¿Quién no conoce el famoso lema de la serie Juego de Tronos? La frase, repetida en varios momentos por personajes como Ned Stark o John Snow, del clan Stark, refleja el temor, y la necesidad de prepararse, ante la inminente llegada del invierno. Los ciclos climáticos en este universo son variables e impredecibles pero la sabiduría popular indica que largos veranos, como el que está terminando, van seguidos de inviernos que pueden durar años. Los auspicios además auguran que el incipiente invierno al que se enfrentan los protagonistas va a ser el más largo y duro en eras. El lema, por otro lado, no se refiere sólo a los rigores propios del frío y la escasez que se suele derivar, sino también a la posibilidad de que la situación promueva la llegada de invasores externos.
Tengo que reconocer que no me pierdo un capítulo así que cuando descubrí el siguiente artículo con esa referencia en el título (Winter is Coming: The Long-Run Effects of Climate Change on Conflict, 1400-1900), no pude evitar leerlo enseguida y compartirlo con todos los lectores de NeG. En este trabajo (todavía en curso), Murat Iyigun, Nathan Nunn y Nancy Qian estudian el efecto del cambio climático en la conflictividad histórica. Para ello han geo-referenciado una base de datos de panel de los conflictos ocurridos en Europa, el norte de África y Oriente Próximo entre 1400 y 1900. En total, la base de datos recoge 2.787 batallas terrestres pertenecientes a 912 guerras distintas tanto entre distintos estados como derivadas de conflictos internos. El siguiente mapa muestra la localización de los distintos episodios en cada uno de los siglos objeto de estudio.
Esta información se une con datos históricos sobre temperatura media anual. Dada la resolución espacial de estos datos climáticos, la información disponible se agrupa en celdas espaciales de alrededor de 400x400 kilómetros de extensión y una periodicidad cada 10 años. Como se ve en el siguiente gráfico, que mide la desviación de la temperatura respecto a la media existente entre 1961 y 1990, el período de estudio incluye tres etapas en las que el clima se enfrió apreciablemente (la variabilidad de las precipitaciones parece que también aumentó): durante la segunda mitad del siglo XV, el siglo XVII y el primer tercio del siglo XIX (Anxo Sánchez, nuestro experto en cambio climático y al que voy a nombrar mucho en esta entrada, nos ofreció una perspectiva crítica sobre la consideración de estas variaciones como eventos estadísticamente significativos: aquí). Estos cambios no fueron homogéneos en el espacio por lo que el trabajo explota una amplia variación tanto temporal como espacial.
Los resultados del estudio muestran que una bajada de las temperaturas durante los 50 años anteriores aumenta la ocurrencia de conflictos durante el mismo período. En este sentido, el enfriamiento climático (y la mayor variabilidad de las precipitaciones) redujo la productividad agrícola, lo que incrementó la incidencia de hambrunas, movimientos migratorios y la conflictividad. Más aún, el estudio muestra que el efecto es mucho mayor si la zona en la que se redujeron las temperaturas también sufrió un enfriamiento durante los 50 años anteriores. Es decir, períodos prolongados de cambio climático (alrededor de un siglo) acentuaron la escasez y los conflictos, lo que pudo acabar afectando a los pilares fundamentales de la propia sociedad como las instituciones o la cultura, debilitándola ante enemigos internos o externos (Anxo Sánchez nos explicó aquí cómo el cambio climático también estuvo detrás del colapso de los mayas, un tema que se extiende a otras culturas en Colapso, el conocido libro de Jared Diamond).
No hay duda de que los efectos del calentamiento global es un tema de candente actualidad que se ha tratado repetidamente en este blog (aquí). Los autores del estudio que exponemos hoy argumentan que, aunque su trabajo analiza el enfriamiento climático, sus resultados serían relevantes para entender lo que puede pasar en el futuro con el calentamiento global porque la lógica subyacente es similar: ambos casos suponen una disrupción de los patrones climáticos anteriores, lo que reduce la productividad agrícola y aumenta la conflictividad por la mayor escasez. Este trabajo, por tanto, complementa la creciente literatura interesada en los efectos del calentamiento global y que, de nuevo, Anxo Sánchez ya resumió aquí y que también concluye que las desviaciones sobre temperaturas y precipitaciones normales incrementan sistemáticamente el riesgo de violencia interpersonal e intergrupal.
A diferencia de otros estudios que analizan fenómenos contemporáneos sobre los que todavía no se dispone de suficiente perspectiva (y que suelen estimar los efectos a largo plazo extrapolando los efectos a corto plazo), la naturaleza de este trabajo permite entender los efectos en un período muy amplio de tiempo. Además, aunque los autores enfatizan el dramatismo de su período de estudio, la intensidad del cambio climático analizado no lo es tanto: como se ve en el gráfico anterior, los períodos más fríos sólo supusieron un descenso de la temperatura media nunca superior a 0.5 grados centígrados. Aun así, el análisis empírico es capaz de identificar un importante impacto a largo plazo del cambio climático en la probabilidad de conflicto. Como nos cuenta Anxo, la temperatura ya ha aumentado casi 1 grado desde finales del siglo XIX y el informe del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) alerta de que nos movemos entre dos posibles escenarios de cara al futuro (en concreto de cara al 2100): uno optimista en el que, si adoptamos las medidas necesarias, la temperatura se mantendría entre 1 y 2 grados por encima de la media del período 1850-1900 y otro pesimista en el que el incremento se podría ir hasta los 5 grados (reproduzco el gráfico debajo). Ni que decir tiene que un cambio de esta magnitud tendría efectos enormes sobre las cosechas y la disponibilidad de agua, junto al irreversible aumento del nivel del mar debido a la pérdida de la capa de hielo.
También es verdad que la situación actual no se puede comparar con el contexto histórico que estudian Iyigun y cia. No sólo la agricultura emplea a una fracción mucho menor de trabajadores y disponemos de mejores infraestructuras, sino que la capacidad de adaptación de nuestra sociedad, especialmente a través de la tecnología, puede reducir de forma importante el calentamiento del planeta y por tanto sus efectos sobre el mismo (véanse, por ejemplo, estas dos muestras de posible adaptación: aquí y aquí). Sin embargo, los crecientes problemas para llegar a acuerdos de cooperación internacional en este ámbito y la llegada de los negacionistas del cambio climático al trono del mundo no auguran buenos tiempos: el invierno ha llegado.
Hay 16 comentarios
Muy interesante el post, Fran, muchas gracias. Una evidencia más de que lo peor del cambio climático es que sus consecuencias son impredecibles, pero por pavorosas. Evidencia que unos no necesitamos y otros ignorarán, por otro lado, dejando claro que necesitamos llegar a estos últimos de alguna manera que no sé bien cuál es. Esperemos al menos que estos posts vayan siendo como la lluvia fina y calen en una mayoría de la población...
Eso sí, gracias por el título, pero de "experto en cambio climático", nada. Aunque sea un oxímoron, soy un humilde físico teórico (y físico matemático, según mi título de doctor) y de ahí no paso. Si fuera de otro tema no hubiera considerado necesario aclararlo, pero como en este se utiliza cualquier cosa para atacar la evidencia, mejor dejarlo claro.
Muchas gracias Anxo, me alegro que te haya gustado la entrada. Yo sí que no soy ningun experto en cambio climático así que me he tomado la libertad de otorgarte ese título, al menos de manera informal. 🙂
Has sacado la entrada cuando estaba actualizando mis notas de clase de cambio climatico de este año en historia economica poniendo los resultados de este paper 🙂
Mi vision sobre la situacion actual es un pelin mas optimista ahora que hace dos meses, sin embargo. Como he contado en otro post, he leido mucho sobre economia de la energia en estas ultimas semanas:
1) Hemos ya "doblado una esquina" en terminos de rentabilidad de las renovables. En Estados Unidos, en la mayoria de los estados, la energia mas barata de instalacion nueva es renovable, con lo cual incluso aunque el egolatra narcisista en la Casa Blanca empeore la politica energetica de manera notable, los efectos seran secundarios porque a) los incentivos economicos ya existen y b) buena parte de la politica energetica es estatal y los estados que importan -California, Nueva York- no van a cambiar de direccion. Y en el resto del mundo las renovables estan ganando subastas incluso sin subsidios.
2) China y el resto de Asia estan comprometidos con estos temas por motivos egoistas (la contaminacion local, seguridad energetica). Y de ellos vienen ahora la mayoria de las emisiones de C02.
Aunque hay que seguir insistiendo con este tema una y otra vez, tenemos instrumentos para ir encauzando la situacion. El negacionismo, que empirica y teoricamente es un absurdo tal que no merece ni ser contestado (es como creer en el patron oro o en el pato Donald), va a ir perdiendo fuerza cuando incluso mucha de la gente que se beneficiaba de la politica "as-is" vaya cambiando de primera opcion por el progreso tecnologico.
Hola Jesús, perfect timing entonces!
Desde luego, los efectos del cambio climático en el futuro no están fijados todavía y dependerán de la capacidad que como sociedad tengamos de evitar que el planeta se caliente en exceso. Y tienes razón que hay avances tecnológicos, como con las renovables que comentas, muy interesantes que se están adelantando a las predicciones que se tenían hace unos años. El tema es hasta qué punto estos desarrollos van a ser capaces de detener la subida de temperaturas que estamos sufriendo. Como explicaba Anxo en su entrada, el informe del IPCC no era muy optimista pero todo dependerá de qué tipo de escenario se materialice.
Tampoco quiero ser triunfulista 🙂 Queda mucho esfuerzo. Pero lo interesante es que este esfuerzo es factible y razonable.
Muy interesante la entrada. Lo que creo que es demasiado especulativo es el tipo de extrapolación que se hace al caso presente: el estudio parece mostrar que DESCENSOS de la temperatura media provocaron mayor violencia, y se supone, por tanto, que AUMENTOS de la temperatura media (es decir, cuando la temperatura volvía a subir, o subía un poco más de la media histórica), provocarían DISMINUCIONES de la violencia. El autor de la entrada especula que lo relevante no sería tanto el descenso per se de la temperatura, sino el "alejamiento de las condiciones normales", pero eso no está nada claro: si en el período 1400-1900 hubo, o hubiera habido, subperíodos en los que la temperatura hubiera sido más alta de la media del periodo, entonces las cosechas habrían sido mejores y habría habido menos violencia.
En general, esto parece también compatible con los datos palentológicos y paleoclimáticos: en general, a mayor temperatura media global, mayor la productividad biológica de los ecosistemas en general (aunque, por supuesto, algunos irían mejor y otros peor).
Por lo tanto, una conclusión algo más razonable me parece que sería aceptar que la subida presente de las temperaturas PUEDE tener como consecuencia el aumento global de la producción agraria, aunque pueda también tener algunos efectos negativos, tanto a escala local como global.
Muchas gracias Jesús por tu comentario. Estoy contigo en que los resultados de este estudio son válidos (con todas sus limitaciones) para el período que estudian y se refieren a períodos de enfriamiento. Sin embargo, por las razones que menciono en el texto, los autores argumentan que, aunque no totalmente extrapolable, su estudio podría contribuir a entender lo que puede pasar a partir de ahora. Como tú dices, en el período 1400-1900, mayores temperaturas iban asociadas a mejores cosechas y menor número de conflictos pero porque se parte de un clima relativamente frío (en relación al actual). Cuando partimos de un clima relativamente cálido, subidas de temperatura adicionales puede que ya no mejoren los rendimientos agrícolas y sí no que se lo pregunten a las zonas que se están desertificando en el sur de la península (aunque desde luego habrá zonas en las que un aumento de la temperatura tenga efectos positivos). De todas maneras, el problema no es sólo la subida de las temperaturas sino el aumento de fenómenos extremos que trae asociado y la impredecibilidad de sus consecuencias en un sistema tan complejo. Además, la magnitud del cambio de temperatura también es algo a resaltar. Mientras que el estudio se basan en cambios de temperatura media inferiores a 0.5 grados, en la situación actual se calcula que el incremento de temperaturas podría ser bastante mayor (como se ve en el último gráfico). Habrá desde luego ganadores y perdedores pero el informe del IPCC que Anxo explicó no es muy optimista sino todo lo contrario. Además, una situación de partida en el que no hubiera cambios climáticos no produciría conflictos asociados a esos fenómenos. En cambio, si hay zonas ganadoras y perdedoras, en las zonas ganadoras no va a haber conflictos pero en las perdedoras sí por lo que el cambio aumentará el número de conflictos, aunque estén localizados. La literatura sobre cambio climático y conflictos, que Anxo también comentó, apunta claramente en este sentido.
1) Si una diferencia de 0,5 ºC es una catástrofe, no sé yo por qué seguimos vivos cuando la temperatura ha subido ya 1 ºC respecto al periodo 1850-1900. Por cierto, la temperatura media de Madrid es unos 3 ºC más fría que la de Valencia.
2) Es falso que los fenómenos extremos (excepto las temperaturas máximas) hayan aumentado como consecuencia del calentamiento global. Por ejemplo, editorial de Nature de 2012:
http://www.nature.com/news/extreme-weather-1.11428
3) No existen las temperaturas normales ni las precipitaciones normales. Tomemos, por ejemplo, las precipitaciones en la Península Ibérica (AEMET):
http://www.aemet.es/imagenes_gcd/idi/clima/registros_climaticos/Clima_registrosclimaticos_fig3.jpg
4) Es falso que las energías renovables sean rentables. En España, desde mediados de 2013, no se ha construido ni una sola planta solar porque se han suprimido las primas a las nuevas instalaciones. Sí hay previsión de construir nuevos parques eólicos, pero la energía eólica sigue sin ser rentable porque necesita potencia de respaldo. Hace poco, hubo un apagón en Australia Occidental por este motivo, y se ha publicado un estudio que concluye que las energías eólica y solar necesitarían de un respaldo considerable en Alemania.
http://www.news.com.au/technology/environment/aemos-third-report-highlights-wind-power-link-to-south-australia-blackout/news-story/2bbf105bc613f70966659465043633b0
http://link.springer.com/article/10.1140/epjp/i2016-16445-3
Perdón: quería decir en Australia del Sur, no Australia Occidental.
Gracias Oscar89 por participar en la discusión. Intentó contestar a tus comentarios:
1) Los efectos del cambio climático no me los invento yo sino que están perfectamente documentados. La entrada de Anxo referida arriba es muy clara por lo que no me voy a repetir. Sólo decir que el artículo se centra en uno de sus efectos: la probabilidad de que aumenten los conflictos. Y a la hora de estimar ese efecto las diferencias de temperatura entre localizaciones es irrelevante, lo importante son los cambios en la misma localización.
2) El artículo que indicas no dice que los fenómenos extremos no hayan aumentado sino que subraya la necesidad de mejorar los modelos para poder demostrar con mayor precisión las cadenas causales entre distintos eventos, especialmente a la hora de asignar culpables. El Informe del IPCC indica que ya estamos en riesgo moderado de sufrir eventos climáticos extremos como olas de calor, precipitaciones extremas, e inundaciones costeras. Estos riesgos se incrementarán si la temperatura sigue subiendo. Otra matización: la editorial de Nature a la que haces referencia es de 2012 y el último informe del IPCC es de 2014.
3) Puedo estar de acuerdo en que no existan temperaturas "normales" pero los datos nos muestran que estamos inmersos en un proceso de calentamiento derivado de la actividad humana. El gráfico que incluyes con la evolución de las precipitaciones en la península es muy interesante y desde luego que hay que tenerlo en cuenta. Estamos hablando, sin embargo, de la evolución de un país y habría que ver que pasa en más regiones para poder hacer inferencias. El artículo que he comentado aquí por ejemplo basa sus afirmaciones en la evolución de las temperaturas en 280 "regiones".
4) Sobre las renovables, esta entrada (https://nadaesgratis.es/fernandez-villaverde/el-precio-de-las-renovables) muestra cómo los precios están cayendo muy deprisa, una evolución que está cerca de convertirlas en más rentables que las energías convencionales.
1) Yo no estoy discutiendo los efectos del calentamiento global. Estoy afirmando que, si esos efectos son catastróficos, yo no los veo por ningún lado.
2) Informe del IPCC 2013 (vía Roger Pielke Jr.): "Precipitation extremes also APPEAR to be increasing", y "In summary, there continues to be a LACK of evidence and thus low confidence regarding the SIGN of trend in the magnitude and/or frequency of floods on a global scale".
http://rogerpielkejr.blogspot.com.es/2013/10/coverage-of-extreme-events-in-ipcc-ar5.html
Si reducimos los fenómenos climáticos extremos a las olas de calor, las precipitaciones extremas y las inundaciones costeras, mal empezamos. Por ejemplo: ¿qué hay de malo en que suban las temperaturas mínimas?
3) El hombre lleva influyendo en su medio desde no se sabe cuándo, por lo que la afirmación "estamos inmersos en un proceso de calentamiento derivado de la actividad humana" no me dice absolutamente nada. Y, en su caso, ¿qué tendría de bueno volver a la Pequeña Edad de Hielo?
"Estamos hablando, sin embargo, de la evolución de un país". No veo por qué razón no iba a pasar lo mismo en otros países.
"ambos casos suponen una disrupción de los patrones climáticos anteriores...". Si ambos casos son lo mismo, entonces no habrían encontrado una correlación entre "enfriamiento" y "mayor conflictividad".
4) El enlace que deja usted se basa en un informe de Lazard que no hay por donde cogerlo... y que no tiene en cuenta la potencia de respaldo.
Tal y como se menciona en el texto, la ventaja de este trabajo es que, por la amplitud del período de estudio, es capaz de estimar los efectos del cambio climático en el muy largo plazo. La literatura sobre los efectos contemporáneos no tiene esa perspectiva y se limita a estimar efectos a corto plazo. Aún así, la evidencia disponible apunta a que sí existe un incremento en el número de conflictos (https://nadaesgratis.es/anxo-sanchez/aqui-se-va-a-armar-una). Por otro lado, como también se indica en el texto, el período histórico analizado por estos autores no es perfectamente comparable con el momento actual. Las sociedades agrícolas, a veces en el umbral de subsistencia, son mucho más vulnerables a fenómenos que alteren sus cosechas (en este sentido, el artículo muestra que el efecto negativo era más fuerte en regiones más dependientes de la agricultura). Estas sociedades además cuentan con menos mecanismos que ayuden a limitar el impacto y con menos capacidad de adaptación a los cambios. Todo esto podría explicar que no notemos los efectos del calentamiento global (aunque la entrada que vínculo antes muestra que esos efectos ya se están notando).
Muy interesante entrada. Como dice el compañero anterior, periodos de calentamiento han propiciado épocas de mayor bienestar a la población, lo que a su vez ha reducido la conflictividad social y estimulado la actividad económica. Quizá el caso más conocido sea el del óptimo climático medieval, durante el que la temperatura subió tanto que se podía cultivar la uva en Inglaterra y utilizar Groenlandia como tierra de cultivo. Cotas de temperatura alcanzadas en ausencia de actividad industrial y a las que aún queda mucho para llegar, por cierto.
Esto de los estudios de clima hay que mirarlo muy bien. ¿Que opinais de esto?:
https://pubpeer.com/publications/D7FB5E92F30511FD32097A2EF0F403
De la politica de comentarios:
"Cada lector puede participar un máximo de 3 veces por entrada. "
En la practica dejamos 4 veces, pero no mas.
El artículo es muy interesante. Además trata del efecto de la disminución de la temperatura.
Pero hay una cosa que no logro comprender ¿como se define el cambio inducido sobre algo que cambia de forma natural y desconocida? ¿Cual es la temperatura base? Dicen que en el sur de Islandia al principio de la colonización se producía algo de trigo, la saga de Njál. ¿Es esa la temperatura base o la de la pequeña edad de hielo?
Lo que echo de menos en el debate son escenario de futuro creíble. Si no hay calentamiento antropogénico seremos felices y comeremos perdices y sino moriremos Nos prometen que nos quedaremos en la juventud eterna veinte años, pero si observamos la historia familiar vemos que morimos a los 21. Durante los años 70 del siglo XX se consideraba la posibilidad del fin del periodo interglacial que suelen durar entre 10000 a 20000 años. En los últimos 740000 años han existido ocho ciclos glaciares No todo es blanco o negro. Debería formar parte del debate considerar otros escenarios posibles. No se trata de si el nivel del mar va a subir o no, sino si va a subir , permanecer o bajar. ¿El calentamiento antropogénico retasar o mitigar una nueva glaciación? ¿O la acelera? nadie sabe que produce las glaciaciones, hay suposiciones, podría ser que un aumento de la temperatura desencadenara mecanismos que precipiten la glaciación, p.e. el corte de la Corriente del Golfo.
Debería realizarse más estudios considerando también los efectos de la disminución.
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