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Lo que haría Felipe II para salir de la crisis

Andrés Neumeyer, en el excelente blog Foro Económico, hace una propuesta atrevida e interesante para resolver el problema de sostenibilidad de la deuda: el fideicomiso, consistente en que "Los impuestos pagados por los contribuyentes en vez de ir a una cuenta del tesoro nacional irían a una cuenta de un ente independiente (una autoridad de la Unión Europea, el FMI?). Este ente independiente, pagaría la deuda que corresponde pagar en cada período y giraría el remanente al tesoro nacional para que lo utilice para pagar el gasto público." Os recomiendo encarecidamente el artículo entero, que tiene una discusión excelente de la sostenbilidad. Pero aquí va la propuesta en concreto de Andy, para facilitar su lectura:

Un problema serio es que la condicionalidad del BCE no es creíble. EL BCE no puede creíblemente decir, rescato al país X si el mismo ajusta sus cuentas fiscales el próximo año. Si el BCE rescata a los países antes de que ajusten, es probable que no lo hagan nunca. El razonamiento es que dado que el BCE rescató a X sin que ajuste por temor a la alternativa, lo volverá a hacer en el siguiente período aunque X no ajuste.

Surge así un juego del cobarde (game of chicken, ver video de rebelde sin causala discusión entre Boldrin y Garicano en Nada es Gratis). Los países no ajustan especulando que el BCE no va a dejar caer al sistema financiero Europeo si no pueden refinanciar su deuda. El BCE deja que el temor al desastre acelere la estampida de los tipos de interés para forzar a los países al ajuste, corriendo el riesgo que el sistema colapse.  Este es un juego muy peligroso en el cual los dos jugadores pueden caer al abismo (los accidentes pasan).

Fideicomiso tributario: una posible solución?

Ante el peligro que conlleva el juego del cobarde y la dificultad política de implementar un rescate en el que los países fiscalmente sanos corren el riesgo de pagar el impuesto inflacionario para salvar a sus vecinos en problemas surge la necesidad de otra solución.

El problema parecería ser el miedo por parte de los acreedores a que sus títulos públicos sean repudiados. Una posible solución es crear un mecanismo por el cual cada estado se compromete a pagarle a los acreedores antes de hacer ningún otro gasto, subordinando el gasto público al pago de la deuda.

Una manera de lograr este compromiso es crear un fideicomiso tributario. Los impuestos pagados por los contribuyentes en vez de ir a una cuenta del tesoro nacional irían a una cuenta de un ente independiente (una autoridad de la Unión Europea, el FMI?). Este ente independiente, pagaría la deuda que corresponde pagar en cada período y giraría el remanente al tesoro nacional para que lo utilice para pagar el gasto público. El ente independiente hasta podría estar a cargo de la recaudación de impuestos también.

En las próximas semanas los nuevos gobiernos en Grecia, Italia y España anunciaran programas con fuertes ajustes fiscales y reformas estructurales que pretenden aumentar la tasa de crecimiento promedio de la economía por arriba de la tasa neutra del 2% anual, por una o dos décadas. Estos anuncios corren el riesgo de ser inefectivos si los mercados no creen en los mismos. Si ello ocurre, el default es inevitable. Una manera de hacer que los tipos de interés caigan de inmediato y el ajuste y la reforma estructural tengan una chance de éxito es anunciar al mismo tiempo que se anuncian las demás reformas, la creación del fideicomiso financiero descripto en el párrafo anterior.

Un fideicomiso de este tipo podría convencer al BCE o al EFSF a emitir deuda de manera ilimitada para sostener la deuda de Italia, Francia y España. La garantía que el BCE está primero en la línea de acreedores podría convencer a su directorio de aprobar el apoyo ilimitado a los países en problemas. De esta manera el fideicomiso tributario y el apoyo del BCE podrían ser complementarios.

Este tipo de arreglos son comunes en los negocios privados en el que los deudores ponen los ingresos de sus negocios en fideicomisos de una naturaleza similar. También fueron utilizados para vender bonos soberanos por Felipe II en España en el siglo XVI (ver Carlos Álvarez-Nogal and Christophe Chamley, Debt policy under constraints between Philip II, the Cortes and Genoese bankers, 2011 y reportaje a Chamley aquí).