Entrevista a Luis Garicano en Los Desayunos de TVE

admin 12 comentarios

Entrevista a Luis Garicano en Los Desayunos de TVE (12/02/2013).





Hay 12 comentarios
  • Como siempre estamos muy de acuerdo en algunas cosas y en otras no tanto.
    Es importante no contemporizar con el actual gobierno. Luis ha marcado la diferencia entre su realidad, que es la que hay y que todos vemos, y la de un gobierno que, como dice JuanAV, no cree necesario tomar decisión alguna. ¿Y por qué esta postura? Muy sencillo: porque su realidad es la impotencia intelectual. Pero Luis la ha marcado con delicadeza diplomática, demasiada a tenor de la realidad. Para él existe percepción de corrupción, pero la realidad es que existe y sigue sin que el gobierno se amague de ella, recreándose con descaro al indultar a todos y cada uno de los culpables, en repartir cargos (el BOE es un poema) a los que han demostrado no merecerlos e, incluso, burlarse públicamente de los que más están sufriendo (os pondría vídeos para aburrir).
    Es evidente, no tiene ninguna legitimidad, ni siquiera entre sus votantes, que los pocos que se anuncian como tales andan escondiéndose avergonzados.
    ¿Capacidad de salir de la crisis?
    Una cosa es la que se dice en un medio público y otra es lo que uno piensa. Para salir de la crisis todo el mundo sabe (perdón, el gobierno no) que se necesitan empresas exportadoras y en estos momentos España solo es una gran exportadora de cerebros, el problema es que esos han comido aquí y van a producir fuera. Supongo que no hace falta decir más.

  • Felicidades a Luis Garicano, por salir en la tele y decir lo que piensa por muy molesto que le pueda resultar al gobierno. Si todo el mundo dijera lo que piensa y no fuéramos haciendo la pelota otro gallo cantaría.
    Sobre Rajoy y su "gobierno reformista de los mejores"; pues es lo mismo que hemos tenido siempre en España. Gonzalez se quiso asociar a la idea de progresismo, Aznar a la de buen gestor, ZP a la de hombre de talante... Pero la calidad de los gobernantes no ha varia mucho. Y las políticas que cada cual ha hecho han estado más condicionadas por las circunstancias y el cálculo electoral, que por criterios técnicos o ideológicos.

  • Enjundioso, como siempre.
    Nunca dejará de admirarme como los periodistas, con honrosas excepciones, actúan como los más eficaces portavoces de los partidos.
    Coincido con Pau en que la visión sobre la corrupción es demasiado benevolente para el país, aunque ser moderado en el discurso quizá sea el precio para poder tener la oportunidad de transmitir mensajes moderados en la forma pero incisivos en el fondo, o el coste de pensar en transmitir lo que debemos hacer sin inquietar demasiado extramuros.
    De cualquier manera, necesitamos contrapoderes eficientes, rendición de cuentas, despolitización de los procesos técnicos-o tecnificación de los políticos según se mire- y mucha más transparencia de la actual.
    Documentos como el anteproyecto de la ley de cajas nos demuestran que los políticos aspiran a mantener situaciones de privilegio que nos han llevado a la actual quiebra del sistema, que apuntan hacia una menor ejemplaridad,todavía, en los comportamientos públicos y que nos muestran que, o no han aprendido nada de esta crisis, o que lo han aprendido pero creen que nosotros no y que no sufrirán un coste por ello.Decepcionante y en las urnas nos veremos.

  • La clave de la entrevista está en la respuesta, un poco esquiva, a la pregunta, tendenciosa, del periodista de la Razón, acerca de las bondades de la introducción de la gestión privada en la sanidad pública. Garicano responde que es una cuestión de incentivos, que hay que premiar a aquellos médicos, o educadores, o empleados públicos en general, que lo hacen bien y castigar a aquellos que se desmpeñan mal, lo cual hace "muy bien" el sector privado. Bien, yo le preguntaría al señor Garicano, y al periodista de la Razón, aunque en este caso sin esperanzas de encontrar una respuesta desinteresada, que me expliquen en qué consiste "desempeñarse bien" en el caso de un empleado público como puede ser un médico, un profesor o, pongamos, un bombero. Porque cumplir horarios y plazos es desempeñarse bien, y fácil de cumplir, pero no creo que el incentivo deba depender del nº de operaciones, fuegos apagados o alumnos aprobados (mal iríamos). Es fácil medir la cantidad de ventas de un comercial en una empresa privada, pero es muy difícil cuantificar el valor del trabajo de un profesional al servicio de lo público. Por otra parte le preguntaría si cree que el sistema de incentivos ha funcionado adecuadamente cuando muchos responsables del sector privado, bancos, constructoras, etc, a cambio de desencadenar esta crisis, han obtenido rescates públicos y millones de euros de bonificación en concepto de "productividad"...

  • Una delicia.
    Me encanta la elegancia y el rigor con que el Prof. Garicano contesta la última pregunta, del subdirector de ABC. Qué contraste con la zafia exposición del posicionamiento idológico del periodista. Olé!

  • ¡Me alegra oír por fin algo sobre la comisión de la reforma universitaria!

    ¿Cuándo se va a hacer público el tema para el común de los mortales?

  • Totalmente de acuerdo en dos puntos:
    La competencia de los gobernantes. Todos vemos y hemos visto gestores mediocres en este gobierno y en anteriores.
    La mejora del sistema de premiar el trabajo, sobre todo en el sector público. Un caso extremo es el de la investigación en la universidad.

    • Meter objetivos en el sector público es un arma de doble filo, sobre todo en sanidad. Funcionan bien hasta que el personal aprende a "hackearlos". Este artículo sobre la sanidad británica pone los pelos de punta sobre las consecuencias de este tipo de políticas:

      http://www.abc.es/sociedad/20130211/abci-sanidad-britanica-201302101959.html

      En cualquier caso, metería los objetivos con cuentagotas y la privatización de la gestión los mete a paladas.

  • Luis,

    Un comentario sobre corrupción que discutes más detalladamente en tu columna “Basta Ya“ de días atrás.

    Los gritos de indignación también están sujetos a utilidad marginal decreciente. Su uso continuo pronto deja de generar furia colectiva. “Basta Ya“ tiene máxima utilidad en la canción de Jenni Rivera o en la iniciativa ciudadana contra el terrorismo, cuyas letras reflejan la naturaleza desigual de la interacción social que produce indignación --confiamos en la otra parte y nos exponemos a que abuse de nuestra confianza. Sean relaciones afectivas intensas de parejas, relaciones contractuales de cooperación, relaciones anónimas de autoridad, o incluso relaciones conflictivas limitadas por presumir un mínimo de dignidad, si una de las partes confía en la otra sin una contrapartida similar y no protege adecuadamente sus derechos e intereses, entonces queda expuesta a que la otra se aproveche regularmente de su confianza (sí, los abusos accidentales pronto se transforman en regulares).

    ¿Cómo evitamos que los políticos se aprovechen de nuestra confianza? Recordándoles que “In God We Trust“ significa que sólo confiamos en Dios y que nuestra falta de confianza en ellos implica negarles privilegios y exigirles responsabilidad estricta por los costos que ilícitamente imponen a otros. Pero hemos fallado: les reconocemos privilegios y los eximimos de responsabilidad. El constitucionalismo tradicional puso énfasis en los límites al poder pero falló en no proponer mecanismos eficaces para exigir responsabilidad estricta por violarlos, y además la práctica constitucional ha fracasado en definirlos claramente.

    Recomiendo este documento sobre corrupción del poder judicial (problema español grave por siglos)

    http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2214728

  • En el gobierno Zapatero teníamos de ministro de industria a un médico y de ministra de sanidad a una ingeniera !!! (Clos y Salgado). Amiguetes y familias políticas que contentar, luego para arreglarlo de sanidad ministra Trininidad Jiménez y finalmente a Leire Pajin. Llega Rajoy y todos esperábamos a Ana Pastor la mejor capacitada y que ya demostró ser una excelente ministra de sanidad y la envía a Fomento ( que sabrá la doctora de aviones,barcos, trenes y carreteras??) y nombra a Mato que no sabe nada de sanidad. Unos claros ejemplos de porqué el país no confía en sus políticos. Quien falla es el sistema y sus líderes

  • El señor Garicano tiene una inteligencia muy superior a lo normal, pero tiene ademas una doble barbilla... yo nunca habia visto una doble barbilla, notable, una primera barbilla tradicional algo mas ancha sobre la cual se superpone una segunda barbilla tipo “bola”. El todo le confiere una imagen amigable y buenachona.

    (por error lo he enviado al post de defits fiscales...este es su sitio natural)

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