(Como los argumentos del articulo de Vicenc Navarro en EP son los mismos que hace dos anos, reproducimos un articulo que publicaron Michele Boldrin y Sergi Jimenez en La Vanguardia del 26 de Diciembre del 2010. Os lo recomiendo encarecidamente, es muy transparente y escrito con toda claridad.)
Hace ahora ya casi un año que se introdujo en la agenda política el problema de las pensiones. No fue un hecho aislado, ya que la profundidad e intensidad de la crisis puso en entredicho a muchas de nuestras instituciones económicas, públicas y privadas. Lo que estaba y está en cuestión es la propia sostenibilidad de la economía española, carente de perspectivas razonables de crecimiento futuro. En un país de escasísima tradición democrática - apenas una generación - el miedo a reformar se ha visto acerbado por la multitud y complejidad de las reformas necesarias, todas ellas relativamente urgentes si queremos volver a una senda de crecimiento sostenido.
Parece que las turbulencias en los mercados financieros han, finalmente, convencido a nuestros políticos, más a los del gobierno que a los de la oposición, de que hace falta poner manos a la obra y reformar el sistema de pensiones. En el proceso hay algunas trampas que hace falta evitar si queremos una reforma digna de este nombre.
Tenemos que deshacernos, para empezar, del mito según el cual “las cosas se arreglarán por sí solas”. Muchas fuerzas que, desde ambos lados del espectro político, se niegan a reformar el sistema, utilizan con frecuencia diferentes versiones del siguiente argumento: “el crecimiento futuro de la productividad hará posible gastarse mucho más en pensiones (entre otros programas) porque la tarta futura será tan grande que en unas décadas habrá suficiente rentas para todos, permitiendo subir los impuestos y las cotizaciones sociales, que absorberán sin mayores problemas los incrementos esperados en el gasto en pensiones”. De lo que se desprende, que de haber una reforma, ésta solo debería ser modesta.
Sin embargo, un sencillo ejercicio contable nos muestra que, incluso en un contexto sumamente favorable, no hay muchas razones para el optimismo: en el 2050 nuestro PIB será mucho menor de lo que muchos comentaristas “anti-reforma” vaticinan. Y ello debido, fundamentalmente, a que la población ocupada, debido al menor tamaño de los cohortes jóvenes, será bastante menor que la actual. Incluso haciendo el supuesto muy optimista de que la productividad del trabajo crezca al 1,5% y la tasa de empleo suba hasta el 70% (11 puntos por encima de la actual) el PIB resultante es sólo 1,8 veces. Si, alternativamente, la tasa de empleo se estanca en el 60% de la fuerza laboral, aunque bajo la misma tasa de crecimiento de la productividad, el PIB en 40 años sería solo entre 1.52 y 1.60 veces el corriente.
Por otra parte, no debemos confundir lo que es cierto con lo que algunos prevén. Si no se reforma el sistema, la subida del gasto en pensiones, que se doblará, es cierta: los pensionistas de 2050 ya nacieron (habrá 15,6 millones de mayores de 65 años en 2050) y las reglas de cálculo determinan exactamente que fracción de su renta laboral tendrán que recibir en pensiones y en que rango de edades. Lo que es totalmente incierto es cuánto van a crecer el PIB y la productividad del trabajo en España en los próximos 40 años. Los teóricos, de derechas o de izquierdas, de “las cosas se arreglarán solas” están seguros de que la productividad crecerá en el entorno del 1,5% al año porque esta ha sido la media en los últimos 40. Ciertamente, pero se olvidan de que la productividad del trabajo creció en España, en promedio, un 4% entre 1970 y 1990 y sólo un 0,8% en los veinte años posteriores. Dicho de otra manera, los últimos veinte años han sido un desastre debido, entre otras causas, a la especialización en sectores de baja productividad y a unas cotizaciones y unos impuestos sobre la renta laboral relativamente altos. En cualquier caso, si la productividad del trabajo creciera, en los próximos 40 años, al ritmo (aún optimista) del 1% anual y se alcanzara una tasa de empleo del 70%, la tarta sería a lo sumo 1,5 veces la presente. Si creciera como lo hizo a lo largo de los últimos 20 años y la tasa de empleo se quedara cerca del 60% actual (hemos de estar preparados para la eventualidad de un desastre laboral), la tarta acabaría siendo sólo 1,1 veces la actual. En estas circunstancias - que podrían ganar verosimilitud de no mediar reformas profundas en varias de nuestras instituciones económicas - el argumento apuntando en el párrafo anterior se desvanece. En definitiva, es altamente improbable que las cosas se arreglen solas.
Incluso en los supuestos más optimistas los trabajadores futuros tendrían que cotizar casi el doble para sostener las pensiones en su nivel de generosidad corriente. Da igual, ya que, según los apóstoles del no hay que hacer nada (o poco), aún dejándose en cotizaciones más de la mitad de su sueldo, los trabajadores del futuro recibirían bastante más, en términos de poder de compra, que los trabajadores del presente. Como ya hemos visto, esto no es necesariamente cierto, aún así démoslo por válido ya que nos ayuda en nuestra siguiente reflexión. Hace 30 años el trabajador medio español trabajaba por un salario que corresponde ahora a menos de 400 euros. ¿Como es posible, entonces, que ahora nadie acepte trabajar por un sueldo así? Todo el mundo se niega trabajar hasta por 500 euros (que es inferior al SMI) porque, al crecer la renta media, crecen en proporción las exigencias de los trabajadores. La evidencia disponible dice que los seres humanos se comportan de la siguiente manera: si, cuando su renta bruta es 100, se apañan con 70 después de impuestos y cotizaciones, cuando la renta bruta es 200 pretenden 140 y no se conforman con llevarse solo 100. Pero esto, llevarse a casa 100 cuando la renta bruta es 200, es precisamente lo que impondremos a los trabajadores del futuro mediante la no-reforma de las pensiones hoy!
En consecuencia, dado que no es tan seguro que la tarta a repartir sea tan grande como algunos se imaginan ni es, en absoluto, fácil que los trabajadores del futuro (nuestros hijos) estén dispuestos a cargar sobre sus espaldas las obligaciones impuestas desde el presente (para luego recibir relativamente menos a cambio), es necesario plantear una reforma profunda y flexible del sistema de pensiones que, manteniendo el carácter de reparto, distribuya los costes entre las diversas generaciones involucradas y sea capaz de absorber los shocks demográficos presentes y futuros.
En definitiva, los riesgos de la economía española son tan profundos y relevantes que merece la pena pararse a pensar cuales son las opciones disponibles y que destinos se dan a los escasos recursos disponibles. En este contexto, el trade-off entre gasto social y gasto productivo (educación, formación, innovación, infraestructura) es más que obvio y el viejo refrán “pan para hoy, hambre para mañana” cobra extraordinaria vigencia.
Hay 33 comentarios
Un artículo mucho más sosegado y menos ofensivo que el del señor Villaverde.Esclarecedor. Una matización: cierto es que las quintas destinadas a jubilarse el año 2050 ya han nacido y por lo tanto podemos calcular con cierta precisión, combinando esperanza de vida con natalidad esperada y población activa media , la relación entre pensionistas/trabajadores, pero hay un elemento mucho más variable y menos fácil de predecir que son los flujos migratorios.Si consiguieramos crear una economía dinámica que atrajese profesionales cualificados, conseguiríamos mitigar tanto la relación pensionista/trabajador como aumentar nuestras ratios de productividad. Conste que lo digo como una mera reflexión sobre el modelo planteado. Pienso seriamente en las posibilidades de que eso ocurra y desgraciadamente me da la risa floja.Y si algo podemos apreciar en el corto plazo es que se está produciendo el efecto contrario:perdemos población y nos descapitalizamos gracias a la emigración cualificada.Mientras nos dediquemos con fruición a hacer recortes sin acometer reformas,o nos dediquemos a perseverar en los errores del pasado, nuestras perspectivas de futuro son más bien nefastas.
Cuando uno lee los artículos de los dos "bandos" se siente un poco como una pelota de ping pong. Aisladamente parecen razonables, pero al ponerlos juntos ... Este artículo creo que, sin tener en cuenta otras consideraciones, tiene razón. El problema es que hay más factores que creo que influyen en el tema de las pensiones (y en general del gasto social) que deberían atacarse antes de medidas como retrasar la edad de jubilación.
Primero, España es uno de los países de la UE que menos recauda respecto a su PIB (http://www.eleconomista.mobi/economia/noticias/4542685/01/13/Espana-ingresa-66-puntos-de-PIB-menos-que-Grecia-y-casi-10-menos-que-Portugal.html).
Segundo, de una vez en este país se debería atacar el problema del fraude fiscal e intentar llevarlo a niveles de la UE-15
Tercero, también de una vez se debería impulsar una legislacion europea (mundial?) para luchar contra los paraísos fiscales y conseguir que toda esa riqueza (mucha fraudulenta) que recogen vuelva a la sociedad y pague sus impuestos.
Si después de todo eso sigue sin haber suficiente tarta para pagar las pensiones, entonces nos podremos plantear medidas como retrasar la edad de jubilación. Sinceramente, en mi humilde condición de no experto, hasta ahora solo veo visiones parciales del problema.
Luis,
El problema principal del artículo de Navarro estaba resumido en su título: las pensiones no están en peligro. Sí, lo están y muchos estudios lo confirman. Podemos jugar con proyecciones, pero los sistemas basados en promesas definidas de beneficios hace tiempo que están en peligro (y en las condiciones actuales, incluso los sistemas basados en contribuciones definidas requieren ajustes importantes).
Pero no sólo las pensiones están en peligro. Lo que cuesta mucho aceptar es que el estado de bienestar que existía hasta el 2008 quebró: las promesas que lo definían no podrán ser cumplidas. Ese estado estaba fundado en que el costo económico de las redistribuciones forzosas de ingreso es bajo, al extremo que se podía ignorar. No, el costo es alto y especialmente alto cuando la redistribución es en beneficio de privilegiados y no de la masa, y cuando la economía global cambia fuerte generando condiciones para reubicar la producción en países que recién se incorporan a ella. Y mucho más alto cuando el cambio demográfico implica una composición intergeneracional donde los activos decrecientes deben financiar a los pasivos crecientes --sí, sólo el conflicto intergeneracional requiere reformas enormes en el estado de bienestar porque sin crecimiento es imposible.
Ya saldrán los que dicen que algunos estados de bienestar han sobrevivido y florecido. Sí, cuando llueve no todos sufren la lluvia por igual --algunos pueden adaptarse fácilmente y así ha sido siempre. España sigue desnuda en la lluvia, ya se resfrió, ya cayó enferma y entrando en coma --sólo un milagro puede salvarla.
No puedo compartir la afirmación apodíctica: "La evidencia disponible dice que los seres humanos se comportan de la siguiente manera: si, cuando su renta bruta es 100, se apañan con 70 después de impuestos y cotizaciones, cuando la renta bruta es 200 pretenden 140 y no se conforman con llevarse solo 100". La elección del nivel de impuestos no es una decisión individual, lo que prefieras o no se incluye en tu elección. Tu elección puede basarse en cumplir la Ley o defraudar o irte si puedes, pero no en el nivel impositivo. Que dice vuestra evidencia si te dan a elegir entre la posibilidad del 95% de un salario después de impuestos de 100 o la seguridad de un salario de 85 después de impuestos. El problema que sugerís es mucho más medular. Se trata de saber si el modelo actual de crecimiento perpetuo, que ninguno de las dos posiciones discute es posible. http://physics.ucsd.edu/do-the-math/2012/04/economist-meets-physicist/
Dónde está escrito que las pensiones tengan que pagarse sólo con las cotizaciones sociales. Porque no pueden pagarse parcialmente con otros impuestos o dentro de los presupuestos generales.
Porqué tenemos que aceptar que hay que destinar una parte de nuestros impuestos a la iglesia católica, a un ejército claramente sobredimensionado o a mantener una administración duplicada o triplicada e ineficiente y no a complementar pensiones.
Hay que restructurar, reorganizar, cambiar prioridades, modernizarse, democratizar estructuras…………….
RAMON
Si nadie dice que no. El resultado entonces no es decir: "las pensiones son sostenibles". Será que "las pensiones son sostenibles SI SUBIMOS IMPUESTOS/COTIZACIONES a niveles absurdos a las generaciones futuras".
Copiopego el comentario de Javier Lozano en el otro artículo:
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Es muy sencillo:
Hoy:
1 pensionista por cada cotizante+impuesto del 50% sobre la renta del cotizante para financiar pensiones=mismo poder adquisitivo de ambos
Mañana:
(i) 4 pensionistas por cada cotizante+impuesto del 50% sobre la renta del cotizante para financiar pensiones=pensionistas pobres en términos relativos.
o…
(ii) 4 pensionistas por cada cotizante+mismo poder adquisitivo para todos=impuesto del 80% sobre la renta del cotizante.
Esto es independiente de si crece o no la productividad. Tanto el escenario (i) como el (ii) son difíciles de asumir socialmente. Por tanto, sí hay un problema de pensiones.
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Y, si en vez de con las cotizaciones, lo financias con impuestos generales estamos en las mismas porque estás quitando igualmente una parte mayor al sueldo de los trabajadores y, además, a los propios pensionistas.
A las generaciones futuras les pasamos los pasivos (pago pensiones) pero también los activos (infraestructuras, hospitales, seguridad social, etc...........).
Por lo tanto lo importante es el saldo no sólo las deudas.
Si no pasamos ninguna carga pero tienen que financiar la construcción del estado desde el principio, seguramente saldrian perdiendo.
RAMON
Sí, muy bien. Pero lo que cito arriba es "impepinable" (a parte de todos los argumentos del artículo). Efectivamente los trabajadores del futuro van a ser mucho más productivos que los actuales gracias a todo el capital acumulado.
Pero si su renta (que sí, que será considerablemente mayor que la actual en términos absolutos) tiene que mantener a un número mayor de pensionistas, o bien una mayor fracción de esa renta es recaudada (vía cotizaciones o vía impuestos, eso nos da igual) o bien la misma fracción de renta se reparte entre más pensionistas.
En el primer caso vas a tener a trabajadores muy molestos viendo cómo pagan unos impuestos/cotizaciones (da igual el origen) desorbitados. En el segundo vas a tener a pensionistas con cada vez menos poder adquisitivo. Y en realidad, por vivir en una democracia y viendo la demografía de los votantes en un futuro, la segunda opción es poco probable.
Dentro de 40 años tendrás que los pensionistas estarán votando más y más incrementos de la carga sobre los trabajadores, a niveles muy superiores a los actuales.
Eso es un problema, en mi opinión, que estallará antes o después en forma de descontento social de esos trabajadores. No se puede decir que el sistema sea sostenible sino se ataja eso.
No hablo de que sean necesarios nuevos impuestos, sólo priorizar i reorganizar los gastos con los mismos impuestos.
Se puede hacer mucho mejor. Tanto desde el punto de vista de los ingresos (impuestos) com de los gastos.
RAMON
Ramón,
Sí, se podría hacer mucho mejor pero entonces la pregunta es por qué ya no se han introducido reformas. Lo que sí sabemos que el problema no está sólo en las pensiones sino en la totalidad del gasto social que define el estado de bienestar. Este gasto ha aumentado mucho su importancia relativa. Vea usted lo que ha ocurrido con los “entitlements“ en EEUU (categoría que refleja bien el gasto social)
http://fivethirtyeight.blogs.nytimes.com/2013/01/16/what-is-driving-growth-in-government-spending/
Un problema gravísimo del estado de bienestar es que para acomodar el fuerte aumento del gasto social no solo ha habido que aumentar la carga impositiva sino que además se han tenido que reducir gastos en varias otras categorías, afectando seriamente la cantidad y la calidad de algunos servicios públicos. Si tiene dudas sobre estos puntos investigue el papel del estado y el gasto público en la historia económica argentina desde 1860 hasta hoy día.
Esos números parten de que la sostenibilidad del sistema sobre la base del sistema de reparto restringido únicamente a las cotizaciones de los participantes en el sistema. Pero en la economía existen muchas más rentas. Además hay que tener en cuenta que existen enormes sumas de dinero que no correspondían al sistema, pensiones no contributivas en todo en parte y otras,que se han cargado sobre el sistema durante muchos años que deben ser devueltas al mismo. Es decir, durante 50 años se ha tenido un sistema con excesos de contribución cuyos superavits se han desplazado a otros usos. Esos superavits con sus correspondientes rentas deben ser devueltos al sistema vía impuestos.
Pero el resultado es el mismo. De la tarta de la economía del futuro, vas a tener que sacar dinero en forma de cotizaciones o de impuestos, da igual el origen. Y el caso es que con estas proyecciones demográficas vas a tener que sacar una fracción mayor de lo que se saca hoy, o dejar que la misma fracción se reparta entre más pensionistas (destruyendo su capacidad adquisitiva). Como esta opción no tiene visos de prosperar en una democracia cada vez más "vieja", pues nos quedamos con la primera. Vía cotizaciones, impuestos o lo que sea, si no se haces reformas lo que tienes en el futuro es un nivel impositivo sobre los trabajadores al que no se ha sometido a nadie en el presente.
No he dicho lo contrario, el problema es el reparto de la carga entre todas las rentas, no sólo las salariales. Los ajustes se quieren llevar a cabo sólo teniendo en cuenta una parte de las rentas lo que no es justo ya que estas rentas han contribuido en mucha mayor medida que el resto al gasto público. Las proyecciones de población son eso proyecciones, que seguramente no se cumplirán (apostar contra ellas es la mejor apuesta, es como apostar contra los analistas expertos en bolsa, tienes un porcentaje muy alto de ganar o, al menos, el mismo que tirar una moneda al aire) El problema es más básico, es posible el crecimiento continuado en un mundo de recursos limitados. El problema es que el crecimiento exponencial requerido es físicamente imposible, luego debemos replantear las cosas desde un inicio porque no es un problema de pago de pensiones el que tenemos por delante, ya nos gustaría.
Hombre, los jubilados del mañana ya han nacido hoy así que eso no es "proyección". Nos queda por estimar la gente joven. Si eres de los que opina que el crecimiento infinito es un problema, supongo que no verás bueno que incitáramos a que todo el mundo tuviera muchos hijos y creciera la población por esa vía. Y está por ver que en los próximos 40/50 años atraigamos y mantengamos a los suficientes inmigrantes como para que las proyecciones de población no se cumplan, pero parece poco probable. La última oleada de inmigración se está volviendo a sus países de origen ahora.
Es decir, el problema demográfico está ahí, a 50 años vista. Y este problema es de cajón y obvio. Dices que hay más rentas que podrían estar contribuyendo. Ya, y también va a haber más gastos con una población anciana, por ejemplo en sanidad, que también tendrán que financiarse con esas rentas. No hacer nada no es una solución. Hacer cambios ahora que faciliten garantizar las pensiones del futuro no me parece para nada absurdo.
PD: al problema de limitación de recursos probablemente le falten un par de siglos para ser relevante de verdad y, qué quieres que te diga, de ese que se ocupen más adelante con la ciencia y la técnica del futuro, porque obviamente ahora sólo podríamos especular.
ramon,
Ya puestos, lo que yo no entiendo es porqué hay que destinar la mayor parte de nuestros impuestos o cotizaciones sociales a pagar pensiones de jubilación insostenibles a generaciones que han disfrutado de un nivel de renta superior al nuestro, en lugar de a mantener una Administración Pública eficiente (educación, políticas activas, investigación, sistema judicial, prestaciones sociales, infraestructuras, etc.) que garantice la igualdad de oportunidades y la libre competencia en aras del interés general.
Si usted lo tiene tan claro, le rogaría que expusiera sus argumentos, pero sus preferencias, con todos los respetos, me parecen más bien propias de un régimen totalitario o con vocación de tercermundista.
Saulo,
Un elemento esencial del estado de derecho es el cumplimiento de las obligaciones, sean legales o contractuales, públicas o privadas. Si el estado asumió obligaciones debe cumplirlas, y si no puede cumplirlas, el conflicto se resuelve o por una decisión política o por un proceso judicial. Por ejemplo, en Argentina, la Corte Suprema ha resuelto varios conflictos sobre pensiones en los últimos 40 y tantos años. Quizás en España hasta ahora no haya habido problemas de pagos de pensiones, pero pronto los habrá y entonces los beneficios se reducirán (si se pudieran aumentar los ingresos o reducir otros gastos no habría problema),. por medio de una decisión política o de una decisión judicial. No lo dude, el incumplimiento no es gratis --y aunque se justifique, puede ser caro.
Me parece Ramón que ese comentario está bastante poco legitimado por la realidad y, por lo tanto, que refleja poco conocimiento.
El Ejército español no está sobredimensionado: El gasto militar (%PIB) en España, según el Banco Mundial, fue del 1% en 2011 (esto es antes de la ronda de recortes de 2012), comparado con el 2,2% en Francia, 1,3% en Alemania, 1,6% en Italia o el 1,5% en los países nórdicos. Por supuesto no entro a valorar los países anglo-sajones.
Ahí tienes el link: http://datos.bancomundial.org/indicador/MS.MIL.XPND.GD.ZS
Más datos y menos "brindis al sol" con ideas simplistas.
Un abrazo.
Hola ,
Yo no hablo de nuevos impuestos. Hablo de optimizar tanto la recuadación y sobre todo de hacerla más justa y de optimizar tambíen los gastos. Si tengo que elegir entre el tercer sector y autopistas gratis, AVE sin sentido, aeropuertos vacios...... eligo el tercer sector, la educación, la sanidad, I+d+i.................
En cuanto al nivel de renta superior de las generaciones tendríamos que hacer la media de todo el periodo( p.e. 50 últimos años) . Y veriamos de donde partimos.
Se puede "copiar y pegar" de otros que lo hacen mucho mejor. Tampoco se trata de invertar mucho.
RAMON
Hola,
Si nos comparamos con paises ricos, que se lo pueden permitir, tambien se puede mirar el % del PIB en eduación , sanidad, servicios sociales, I+d+i..........
No entiendo porqué tenemos que comprar material militar (aviones, barcos, tanques.......) que son carísimos y que nunca vamos a utilizar y no posponer su compra en periodos de bonanza económica.
No se trata de estadísticas sinó de prioridades. Yo priorizo la educación a lo militar, pero puedo entender que otros tengan otras preferencias.
RAMON
Ramón, no seré yo quien anteponga el gasto militar al gasto educativo o sanitario (aunque como bien dices, no hay una respuesta más correcta, se trata de prioridades). Lo que sí que te pido es que reflexiones sobre las cosas que dices y que las contrastes con datos objetivos.
El Ejército español no está sobredimensionado (como te he demostrado antes) y aunque elimináramos todo las transferencias a la Iglesia, unos 260 millones del IRPF en 2010, eso apenas afecta al desfase de 90.000 millones del año 2011. Tú dices que entonces subamos más los impuestos, pero entiende que eso daña seriamente nuestra competitividad cuando nuestros costes laborales ya son altos dada nuestra baja productividad y tenemos un problema de paro.
Entonces volvemos a anteponer nuevos puestos de trabajo para las próximas generaciones o pensiones altas para los jubilados actuales. Tú decide Ramón, pero "nada es gratis" y te pido que mires los números antes de exclamar.
Usted no ha demostrado que no este sobredimensionado. Ha demostrado que gastamos menos PIB que otros países.
y para que necesita españa un ejercito tan poderoso como el frances?
¿Un ejército sobredimensionado y tan poderoso como el francés? Espero que las menciones en estos comentarios al tamaño de otras partidas públicas (pensiones, sanidad, educación, administraciones...) sea más riguroso. Resulta muy atractivo pedir que se cierre el ejército y con ese "ahorro" se aumente la partida de educación o sanidad pero las cosas no son tan bellas... ni tan simples.
A ver quién le explica a 15 ó 16 millones de cotizantes --que lo han hecho o lo harán durante 35, 40 o más años ininterrumpidos-- que ahora, porque algunos políticos usaron esos fondos para comprarse votos regalando pensiones no contributivas, no pueden cobrar.
Ya se han publicado aquí datos actuariales que muestran que --simplemente con la cotización durante 35 años, mínimas rentabilidades de deuda pública y descontando inflacción--, cada contribuyente aporta lo necesario para 2.3 o más veces su pensión (incluyendo supervivencias).
Por no volver a citar el estudio de Alonso Meseguer del 2007 (Funcas, Septiembre) del cual ya entonces surge una Deuda del Estado (no contabilizada) con el sistema de Pensiones por 260,000 millones de euros.
Deuda debida a que se ha metido mano en los superávits históricos para gastos que debieran haber ido a los PGE.
Realmente casi todo lo que atribuímos al Hado, el Azar, o a los cambios que produce el tiempo, incluyendo natalidad, puede ser bastante bien explicado por políticas de gasto y fiscalidad muy concretas.
Nada es Gratis y...el Azar no existe.
Saludos
Muy interesante el artículo. Y muy interesante el comentario de Ramón. La siguiente entrada podría versar sobre las reformas que desde NeG se proponen (si ya hay entradas sobre esto, que es posible, os agradecería me las linkaseis al comentario).
Un saludo
Andrés
Cómo es posible que "un pequeño ejercicio contable" nos lleve a conocer el PIB en el año 2050. No es que esté encontra de la reforma, pero este punto concreto no lo entiendo. Qué clase de ejercicio contable? Es posible que el Gobierno ante la caída de la población de cohortes más jóvenes pueda decidir, por ejemplo, establecer criterios de inmigración suficientes para luchar contra está caída?
Un saludo
Pedro
Sinceramente, este debate sobre el futuro de las pensiones cuando el problema es el presente tiene tintes bizantinos. Sobre el 2050 no sé nada, pero sobre el 2014 tengo pesadillas. ¿Qué pasa con nuestro fondo de reserva? ¿Lo tenemos invertido en nuestra deuda? ¿Podremos pagarnos nuestra deuda? ¿Cómo? ¿Haremos otra regularización fiscal o pasaremos a vender el patrimonio nacional?
¿De dónde salió el dinero del FLA? ¿Podemos confiar en el uso que hará del fondo de reserva un presidente que en 2008 declaró un incremento repentino de ingresos de 28.000 euros que, casualidades de la vida, supone una cantidad que coincide con los supuestos pagos en B?
Me pregunto si el comedimiento en los artículos públicos de tantos economistas, tanto en lo que hace en este caso a las pensiones como en otros a la previsible evolución económica, sirve al objetivo que me permito atribuirle: no sembrar el pánico. Tal vez el efecto es más bien el de crear la sensación de que con reformas se podrá seguir si no igual, parecido. El de que, en tanto sigamos hablando, el futuro no llegará.
¿De verdad creen los autores del artículo que cuando se junten la pirámide demográfica invertida con las condiciones económicas (lo de plantearse cuánto crecerá el PIB mejor dejarlo para navarros y similares) de este rincón ineficiente de un subcontinente en decadencia se podrán siquiera pagar pensiones? A no ser que llamen así a mínimos subsidios de hambre destinados a aguantar hasta que los del baby boom pasemos a mejor (no será esto difícil) vida.
Nadie acepta trabajar por una miseria, en cuanto para vivir y desplazarse hasta el trabajo se necesita más.
Con trabajo, decía en otro artículo, el problema de las pensiones desaparecería. La gente trabajaría más años, se organizaría e incluso los tipos como yo, de 61, se pondrían al día o cuidarían de los nietos, que también es trabajo.
Por desgracia las cosas siempre terminan resituándose, la antigua URSS es un buen ejemplo. Los parados encontrarán trabajo, aunque sea por poco, los servicios públicos bajarán o cerrarán por falta de usuarios y las empresas sitas en el extraradio cerrarán o se trasladarán porque no podrán pagar la diferencia. Los pensionistas deberán trabajar en negro y de cualquier cosa, a menos, que quieran morir de hambre, venderán sus recuerdos, sus joyas y sus muebles; y la esperanza de vida caerá en picado, por lo que el estado dejará de tener un problema. Ya te digo, igual que la antigua URSS, a menos que haya una revolución a la medida. Lo que debemos preguntarnos es el por qué, solo cuando lo sepamos podremos afrontar el problema.
El alcalde de mi ciudad se ha quejado por la pretensión del gobierno a reducir su salario hasta los 100.000€. Dice, con razón, que en Europa todos ganan más. El alcalde de Barcelona pretende ganar tanto como el de París o el de Berlín, pero no entiende por qué un bombero barcelonés se queja de ganar menos de la mitad que aquel.
Vamos mal, ¿no te parece?
Para hacer pedagogía en contra de esta "izquierda reaccionaria", aconsejo a los lectores la excelente charla de Roger Senserrich de Politikon. Las transparencias (para obtener las tablas, gráficos, ...) las tenéis aquí.
Saludos
Quizá demasiado tarde como para que mi comentario aparezca, pero estando de acuerdo con los autores en que la reforma en profundidad es indispensable, sólo hago notar que la frase "...ni es, en absoluto, fácil que los trabajadores del futuro (nuestros hijos) estén dispuestos a cargar sobre sus espaldas las obligaciones impuestas desde el presente" es cierta pero supone inevitabilidad de la reforma. Seguro que a mis hijos no les sentará bien que cuando sean adultos tengan que asumir esa obligación, so what? Para eso les he comprado hoy la Play Station y accedo a todos sus caprichos. Y en cualquier caso, seremos más que ellos y nosotros, abueletes, podremos con nuestro voto hacer prevalecer la opción que queramos. A continuación si alguno de ellos protesta, le será de aplicación el principio democrático del Estado de Derecho: shut up and abide by the law. Y que vayan al Constitucional que ahí, también estaremos nosotros.
Muy interesante. En esta materia la realidad es muy peliaguda.
Los gobiernos prometen pensiones futuras a los trabajadores actuales no basadas en el ahorro ya que ahorrar cuesta dinero y el dinero votos, sin embargo los que van a pagar todo esto en gran parte son menores de edad y no tienen derecho a voto.
En los EEUU no está permitido obligar a alguien a pagar por un servicio que no desea, viendo la situación de las pensiones esto parece tener todo el sentido del mundo.
Por que no puedo montar un negocio con mis ahorros de jubilación? Por qué se permite que el 90% del fondo de reserva de las pensiones esté invertido en un activo respaldado por un mismo emisor (deuda pública española)?
En África la gente para tener una vejez decente tiene hijos (coste actual) que en un futuro mantienen a los padres (beneficio futuro).
En un país con pensiones basadas en el ahorro (Chile, EEUU) la gente ahorra para tener una renta futura.
En un país como España para tener una pensión decente lo que hay que hacer es no tener hijos ya que con todos los impuestos y cotizaciones sociales que se pagan la renta disponible para ello es muy reducida. Por tanto aunque los hijos sean necesarios para la sostenibilidad del sistema, que los hijos los tenga otro...
Menos intervención y más libertad
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