(Este artículo mío sale en El País de hoy y es mi respuesta a la pregunta de un reputado jurista sobre la posible importancia de los efectos umbral en la actual reforma laboral y la mejor manera de reducirlos. Además de añadir los enlaces online, añado las figuras o referencias a los datos y una excelente propuesta de Rafael Domenech que metí pero no llegó a la versión publicada. De nuevo no hay forma de encontrar el enlace online, es de verdad endemoniado el cambio que han hecho los de EP hacia una supuesta plataforma "moderna".)
A pesar de la competencia China, la burbuja, la crisis, la pérdida de competitividad y las restricciones financieras, la cuota española en las exportaciones mundiales se ha mantenido asombrosamente estable en los últimos 10 años. Mientras la cuota de países como EEUU o el Reino Unido se derrumbaba en un 30% , la de España resistía a los BRICs de forma que al final de la década estaba al mismo nivel del principio de ésta.
Como ha observado el economista Pol Antràs , nuestra economía funciona como nuestra liga de fútbol: hay muchos equipos en apuros, sobre endeudados, al borde de la desaparición. Pero nuestro fútbol internacional no está en crisis, al contrario: nuestra cuota de títulos internacionales sigue aumentando. Como en el fútbol, en España hay un núcleo reducido de grandes empresas que consigue mantener su cuota de mercado en el extranjero contra viento y marea, mientras el resto de las empresas, las que participan de la economía nacional, están extenuadas, al borde del abismo.
En definitiva, tenemos un sistema productivo dual, en el que existe un número muy elevado de pequeñas empresas y un número reducido de multinacionales muy potentes, capaces de seguir exportando. Desgraciadamente falta el medio. Comparado con otros países de nuestro entorno, no tenemos suficientes empresas medianas capaces de competir en los mercados internacionales.
Esta distribución del tamaño de las empresas es sorprendente dado nuestro nivel de desarrollo, y similar a la de los países en desarrollo, que normalmente presentan una acusada dualidad: un vibrante segmento de vendedores ambulantes, tiendas pequeñas, trabajadores informales, muchos de ellos en la economía sumergida, y un sector internacional de empresas exportadoras capaces de competir en los mercados.
Esta extraña, para nuestro nivel de desarrollo, composición del tejido productivo importa, y mucho. Un análisis reciente de Rafael Domenech, del servicio de estudios del BBVA, muestra que, a igual tamaño de empresa, las empresas españolas son igual de productivas que las americanas. Es decir, una empresa española pequeña es igual de productiva que una extranjera. Una empresa mediana, también es igual de productiva comparada con otra mediana extranjera. Y lo mismo para las grandes (ver Fig 1).
Fig 1. Productividad y tamaño(Fuente Rafael Domenech, BBVA Research)
La diferencia viene de la composición de tamaños: tenemos muchas más empresas pequeñas que EEUU o Alemania, y muchas menos medianas y grandes. Mientras que en EEUU menos del 15% de empleo está concentrado en empresas de menos de 20 empleados, en España el 27% está en esta categoría. De la muestra utilizada por el BBVA, sólo los sospechosos habituales, Portugal, Italia y Gracia, están peor que España en este ranking.
Fig 2. Empleo en empresas de menos de 20 empleados (fuente Rafael Domenech, BBVA Research)
No podemos este problema sin entender el efecto de la regulación de los mercados de producto y de trabajo en las empresas de distintos tamaños. Hablando en plata, la justicia y la regulación no afectan igual a las empresas pequeñas y a las grandes.
En un país con un sistema regulatorio kafkiano, en el que conseguir una licencia o permiso para cualquier cosa lleva meses, las grandes empresas tienen gabinetes jurídicos expertos en encontrar huecos en las reglas y evitar las más perjudiciales o incluso en convencer al regulador para cambiar las más dañinas para sus intereses. Una empresa pequeña e informal simplemente a menudo ignora las reglas, operando a veces al margen de la ley (facturas en negro etc.) Una empresa mediana, legal, no puede ni ignorar las reglas ni encontrar la forma más eficientes de cumplirlas.
Un ejemplo de esta diferencia la podemos ver en el comportamiento de las exportaciones españolas. Pol Antràs , en un análisis reciente, muestra que las PYMES sufrieron entre 2000 y 2008 incrementos de sus costes laborales unitarios acumulados de alrededor del 70%. Este incrementó afectó igual a las PYMES exportadores y a las no exportadoras. Por el contrario, las grandes empresas no exportadoras vieron incrementos de costes laborales unitarios de alrededor del 25%, mientras las grandes exportadoras experimentaron subidas cumulativas de un 20%. Es decir si uno tiene un gabinete laboral especializado en gestionar el convenio y los contratos, puede evitar las peores consecuencias de estos.
Fig 3. Crecimiento Anual Medio de los Costes Laborales Unitarios y Tamaño (fuente: Pol Antràs, presentación, citada en NEG)
En definitiva, el complejísimo y arbitrario ordenamiento jurídico crea una serie de barreras, salvables sólo por los más decididos y afortunados, para el crecimiento de las pequeñas empresas. La legislación de convenios colectivos, la de despidos, las licencias etc. o bien no se aplican para las pequeñas, o se ignoran. Al atravesar las diferentes barreras de tamaño, estas normas empiezan a dificultar el crecimiento, hasta que ahogan a la atrevida que lo intenta.
Este efecto disuasorio de la regulación lo hemos mostrado en un trabajo reciente realizado con dos compañeros de la LSE, John Van Reenen y Claire Lelarge para el caso de Francia (NB ligo la versión más actual que no es la final). En Francia, cuando las empresas alcanzan los 50 trabajadores, no tienen más remedio que cambiar radicalmente la forma en que hacen los despidos colectivos. Pues bien, encontramos que, como cabría esperar, hay muchas empresas que no pasan de la barrera de los 49: las estadísticas muestran una montaña desproporcionada de empresas en 47, 48 y 49 trabajadores, y un desplome del número de empresas de 50, 51, etc.
Como hemos argumentado con anterioridad en este espacio, la nueva reforma laboral está diseñada en gran parte para evitar un descalabro de la gran empresa española, y con suerte lo podrá evitar. Pero las normas para, por ejemplo, inaplicar el convenio colectivo (art 82.3) crean un procedimiento endemoniado, que será de poca ayuda PYMES.
La gran ayuda para las pequeñas empresas contenida en la reforma es el contrato indefinido de apoyo a los trabajadores, que permite la contratación a jornada competa con un periodo de prueba de un año y aplica precisamente a las empresas de menos de 50 trabajadores. Basado en el análisis que hemos realizado del caso francés, este contrato creará un importante efecto umbral en 50, y dificultará el crecimiento de las empresas más allá de ese número.
Par evitar la distorsión, veo dos alternativas: la primera, generalizar el contrato a todas las empresas, o al menos hacer que el período de prueba disminuya de forma proporcional, sin crear discontinuidades, al número de trabajadores de la empresa, como ha propuesto Rafael Domenech. La segunda, propuesta por el economista Javier Andrés, cambiar de un umbral por tamaño a uno temporal, de forma que el contrato sea aplicable a todas las empresas, por ejemplo, en sus primeros 5 años de vida.
El objetivo prioritario de las reformas debe ser que la economía cree empleo y que incrementemos la productividad, para poder hacer frente a nuestros muchos compromisos futuros. Este objetivo pasa por hacer todo lo posible para que las más productivas de nuestras pequeñas y medianas empresas no tengan barreras para crecer.
Hay 17 comentarios
Ya que de mi tierra solo se habla generalmente mal, creo que lo mismo un día de estos, al personal le da por fijarse en las cosas que se hacen bien y se darán cuenta que son más que las que se hacen mal. Ahí va una noticia interesante ahora que hablamos de exportaciones:
http://www.diariodesevilla.es/article/economia/1206867/andalucia/se/mide/exportacion/con/china/e/india.html
No sólo eso, Andalucía ya no solo es aceite de oliva. Nos atrevemos a ser referentes en energías renovables, TIC y alta tecnología. Cada vez tenemos una economía más diversificada. Estamos a punto de alcanzar a Madrid, CC.AA, en nivel de exportaciones. Si se sigue al mismo ritmo, le rozaremos los talones a Cataluña en poco tiempo. Todo esto, no quita que haya muchos temas estructurales que no han sido resueltos. La autocrítica que no falte.
Muy claro nos lo deja Don Luis, muchas gracias, sólo echo en falta cierta referencia a un sistema de crecimiento y mejora de la gestión que pasa por la figura de la U.T.E. Unión temporal de empresas, intermedia entre la fusión y la asociación, que quizás mereciese una mayor atención administrativa como solución adecuada para sufridos sectores atomizados, como el transporte.
Muy interesante, gracias Luis.
En el caso de la propuesta de Javier Andrés, ¿no puede un umbral temporal generar importantes incentivos del tipo cierre de la empresa pasado el período y apertura posterior con otra denominación social?
Saludos
VGines, yo sí veo ese peligro. Tendremos que pedirle a Javier que nos explique su propuesta.
VGines y Samuel
Ese es un riesgo, pero creo que el coste puede no compensar esta estrategia. Si hoy seguimos diciendo que los costes de despido y contratación son significativos, imaginemos lo que supone hacer tal cosa con el conjunto de la empresa. Por no hablar de los costes administrativos, problemas de fidelización de clientes, marketing en general, etc.
Además en este caso, como en otros relativos a la normativa laboral no debería ser difícil diseñar un mecanismo de control para evitarlo.
Otra alternativa es mantener el incentivo a partir de, por ejemplo, tres o cinco años siempre que la empresa aumente de tamaño de forma significativa. De este modo se mantienen las ventajas de un tratamiento excepcional pero en este caso no tanto asociadas a mantener el tamaño de la empresa como a aumentarlo.
He leído el artículo esta mañana y el final me ha sorprendido; la sensación ha sido la misma que en una de esas películas en que el desenlace es totalmente inesperado.
Me explico. Domingo por la mañana, después de la Fórmula 1. Cojo “El País” y lo primero que hago es buscar el artículo de César Molinas (la verdad es que lo primero ha sido mirar la programación, como todos), voy pasando hojas y antes de encontrar lo que busco me tropiezo con un viejo conocido de los que seguimos este blog y comienzo a leer (sin olvidarme de César Molinas). Ninguna sorpresa: cosas ya sabidas y leídas una y otra vez en Nada es Gratis; me voy preparando para el final; pienso entre mí “ahora para acabar con la dualidad de nuestro sistema productivo propondrá lo que siempre están proponiendo para acabar con la dualidad de nuestro mercado laboral: el contrato único con indemnización creciente”. Pues no. Ha habido una evolución: hemos pasado del CICA al CSI y no porque vaya a venir Gil Grisom a hacer una análisis forense de los restos de nuestro moribundo mercado de trabajo, sino porque al final la propuesta es un Contrato Sin Indemnización para todas las empresas. Un final sorprendente; un golpe.
Luis, para aclarar algunos argumentos.
1. Sobre fútbol, no hay ningún trabajo serio sobre su economía porque esta actividad ha estado corrompida por lo peor de la política y los negocios (y esto también se aplica al RM y al FCB -ayer, hoy y siempre). Cuánto me gustaría que XSiM escribiera en base a su experiencia, aunque seguro la pasión le haría pasar un mal rato.
2. Sobre las exportaciones como indicador de éxito o fracaso. Hasta los gobiernos más ineptos y corruptos aprendieron siglos atrás que hay que exportar para generar ingresos fiscales. Sólo los gobiernos totalitarios han encontrado una fuente de ingreso menos costosa --la esclavitud (todavía espero un análisis serio del regimen esclavista de Cuba). El único indicador de éxito o fracaso económico de un grupo social es su capacidad para producir bienes y servicios libremente demandados por uno o más grupos.
3. A pesar de que hablamos de los éxitos y fracasos de las naciones, jamás debería el análisis centrarse en el país (=Estado soberano o nacional) como el grupo social de referencia. Cualquier país así definido es arbitrario en su inclusión de los grupos sociales que interesan. Razón tiene el escritor que dijo que el país llamado España sólo existe en deportes.
4. Precisamente en todos los países, las empresas grandes llegan a ser grandes por su creación/cooperación/colusión/asociación/captura con/por los gobiernos.
5. Si se insiste en hacer el análisis a nivel de país y se ignoran las diferencias al interior de cada país, la composición de la población de empresas por tamaño es un problema serio como se explica en la entrada. En España y otros países que copiaron legislaciones progresistas sin tener una buena base de empresas de tamaño intermedio, esa composición se caracteriza por grandes empresas bajo la protección de los gobiernos (pelean por repartir la torta entre ellos pero son conflictos secundarios) y un gran número de empresas pequeñas impedidas de crecer por un exceso de regulaciones. O la empresa nace grande, o se pudre con un negocio que difícilmente salga adelante.
comparto lo dicho por Juan AV: proponer la generalización de los contratos laborales sin indemnización me parece muy desacertado e incoherente con lo dicho en este blog (al menos, lo que yo había creído entender). eso sin contar que es abusivo, por más que la renuncia a algunos derechos laborales sea el precio a pagar para ganar competitividad
Respecto a la talla de ls empresas:
Aunque mucho menos conocido que Pareto, el físico francés Gibrat publicó en 1931 un libro – "Les inégalités économiques"- en el que intentaba generalizar la distribución de rentas del primero dando lugar a lo que se conoce como ley de Gibrat o ley de los efectos proporcionales (Law of Proporcional Effects) El modelo de Gibrat es puramente estadístico y se inspira de los trabajos del astrónomo Jacobo Kapteyn que había constatado que las distribuciones asimétricas son muy abundantes en biología. Aunque la ley de Gibrat no se ha visto totalmente confirmada por trabajos empíricos posteriores –los estudios econométricos son contradictorios al respecto- da lugar a varias interpretaciones, no todas coincidentes, si bien se resumen en dos enfoques principales:
1.- No existe talla óptima de empresa.
2.- A partir de la versión fuerte de la ley se deduce que la tasa de crecimiento de una empresa, en un momento dado, no afecta al crecimiento posterior. En cierta medida, ello significa que la tasa de crecimiento de la firma no depende de la historia de la firma ni de la dinámica de su talla.
Creo que la regulación laboral puede explicar parte de la "anormalidad" de la distribución de empresas, exportadoras o no, en España incluso aunque la ley sea igual de efectiva para empresas grandes o pequeñas.
Tener unos mayores costes de entrada, no solo en dificultad para iniciar un negocio sino también en costes hundidos de indemnizaciones futuras, impiden que se vayan "limpiando" las empresas menos competitivas, que el nivel mínimo necesario de productividad para sobrevivir sea menor (en un modelo a la Mélitz sería desplazar la free-entry equation hacia la izquierda), o lo que es lo mismo, que la distribución del número de empresas según el nivel de productividad empiece desde un nivel menor, pero a la vez, sea más plana que en otro país con menores costes de entrada.
Así que también el modelo predice que el número de empresas exportadoras tendría que ser menor que en otros países (suponiendo que la productividad necesaria para salir a competir en el mundo en la misma en todos los países) y que el nivel medio de productividad de las que no exporten será menor. Esto es una ventaja para las "buenas" empresas que sí exportan respecto a las exportadoras de otros países, ya que al fin y al cabo si menos empresas van a aprovechar para exportar, mayor será el poder de estas empresas en los mercados de trabajo, factores (en el modelo esto sería que el desplazamiento de la zero-cutoff-profit es menor que en otros países).
La lógica del artículo me ha sorprendido un poco, para la ausencia de PyMEs o "missing middle" en España, se propone un contrato que supere el "efecto frontera" del actual mercado laboral? Me parece que es mezclar las cosas y forzar el argumento de la reforma laboral y los efectos frontero un poco demasiado. Estos efectos son importantes, pero de tercer o cuarto orden para explicar la asuencia de PyMEs del segmento más alto en España.
Tampoco mejoras que faciliten la entrada de nuevas empresas me parece una raíz fundamental del problemas porque se olvida de que Las PyMEs (sobre todo las del segmento alto) no nacen en su mayoría siendo pequeñas empresas, sino que son spin - offs o nuevas empresas creadas ya con una cierta dimensión (hay pocos estudios en este aspecto, pero los que hay apuntan en esta dirección). Para estas empresas, el coste regulatorio de la entrada formal al mercado es poco relevante, mientras que sí es relevante para las micro o pequeñas de las que en España hay un montón.
Los aspectos relevantes y no abordados en el artículo se encuentran:
- El acceso al financiamiento para nuevos emprendimientos.
- Los efectos que generan la competencia de una elevada informalidad de las pequeñas empresas.
- La falta de cultura de la innovación (el tema de C. Mólinas y otros).
- Las prevendas y capturas regulatorias de las grandes empresas.
- Las PyMes de segmento bajo también tienen capturados determinados mercado (por ejemplo, superficies comerciales) impidiendo a grupos más dinámicos crecer. Aquí las licencias son relevantes, pero muy distintas a las que se necesitan para abrir una empresa.
A ver que me aclare ¿De dónde sacáis que existe una talla óptima empresarial y que tiende a ser grande? No creo que Gabaix en su fundamentación de la ley de Zipf piense así. Yo tampoco. Creo que procedéis por inversión de nexos causales: no es porque una empres es grande que es más productiva sino porque es más productiva que crece. En el caso de las empresas basadas en mucha I+D está cantado: crecen comprando empresas pequeñas muy punteras e innovadoras.
Solo hay dos casos claros –generalmente relacionados con monopolios naturales- en los que la talla cuenta: a) cuando una empresa goza de sub-aditividad de costes respecto a dos empresas más pequeñas; b) cuando los costes fijos son muy importantes y por tanto los costes medios dominan a los marginales durante un largo intervalo de las series productivas.
Juan Jose,
Yo creo que nuestro argumento no es en absoluto que tiende a ser grande, no, no se que te ha hecho pensar eso. Gabaix, y Zipf, y Simon, y Pareto, y toda la literatura sobre la distribucion del tamano de empresas (puedes ver un articulo reciente de Axtell en Science) encuentra y trata de justificar teoricamente que la distribucion de tamanos sigue una power law. A veces, hay desviaciones, como en el caso de los paises en desarrollo y de Espana, en muchos casos relacionados, como muestro en mi trabajo con van Reenen, con la existencia de distorsiones regulatorias.
Luis
Disculpa, Luis, quizás haya leído mal. Creí vislumbrar cierto énfásis en que para ser campeones de no sé qué, verbigracia, en exportaciones, hay que impulsar -aunque fuere por argumentos institucionales, al amparo de la reforma laboral, próximos de los costes de transacción- el tamaño de las empresas. EEUU exporta más desde el extranjero, por sus establecimientos expatriados de las casas matrices, y más pequeños, que desde la metrópoli.
Por otra parte, power law aparte, ni Zipf ni Pareto se remiten a la distribución del tamaño de las empresas que yo recuerde. Y allende la susodicha distribución lo que asienta el trabajo de Gabaix es la ley de Gibrat no tanto por seguir una ley de potencia sino porque la talla en T no depende de la talla en T-1: la talla de las empresas es aleatoria y sin historia.
No leí el artículo de Science, debe ser interersante, gracias por la información.
Lo que me gustaría saber es lo que cuesta al resto, generalmente las PIMEs, que esas grandes empresas puedan ser competitivas y exporten.
Eso es como dar de comer pienso gratis a una vaca, a costa que otras se lo paguen y apenas coman. Luego la vaca engordada da mucha leche barata, hasta que el resto se muera por inanición.
¿Qué pretendemos? ¿Otra burbuja, tal vez?
Cuando Uds hablaban de un mercado laboral dual yo siempre pensaba en una estructura empresarial dual
Esta es una de las claves de nuestro pais, estudiar en detalle porque las pymes españolas no crecen, que se hizo en Alemania en 1998-2005 para que las empresas pequeñas pasaran a medianas y medianas a grandes. Parece ser que hay paises que tiene mas claro que el nuestro, como enfocarse....
Existe una opción que da resultado, empresa pequeña y/o mediana lider especializado en un segmento muy especializado.
Por otra parte, el ejemplo del Futbol, sabiendo que deben los clubs a S.Social, y siguiendo los informes de J.M.Gay, no sean el mejor ejemplo de gestión, aunque si lo sea de buena imagen...que ya veremos como acaba.
Los comentarios están cerrados.