no haya tales problemas. Pero por si los hay, es necesario hacer lo posible por transmitir confianza como país. Todos los pasos atrás; todas las promesas no cumplidas; todas las deudas ocultas; todos los mecanismos institucionales absurdos y obviamente capturados por unos pocos (como la ultraactividad) contribuyen a dar una imagen de España cañí que, si en unos años Merkel o sus sucesores tienen que decidir con quiénes dan un paso hacia una unión económica complementaria de la unión monetaria, nos puede hacer mucho daño. Por el bien de España, no podemos abandonar ahora las reformas. Y no es que las reformas las hagamos por ellos, no, es por nosotros; pero si no somos capaces de hacer las cosas obvias que interesan a todos, no podemos esperar que nadie haga una apuesta por nosotros.
Hay 18 comentarios
¿Bloqueo en la negociación colectiva?, acaso les parecen pocos 18000 convenios colectivos que hay en España?. Quizas deberían negociarse un par de millones de convenios más para que por fin estos consigan adaptarse a las realidades que imperan en cada sector, provincia, empresa, etc...
Por cierto, otra cosa que todo el mundo parece olvidar. En la negocición colectiva no se pactan las condiciones salariales que obligatoriamente debe utilizar el empresario en su empresa. Lo que se pactan son los MÍNIMOS salariales, por debajo de los estos no hay remuneración digna, sino explotación pura y simple. Una pregunta para el autor del artículo, ¿acaso está cobrando lo que marca su convenio colectivo para su categoría y profesión?.
Si la FED va a continuar esmerilando al dólar conforme su conveniencia interna e inmediata sin ponderar siquiera su responsabilidad como emisor global, entonces quedan dos caminos:
1. La política monetaria europea se hace tan laxa como la yankee -¡cada cual licúa su deuda!- y al igualarse las tasas marginales de expansión, estabilizamos el tipo de cambio y preservamos un piso de empleo compatible con la cohesión social.
2. Se instrumenta una deflación salarial como en las epocas más impías del patrón oro decimonónico, pagando a cada policía un jugoso plus cada vez que reduce el diametro de su porra un milímetro.
Científicamente, la economía y la política no ofrecen mucha mayor salida.
BARUCH
Atentamente
BARUCH
yo sigo diciendo que una negociación colectiva en una pime donde no haya presencia sindical, sin más, puede abrir la puerta a muchos abusos. si en época de vacas gordas ya los hubieron,ahora, mucho más....
una cosa es que empresas en dificultades (reales, lo cual puede ser complicado de verificar) puedan descolgarse, otra es que las empresas puedan negociar las condiciones con los trabajadores cuando estos no tienen capacidad de negociación, sin más
sobre la efectividad de las reformas, también con la rebaja en las indemnizaciones se iban a fomentar los contratos indefinidos, y no parece que haya sido el caso...
las declaraciones de Joan Rosell hoy en el país son muy significativas: http://www.elpais.com/articulo/economia/sindicatos/querian/entrar/empresas/podiamos/permitirlo/elpepueco/20110604elpepieco_4/Tes
Buenos días.
Un par de apuntes fruto de años negociando convenios de empresa principalmente en el sector del metal. Suministradores de conjuntos y componentes mecánicos y compañías tecnológicas casi siempre encuadradas en este sector porque arrancaban con algún tipo de industria de montaje o reparación.
Creo que, como apuntan los autores, esta es una parte muy importante de nuestra reorganización productiva y es endiabladamente difícil de acordar por las partes porque ellos son los primeros afectados en cosas que van mucho más allá de los salarios.
Intentaré explicar por qué dado que a veces las cosas no son lo que parecen y dan lugar a opiniones como la que apunta Juan que pasan por afectuosas con los trabajadores pero terminan mandándolos al paro a millones.
1. Es cierto que el convenio sectorial suele marcar una base que las empresas pueden mejorar. Pero también lo es que en grandes números y de año en año --uses uno u otro-- siempre te toca subir en la mayor parte de los factores de compensación y coste porque están más cerca de lo que parece. Al final el sectorial o el provincial te empuja estés como estés. Si estás en rojo como si estás en colorado. Da igual.
2. La obligatoriedad sectorial de los convenios es un factor de concentración oligopólica que favorece al líder de ese segmento.
Éste, a través del convenio obligatorio, establece una barrera de entrada y bloquea la competencia impidiendo su nacimiento. La contienda se establece de este modo en los términos del líder. Es decir, no vale la pena ni plantearse la batalla y es mejor hacerlo desde fuera del sistema (importando) o no moviendo ficha. Naturalmente esta dinámica termina expulsando a todos del mercado. Lo mismo o peor sucede en los servicios con la cláusula de CPI. Otro problema complejo el de la inflación porque creo que los trabajadores no deben pagar el coste inflacionario de decisiones o ineficiencias gubernamentales.
3. Solemos olvidar lo difícil que es ganar dinero para empresas jóvenes. En general se desconoce que de cada 100 empresitas que se crean, apenas 10 pasan de los tres años de vida y sólo una llega a pasar de los 10 años ganando algo de dinero. Es decir, 99 se quedan por el camino.
Si, como se está planteando por la parte más destructiva de nuestra demagogia, resulta que los sindicatos quieren meterse en mini-Pymes y el gobierno destruir ese vivero de empresas que es la economía sumergida, nos sucederá lo de esos ecosistemas que desaparecen enteros porque se perdieron los humedales y los arrecifes de coral.
Es decir, tendremos más de un 35% de paro sin contar a los estudiantes embalsados en el sistema educativo para que no atosiguen demasiado.
4. No soy partidario de prácticas empresariales rufianescas. Sin embargo, desde que prolifera tanta compañía subcontratista de subcontratista de outsourcer de oligopolio es interesantísimo diseccionar la estructura tecnológica y gerencial de estas operaciones auténticamente "marginales" (eso sí que es operar al límite del margen).
Su talento más importante se encuentra en unos enormes departamentos de RRHH donde se ubican los expertos en la maraña regulatoria, las bases de CV's electrónicos de mileuristas y las técnicas de contratar y despedir rápidamente, con frecuencia (de lunes a viernes o incluso por horas).
El beneficio o pérdida de la operación depende exclusivamente de estas personas.
Este ecosistema no es accidental: Surge a causa de la hiperactividad restrictiva, jurídica y fiscal, sobre el trabajo. Su mayor parte desaparecería en un entorno libre que, sin la menor duda generaría más empleo y haría competitivo el conjunto.
5. Por lo visto se pretende ignorar que la base de cualquier empresa es el talento y la actitud de su gente. En los barcos de altura en todos los países de mar dura las propias tripulaciones exigen que los maulas, los free-riders, deaparezcan del Rol y sin contemplaciones. Sin embargo en nuestras empresas esto es un anatema que exige la comisión de un crimen para poder proceder a un despido justificado.
Esto hemos de resolverlo por mucho que la izquierda jacobina sea contraria al reconocimiento social del mérito.
Una forma podría ser la que tenía Brasil hace muchos años: Despido libre indemnizado con 45 días e ingresado mensualmente en una cuenta a disposición del trabajador despedido. En USA, supuesto paraíso del pink-slip, --despido de un día para otro--, hay indemnizaciones de 45 días o más simplemente para poder atraer y retener talento.
Bueno, saludos y se me olvidaba lo más importante. ¿Hasta cuando hemos de seguir pidiendo préstamos para pagarnos patronales y sindicatos?
Saludos
José,
Durante años he sido responsable de una empresa acogida, cómo no, al convenio del sector.
Y cada año, en la fecha habitual, llegaban las actualizaciones: menos horas (era imposible, dada la reducción de éstas y los días laborables, llegar a una jornada de ocho horas) y aumento de los salarios (no todos reabsorvibles, aunque vayas por encima del convenio, como usted sin duda sabe). Cuando la empresa reunió las condiciones para descolgarse del convenio ya era tarde.
Ahora, todos sus ex-empleados ya se encuentran libres de la explotación pura y simple que hubiera representado trabajar ocho horas diarias por menos de catorce pagas de casi dos mil euros. Aunque alguno parece que ha encontrado trabajo otra vez, pobrecito.
Manu:
Esplendido comentario. Escribes muchos, y muy buenos, pero éte es el que más me ha gustado. Sucribo cada uno de los puntos.
jose:
No hay 18.000 convenios. Cómo máximo unos 6.000 (en 2008). Unos 1.300 son de sector. La cobertura de los convenios de empresa sólo alcanza un poco más del 0.25% de las mismas!!! Y, si, los convenios fijan salarios mínimos o de entrada, en tablas salariales que no cambian con el tiempo en términos relativos. Pero también, y sobre todo aumentos salariales, que también son mínimos, y se acaban aplicando a todos los trabajadores, estén o no cobrando la tarifa mínima de convenio.
En relación con esta discusión, el artículo publicado por Óscar Fanjul el pasado mes de enero, titulado "Las dos prioridades de la economía española", me parece muy relevante: http://www.elpais.com/articulo/primer/plano/prioridades/economia/espanola/elpepueconeg/20110123elpneglse_10/Tes
para manu oquendo: los salarios (pactados en convenio) son una barrera de entrada?. pero si han perdido poder adquisitivo!. cuántos asalariados son mileuristas?. compara, por favor, la tasa de creación de empresas por ccaa, y verás que hay grandes diferencias. la mortalidad de las empresa se relaciona sólo con los convenios colectivos?. cuantas de esas empresas son autónomos?.
si ha proliferado tanto la precariedad abusiva, en mi opinión, no es por una hipertrofia legislativa (em materia labora la mayoría de lso últimos cambios importantes han ido por la vía de precarizar más el empleo) , sino por la falta de una inspección como dios manda. no justifiquemos los abusos, por favor
Hola,
Comparto con ustedes que el sistema actual beneficia a los trabajadores establecidos frente a los nuevos, ya que el ajuste se hace por cantidad en ver de por precio, aunque la comparación con Reino Unido es desafortunada, ya que tiene moneda propia. Es posible que los sindicatos tengan fuertes conflictos de interés, ya que no sólo se venden mejor con un buen convenio, sino que, si como consecuencia de la inflexibilidad salarial los ajustes se producen mediante despidos, estos se lucran con un porcentaje de las indemnizaciones en los EREs.
Sin embargo, no deben olvidarse las ventajas de la negociación colectiva: el trabajador está en desventaja en una negociación individual, pues hay un empresario y muchos trabajadores.
Habría que buscar una fórmula que mantenga los derechos laborales que tanto ha costado adquirir, pero sin impedir el necesario ajuste en los sueldos en función de las condiciones económicas.
Emilio,
No estamos diciendo que la negociación colectiva sea un mal y que se produzca un desmantelamiento de los convenios colectivos. Todo lo contrario. De momento tiene dos cosas buenas: su alto nivel de cobertura y su bajo nivel de conflictividad. La reforma debería tratar de mantener estos aspectos positivos. Deben prevalecer los convenios de sector, gracias a los cuales se alcanza los actuales niveles de cobertura. Lo que se debe tratar es que sean más sensibles a la situación por la que pasan todas las empresas y trabajadores del sector, y no sólo de unos pocos. Las reglas actuales generan incentivos para que así sea.
Albert, las barreras a la entrada a las que se refiere Manu surgen cuando unas pocas empresas y una proporción escasamente representativa de trabajadores se encargan de fijar las condiciones laborales de todas los demás, marginados del proceso de negociación colectiva.
aunque las (presuntas) barreras de entrada se refieran a los convenios, en general, una parte importante de las condiciones laborales se refiere a los salarios, y lo cierto es que en España son bajos, han perdido poder adquisitivo. me cuesta mucho creer que en esas condicones, puedan ser uan barrera de entrada, y aúnme parece más discutible que la causa de la mortalidad de las empreses de neuva creación sean los convenios
por otra parte, si la patronal ha roto las negociaciones, descolgándose con peticiones de última hora, es porque tal vez este sistema no les parece el mejor
cuando usted reclama que los convenios sean más sensibles a las condiones de cada empresa, es imposible no estar de acuerdo, pero el gran problema es cómo se concreta esa "sensibilidad": muchas veces la información no es del todo fiable, y cuando una empresa tiene dificultades, es frecuente que hayan diferentes alternativas para superarlas, y lo importante es quien las escoge. y otra cosa: ni la productividad ni los resultados de la empresa son siempre responsabilidad de los trabajadores
la marginación de muchos trabajdores de la negociación colectiva sólo se puede arreglar si tienen verdadera capacidad de negociación, a nivel de sector o de empresa. otra cosa es dejar manos libres al empresario para que haga los cambios que estime oportunos cuando lo crea conveniente
por último, me sabe mal que los que no pensamos como los autores de este blog seamos unos "irresponsables o unos demagogos"
@BARUCH, Y vendra ese momento no lo dude, es cuestion de tiempo.. ese tempo que marca la FED, primero van las elecciones 2012 en USA, y una cierta recuperacion economica... vermos cuando la marea llegue a las puertas de Eliseo...
En todo caso la discusion es el modelo de relaciones laborales existente y si eso es compatible con un crecimiento economico o simplemente con una preservacion de existentes. Como indica Manu (excelente resumen) los actuales convenios y el conjunto de normas laborales es simplemente una estrategia conservadora que no confia en el crecimiento economico del pais... y por lo tanto preserva lo existente, empresas como trabajadores. La cuestion es que esa estrategia es degradativa y ya no corresponde a nuestra realidad.
Indudablemente hay que rehacer el contrato social desde la base, sin dogmas ni prejuicios, ya que 5 millones de parados no se merecen que el resto del pais los mire degradarse y escorarse a posiciones extremistas que despues censuremos.
Los modelos de contratación no son el determinante del empleo, sino la rentabilidad empresaria. Y sin un ajuste de precios relativos sustancial la recuperación de ésta última es una quimera, por tanto, lo demás es un entretenimiento social.
Puede que algún tipo de contrato que haga más digerible la miseria ayude a deflacionar el salario sin traumas insalvables; pero la crisis está en pleno desarrollo, y según recuerdo, se alimenta de gobiernos y esperanza hasta que el ciclo global y el buen juicio la reviertan.
Cuando ésto último acontezca, el populacho firmará el contrato social que le pongan delante, y mientras tanto, desconfiará de todos.
Un saludo
BARUCH
@Baruch
Totalmente de acuerdo, los modelos de contratacion son un elemento mas y la clave es la rentabilidad empresarial, pero no es menos verdad que los modelos de contratacion es lo primero que uno se enfrenta a la hora de realizar una actividad empresarial.
Supongo que en mente tenemos empresas distintas, unas cuya inercia es suficiente para la adquisicion de beneficios, y la mejora de la contratacion solo ampliara sus beneficios sin que por ello exista una mejora del empleo (inversion), pero a la vez existe otro tipo de empresas que necesitan de gran flexibilidad (que no es solo hablar de salarios) para poder competir.
Supongo que ya es el momento de evitar los maniquismos y ir a modelos de economia mas avanzados que tipifiquen la actividad para encontrar el mejor modelo de contratacion laboral y fijar los niveles fiscales... en la actualidad vivimos con una parte de la poblacion enormemente protegida frente a nuevos que estan simplemente fuera.
Aunque como ya dijo usted, todo esta discusion con el Euro a 1,46 es "peanuts".. para el beneficio empresarial.... Con todo ello hay que mejorar el marco social e institucional para abaratar la entrada de capital a la inversion sin acudir necesariamente a la vertiente salarial.
(Hay mucho que cambiar, pero no nos pongamos limites imposibles..;)
Una duda. ¿No será que el aumento de los salarios, al menos en parte, se debe a la destrucción de los puestos de trabajo más precarios? La paradoja de Simpson creo que se llama. El salario medio que contabilizamos ahora es el de los altos y medios ya que los bajos desaparecieron. Así que este aumento salarial observado podría ser debido a un cambio de ponderación y no a un aumento real.
Aunque, desgraciadamente, me temo que no es así.
saludos.
Don Iñaki,
Cuando las obcenidades tienen dimensión pantagruélica dificilmente sus causas sean diferencias marginales detectadas con lupa en promedios de promedios.
Hace falta que el salario medio relativo se abarate, digamos, un 20% en terminos reales. Algo ofensivo, brutal, lesivo de la dignidad humana. Es que no la hemos embarrado un poco, ¿comprende?. No se precisa lupa para buscar elefantes...
Un saludo
BARUCH
Razones por las que los sindicatos nunca van a aceptar las medidas necesarias:
http://errete.tumblr.com/post/6316571445/en-algunas-protestas-se-agudiza-el-ingenio-para
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