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Balance: un año de Zapatero reformista

(Hoy he publicado este balance de las reformas en Expansión. Lo reproduzco con cambios cosméticos para permitir vuestros comentarios y para poner todos los links.)

El 29 de Abril del 2010 publiqué una carta abierta al Presidente Zapatero (aquí, en Expansión y en El Confidencial) en la que urgía al presidente a que se dirigiera al país para explicar la necesidad de un giro reformista. Argumentaba que “tratar de enderezar la situación requiere tres tipos de decisiones: saneamiento del sector financiero, consolidación fiscal, y reformas estructurales capaces de incrementar el crecimiento económico.” El 9 de Mayo del 2010, bajo una intensa presión de los mercados, de la Casa Blanca y de nuestros socios europeos, el gobierno anunció un giro de 180 grados en su política frente a la crisis. Un año después ¿qué reformas se han hecho, y cuáles quedan por hacer en estas tres áreas? ¿Cuál es el balance de este primer año de reformas?

Saneamiento del sector financiero

Han sido necesarios tres reformas (el paso en falso del FROB I en Junio del 2009; la ley de Cajas, en Julio del 2010, y la ley del FROB II de Febrero 2011), para llegar a un marco legal que seguramente no es aún el definitivo. Las reformas han dado lugar a una transformación radical del sector financiero, con una drástica reducción del número de entidades vía fusiones  (de 45 Cajas a 17 contando SIPS); un incremento sustantivo de la transparencia;  y un requerimiento de niveles de capital mucho más elevados.

Pero aún queda mucho por hacer (ver aquí y aquí). El gobierno corporativo explica gran parte de la variación de la situación financiera entre Cajas sanas y enfermas y es decisivo en la crisis, como he mostrado en un trabajo de investigación con Vicente Cuñat; desgraciadamente, poco ha cambiado en este aspecto, a pesar de la declarada intención de la ley de Julio del 2010. Además, el reconocimiento de pérdidas y la recapitalización del sector aún no se han llevado a cabo. La clave del problema sigue siendo el sector inmobiliario, no sólo en los promotores, donde las pérdidas (en gran parte provisionadas) aún deben reconocerse, sino también en las hipotecas a particulares, donde la persistencia del paro y la subida del EURIBOR comenzarán probablemente a hacer estragos ya este año.

Consolidación fiscal

En la carta de Abril del 2010 sugería al presidente “acordar de inmediato con el PP la prometida reforma de las Pensiones y un recorte sustancial del gasto de personal de las AAPP, tanto por salarios como cantidad de empleados.” Las dos cosas, mal que bien, han sucedido. Primero,  el gobierno anunció el 12 de mayo un plan de austeridad con el objetivo de reducir el déficit al 9.3% del PIB. Este plan incluía una reducción salarial en las AAPP del 5 por ciento en el 2010 y congelación en el 2011; una congelación de la contratación en el sector público (que no se ha cumplido) y una reducción en la inversión pública en € 6 mil millones, además de la eliminación del "cheque bebé." El objetivo se cumplió (conseguimos llegar al 9.2% al final del año), y estas medidas comenzaron a demostrar al mercado que el gobierno haría lo necesario para evitar el pánico. Pero su carácter temporal y reversible hace imposible calificarlas de reformas.

Segundo, era urgente reducir el déficit estructural relacionado con el brutal cambio demográfico que va a sufrir España. La reforma del sistema de pensiones, con un incremento a 67 años de la edad de jubilación,  y su indexación a la esperanza de vida desde 2027 (una propuesta clave de los economistas ligados a FEDEA), junto con restricciones a la jubilación anticipada, no resuelve el problema de sostenibilidad del sistema, pero ha supuesto las bases para una mejora indudable en su déficit estructural y pone en marcha mecanismos de ajuste para evitar futuras crisis.

Por tanto, se ha avanzado, sobre todo en el medio plazo gracias a la reforma de las pensiones. Pero el elevadísimo déficit primario (antes de intereses) del 7.3% en 2010, es aún el doble que el de Grecia y mayor que el de Portugal, sobre todo debido a las fuertes desviaciones del gasto autonómico y sugiere que la parte más importante del ajuste está aún por hacer.  La presunta incapacidad del gobierno para hacer cumplir los techos de gasto autonómico provoca aún sudores fríos en los mercados.  Por último, la reforma de la Sanidad ante el cambio demográfico (ver la propuesta que realizamos desde FEDEA y McKinsey en Noviembre del 2009 en www.cambioposible.es) , queda aún pendiente.

Reformas Estructurales para incrementar el crecimiento económico

El modelo de crecimiento español, con enorme destrucción de empleo en los malos tiempos, poca formación y baja productividad tiene mucho que ver con un mercado de trabajo que funciona catastróficamente mal. Nuestro llamado “manifiesto de los 100”  proponía cambios sustanciales en contratación (el contrato único), en la negociación colectiva (descentralización de la negociación  colectiva) y en las políticas empleo activas (formación y intermediación).

La reforma laboral aprobada en RD del 16 de Junio del 2010 compartía estos objetivos de flexibilizar y reducir dualidad. Pero desgraciadamente, los deseos no se convierten en realidad en el articulado del decreto: la flexibilización del despido en los  contratos permanentes es mínima (sobre todo tras el frenazo de enero del 2011 en las cláusulas de despido objetivo) y el subsidio a estos, a través del FOGASA, tiene incentivos perversos que dificultan la contratación (ya que desaparece en diciembre del 2011). La multiplicidad de contratos  posibles, con la confusión y coste legal que conlleva, continúa. El gobierno se quedó aquí en el peor de los mundos, al incurrir en un alto coste político por hacer la reforma, pero no conseguir internamente el apoyo necesario para hacer la reforma necesaria. La negociación colectiva continúa viviendo completamente al margen de la realidad, obligando a que los únicos ajustes sucedan por la temporalidad y el desempleo.

La otra reforma estructural clave para cambiar el modelo productivo es la educación secundaria y universitaria- como pone en evidencia PISA periódicamente o los rankings de Shanghai. Aquí, nada ha cambiado. El sistema educativo español vive instalado en la mediocridad, sin aparente demanda social de los padres para resolver un problema que puede llevar, de acuerdo con las investigaciones económicas más recientes, a una pérdida de 2 puntos de crecimiento cada año al país.

Finalmente, el más reciente (Diciembre del 2010) informe que elaboramos desde FEDEA y McKinsey sobre la necesidad de un nuevo modelo de crecimiento (aquí, serializado en partes en el blog (1), (2), (3), (4), (5) y (6)) analizaba el potencial de los distintos sectores para generar empleo. La conclusión era que el área donde reformas sectoriales pueden tener mayor impacto son los servicios profesionales- es aquí donde la economía española ha creado muchos menos empleos que sus vecinos. Las reformas en este sector que el gobierno está considerando tienen verdadero potencial de creación de empleo.

En definitiva, pocos avances en reformas estructurales: mínima reforma laboral, nula reforma en educación, y todo por hacer (aunque hay reformas en marcha prometedoras) en servicios. Sin resolver estos problemas,  España no crecerá, y si España no crece su deuda terminará resultando insostenible.

Conclusión

El cambio emprendido por el presidente del gobierno ha sido sustantivo, no sólo cosmético, y algunas de las reformas que ha llevado a cabo hubieran sido consideradas políticamente imposibles hace tan sólo 12 meses. Esta actitud ha conseguido sacar provisionalmente a España del borde del precipicio en el que la propia inacción del gobierno la había colocado. Sorprende quizás que nunca haya hecho lo que proponía en el primer párrafo de mi carta: dirigirse por televisión a los españoles y explicarles la necesidad de las reformas, tras meses de decirles que en España no había crisis.

Sin embargo, queda mucho por hacer, sobre todo a la hora de crear perspectivas de crecimiento económico dado el bajo nivel de capital humano y e l absurdo mercado laboral. Desgraciadamente, quedan por delante años muy duros y es necesario que rememos todos en la misma dirección.