Krugman sobre el futuro de Europa: ¿Se puede salvar Europa?

Precioso, obligatorio,  transparente, articulo de Paul Krugman en la revista del NYT del domingo que viene sobre el futuro del Euro. Me recuerda al excelente Krugman de los 90 en Slate, y no al ideologizado y tosco Krugman de las columnas del NYT. Pongo el link para informaros, pero también, espero, para dar una oportunidad al debate entre nuestros siempre interesantes lectores.

Hay 23 comentarios
  • Puede ser interesante contrastar esta perspectiva de Krugman con la que se presenta en un librito que acaba de publicarse, titulado The Tragedy of the Euro: http://amartinoro.wordpress.com/2010/12/19/la-tragedia-del-euro-segun-philipp-bagus/

    Es muy crítico con el euro, tanto teórica como históricamente. Sostiene por ejemplo que su creación fue motivada por el interés de los franceses de quitarse de en medio la disciplina monetaria del Bundesbank.

    Dejo un parrafito del prefacio:

    The Eurosystem is unmasked as a self-destroying system that leads to massive redistribution across the EMU, with incentives for governments to use the ECB as a device to finance their deficits. He shows that the concept of the Tragedy of the Commons is also applicable to the Eurosystem, where different European governments can exploit the value of the single currency.

  • Me parece el típico discurso de la competitividad y las supuestas bondades de las devaluaciones "competitivas (?)". Los beneficios del euro no son sólo la reducción de los costes de transacción en el comercio europeo, sino fundamentalmente que debe funcionar como un factor generador de compromiso. Ahora bien, la noción de que en la situación actual un país podría devaluar y pelillos a la mar, con eso se arreglaría todo, es absurda (en equilibrio lo harían todos y de eso tenemos evidencia empírica a patadas). Igual de absurda que decir que con una autoridad monetaria propia uno puede pagar las deudas imprimiendo billetes y pelillos a la mar. Es lo mismo que decir que se puede declarar la bancarrota y pelillos a la mar. Una de las cosas más importantes que hemos aprendido en macroeconomía en los últimos veinte años (yo diría la más importante) son las ventajas del "compromiso" (commitment) frente a la discrecionalidad (rules rather than discretion), y para eso nos sirve el euro. Por tanto insinuar que en la situación actual sería mejor poder devaluar es errar gravemente al no evaluar las consecuencias futuras de las políticas. Desde Lucas sabemos que lo relevante es comparar los resultados entre un regimen de política en el cual los agentes saben que una devaluación (o inflar la moneda o declarar la bancarrota, ¿no son distintas maneras de hacer lo mismo?) es posible y un regimen de política en que la autoridad fiscal/monetaria se compromete creiblemente a unas reglas de actuación preestablecidas. Con el euro se buscó (consciente o inconscientemente, poco importa) mover el regimen de política en la dirección correcta, y quizás no se ha hecho lo suficiente (o no ha resultado suficientemente creíble), pero va en la dirección correcta. Volver atrás en busca de las fictícias ventajas de una supuesta independencia de política es olvidarse de todo lo que hemos aprendido.

    • Juan Carlos,

      Tienes toda la razón con el tema de compromiso. Abandonar el Euro sería ahora aceptar un destino eterno de república bananera. El crecimiento económico es más importante que la macro, estoy de acuerdo contigo y con el Lucas de “On the mechanics”, pero para que el argumento funcione, las instituciones deben proveer una certidumbre que ahora no proveen.

  • A mi modo de ver, aparte de tener un pico de oro y prevenir el sinsentido de Bush, algo que cualquiera de los presentes podía hacer, excepto nuestro iluminado presidente y su cortejo, mejor sería hacerle el caso que merece.
    No entiendo sus ideas y no por mi falta de estudio en la materia, sino por su sinsentido y su visceralidad.
    Europa tiene muchos problemas, tantos como algunos y menos que la mayoría. Nos hemos de acostumbrar que el mundo no gira a nuestro alrededor, tal como él debe hacerlo con su querido país. Si el Euro es una chapuza, no digamos lo que es el Dólar, tal como está montado y como el pregona. Si la Europa del Euro no está cohesionada, no digamos como está su querido país, donde los impuestos van según cómo eructa cada Estado. Y no sigo porque tiene demasiada miga

  • Realmente magistral el "insight" de Krugman sobre la crisis en Europa.

    Creo que su relato lleva de una forma natural a la idea de que sólo hay un desenlace posible para la crisis, que es el mantenimiento y profundización del proyecto de la Unión Europea. La sola percepción por parte de los mercados de que existe la voluntad firme de ir en esa dirección será suficiente para eliminar los escenarios catastrofistas alternativos.

    Si acaso no comparto la crítica a Merkel de falta de europeísmo. Todo lo contario, mi impresión es que Merkel, con el apoyo de Cameron, está emergiendo como la figura decisiva en esta crisis manejando un difícil equilibrio entre el apoyo a los países con problemas y la necesidad de que éstos asuman sus responsabilidades en el ajuste. Su liderazgo crece día a día y el resto de "políticos" europeos no hacen sino seguir su estela. ¡Qué diferencia con personajes como Sarkozy, Berlusconi, Zapatero....!

    • No se si tosco es la palabra correcta- quiero decir poco sútil y preciso, prefiriendo las armas pesadas, el argumento personal y brutal, el "shock and awe" al argumento cuidado, racional y razonable.

  • a Angel Martin:

    respecto al libro editado por el instituto mises respecto al euro, puntualizar unas cosas:

    - el instituto mises es muy crítico con TODOS los bancos centrales y las monedas fiat. ¿Porqué no hablan tambien de The Tragedy of the Dollar, teniendo en cuenta que varios estados de EEUU, incluyendo California, la séptima economía, están en bancarrota?.

    - Jesus Huerta de Soto forma parte del coro bancaculpista de la crisis. Tambien hay que añadir su cercanía a Libertad Digital y al ala "más" liberal del PP. En el ala "más" liberal se encuentra Doña Esperanza Aguirre, - mecenas de Jesus Huerta de Soto - que al mismo tiempo es una de las cabezas más visibles de las mafias especuladoras y políticas que han creado la mayor burbuja inmobiliaria de la historia, desde el poder político que daban las comunidades autónomas y el poder financiero de las cajas de ahorros. Estas mafias están muy interesadas en "culpar" al euro de la crisis, y así nadie vuelva la vista a toda la corrupción que ha habido entorno al sector inmobiliario y el saqueo al que han sometido a al sistema financiero español.

    Jesus Huerta de Soto es al social-liberalismo(PP) lo que Pablo Krugman es a la social-democracia (PSOE). En el fondo, los dos están a sueldo del mismo poder.

    Y otra cosa: "abandonar" el euro es una majadería y en estos momentos no existe, ni como hipótesis, en la mesa de trabajo de ninguna entidad financiera, económica y ni siquiera política.

  • Me imagino que ahora los economistas del Bundesbank y otros deben estar haciendo los números de si sale mas a cuenta poner el dinero que el rescate requiere o sufrir la quita que supondría la reestructuración de la deuda de países como España y Portugal. Son cálculos muy complicados que se me antojan case imposible por los múltiples efectos indeseados que se pueden tener, especialmente sobre la credibilidad y el compromiso del euro y el conjunto del proyecto europeo.
    España debe estar calculando si salirse del euro y devaluar componesa un paro del 15-20% por 10 años y un crecimiento estancado para los próximos 10 años cuando los diferenciales de deuda estan ya a niveles pre-euro . Estos cálculos también son difíciles de hacer, casi imposibles por los mismos motivos que señalaba antes.
    El proyecto del euro sólo podía generar compromiso con reglas fiscales creibles que pronto dejaron de serlo porque Alemania y Francia así lo decidieron cuando les convino. Me parece útil el argumento que señala Dani Rodrik sobre la imposibilidad de conjugar a la vez democracia, soberania de los estados sobre las políticas económicas, y globalización. Parece que es necesario sacrificar siempre uno de estos tres componentes.
    Europa enfrenta ahora el dilema de construir instituciones políticas creibles si quiere que su integración monetaria lo sea también, pero quizás sea ya demasiado tarde porque ahora mismohay una falta de liderazgo político evidente en esta materia .
    Ante esta situación, todo lo que se espera es que pase el temporal.
    Los que trabajamos en mercados de capital en América Latina hemos visto esto varias veces y cómo es posible pasar a conjugar la existencia temporal de dos monedas generando beneficios de bienestar. Para el caso europeo, efectivamente lo difícil es calcular los costes del commitment, pero hace tiempo que lamentablemente tampoco parecen demasiado altos....

  • Muy interesante el articulo, gracias, a mi me gustaría llegar a vivir en una Europa de verdad unida, con un gobierno único y un único ministerio de hacienda, de exteriores, de educación, de sanidad, de interior. Sueño con ello y asi asegurar la paz en Europa, porque al fin y al cabo de eso se trata.¿No?.

  • Todo lo que dice Krugman lo sabemos, que como España no puede devaluar y tampoco tiene sectores competitivos lo único que le queda para ganar competitividad es bajar sus precios y salarios. Ya lo sabemos y de hacho desde hace dos años casi todos los trabajadores y socios de las cooperativas de Euskadi y Navarra se han bajado el salario entre un 10 y 15 %. Cuanto antes lo hagamos mejor, mientras no lo hagamos seguirán cerrando empresas en un gotero que puede durar años. También lo ha hecho el estado con los funcionarios les baja por decreto el 5 %.

    Lo que nos va a alargar la agonía es la rigidez de los sistemas de negociación de convenios y de bajada de precios de activos inmobiliarios retenidos, por ahora por la banca.

    El Euro nació casualmente con la globalización que comenzó más o menos cuando China entró en la OMC. Así que el problema ahora es de cuanto debemos devaluarnos. ahora el mundo es más grande. Si por ejemplo, una empresa alemana decide externalizar y poner una fábrica de componentes fuera, ¿ dónde la instalará ?

    Alemania debe tener unas escuelas de negocios reputadísimas y unos economistas de gran renombre y eficaces. ¿ O acaso lo que tiene es un sistema de formación profesional disciplinado y ejemplar ?

  • Antes de leer el comentario anterior iba a escribir que "tosco" era el mejor adjetivo que había leído hasta ahora para calificar al Krugman de los últimos cuatro años. El problema no es si lleva o no razón; de hecho, Krugman lleva diciendo lo mismo sobre el Euro desde Maastricht con admirable coherencia. El problema es que la forma en que se expresa ahora es descalificando al otro como un cretino y sin aportar ningún tipo de matiz o contrapunto. Es decir, es "tosco".

    Sobre el fondo del tema. Como decía es básicamente el mismo discurso que ha mantenido sobre el euro desde siempre. No hay nada nuevo.Sus artículos sobre estos temas están siempre viciados de un exceso de economicismo naive; cuando piensa en el Euro, nunca lo pone en el contexto de la construcción Europea y da la impresión de que le falta leer a Moravcsik y no tiene demasiada idea de como funciona la política europea. En general, es un vicio que tienen bastante economistas americanos que opinan sobre esto. Personalmente, nunca he pensado que la teoría de las áreas monetarias óptimas, versión Mundell I, fuera el único instrumento para evaluar la pertinencia de la unión monetaria.

    Los escenarios que pinta tienen sentido, pero solo como "tipo ideal"; es decir, lo lógico es que veamos -estamos viendo- una mezcla de los cuatro. Por lo demás, estoy totalmente de acuerdo con lo que subraya JC Conesa más arriba

  • Krugman barrera siempre para su casa, de forma mas o menos tosca. Los economistas austriacos son quienes mejor conocen las causas pero quienes siempre proponen las soluciones mas duras y con mas efectos colaterales.Prefiero a los liberales humanistas, mas moderados, los ordoliberales.
    En el fondo el problema de todos los países es el mismo la lucha contra el paro, contra el envejecimiento de la población, contra las migraciones, y sobretodo como incrementar su industrialización. Europa y la mayoría de sus ciudadanos saben que la única forma de compensar no tener un modelo dual como China, o no tener una moneda como el dolar que traspasa a otras economías sus problemas, es con una Europa unida y fuerte.
    Como bien argumentáis con mas compromiso, con mejores normas, con mas unión Europa avanzara.

  • Del artículo de P. Krugman se deduce que una salida del euro, con la consiguiente introducción de una nueva moneda y su consiguiente gran devaluación, podría permitir a los paises amortiguar los efectos dolorosos de los ajustes. En el fondo P. Krugman, como buen keynesiano que es, cree que países como España se caracterizan por que los salarios son rígidos en términos nominales y flexibles en términos reales.
    Hace poco ha aparecido un estudio de W.Buiter The Debt of Nations en el que (pag. 45) señala que lo que caracteriza a España y otros países periféricos de la eurozona es que su mercado laboral es clásico (rígidos en términos reales, flexibles en términos nominales)
    ¿ Quien tiene razón?

  • A Citoyen y JC Conesa:
    Creo que habéis leido el artículo de Krugman "toscamente" (usando la definición del concepto de la entrada de Citoyen) porque yo creo que realmente dice varias de las cosas que echáis en falta.

  • Es cierto que los economistas americanos (salvo algunos como Eichengreen) siempre sobrevaloran los beneficios de la devaluación e infraestiman el apoyo al euro. Recurrentemente se oyen en EEUU predicciones de que aparecerán candidaturas populistas en Europa que pedirán la vuelta a la peseta, el dracma y la lira... disparatado. Krugman sin embargo es mucho más fino y su artículo es bastante equilibrado.

    No hay duda sobre los beneficios del euro según la percepción de las sociedades de la Europa periférica (no sólo ni principalmente el aumento de comercio, sino el paso definitivo del país a ser un país "serio" con una moneda "seria"). Pero también es cierto que la UM tiene unos costes, porque obliga a lograr la flexibilidad que daría una moneda propia por otras vías; y que, embelesados en nuestro proceso de crecimiento ininterrumpido (casi 15 años creciendo entre el 2 y el 4%, registro sin comparación en el mundo desarrollado), no hemos ido generando esos mecanismos alternativos de adaptación (sobre todo la flexibilidad del mercado laboral). Ahora tenemos que hacerlo en un entorno complicadísimo, y eso va a ser muy, muy difícil. De manera similar, en la UE no se ha pensado seriamente en los mecanismos de transferencia fiscal cuando habría sido fácil ponerlos en marcha (cuando la periferia iba bien); habrá que pensar en ellos cuando la periferia va mal y esos mecanismos aparecen ante la población alemana no como un instrumento simétrico de solidaridad (la periferia paga cuando va bien y recibe cuando va mal) sino como un instrumento asimétrico de subvención o rescate.

    Es muy dudoso, como insinúa Krugman, que la alternativa de la devaluación interna como vía principal de solución sea viable para salir de la situación actual (no sólo por el altísimo coste para los países, sino porque asegura que la periferia europea no va a generar demanda agregada para Alemania y Francia -y el resto del mundo- durante los próximos 5 ó 10 años); tampoco tengo claro que sea una solución viable a largo plazo, pues no crea confianza alrededor del euro: si se dice a los inversores que el respaldo de la UEM es la voluntad de los países de asumir devaluaciones internas del 10-20% y ajustes fiscales draconianos (acompañados por medidas ad hoc del BCE, siempre arrastrando los pies), inevitablemente surgirán (más) dudas en torno al proyecto.

    Por último, un tema que nadie menciona: cuál es el tamaño de los "shocks" asimétricos que puede esperar recibir la UM en los próximos años? Ahora estamos digiriendo un enorme shock: una inflación de activos en la Europa periférica alimentada por la sustancial (y estructural) reducción de tipos de interés en esos países. Pero este es un efecto de una sola vez. En el futuro, es muy probable que los shocks sean menores, quizá bastante menores que este. Sin embargo, en el debate todo el mundo asume que esta situación de asimetría máxima, con Alemania silbando con las manos en los bolsillos y la periferia pasando las de Caín, podría reproducirse en el futuro. Por eso se piensa en mecanismos fuertes de transferencia fiscal, casi del tipo de los existentes dentro de cada país. No creo que ese sea un escenario probable, más bien todo lo contrario.

  • Me parece que Krugman ve uno de los problemas en que la unificación monetaria no fué acompañada o seguida por otra institucional.
    Pero ello querría decir avanzar en la dirección de una Política (mayúscula intencionada) post-nacional, lo que representaría un cambio de régimen a una escala que la humanidad apenas ha conocido tres o cuatro veces. Y la teorización de ese camino, por no decir su posible existencia real, sí que se encuentra en un estado de evolución tosco. Quizás el que Europa se lo plantee es una muestra más de decadencia que del pretendido avance que le gustaría encarnar.

  • Habla de ellas de una forma tremendamente superficial. Hay un montón de cosas serias escritas sobre el tema que él parece ignorar cuando argumenta; se limita a mencionarlo como pie de página.

  • Hemos de recordar que el euro se ha ajustado un 15% con respecto a sus "trade competitors" a lo largo del último año. Gracias a este ajuste Alemania y algún otro buen exportador han crecido y generado empleo.
    Tampoco debemos olvidar que a estas alturas se han transferido a la ciudadanía Europea costes de saneamiento que ya son más del doble que los de USA y que en este proceso aún no hemos comenzado a ver ni un sólo cambio estructural del "sistema" ni una brizna de lo siguiente.

    1. El efecto en nuestra competitividad de la enorme inflación orquestada al unísono (en España, muy claramente) por el sector público y por los oligopolios simbióticos.

    2. Los efectos indirectos de muchas leyes destinadas aparentemente a educar a los ciudadanos --como exigía Rousseau-- pero en el fondo meros instrumentos recaudatorios públicos (y privados) que agravan la competitividad del conjunto.

    Vale la pena ver algunos ejemplos de esto.

    a) El tránsito a bombillas de "bajo" consumo. Con la virtud de traer al presente (DCF) el IVA de los próximos 10 o 15 años en este tipo de productos. Recordemos que el precio de estos implementos es diez o quince veces superior a los anteriores, que están llenos de gases con mercurio, que son de peor calidad lumínica y que en muchos lugares requieren encendido permanente para ser útiles en su función.

    b) Las leyes anti libertad de establecimiento (tabaco) cuyo resultado no es la reducción del consumo (todo lo contrario por el efecto consumista de la "rebeldía inocua") sino la venta masiva de estufas de gas para fumar en las aceras (gas que, recordemos, es la mayor fuente de CO2 atmosférico tras su combustión)

    c) El forzado tránsito a "lo digital" con cuyos efectos impulsores de nuestro gasto de productos orientales ya estamos bien familiarizados.

    d) La incesante y poco conocida Cadena de reglamentos de producción de productos de consumo que resultan, por ejemplo, en válvulas CGR para vehículos diesel con un par de peajes de más de 400 euros en la "vida media del vehículo medio".

    A la vista del incesante goteo de estas "cositas estimulantes a corto y mañana Dios dirá" es inevitable que mucha gente, no sólo los Srs. Krugman y Huerta de Soto, esté captando que realmente hasta ahora no se ha hecho nada para abordar el problema de fondo.
    El Magreb está comenzando a reventar políticamente y es imprudente pensar que aquí no pueda suceder algo parecido por mantener una moneda que, al final, sólo es un medio
    para intercambiar productos y trabajo.
    El trabajo es mucho más importante que las monedas.

    Quizás lo que Krugman y De Soto nos quieren decir, sin poder ser muy explícitos, es eso: La importancia de tener trabajo para ese ejército de parados. Ya son muchos más de lo razonable.
    Saludos

  • Para complementar el comentario de Juan Carlos, con el que estoy completamente de acuerdo, añadiría que una devaluación reduciría de facto la deuda externa pero no la interna. Si los hogares (y las empresas) están atrapados en un nivel de apalancamiento excesivo (lo que explica la lenta recuperación que estamos observando) no veo cómo una devaluación les ayudaría en lo más mínimo más allá de un efecto de terms of trade indirecto (animando las exportaciones) de segundo orden de magnitud (comparado con la hipoteca).

  • Se pierde Krugman en obviar los hechos, habla del Euro como una necesidad, si pero el tempo de la creacion de la moneda, justo con la expansion del credito USA da mucho a pensar.

    El Euro es la columna vertebral de una unidad EU fundamentada no en una constitucion sino en instituciones y en la supervivencia.. en la dependencia.

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