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El futuro modelo de crecimiento para España (7): Luces y Sombras en Infraestructuras

(Continuamos la serie en la que cada jueves resumimos y glosamos el estudio de FEDEA-McKinsey de Diciembre del 2010, y que comenzamos hace tres jueves. En este estudio trabajamos, por FEDEA, Michele Boldrin, Nacho Conde, Pablo Vázquez, y yo, y por McKinsey Alejandro Beltrán, Nicolás Borges, João Castello-Branco, Francisco Gracia, y Enrique García)

España cuenta con una posición tanto geográfica como política que la posiciona como un punto de conexión natural entre Europa y otros continentes, principalmente América y África. Los servicios de transporte son, hoy por hoy, una importante fuente de exportaciones para la economía española. El aeropuerto de Barajas ocupa la posición undécima a nivel global de tráfico de pasajeros (cuarto de Europa) y es el punto neurálgico de la conexión por aire de América con el antiguo continente. Los puertos españoles, entre los principales del mundo (Algeciras, Valencia y Barcelona entre los 50 primeros mundiales por  volumen de mercancías), representan una oportunidad como centros logísticos europeos ante la próxima apertura de la ampliación del Canal de Panamá. Un mayor consumo de los servicios logísticos españoles dentro del comercio global sería un aporte positivo a la balanza comercial española, y su promoción debe ser una prioridad. Esto requiere, como en muchas otras áreas, mejorar la competitividad en precio para evitar que esta se convierta en un obstáculo para la demanda global de estos servicios.

El sector de Infraestructuras se ha beneficiado de un enorme esfuerzo inversor, particularmente en autopistas y ferrocarriles de alta velocidad, y de importantes avances para el desarrollo de la competencia. Del desarrollo de infraestructuras da testimonio la posición de liderazgo europeo en Kms de autopista y de ferrocarril.

El sector ha experimentado también una evolución positiva de la regulación, de acuerdo con las medidas de la OCDE.
gráfico 41

El resultado de las inversiones y el incremento de la competencia es que en varios subsectores España está a la cabeza de productividad y demanda, como por ejemplo el sector de las telecomunicaciones, o el sector de la producción y distribución de electricidad, gas y agua.

Sin embargo, existen varios problemas en este sector que pueden estrangular el crecimiento en otros sectores.

Reformar el sector eléctrico

España se encuentra por encima de la media europea en lo referente a la producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua, con una productividad casi un 30 % superior. Además, en algunos subsectores, como el de las energías renovables, España se ha constituido en un líder mundial. No es previsible que el sector se constituya en un vector de crecimiento adicional.

El consumidor español sigue percibiendo una electricidad a precios comparables con los de otros países europeos. Sin embargo, detrás de este nivel de precios encontramos un desfase muy importante entre los ingresos (regulados) y los costes (muy superiores a la tarifa) del sistema, generando un déficit de tarifa que ya acumulaba 20.000 millones de euros a finales de 2009. La evolución muy negativa de los costes, relacionada en gran parte con el boom poco planificado de las renovables, se está conviritiendo en un lastre muy importante para la competitividad en muchos sectores (Figura 40).

gráfico 40

La reforma del sistema eléctrico debe estar enfocada a corregir estos desequilibrios. Para ello es necesario optimizar del mix de generación racionalizando el modelo de fomento de las renovables, con su excesivo enfoque hacia las fotovoltaicas (que aportan 53% del sobrecoste pero solo 11% de la capacidad), aprovechando los activos existentes al máximo (nucleares) ; y aumentar el peso de la retribución por capacidad, para mantener los incentivos a la construcción de capacidad firme (fundamentalmente térmica) en un contexto de alta volatilidad por el peso de las renovables en el mix. (Ver esta escalofriante presentación del ministerio de industria)

Potenciar el transporte de mercancías por tren

Las enormes inversiones en ferrocarril han ido enfocadas exclusivamente al transporte de pasajeros y no de mercancias. Como consecuencia, el volumen transportado en España se ha mantenido prácticamente constante durante los últimos 20 años, alcanzando alrededor del 4 % del transporte de mercancías en España (mientras que la media europea está alrededor del 18 %, 22 para Alemania y 15 para Francia). Esto tiene costes económicos y medioambientales. Es necesario reorientar las inversiones para que la penetración de este mecanismo de transporte de mercancías se desarrolle .