Nos ha llegado por muchas vías que el esfuerzo de nadaesgratis de empujar por la reestructuración y la transparencia en el Sistema Financiero Español está creando alguna “molestia” en el Banco. El Banco históricamente ha tenido la visión (muy católica, supongo) de que los pecados se tratan en privado, mientras que este Blog tiene una visión más “protestante” (Nórdica –crisis Sueca-- y Anglosajona-crisis actual) de “luz y taquígrafos”. Y si, es cierto que a España históricamente la discreción del Banco le ha ido bien. Y quede también claro que desde aquí, creo que unánimemente, respetamos enormemente la profesionalidad del Banco- no hay por nuestra parte la menor sospecha de partidismo, ni de favoritismo, ni de corruptela (esto parece trivial decirlo, pero dado el enrarecido clima del país, me temo que hace falta). El Banco hace sus cosas a su manera, pero sin duda con la mejor intención posible. Pero cuando los mercados pierden la confianza en España, y cuando los números pasan la frontera de lo creíble, creemos que es hora de cambiar de política: no podemos manchar a todo el sistema financiero por los pecados de algunos.
Pues bien, el Banco, en la persona del Director de Regulación José María Roldán, ha respondido hoy a muchas de nuestras preguntas y críticas. El discurso es bueno, tranquilo, bien argumentado y entra en el fondo y en los números, y merece, en mi opinión , una respuesta completa. Pongo el discurso íntegro porque creo que es importante, y vale la pena leerlo aquí; intercalo mis comentarios o desacuerdos.
Antes de entrar en los detalles, os recuerdo los puntos clave de nuestro desacuerdo con el Banco (que podéis ver argumentados en nadaesgratis empezando por Cuál es la salud verdadera del sistema financiero? 8/9/2009;“¿Nos Podemos Creer los datos de mora” 17/09/09?; “¿Para cuando la reestructuración del sistema Financiero Español? 13/09/09, hasta “Es hora de que el Banco de España pase a la acción, 18/02/10 o “Las Cajas se pasan, 19/02/10)”.
1. Reestructuración: La reestructuración del sistema financiero es urgente. Si no es por las buenas (fusiones con "ayuda") debe ser por las malas (intervenciones).
2. Transparencia: Las cajas y bancos están jugando muy agresivamente con las modificaciones de crédito (“refinanciaciones” en la discusión del Sr. Roldan) y los canjes de deuda por activos (“adjudicaciones de activos, las daciones en pago y las adquisiciones”) en parte para maquillar los datos de mora. Desde aquí no sugerimos que esto sea pérfido o deba prohibirse- en muchas ocasiones estas son excelentes decisiones de negocio. Lo que proponemos es transparencia. Los Bancos, en su mayor parte, han reflejado estos datos en sus resultados, pero no las Cajas.
3. Pérdidas: las pérdidas e impagos que hemos observado hasta ahora son una fracción pequeña de las que observaremos, dado que la caída de los precios inmobiliarios probablemente sólo ha empezado a producirse y dado el nivel de desempleo.
4. Ahora (esto si) es diferente: en otras crisis, el tratar de aguantar en lo posible y esperar a que los beneficios generados tapen los agujeros ha funcionado mejor de lo que funcionará tal estrategia en esta crisis. Los beneficios se van a dejar en producir: el sistema financiero en su conjunto entrará en pérdidas en el 2010, y va a ser difícil provisionar los impagos que se produzcan a partir de ahora a partir de reservas.
Bueno, no os hago esperar más. Aquí va el discurso
La exposición del sistema financiero español al sector de la construcción y promoción inmobiliaria: mitos y realidades
Junta Directiva de la Asociación Hipotecaria Española
José María Roldán, Director General de Regulación
El entorno en el que opera el sistema financiero español es, sin duda alguna, el más difícil y exigente de las últimas décadas. A una crisis de la economía real de una intensidad inusitada se añade una situación difícil de los mercados financieros internacionales, unas primas de riesgo más
elevadas que en el pasado (y en mayor medida para el sector bancario a nivel global) y, en el caso español, una necesidad de digerir los excesos resultantes de un potente ciclo inmobiliario. Por ello, y quizás porque ese componente inmobiliario es específico del caso español, no es de extrañar que la gestión del riesgo inmobiliario, y en particular con las empresas de promoción, concite el interés de mercados, analistas y medios de comunicación. Y, en efecto, el éxito de las entidades de depósito para superar esta difícil coyuntura depende de manera directa de la adecuada gestión, pasada, presente y futura, de esa exposición al sector inmobiliario.
Pero, como suele ocurrir con frecuencia ante situaciones complejas, en el debate en torno a esa difícil digestión de los excesos inmobiliarios se producen imprecisiones, exaltaciones y, por qué no decirlo, intervenciones interesadas en defensa de intereses, algunos legítimos, pero con frecuencia particulares. Un requisito imprescindible para solventar esta situación es ser claros y transparentes sobre la situación del sistema financiero español. Si no lo somos, corremos el riesgo de que la percepción pública acabe siendo peor que la realidad misma. Y esa obligación de transparencia recae, primera y principalmente en las entidades individuales, que deben explicar al mercado cómo están afrontando esos riesgos.
LA EXPOSICIÓN AL SECTOR DE CONSTRUCCIÓN Y PROMOCIÓN
La exposición del sistema financiero español (bancos, cajas y cooperativas) al sector de construcción y promoción doméstico es de 445.000 millones de euros a diciembre de 2009. Esta información se publica regularmente en el Boletín Estadístico del Banco de España. Es una exposición elevada, sin duda, pero la cifra absoluta no tiene “per se” un significado claro. En porcentaje del balance consolidado de las entidades de depósito españolas representa un 12%. Si medimos su importancia en términos del crédito concedido en España a familias y empresas, ese peso está próximo al 25%. En cualquier caso, se trata de un volumen de crédito importante, en especial teniendo en cuenta las dificultades que atraviesa el sector. Es conveniente analizar los sectores de construcción y promoción en su conjunto, porque las fronteras entre uno y otro son difusas, y no son infrecuentes las reclasificaciones entre los dos sectores. Y es necesario tener en cuenta que la exposición al sector de construcción y promoción no supone sólo y exclusivamente exposición a la actividad de construcción y promoción: hay empresas en esos sectores con una actividad muy diversificada, en sectores que van desde la energía a las infraestructuras, pasando por el sector del petróleo.
LG: El DG de Regulación prefiere no desgajar el sector de promotores (los famosos 325,000 millones de los que hemos hablado a menudo) del de constructores (otros 110,000 millones). Su comentario parece razonable, pero no tiene muchas implicaciones reales.
El primer error, y podemos decir que el más básico, es hacer equivalente la exposición al sector con pérdidas para el sistema financiero. Para que la exposición se transforme en pérdida ha de mediar, en primer lugar, el impago del crédito (la PD o probabilidad de impago de Basilea II) y, en segundo lugar, la pérdida o el quebranto en caso de impago (la Loss Given Default o LGD de Basilea II), que depende de la existencia de garantías, de su eficacia y de su valor.
LG: El Sr. Roldán tiene toda la razón aquí: Expected Loss=Probabilidad de impagoX Pérdida; creo que desde NEG hemos sido cuidadosos en construir las pérdidas esperadas así, ver por ejemplo y sinceramente dudo que ningún analista serio no entienda esto claramente.
La ratio de dudosos en el sector de construcción y promoción se situó en diciembre de 2009 en el 9,6%. Teniendo en cuenta que tanto la economía como el sector se encuentran todavía en una situación complicada, es muy probable que esa ratio aumente, si bien es difícil (por no decir imposible) predecir hasta dónde. Ahora bien, resulta obvio que una ratio de dudosos del 100%, y una pérdida en caso de impago o LGD de otro 100% (esto es, un valor nulo de la garantía), que es lo que se necesitaría para igualar la pérdida como consecuencia del impago del cliente y la exposición a ese cliente, está fuera de la realidad.
LG: Por hablar en román paladino: si, contrariamente al Banco, algunos sugerimos que la mayoría del crédito promotor y mucho del inmobiliario va resultar en impago, y que las garantías detrás de ese crédito son muy poco valiosas. En la discusión mencionada más arriba, yo sugería en el blog que la pérdida en el subsector promotor podría llegar incluso hasta el 50% (si, si, el quebranto- me imagino a mucha gente echándose las manos a la cabeza- 70% impago, 70% loss given default). ¿Cómo? Olvidándome de lo que sabemos ahora de España, y basándome en el Subprime americano (Ver mi respuesta a un comentario de Antonio Cabrales en el post que menciono arriba): S&P estimaba en junio del 2009 “loss severities” del 70% en Subprime y AltA y con loss projections del 32 al 40% para las peores años (2006 y 2007). Estos números son sin duda ahora aún peores en EEUU (el mercado inmobiliario ha seguido cayendo). Moody’s proyectaba pérdidas del 50% en las hipotecas del 2007, las peores “On average, Moody’s is now projecting cumulative losses of 18.7% for 2005 securitizations, 38.4% for 2006, and 48.1% for 2007, as a percentage of the original balance.” (por cierto que ya en 2006 el modelo de Moodys hablaba de LGD del 70% en RMBS). No creo que nuestro credito promotor sea mejor que este, y puede ser peor- en muchos casos la garantia real es simplemente suelo- los créditos subprime son para casas terminadas. Yo llegaba en ese post a unas pérdidas en el sistema de hasta 200,000 millones. Y proponía otra forma de triangular una cifra: usar el total de préstamos en la cartara de los bancos, 1.9bn de Euros y aplicarles las pérdidas de los bancos americanos (como podéis ver en la Tabla 1.2 del Financial Stability Report del IMF del 8.2% de su cartera) . Esto resulta en 155,000 millones de pérdidas para el sistema español.
Las garantías, su eficacia y su valor, resultan claves en este segmento del negocio bancario. Y hay que recordar que, a pesar de las dificultades de valoración de las garantías inmobiliarias en un entorno tan incierto, desde el punto de vista de la gestión de la mora y de sus consecuencias para
la cuenta de resultados, es mejor disponer de éstas, porque son muy eficaces. En efecto, la hipoteca que subyace a la operación garantiza la posesión del bien que sirve de garantía, y su carácter inmobiliario elimina la ocultación de la garantía así como, en buena medida, su pérdida de valor por deterioro u obsolescencia. Además, resulta evidente que, a pesar de esa incertidumbre respecto al valor de las garantías, no se puede afirmar que su valor sea cero. Es evidente que el valor de la garantía debe ser manejado con prudencia por parte de las entidades y del supervisor. No es lo mismo el valor de la garantía que su valor liquidativo en el corto plazo, ni todas las garantías maduran y pueden hacerse líquidas a un ritmo equivalente (pensemos en la diferencia entre una vivienda terminada en el centro de una gran cuidad frente a un terreno urbanizable). Por ello, a efectos de calcular el daño en el crédito es una práctica prudente no reconocer plenamente el valor de esas garantías y recortar su valoración. De la observación de algunas transacciones en un mercado con muy poca actividad parece desprenderse que valores de enajenación inferiores entre un 20% y un 50% del valor en libros permiten la rápida liquidación de la mayoría de las garantías. Hay que recordar que, en el caso español, ese valor en libros se fija por los gestores en base a tasaciones independientes, y es susceptible de ser analizado por el supervisor. En cualquier caso, es necesario destacar la elevada heterogeneidad de las garantías, y por tanto extremar la prudencia en la extrapolación de los resultados.
LG: De acuerdo en la prudencia, sin duda. Y los supervisores deben de estar de acuerdo en que muchas de las garantías, por muy reales que sean, son inútiles: el famoso aeropuerto de La Mancha es un puro patatal, como lo llamaba un amigo de nadaesgratis, y vale menos que un patatal, porque hay que quitar las pistas y las construcciones hechas.
El supervisor dispone de instrumentos para seguir la evolución de la cartera de préstamos en situaciones de creciente tensionamiento de la mora, entre los que destaca la clasificación de créditos como subestándar. Un crédito subestándar es aquel que, aun estando en situación corriente (esto es, se sigue pagando el mismo) y no presentando otras dificultades objetivas (como procesos concursales), sí presenta alguna debilidad que puede degenerar en impago y pérdidas.
Además, la clasificación como subestándar acarrea la constitución de provisiones. La transformación de un crédito subestándar en dudoso depende de si las condiciones financieras de la compañía se deterioran o si se producen incumplimientos reseñables o el impago. A finales de 2009, el crédito subestándar representaba un 14% de la exposición a sector de construcción y promoción, y el nivel de provisiones del mismo era del 13%. Las adjudicaciones de activos, las daciones en pago y las adquisiciones son también otra forma de abordar los problemas de morosidad. En efecto, la forma más eficaz de gestionar un crédito en mora y sin capacidad de recuperación del cliente puede ser la posesión de los bienes que garantizan el crédito. Es necesario insistir en que se trata de instrumentos para la correcta gestión del riesgo. Por supuesto, si la valoración de esos bienes no es la adecuada (o no es, por ser más preciso, lo suficientemente prudente), se debe reflejar en la contabilidad. Por ello, las entidades han constituido provisiones sobre este tipo de bienes, que alcanza aproximadamente un 22% del valor en libros de los mismos.
Las refinanciaciones también se suelen mencionar entre las prácticas de ocultación de la mora. Pero la refinanciación de un cliente que pasa por dificultades de liquidez temporales y que mantiene su capacidad de pago en el medio plazo (mediante, por ejemplo, un alargamiento de vencimientos) es una práctica bancaria correcta, y habitual, aquí y en otros países. Por supuesto, una refinanciación de un cliente sin capacidad de pago supone un retraso inadmisible en el reconocimiento de la mora. Por ello, el supervisor vigila de cerca estas prácticas (en particular, aunque no exclusivamente, las de la clientela mayorista) y, cuando detecta alguna inadecuada, o se produce un deterioro ulterior de la capacidad de pago del cliente, se reclasifica la operación como dudosa o subestándar (con la consiguiente dotación de provisiones). De hecho, la mayor parte de los saldos de créditos clasificados como subestándar son el resultado de procesos de refinanciación.
LG: De acuerdo en que no tiene que ser perfidia la refinanciación; se trata de que se obligue a que se diga y se sea claro cuánta reestructuración y cuántas compras de activos se han llevado a cabo en las cuentas de las entidades.
Si sumamos el crédito moroso y el subestándar de los sectores de construcción y promoción, y le añadimos todas las adjudicaciones (incluidas las de hipotecas minoristas), las daciones en pago y las adquisiciones, la cobertura con provisiones específicas alcanza para este conjunto el 25%, aproximadamente. Por último, si sumamos la dotación genérica a diciembre de 2009, esa cobertura alcanzaría el 35%. Para 2010, es muy probable que la tensión en el segmento de construcción y promoción continúe y que las entidades deban hacer algún esfuerzo suplementario. Pero las cifras de cobertura mencionadas aclaran que no se parte de cero, y que se ha sido exigente en la cobertura del riesgo. Con ello se asegura que el conjunto de las entidades podrían deshacerse de su cartera problemática de promoción y construcción percibiendo el 65% del valor en libros de las garantías trabadas sin que se registrase ninguna pérdida en la cuenta de resultados.
LG: El Problema aquí, que hemos mencionado reiteradamente, es que las medias no sirven para nada. A Caja España, por ejemplo, no le sirve que a La Caixa le sobren provisiones; si Caja España no puede hacer frente a sus pérdidas, se puede ir al garete, independientemente de que el sistema tenga suficiente valor.
Para 2010, continuará la tensión en el segmento de construcción y promoción y las entidades deberán hacer esfuerzos suplementarios de retención de beneficios, saneamiento y capitalización.
¿OCULTACIÓN DE PÉRDIDAS O INCERTIDUMBRE EN LA VALORACIÓN?
Otra de las ideas que vienen circulando en torno a la exposición al sector es la relativa a la ocultación de pérdidas latentes en las carteras de crédito a construcción y promoción por parte de las entidades, con la aquiescencia más o menos explícita del Banco de España. Se exige que se revelen ya las pérdidas, y que el Banco de España deje de tolerar el retraso en el reconocimiento de la realidad por parte de las entidades. Estas afirmaciones suelen reflejar un desconocimiento de la relación entre supervisor y supervisado. En efecto, no es una negociación libre, sino una relación basada en normas taxativas, precisas y de obligado cumplimiento por imperativo legal para ambas partes, como lo son las relativas a provisiones del anejo IX de la Circular contable.
Resulta evidente que el entorno actual hace enormemente complicado el cómputo del valor de las garantías inmobiliarias. En primer lugar, por su elevada heterogeneidad (vivienda usada, vivienda nueva, en fase de construcción, destinada a primera o segunda vivienda, suelo urbano, suelo urbanizable, etc.). En segundo lugar, por la ausencia de un mercado activo y profundo que fije precios de referencia, en especial en circunstancias como las actuales de contracción económica y financiera. A este respecto, un precio de liquidación inmediata (“firesale”) no puede ser la referencia válida a efectos contables, ya que ni siquiera lo es para instrumentos financieros en entornos de mercados con liquidez limitada. En el otro extremo, la valoración de la garantía a efectos prudenciales no puede suponer un horizonte temporal ilimitado para la enajenación de la garantía. En definitiva, las entidades están obligadas a considerar el valor de las garantías con prudencia, en función de sus características específicas y de su potencial enajenación en un plazo razonable.
LG: De acuerdo.
En cualquier caso, los resultados globales, con una valoración prudente, parecen indicar que la cobertura del riesgo es, por el momento, suficiente, tal y como reflejan las cifras comentadas con anterioridad. Y la normativa contable del Banco de España en materia de provisiones, basada en calendarios y en exigencia creciente de provisiones, garantiza la cobertura plena de la pérdida con el transcurso del tiempo. En relación con la normativa contable en materia de provisiones del Banco de España, resulta llamativo que se aluda en ocasiones a prácticas de ocultación, cuando las obligaciones en materia de provisión están tasadas en función de elementos objetivos tales como la mora, las características del préstamo o el transcurso del tiempo, y disponibles no sólo para las entidades, sino para cualquiera que lea el anejo IX de la Circular del Banco de España. Pensemos que este no es el caso en otros sistemas financieros, donde la determinación de la provisión depende del juicio del gestor bancario, refrendado globalmente por el auditor , sin que medie una regulación pública, basada en elementos objetivos, y que determine las necesidades mínimas de provisión. En definitiva, las potestades en materia contable del Banco de España han constituido un elemento de fortaleza en comparación con otros sistemas financieros, que ha impedido la puesta en marcha de vehículos de inversión (o SIVs) fuera de balance, que ha permitido la constitución de provisiones genéricas antes de la crisis y que facilita un modelo de supervisión intensa, basada en normas claras, públicas y de mínimos. Ello no obsta para que ese sistema tasado de provisiones pueda estar sujeto a debate, y que el transcurso del tiempo desde su aprobación en 2004 recomiende, quizás, su revisión. Pero si ese sistema se puede criticar es precisamente porque es de dominio público, algo único entre los sistemas financieros de nuestro entorno.
LG: Existe un problema serio con sistemas de medida objetivos: que son manipulables. Me explico. Si hubiera una norma que dijera que las cuentas de la mpresa tienen que reflejar la realidad, no es poible que los contables de Lehman o de Enron hubieran firmado las cuentas. Pero si tienen que decir “la realidad de acuerdo con la normativa existente”, entonces si, se pueden esconder en maniobras legales para decir que si, que la famosa Repo 105 era legítima, aunque para cualquier persona neutral le aparezca fraudulento el vender activos al final de trimestre y recomprarlos en el siguiente pare hacer reducir el apalancamiento. Pues bien, lo mismo aquí. Yo prefiero que el Sr. Roldán me diga que está bien provisionado a que me diga que está provisionado de acuerdo a los supuestos tasados)
HETEROGENEIDAD
La principal característica de la cartera problemática asociada al sector de construcción y promoción es la heterogeneidad de los activos de garantía que respaldan esos créditos. Si a la panoplia de vivienda en uso, nueva o finalizada, en curso, terrenos urbanos, terrenos urbanizables, terrenos rústicos, naves industriales, etc. le añadimos la variable de localización, lejos de tener un bien inmobiliario único de características bien definidas, tendremos un amplio espectro de bienes con distintas características, no sólo de valoración, sino de maduración y valor de realización.
Pero esa heterogeneidad no sólo se refiere a las características del riesgo inmobiliario, sino que se extiende a la posición de entidades individuales frente a ese riesgo. Así, por ejemplo, y para las principales entidades (que representan el 94% del total de riesgo con el sector), la cuota de exposición al sector de construcción y promoción inmobiliaria (medida sobre el crédito concedido al sector privado residente) oscila entre un 6% y un 50%. La ratio de dudosos del sector de construcción y promoción inmobiliaria para esas mismas entidades también presenta una fuerte oscilación, entre un 2,3% y un 28%. Además, para complicar aún más el análisis, no hay una relación unívoca entre exposición al sector y volumen de mora. Esto es, existen entidades con una cuota de exposición al sector en el entorno del 25% que presentan ratios de dudosos que van desde un 23% a menos de un 5%. En definitiva, ni todas las entidades han seguido la misma estrategia de expansión del negocio en la última década ni, dentro de las que han seguido la misma estrategia, todas han tenido la misma capacidad de selección de los mejores riesgos.
Frente a esta heterogeneidad no caben simplificaciones analíticas, pues éstas llevarán al error. Sin embargo, sí que parecería deseable que las entidades realizaran un esfuerzo de mayor transparencia, explicando al mercado su exposición, sus problemas de mora y su estrategia de recuperación de esa mora. Totalmente de acuerdo en (1) la heterogeneidad; y (2) la necesidad de un esfuerzo de transparencia. Pero creo que no se clarifica la consecuencia de la heterogeneidad, reflejada en mi comentario de arriba: las provisiones medias no son una buena medida de la fortaleza del sistema.
TRANSPARENCIA
Concluyo con una breve mención a la transparencia. El Banco de España ha sido pionero en la publicación de Informes de Estabilidad Financiera donde se ha analizado con detalle los riesgos de las entidades de depósito, así como su posición en materia de rentabilidad (los beneficios, no lo olvidemos, son la primera barrera frente a los riesgos) y de solvencia (la segunda barrera que permite afrontar los riesgos). El Boletín Estadístico publica, con carácter trimestral, la exposición al sector de construcción y promoción de bancos, cajas y cooperativas, así como el volumen de dudosos de cada sector. La Circular Contable 4/2004 establece, en su anejo IX, las obligaciones en materia de provisiones, con porcentajes concretos en función de una escala temporal precisa. Además, cuando existe una aclaración de la norma que puede tener un impacto material, también se publica.
¿Se puede avanzar más en materia de transparencia? Sí, sin duda que se puede hacer más, pero es difícil encontrar en nuestro entorno mejores prácticas en esta materia. Lo que sí parece imprescindible es un esfuerzo mayor por parte de las entidades a la hora de explicar sus fortalezas, debilidades, riesgos y cómo se mitigan y gestionan esos riesgos, ya que, ante la ausencia de información, la percepción de los mercados puede ser peor que la propia realidad. No se trata, pues, de ser transparente por bonhomía o generosidad, sino por el propio interés.
LG: Aquí reflejo mi desacuerdo con el Sr. Roldán. El banco puede y debe contar exactamente al mercado la distribución CON NOMBRES entre las entidades financieras de las cifras de (1) refinanciación; (2) de canjes de deudas por activos; y de (3) provisiones, para acabar de una vez con la nube sobre nuestro sistema financiero. Los mismo datos que el Sr. Roldán ha usado para construir las medias que nos ha contado se pueden publicar y permitir al mercado diferenciar entre entidades de manera fundamentada.
CONCLUSIÓN
La combinación de una crisis profunda y una rápida corrección de los excesos del ciclo inmobiliario reciente están marcando las prioridades en materia de gestión del riesgo de las entidades de depósito, y lo seguirán haciendo en los próximos años. El Banco de España es consciente de ello, y ejerce sus funciones de tutela en un entorno extraordinariamente complejo por la heterogeneidad que subyace tras la exposición global al sector de construcción y promoción. Todos, supervisor y entidades, debemos hacer un esfuerzo mayor para explicar al mercado cuáles son nuestras prioridades, nuestras estrategias y nuestras incertidumbres.
Muchas gracias.
Hay 5 comentarios
Hay una cosa que no entiendo. Como política general está claro que más transparencia es mejor que menos. Ayuda a tomar mejores decisiones y aumenta el accountability de los gestores.
Sin embargo, en la situación actual, cuando las malas decisiones, donde las haya habido, ya se han tomado, ¿qué urgencia hay por saber quién las ha tomado? ¿Mejoraría en algo el estado actual de nuestro sistema financiero?
Las cifras del riesgo agregado ya son tremendas aun considerandolas ciertas. Me temo que la falta de transparencia está siendo consentida porque hay una contraprestacion de favores que parece evidente. ¿Cual es la cifra de Deuda Pública suscrita por Bancos y Cajas? ¿Cuanto más van a tener que suscribir si baja la calificación? ¿Cómo se van a refinanciar y financiar las nuevas compras una vez cerrado el grifo que les ha proporcionado recursos al 1% y beneficios sin riesgo?
Parece que la transparencia es un mínimo imprescindible para empezar a valorar la importancia de estos temas y me temo que no va a ser nada fácil conseguirla.
Después de tantos meses de crisis -va para tres años- creo que nos estamos centrando demasiado en los detalles concretos del ahora y nos estamos olvidando de los asuntos estructurales de nuestro sistema financiero, algo que preocupaba en los inicios. Sin negar la gran importancia que tiene el conocimiento de la situación actual en la que se encuentran nuestras entidades -aspecto crucial para tomar decisiones acertadas-, no deberíamos permitir que este debate nos alejara de los (viejos) problemas estructurales del sistema financiero, en cuya solución nos jugamos la intensidad de la siguiente crisis.
Siendo conscientes de que nos movemos en el terreno de las decisiones internacionales (no me estoy refiriendo ahora a la despolitización de las Cajas, a la reforma de su marco regulativo para que puedan recapitalizarse en igualdad de condiciones o a otras cuestiones puramente españolas), pues no puede un país ir por libre en este campo, y menos España, las aportaciones que personas de vuestro nivel pueden hacer para enriquecer este debate son insustituibles.
El mecanismo que encierra el sistema financiero y que genera el grave problema de fondo de esta crisis y otras precedentes (el crecimiento exacerbado del crédito/endeudamiento y la masa monetaria - distintas caras de la misma moneda-, junto con la política monetaria desplegada por los bancos centrales) sigue prácticamente intacto, y una vez pasado el "calentón" incial no tiene visos de sufrir un sustancial cambio.
Sin minusvalorar el debate del momento presente, que me parece muy importante y necesario, creo que debemos ampliar el foco y concentrarnos también en aquellos otros elementos que ya están listos para generar la siguiente crisis.
En todo caso, comparto tus apreciaciones Luis, y sin menospreciar la actuación y profesionalidad de los gestores del BdE, creo que hay aspectos mejorables.
Un saludo y, como siempre, enhorabuena por el blog y por dejarnos participar en él.
Manuel
Buena crítica al discurso del Sr. Roldán. Además, incluso él mismo creo que podría decir que es muy constructiva.
El problema de fondo es que el mercado para activos financieros en general y para activos inmobiliarios en particular está muy mediatizado por la intervención de gobiernos y bancos centrales, que están intentando lo imposible: que no quiebren los bancos zombies.
Hasta ahora, buena parte del sistema financiero español ha podido seguir refinanciando sus deudas gracias a los avales estatales y a los préstamos del BCE. En el momento en que estos apoyos se reduzcan sustancialmente o desaparezcan, tendrán que comenzar a vender activos y veremos el valor real de lo que tienen en los libros.
Por cierto, Luis, permíteme una crítica lingüística: la palabra "sí", cuando es afirmación, lleva tilde, para diferenciarla del "si" condicional. Si no pones tilde a la afirmación, dificultas la lectura.
Esta misma tarde mientras leía un artículo en The Economist, “ It wasn´t us” me vino a la memoria el que en este foro publicó días pasados el Sr. Garicano comentando un reciente discurso del Sr. Roldán en la Asociación Hipotecaria Española.
Simultáneamente, también, me acordé del debate que abrió, nada menos que en 1997, la Commodity Futures Trading Comission, a propósito de los OTC’s, dirigido por Ms. Brooksely E. Born y de cómo terminaron una y otra frente a la “tozuda” posición de Mr. Greenspan y la debilidad que entonces mostró el Secretario del Tesoro Mr. Robert E.Rubin.
Todos sabemos, y en particular los que estamos relacionados con estos temas, que entidades españolas, en concreto determinadas Cajas de Ahorros, estuvieron, durante años, esquiando off-limits, vaya, fuera de pista; unos lugares en los que no se precisan movimientos telúricos tipo Lehman para que se produzcan grandes catástrofes.
Resumo, ahora que estamos tan necesitados de que el credere recupere su flujo normal, me pregunto si nos podemos permitir que tales entidades permanezcan enmascaradas por “la norma taxativa, precisa y de obligado cumplimiento” que refiere, muy correctamente y sin que quepa hacer reproche alguno, el Sr. Roldán.
La percepción es la “realidad”. Muchas gracias
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