El viernes pasado presenté en el Banco de Espana, en el marco de la conferencia de FEDEA sobre la crisis (en la que también participaban los demás blogueros como organizadores, presentadores o discussants) el artículo sobre el gobierno de las Cajas (y resumen en EL PAIS del Sábado) en el que he estado trabajando con Vicente Cuñat, con ayuda de Raquel Vegas, Gabriela Antonie y Manuel Huete.
El trabajo ha consistido principalmente en recoger e integrar datos sobre capital humano y gobierno corporativo de las Cajas con datos sobre la mora en Julio del 2009 y la política de créditos de las Cajas hasta el 2007.
El análisis de estos datos depara un resultado positivo y uno negativo... Primero, el negativo-- el sorprendente perro que no ladró: la politización de los órganos de gobierno de las cajas no afecta a la calidad de su cartera crediticia. Esto se debe principalmente a que las Cajas vascas, las más politizadas de nuestra muestra, tienen una morosidad baja y una buena cartera de préstamos. ¿Cómo puede ser esto?
La explicación parece estar en nuestro otro resultado, el positivo:-las Cajas vascas tienen gestores profesionales. La preparación y experiencia de los presidentes de las Cajas está muy claramente y significativamente correlacionada con los resultados de la Caja. En particular, la mora es significativamente más alta (1 punto porcentual sobre una media del 4%, es decir un incremento del 25%) cuando el presidente no tiene estudios de postgrado; aumenta otro punto cuando no tiene experiencia bancaria previa; y en un punto más cuando ha sido previamente cargo público electo. Cuando los tres efectos se incluyen juntos en el análisis, son muy significativos cada uno y añaden en total casi 3% más mora a las cajas.
El tamaño económico de estos efectos es por tanto muy importante. Calculamos que, asumiendo que estos efectos fueran causales, añadirían unos 12,000 millones de euros a la morosidad de los bancos.
El que estos efectos existan parece de sentido común: dirigir una caja o cualquier otra institución financiera es un trabajo difícil y técnico. Si, uno puede ser Presidente no ejecutivo y tener un buen ejecutivo al lado, pero el mundo desgraciadamente no funciona así (que le pregunten a Moltó, presidente de CCM y oficialmente no ejecutivo pero en realidad al mando). Si el de arriba no sabe, no pregunta y no se interesa, los de abajo no hacen su trabajo. ¿Querríamos comer en restaurantes en los que el Chef (ejecutivo o no) no supiera nada de cocina? ¿O ser operados por cirujanos que no han estudiado medicina ni tienen experiencia previa? ¿Por qué pensamos entonces que cualquiera puede dirigir una caja?