EL PENULTIMO SANEAMIENTO (Aristóbulo de Juan)

(Aristóbulo de Juan, nuestro Volcker,  el mayor experto en crisis bancarias de España, a cargo del FGD en los 80 y de resolver la gran crisis bancaria de entonces, desgraciadamente no escuchado ni por este gobierno ni por el otro, tiene un espectacular artículo en el Expansión del 19 de marzo, tras la cortina de pago. Lo reproducimos aquí en versión algo mejorada que nos manda Aristóbulo. )

Una evaluación realista de la operación de saneamiento promulgada por el R.D.L. de 3 de febrero, debe permitir dilucidar si estamos o no ante una reforma definitiva, que nos lleve a un sistema financiero fuerte y que consiga alcanzar el objetivo último a perseguir: olvidarnos de los bancos en crisis.  Especialmente de los que resultan más relevantes.

La auténtica prueba de fuego será comprobar si se recupera la confianza de los mercados y se regenera la capacidad de crédito del sistema.  Para ello, el saneamiento debe reconstruir - en términos de flujos de caja y no meramente contables - no sólo y no tanto el capital básico, sino también los resultados reales.  Y que elimine o disminuya fuertemente nuestra elevada dependencia de la deuda mayorista.

El logro principal del R.D.L. es elevar muy fuertemente las exigencias de provisiones para determinados riesgos en el sector inmobiliario, especialmente en el suelo.  Ello, para hacer frente a una pérdida esperada de 52.000 M €, que se aflora valientemente por primera vez.  Se trata, con diferencia, de los riesgos más graves del sistema y cuya transparencia venía despertando más desconfianza en los mercados.  Como subproducto, se pretende incentivar la venta de activos inmobiliarios, al acercar a su valor de mercado el nuevo valor ajustado.  El tiempo dirá.

El R.D.L. también reduce el número de órganos de Gobierno de las cajas subsistentes y su número de consejeros. Y recorta las remuneraciones de administradores y gestores de entidades que recibieron ayudas, dados sus desmesurados niveles.  Bien es cierto que debería haberse diferenciado entre un drástico tratamiento – incluyendo el cese - para quienes causaron o consintieron la crisis y el aplicado a los que llegan para resolverla.

Pero el R.D.L. contiene algunos interrogantes, que comento a continuación:

1. Los sectores económicos que aborda son limitados.  Las nuevas coberturas específicas, exigidas para cubrir pérdidas de 42.000 M €, se refieren solamente a 175.000 M € de riesgos en determinados activos inmobiliarios, considerados problemáticos por el Banco de España y no clasificados como “normales”.   Los clasificados como “normales” en estos sectores se elevan a 148.000 M € y  se les asigna una provisión genérica de 10.000 M €, en previsión de futuras pérdidas.

Las nuevas exigencias sumarían pues 52.000 M € de pérdidas, en saldos que suman 323.000 M €.   Por tanto, se aborda menos del  20% de más de 1.800.000 M €, total de la inversión crediticia más los activos adjudicados.  Es decir, se aborda menos de una quinta parte del riesgo total del sistema.  Es cierto que las cuatro quintas partes restantes son riesgos de mejor calidad.  Pero superan el billón y medio de euros e incluyen sectores relevantes y muy voluminosos.  Baste mencionar el crédito hipotecario para la compra de viviendas (que se eleva a 623.000 M € y que apenas declara una morosidad del 2,6%), el crédito a constructoras para financiar operaciones en sectores no inmobiliarios (como son infraestructuras, electricidad o energía) y la industria auxiliar de la construcción .

Tampoco se cubre el resto del crédito a las empresas, “corporate” o pymes, al consumidor y a organismos públicos.  Ni cualquier riesgo contraído desde este enero, incluidos los ligados al crédito promotor.

Por otra parte,  la experiencia internacional muestra tozudamente que los peores créditos, nunca están clasificados como morosos, sino como “normales.” A veces, como substandard, que exigen escasas provisiones.  Las refinanciaciones de operaciones problemáticas, con garantías insuficientes o ineficientes y con capitalización de intereses, entre otras prácticas, pueden obrar milagros contables.  En el patrimonio, en los resultados y en las provisiones.

No se olvide tampoco que el coste de la financiación de activos improductivos, cuando están  insuficientemente provisionados, deteriora  año tras año los resultados y la liquidez de las entidades.

El interrogante es: ¿Quedan saneadas las entidades con las provisiones escalonadas  actuales, prescritas como mínimos, o con las realmente aplicadas?

2. Los mecanismos para realizar los ajustes y alcanzar los  nuevos niveles de capital ahora exigidos aportarán pocos flujos de caja.  Recalco que en las crisis, sólo cuenta la generación de flujos.  Pues bien, los mecanismos que se están gestando, aunque sean legales, aportan pocos flujos.

No los aporta el computar como capital la diferencia entre el precio de compra de otra entidad y su valor contable.

El cómputo como capital de plusvalías en activos no realizados y de supuestos créditos fiscales, contabilizados con ocasión de fusiones, no aporta flujos.

La conversión de títulos  de deuda en acciones, genera capital, pero no flujos.

Como no los aporta cargar los ajustes a un supuesto exceso de capital o de provisiones, genéricas o específicas.  Exceso que puede ser discutible, por los efectos de refinanciaciones indebidas.

Tampoco los aportan los esquemas de protección de activos – no adelantados en efectivo, sino contratados como avales - mientras no se produce la constatación de la pérdida protegida, durante un plazo de diez años.

Los bonos contingentes obligatoriamente convertibles en acciones (“cocos”) son legalmente computables como capital.  Pero, hasta su conversión, no generan flujos, sino que supondrán una deuda, cuyo coste podría llegar al 10%.  Además, ¿Existirá rigor técnico y decisión política para convertirlos en acciones cuando la entidad incumpla los desencadenantes pactados?  ¿A qué precio para el suscriptor?    Es más, ¿no se darán desde un inicio las circunstancias que desencadenarían la conversión?

3.  En realidad solo aportan flujos de caja las escasas suscripción de capital, las escasas ventas de activos y los beneficios retenidos.  Descontado, eso sí, el fruto contable de intereses capitalizados. 

15.000 M € de nuevas exigencias se cargan contra reservas.  Tradicionalmente se cargan contra resultados. Pero el mercado dice que el Banco de España procura evitar que las entidades declaren pérdidas corrientes, salvo en entidades intervenidas.  Si esto fuera cierto, se estaría dificultando las necesarias intervenciones y permitiendo el pago indebido de los intereses de determinados títulos, condicionado a la existencia de beneficios.

4. Se aplazan los ajustes prescritos hasta dos años.   A las entidades que pueden ajustarse por sus medios, puede dárseles tiempo.

Pero, una vez identificadas las entidades insolventes o en deterioro irreversible, cuanto más se demore su intervención, mayor será el coste final.   Darles plazos para efectuar ajustes imposibles o ficticios es un error. Error que puede resultar mayor aplazando a dos años el ajuste, en caso de fusión.  Porque, cuando se fusionan entidades enfermas, se dificulta la afloración de situaciones de insolvencia, privando de base jurídica a la necesaria intervención. Sin contar con que se mantienen administradores y gestores anteriores. Mientras tanto, el deterioro aumenta.

Por otra parte, las fusiones permiten contabilizar como capital plusvalías de activos no realizados y créditos fiscales, que no resuelven los problemas.  Las fusiones permitirán también que las entidades fusionadas pidan apoyos financieros oficiales, pero éstos pueden no ser realistas o no aportar generación de flujos.

5. Se obstaculiza la conversión de Cajas en Fundaciones.  El  R.D.L. rebaja del 50% al 25% el mínimo de acciones de las Cajas en su banco filial como condición para seguir siendo Cajas.    Se dificulta así su conversión en Fundaciones, que pasarían a depender del Ministerio de Economía.  Por el contrario, se facilita la pervivencia de Cajas de confusa configuración,  dependientes de los Gobiernos autonómicos.  Lo cual puede obstaculizar la despolitización de los bancos que crearon.

Comentario final

Esta reforma es el fruto meritorio de apenas un mes largo de trabajo y puede constituir un penúltimo intento.   Pero cabe también pensar que, pasados unos meses, podrían aflorar nuevos datos, que permitirían abordar un último saneamiento del sistema.  Posiblemente con mecanismos y fuentes de financiación diferentes.

Quedaría el problema de la financiación, de solución difícil, pero no imposible.  Si es que se persistiera en la muy discutible idea de evitar cualquier coste al fisco y se quiere evitar males mayores para el sistema, el FROB, como autoriza su ley fundacional,  tendría que prestar al Fondo de Garantía las cuantías necesarias, a largo plazo.  Los cuales acabarían siendo devueltos por éste con sus aportaciones anuales, a lo largo del tiempo.  Los fondos procederían de deuda emitida por el Tesoro o por el propio FROB con aval del Tesoro.  Hay medidas que repugnan a algunos, pero más pueden repugnar las consecuencias de no adoptarlas.

Hay 6 comentarios
  • Magnífico artículo. Aristóbulo de Juan tiene las ideas más claras y conoce el paño mucho mejor que nuestros legisladores.

    Por cierto: " Las refinanciaciones de operaciones problemáticas, con garantías insuficientes o ineficientes y con capitalización de intereses, entre otras prácticas, pueden obrar milagros contables. " ¿Esto no es ilegal?

  • Además es de aquellos que saben que restaurar la desgravación fiscal por compra de vivienda genera flujos reales.

  • recordemos....Conferencia que en Junio de 1987 pronunció en el Instituto de Desarrollo Económico del Banco Mundial, en Washington, el recordado Subgobernador del Banco de España, D. Aristóbulo de Juan, titulada: “De buenos banqueros a malos banqueros”, cuya lectura recomiendo a los interesados en el conocimiento del sector financiero y a los aprendices de banqueros, que en una de sus conclusiones decía:
    “Los banqueros y los políticos pueden caer en la tentación de considerar que las crisis financieras se deben siempre a causas propias del sistema en su conjunto y a razones macroeconómicas. Los malos banqueros encuentran así un buen argumento para abogar por una política macroeconómica que les sea favorable o para que el gobierno les salve con subvenciones. Los políticos encuentran un buen argumento para aplicar únicamente remedios macroeconómicos, para salvar a unos y a otros indiscriminadamente sin crearse enemigos o, lo que es peor, para cruzarse de brazos y no hacer nada.” y recordemos este muy recomendable artic: Enseñanzas de la patología bancaria, de Aristóbulo de Juan en Expansión -Abril 2010

  • Hay que felicitar al autor por la discreta elegancia de su forma de ofrecer los números y las palabras.

    En vez de decir que los 52,000 M€ son apenas el 3% de los activos nos da un paseo por la estructura de dichos activos. Al final terminamos por caer en la cuenta de la inaudita dimensión del apalancamiento y del riesgo pero el shock es paulatino.

    A continuación, en los puntos 2, 3 y 4, nos avisa de que el papel lo acepta todo (aludiendo a la creatividad contable y a la magia equívoca de las fusiones) pero que no hay suficientes flujos reales (capital y reservas o reducción de activos) ni para la nimia cobertura que se pretende.

    También avisa de que a dos años vista vendrá, en forma de boomerang, un nuevo susto por tratar de retrasar actuaciones directas ahora. Supongo que ya se refiere a la nacionalización porque la mera intervención no pasaría de un boca a boca entre dos moribundos exhalando su postrer aliento.

    Por último aconseja a la autoridad "competente" que no siga escondiendo basura bajo las alfombras y nacionalice o asuma la titularidad efectiva de quienes tras rendirle un leal servicio de Burbujeros Reales han fenecido en el intento.

    Pues bien, si el Sr. De Juan osa decir esto en público ¿qué no dirá en privado?
    Creo que con un par de artículos más comenzaremos a ver el tamaño del roto, de Occidente, de Europa y de España.
    Entonces lo veremos más claro y no podremos esconder la cabeza en la arena.
    Y a esto último sí que no hay derecho.

    Buenas noches

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