¿Infanticido o subregistro? El déficit de nacimientos femeninos en la España de principios del siglo XX

De Rebeca Echávarri y Francisco Beltrán Tapia

A principios de la década de 1990, Amartya Sen, Nobel de Economía, alertó al mundo con su denuncia de que más de cien millones de mujeres estarían vivas de haber tenido las mismas oportunidades sociales y económicas que los hombres (aquí). Desde entonces, numerosos estudios han denunciado los abortos selectivos, los infanticidios y las prácticas que elevan la mortalidad de las niñas durante la infancia en sociedades con una elevada preferencia por el varón (ver aquí o aquí para una perspectiva muy general). Aunque este fenómeno parece que hoy día se concentra en países como China o India (entre otros), también se ha denunciado la presencia de abortos selectivos en Estados Unidos, Canada, Inglaterra e incluso en España entre familias provenientes de culturas que discriminan a las niñas (ver, por ejemplo, el artículo de Libertad González).

La preferencia por los varones fue un fenómeno que también caracterizó nuestras sociedades en un pasado no tan lejano. En este sentido, estudios recientes muestran que prácticas que derivaban en muerte prematura de niñas, como el infanticidio o la falta de cuidados necesarios para garantizar su supervivencia, tuvieron una mayor presencia en la historia de Europa de lo que se pensaba hasta ahora (aquí). Estas prácticas son de hecho claramente visibles en la España rural del siglo XIX (aquí o aquí) y reaparecieron en la década de 1940 debido a las dramáticas circunstancias que siguieron a la Guerra Civil (aquí).

En esta entrada nos centramos en la España de principios del siglo XX, un período que sorprendentemente apenas ha sido estudiado. La tasa de masculinidad al nacimiento (sex ratio at birth, SRB, en inglés) que se observa en la España de principios del siglo XX, con valores medios alrededor de 109-111 niños por cada 100 niñas hasta 1920, se sitúa muy lejos de los valores biológicos considerados normales (la referencia suele ser 105-106). La media nacional, además, esconde importantes variaciones geográficas como muestra el mapa siguiente. Estos datos implican que o bien muchas niñas no superaban los primeros días de vida debido a la existencia de prácticas discriminatorias o que estas niñas estuvieran vivas pero que no haya constancia de su existencia en el registro civil a pesar de que la ley obligaba a las familias a registrar a los recién nacidos (la sanción correspondiente equivalía al salario de una semana de trabajo no cualificado en verano). Para registrar un nacimiento, sin embargo, había que desplazarse hasta el registro (normalmente en el juzgado municipal), lo que podía implicar renunciar a ganar una parte del salario, especialmente en zonas de poblamiento disperso.

Fig. 1 Tasas de masculinidad al nacimiento, 1900-1930

En un trabajo reciente desarrollamos un modelo muy simple de comportamiento en el que las familias se enfrentan a dos decisiones: (1) garantizar la supervivencia de sus descendientes menos deseados y (2) registrar su nacimiento. En un contexto de bajos niveles de vida y preferencia por los varones, garantizar la supervivencia de las niñas dependería de disponer de los recursos económicos suficientes. En este sentido, épocas de mayores salarios aumentarían la posibilidad de sacar adelante las niñas y observaríamos una mayor presencia de niñas en las estadísticas (¯SRB). Por otro lado, la decisión de registrar o no al recién nacido dependería del coste relativo de hacerlo. Si el mecanismo por el que no observamos suficientes nacimientos femeninos en las estadísticas públicas es que no eran registradas, habría una mayor deficiencia de niñas (­SRB) cuando los salarios fuesen más altos, ya que el coste de registrar un nacimiento sería más elevado (habría que renunciar a más cantidad de dinero). Este modelo señala que el estudio de la relación entre los salarios y la proporción de nacimientos femeninos puede ayudarnos a discernir cuál era el peso que tenía el subregistro respecto al que tenía la muerte por negligencia o descuido en la desaparición de niñas de los registros de nacimientos.

Para analizar empíricamente la relación entre los salarios y la proporción de nacimientos femeninos, nos centramos en la época de la primera guerra mundial. Durante ese periodo, España experimentó shocks exógenos de demanda; es decir, aunque España no participase en dicha guerra, no fue ajena a la deriva del conflicto y ello quedó reflejado en las fluctuaciones económicas, entre ellas, las salariales. Además, para identificar el efecto de los salarios en la proporción de nacimientos femeninos, podemos explorar divisiones históricas en la percepción del valor de la mujer en la sociedad y en la importancia que se daba en la provincia a informar sobre el estatus laboral de las mujeres. Combinando este diseño de diferencias en diferencias usando datos anuales a nivel provincial, nuestro trabajo encuentra que incrementos salariales, especialmente de los salarios femeninos, se relacionaban con menores SRB, es decir, con aumentos de nacimientos femeninos. Las prácticas que derivaban en muertes prematuras tenían, por tanto, un mayor peso que las que derivaban en la no inscripción de su nacimiento en los registros. El estudio también muestra cómo la relación entre los salarios y la proporción de nacimientos femeninos fue descendiendo durante los años 20s hasta ir desapareciendo probablemente gracias a los cambios que se estaban produciendo en la sociedad: mejoras en los niveles de vida, expansión de las oportunidades laborales femeninas, etc.

Volviendo al mensaje principal del trabajo, subrayar que estos resultados no implican que el subregistro no explique una parte de las elevadas tasas de masculinidad al nacimiento que se observan en las estadísticas españolas de principios del siglo XX. Estudios previos, sin embargo, nunca contemplaron la posibilidad de que el infanticidio femenino (o una negligencia o pasividad hacia las niñas que tuviera consecuencias fatales) constituyera un fenómeno no despreciable de la realidad de la época. Valgan pues estos esfuerzos para traer a la luz unos comportamientos que, básicamente, reflejaban el menor valor que la sociedad atribuía a la mujer.