Sobre la Imposibilidad de Mercados Informacionalmente Eficientes

Hace unas semanas comenzábamos una serie ocasional a la que ahora regreso sobre 20 trabajos particularmente influyentes y publicados en los primeros 100 años de vida de la American Economic Review.

En ese primer post hablé sobre Hayek y el uso del sistema de precios como un mecanismo de agregación de información en la sociedad. Es, pues, natural, que la segunda entrega de esta serie sea sobre el artículo de Sanford Grossman y Joseph Stiglitz, “On the Impossibility of Informationally Efficient Markets,” que en buena medida intenta analizar las ideas de Hayek (o, al menos, la esencia de las mismas) en el contexto de un modelo formal. Esta labor resulta de suma importancia pues, como ya comentaba, Hayek no ofrece ninguna prueba que los precios cumplan la misión que él les atribuía y por tanto su artículo era más sugestivo que otra cosa.

El hablar sobre el trabajo de Grossman y Stiglitz me resulta además importante desde el punto de vista de mi propia evolución profesional. Debió ser en cuarto y quinto de carrera cuando por primera vez me encontré con el mismo. Aún recuerdo vivamente la profunda impresión que me causó su lectura y el como me forzó a empezar a pensar acerca del funcionamiento de una economía de mercado de una manera menos ingenua y más analítica. De hecho, estoy casi seguro que por algún lugar de mi habitación en Madrid, si me pusiera a buscar con ahínco, encontraría la fotocopia del mismo toda llena de anotaciones marginales a mano (lo cual, además, me hace recordar el tiempo en el que los artículos de las revistas había que fotocopiarlos a mano, lo cual era una pesadez increíble, no bajárselos de la red cómodamente como podemos hacer ahora).

El argumento principal de Grossman y Stiglitz es muy sencillo. Si la búsqueda de información, o de manera más precisa en el contexto del modelo, la posibilidad de arbitraje es costosa en términos de recursos, no podemos tener un mercado que transmita toda la información existente de manera eficiente. De lo contrario, nadie tendría incentivos a pagar el coste de adquirir la información pues bastaría mirar el precio de mercado para aprender todo lo que uno tiene que aprender. Por ello, en general, los mercados no pueden ser eficientes desde el punto de vista informacional y vamos a poder encontrar asignaciones de los recursos que sean mejores que las que los mercados generen.

Es fácil, pues, ver la importancia del resultado. En vez de pensar, como afirmaba Hayek, que los mercados pueden transmitir toda la información necesaria, es más razonable pensar que estos lo van a hacer solo de manera imperfecta y que es, en principio, posible pensar en intervenciones públicas que mejoren el bienestar de todos.

Cabría, quizás, la respuesta que Hayek en realidad nunca pensaba que los mercados eran eficientes en el sentido de la microeconomía más convencional y que el resultado de Grossman y Stiglitz no le habría sorprendido en gran medida pues él tenía una visión más compleja del mecanismo de mercado como procesador constante de información dispersa sin necesidad de que, en esta labor, la eficiencia se alcanzase siempre (aunque, a la vez, no creo que Hayek fuera consciente, por ejemplo, de los enormes fallos causados por problemas de expectativas de alto orden sobre las que ya he hablado en alguna otra ocasión y que exceden por mucho la cota superior de ineficiencia que Hayek probablemente asignaba a los precios). Pero este argumento, que he visto articulado en más de una ocasión por parte de muchos defensores de la tradición que emana de Hayek siempre me ha resultado un tanto contradictorio con los postulados de estos mismos autores, que me parece intentan nadar y guardar la ropa al mismo tiempo. Si se admite que el mercado es solo imperfecto, existe la posibilidad, al menos teórica, de crear mecanismos alternativos que funcionen mejor. Es más, estos mecanismos se propusieron en la literatura durante la década de los 60 y 70 del siglo pasado y su funcionamiento en la práctica es una cuestión empírica que uno debe, cuando menos, considerar cuidadosamente.

Este último argumento nos enlaza, sin embargo, con la advertencia recíproca de no intentar leer demasiado en los resultados de Grossman y Stiglitz acerca de sus implicaciones de política económica (tentación en la Stiglitz creo ha caído en más de una ocasión). Si bien es cierto que, como argumentaba anteriormente, en general el mercado no va a conseguir asignaciones eficientes, esto no quiere decir necesariamente que la intervención pública la pueda mejorar, pues esta se verá sometida a sus propios problemas de recopilación de información y de incentivos a las que nos hemos referido a menudo en este blog. Una posición más sensata, en mi opinión, combina el reconocimiento que el sistema de precios funciona razonablemente bien en muchas ocasiones y que por ello es la manera fundamental en la que organizamos nuestra vida económica con una percepción de sus limitaciones y de la necesidad, en ciertos casos, de corregir algunos de sus defectos. El artículo de Grossman y Stiglitz, especialmente en las conjeturas 1-7 que presentan en la introducción, nos permite empezar a pensar acerca los márgenes que tenemos que considerar cuando nos posicionemos acerca de la necesidad o no de intervención en mercados concretos.

Para concluir, y a nivel un tanto más personal, la re-lectura del artículo de Grossman y Stigliz, con la perspectiva del tiempo, es un tanto decepcionante. Lejos de probar sus resultados de una manera general, como nos gustaría, los autores lo único que pueden hacer es probar una serie de resultados básicos en un modelito sencillito, un ejemplo más que otra cosa. Y ello no es por falta de habilidad (Grossman y Stiglitz son, de manera reconocida por cualquiera que los conoce, mentes excepcionales a las que solo se les puede reprochar un ego casi tan grande como sus habilidades) ni por esfuerzo, no tanto de los autores originales como de muchos otros economistas que han trabajado en las últimas décadas en el mismo tema. Cómo los mercados agregan y distribuyen información en presencia de imperfecciones (sean estas costes de adquisición de información como en Grossman y Stiglitz u otras distantas) es un tema que todavía entendemos muy poquito, probablemente por ser una labor ingente. Un excelente y reciente libro sobre lo que sabemos, al menos más centrado en los mercados financieros, se encuentra en un libro de Xavier Vives, Information and Learning in Markets, y cuya lectura recomiendo a aquellos que quieran profundizar más sobre estos temas (advertencia: es un libro técnico).

En la siguiente entrega seguiré con el tema de la información, en concreto, con su aplicación al diseño de sistemas tributarios hablando un poquito sobre dos artículos de Diamond (premio Nobel hace solo unos meses) y Mirrleess (premio Nobel en 1996).

Hay 23 comentarios
  • Buenos días.

    Me gustaría hacer, desde la lectura del aficionado, las siguientes observaciones que probablemente no difieran mucho de las que, creo que acertadamente, haces en tu comentario.

    En primer lugar las notable diferencias entre el artículo de Hayek del 45 y éste de Grossman & Stiglitz. El primero se centra en su tema de la imposibilidad conceptual de unir toda la información (todo su fluir, en efecto) en una sola mente y el segundo en un caso particular, los traders de un mercado y sus posibilidades de rentabilizar costes exógenos de información. Tu comentario de si los precios son eficientes comunicadores ¿por qué gastar información?
    En segundo lugar las formas. Lógica deductiva en el primer caso y observación del comportamiento matemático de hipótesis en el segundo.
    Me parece que, en el fondo llegan a conclusiones complementarias sobre escenarios distintos porque Hayek, en el artículo citado, no decía que la información contenida en el precio (y en sus movimientos) fuese perfecta sino que ayudaba a moverse "in the right overall direction".

    Adicionalmente creo que vale reseñar una cuestión importante al hablar de estos asuntos: El trader.
    La lógica del trader es algo extraño para una persona normal savo que entienda cómo es esa "entidad" que es la ejecutora de transacciones en mercados organizados.
    Un trader es un operador/decisor de mercado que funciona la mayor parte del tiempo en situación de alta indiferencia al riesgo. Está muy aislado del mismo.
    Es posible que cuando Grossman terminó su carrera y comenzó a trabajar con estos modelos fuese de otra forma (en buena medida lo era) pero hoy día el trader opera bien en entornos seguros de cierres overnight de sus posiciones abiertas o, si se le permite dejarlas abiertas, lo hace con el paraguas de un tercero. La "casa" o clientes gestionados por la "casa".

    Adicionalmente, y desde que --a principios de los 80-- comenzó a proliferar la gestión masiva de inversiones, fondos de todo tipo, nuevos productos titulizados distribuidos por "la casa", con riesgos preasignados por terceros, y patrimonios también de terceros.
    De este modo se fue abriendo una nueva red de seguridad para el trader y para el gestor. Esta red es la posibilidad de "aparcar" o materializar pérdidas fluctuantes (las típicas y frecuentísimas variaciones de precios de rentas fijas de high yields, por ejemplo) en cuentas de terceros en vez de en las propias.
    Tengo la sensación de que en el mundo actual, los instrumentos y las consecuencias de comprar y vender han hecho el trabajo de traders y gestores mucho más complejo pero infinitamente más "seguro".
    Por ello las hipótesis de "risk aversion" de Grossman tienen hoy una valoración muy diferente de la que en su día pudieron tener. El trader rara vez sufre el riesgo real porque el sistema lo redistribuye, lo "socializa".
    Creo que el librito de Wilfred Trotter de principios del siglo XX sobre "Herd behaviour...." sigue siendo una gran aportación conceptual para entender los mercados a través de la información contenida en los precios y en sus fluctuaciones.

    Saludos.

  • Jesus,

    ¿Qué impacto tuvo el artículo de Arrow, A Difficulty in the Concept of Social Welfare, en los economistas de la época y como influyó en las generaciones posteriores?
    Me parece curioso que una persona como Ken Arrow desarrollará un teoremá de imposibilidad del socialismo al más puro estilo misiano (no en la forma pero si en la esencia), incluso diría más arrebatador, je.

    Por si alguién le interesa: http://gatton.uky.edu/Faculty/hoytw/751/articles/arrow.pdf

  • Merco:

    Yo no se si leeria el teorema de imposibilidad de Arrow como un teorema de imposibilidad del socialismo (entendido aqui en el sentido de planificacion centralizada): es un teorema que afecta a la democracia! A fin de cuentas, un dictador (pensemos en el Secretario General del "partido") puede obtener una agregacion (trivial, eso si, son las suyas) de las preferencias sociales que es consistente. Son los sistemas democraticos los que quedan en entredicho por el resultado Arrow al no ser capaces, en general, de agregar preferencias de manera consistente.

    Ahora bien, si pensamos en formas de socialimo democratico como las que se proponen a veces, si, el teorema de Arrow nos hace ser bastante escepticos acerca de su posible funcionamiento.

  • Cuando yo estudiaba, Grossman, Stiglitz, Arrow, Buchanan, Nozik, Tullock y muchos otros no eran conocidos. Ni siquiera del profesor Knight, que dio clase a algunos de ellos, se sabía mucho. Todo lo referente a public y rational choice es para mí algo nuevo que no voy a estudiar hasta que, Dios mediante, me jubile dentro de unos añitos. Ya pocos.
    Lo que he ido haciendo es acumulando libros y artículos suyos para cuando tenga tiempo. Por eso agradezco todos los que aquí van apareciendo. Es un aspecto del blog que personalmente aprecio y agradezco.
    Lo que sí me tocó fue todo lo referente a la fiebre cuantitativa que, de la mano de Forrester, Wiener y otros, llenó la postguerra y por eso resulta sencillo reconocer en los anteriores un rasgo generacional curioso: El deseo de explicar y predecir la vida social --en minúsculo detalle y en sus agregados-- desde la racionalidad y la mente única, central. En este esfuerzo de ser como Dios que tan necesario resulta al poder estatal moderno.
    Un anhelo tan de moda por entonces que coexistía maravillosamente con los planes quinquenales al otro lado del telón. Irónico ver que los enemigos jurados buscaban lo mismo y con falacias análogas.

    Digo lo de falacias por la introducción al artículo de Arrow, cuando distingue dos métodos disponibles para establecer cuestiones de "public choice": "Voting" and "Market".
    Menos mal que en el detalle regresa a las preferencias individuales porque, recordemos, aquella América estaba apenas saliendo de las leyes de Roosevelt contra la libertad de mercado que agravaron la crisis hasta que entrar en la guerra fue una solución razonable.
    Y lo del voto cada cuatro años como método de elección mejor lo dejamos porque todos nos entendemos.

    En esto pienso de modo parecido al comentario de Jesús. Hay un párrafo ominoso en el artículo de Arrow que es para leer despacio. El siguiente.

    "Part of each individual's value system must be a scheme of socioethical norms, the realization of which cannot, by their nature, be achieved through atomistic market behavior. These norms, further, must be sufficiently similar among the members of the society to avoid the difficulties above."

    Tela. Es como repasar a Platón intentando reconstruir la República ateniense.

    Saludos

  • Gracias Jesús, me encanta la idea de mostrar y explicar trabajos académicos muy importantes y como la estás llevando a cabo. Es una muy buena forma de aprender más sobre economía.

  • "Por ello, en general, los mercados no pueden ser eficientes desde el punto de vista informacional y vamos a poder encontrar asignaciones de los recursos que sean mejores que las que los mercados generen"

    No, no "vamos a poder encontrar" una asignación de los recursos mejor que la que hace el mercado, y eso es así porque la asignación que hace el mercado es a asignación más eficiente posible desde un punto de vista económico. Existen asignaciones más eficientes que las que proporciona el mercado, esto es obvio, pero no es económico tratar de encontrarlas. O, dicho de otro modo, el aumento de valor económico que se derivaría de encontrar esas soluciones algo más eficientes no compensaría la destrucción de valor que contaría encontrar esas soluciones más eficientes.

  • Luisito

    "Existen asignaciones más eficientes que las que proporciona el mercado, esto es obvio, pero no es económico tratar de encontrarlas."

    Esa frase es incoherente. Las asignaciones son eficientes o no lo son. Punto. El concepto de eficiencia incluye, en su misma definicion, todos los costes inherentes en alcanzar esa asignacion. Es por ello que decir cosas como "la asignación que hace el mercado es a asignación más eficiente posible desde un punto de vista económico" es, simplemente falso, como lo demuestran decenas de ejemplos, desde la existencia de externalidades a los problemas de informacion asimetrica o las tecnologias con rendimientos crecientes de escala. En todas estas situaciones el mercado alcanza asignaciones que son claramente mejorables.

    Otra cosa muy distinta es si, en la practica, los mecanismos diferentes del mercado pueden funcionar bien o no. Y aunque yo, en general, creo que debemos ser escepticos a la hora de intervenir, simples situaciones como los impuestos sobre la emision de CO2 o la obligatoriedad de los seguros de automovil a terceros son casos absolutamente transparentes donde la intervencion publica consigue asignaciones mejores que las del mercado.

  • Hombre, las externalidades y el mercado. Al fin juntos.
    Entre ellas y lo racional y superproductivo que resulta alinearse con los intereses de quienes detentan el poder político del estado para ir desarrollando nuestro oligopolio particular hemos descubierto un par de argumentos infalibles para terminar de inutilizar al mercado como mecanismo de asignación. Así nos va.
    Ya me gustaría saber de una actividad que no tenga "externalidades".
    Y si además de eso tuviésemos una regla de medir los efectos temporales, a plazo, de cada proceso humano, entonces nos íbamos a encontrar con unos hologramas virtuales de dimensiones cósmicas la mar de interesantes para alimentar la academia y la política para varios eones.
    Por ejemplo, las externalidades a 10 años vista de la política de pasar de curso con cuatro suspensos o la del aborto libre y gratuito a quince años. Ya estamos pagando el principio de ambas y no parece liviano.

    Como dice Jesús es fácil identificar la contaminación como una externalidad y resolver que su coste lo pague esa cadena de valor. Con mesura y criterio. Pero esto no abunda porque no da votos, ni poder, ni “business”.

    Pongamos lo del CO2 como externalidad muy oportuna cuya principal causa son las deposiciones de nuestro ganado y de nosotros mismos. Bastante más que la de los pobres coches que tributan hasta cuando no funcionan y desde luego muchas más de esos 500,000 vuelos diarios que por lo visto generan un CO2 políticamente correcto porque encima los subvencionamos. Subvencionamos lo lejano y penalizamos lo cercano. Curioso. ¿Por qué?

    Bastante complicado lo tenemos como para abrir esos melones. Pero si estamos viendo que cada vez que un gobierno bienintencionado mete la mano en algo relacionado con la economía terminamos por reventar en muy poquito tiempo.

    Lo que cada vez se parece más al vuelo de Icaro es tratar de arreglar los problemas por elevación sin resolver primero los más próximos e inmediatos. Me explico. Nosotros, europeos que tanto hablamos de mercado libre, en realidad no lo conocemos porque nunca hemos vivido en él y cada día menos. Este debate de los mercados parece de ficción. Discutimos algo que no sólo no existe sino que se legisla para que no exista y además remachamos: "No está vivo, está mal enterrado".
    Y de propina hemos caído en la cuenta de que el turbocompresor estaba pasado de revoluciones y castigamos al motor pero no al pie que pisaba el acelerador. Y luego decimos que buscamos eficiencia y racionalidad. Por Dios.

    Bueno, bueno, bueno.
    Buenas noches.

  • “Existen asignaciones más eficientes que las que proporciona el mercado, esto es obvio, pero no es económico tratar de encontrarlas.”

    Esa frase es incoherente.

    Sí, me refería a que es posible encontrar asignaciones más eficientes que las de mercado si nos permitimos no contar con el coste de encontrarlas. En ese sentido, creo que la multitud de ejemplos de "malas asignaciones del mercado" son solo aparentes y aparecen bien por un mal calculo de los costes o bien porque se pide al mercado encontrar asignaciones en situaciones que no son de mercado (que no tienen los grados de libertad precisos)

    Las "externalidades", por ejemplo, son espejismos ilusorios. Existen en los libros de economía pero no en la economía real.

    La obligatoriedad de los seguros de coche a terceros es un caso de asignación ineficiente en un no-mercado. En una economía de mercado, quien tiene derecho a exigir un seguro para circular por ciertas carreteras es la compañía propietaria de esas carreteras y, en ese caso, esa compañía no exige ese seguro sino que incluye el costo del seguro en el peaje de uso de la carretera, lo que es una solución más eficiente. Si la carretera es propiedad del Estado el sistema se vuelve extremadamente ineficiente y el hacer obligatorio el uso de un seguro solo reduce parcialmente esa ineficiencia. (El coste del seguro de accidente para circular en cierta carretera y la inversión en hacer más segura esa carretera no son independientes como trata de hacernos creer la ficción estatal)

  • Luisito:

    "Las “externalidades”, por ejemplo, son espejismos ilusorios. Existen en los libros de economía pero no en la economía real."

    Vale, la proxima vez que mi vecino me despierte, como suele hacer, a las 8 de la mañana el domingo porque se ha puesto a cortar la hierba con la maquina esa tan ruidosa que tiene me recordare que el ruido no es una externalidad, solo un espejismo sonoro (y no, definir derechos de propiedad sobre el "ruido" a la "me he leido Coase pero no lo he entendido muy bien" no soluciona el tema porque estaremos en una negociacion bilateral repetida que suele dar resultados ineficientes).

    Por cierto, tu solucion de las carreteras y de los peajes hace aguas por todas partes pero me da una pereza infinita ponerme a ello. Lo mismo se lo pongo a mis estudiantes de la carrera en un examen como un ejercicio de esos de "Spot all the fallacies and misunderstandings in the following argument." La verdad es que con defensores asi del mercado, cegados por la ideologia de una manera casi caricaturesca, le entran a uno ganas de hacerse socialista! Pero si hasta Hayek escribio sobre las externalidades y los problemas que causaban!

  • En un mercado libre, el ruido de la segadora de su vecino estaría descontado en la renta que paga su vecino por su vivienda y en la renta que paga usted por la suya. Un inquilino de vida ruidosa paga rentas de alquiler más altas a la vez que las viviendas en entornos ruidosos se alquilan por rentas más bajas. Este mecanismo transfiere renta desde los vecinos ruidosos a los que soportan esos ruidos. Los detalles de la máquina económica que transfiere esa renta entre esos dos extremos (y que incluye a los arrendadores o vendedores de viviendas) son muy intrincados pero pueden explicarse racionalmente (pero sería muy largo).

  • Luisito

    Estas confundiendo una decision inframarginal con una intramarginal. Si un chaval me pusiera esa respuesta en un examen de introduccion a la micro, se llevaria un cero como la copa de un pino. En fin, que quieres que te diga? Esta claro que para ti esto del mercado es una religion y 200 años de teoria economica no te van a causar una epifania asi que no voy a seguir con el tema.

  • A todos

    Este post va de mercados eficientes o ineficientes, no de otros temas que poco tienen que ver con el asunto a discusion.

  • No quiero alargar el debate. Solo añadiré que considero falaz y refutado todo el contenido de la "revolución marginal". Como considero falsas y refutadas todas las "teorías del valor" marginalistas, no acepto como válidos los argumentos que se basan en ellas.

    (Considero también falso todo el trabajo de Hayek)

  • Luis

    Ya me he convencido al 100% de que no sabes de lo que estas hablando. Mi comentario no tiene nada que ver ni con la revolucion marginal ni con las teorias del valor marginal. Tiene que ver con si la compra de la casa es o no un coste hundido y con la distorsion creada por la decision de cortar la hierba una vez mas. En fin, veo que tienes una empanada mental espectacular. Hasta otra

  • Buen Post, pero dejando de lado las cuestiones formales o de lenguaje -que a mi juicio llevan a un debate estéril-, lo corregiría señalando que Hayek (1945) no fue ingenuo y que su contribución, respecto de la de Stiglitz y Grossman (1980), podría verse como complementaria, en lugar de sustituta. Este punto lo plantea Esteban Thomsen en un artículo que vale la pena leer sobre el tema de este post (http://www.eseade.edu.ar/servicios/Libertas/39_7_Thomsen.pdf).
    También hay que señalar que Hayek no pensaba que los precios comunican "toda" la información. Este error es común en la literatura, pero me extraña en Jesús a quien cada vez leo con mayor interés.
    Por último, no estoy de acuerdo en que un impuesto a las emisiones de CO2 sea un ejemplo en el que una intervención pública consiga asginaciones más eficientes que las de mercado. Y no hace falta ir a argumentos austriacos para demostrarlo. Ronald Coase ya lo ha planteado muy claro.

  • Adrian

    1) El teorema de Coase requiere (entre muchas otras cosas) que no haya costes de transaccion. Los costes, en la practica, de cualquier asignacion de derechos de propiedad sobre la atmosfera son gigantescos, aunque solo sea por los millones de personas afectadas (y eso sin entrar en problemas de hold up o de informacion asimetrica). Un impuesto pigouviano puede alcanzar el mismo resultado con un coste de gestion mucho mas bajo. La evidencia de los programas de cap-and-trade en EE.UU. y en Europa han dejado este tema bastante claro y creo que creado un consenso amplio entre los que estudian estos problemas que los impuestos funcionan mejor. Mi lectura del teorema de Coase siempre ha sido no como una demostracion de como el mercado puede solucionar externalidades sino una ilustracion de lo fragiles que son los supuestos que permiten el mercado solucionar externalidades.

    2) Es verdad que Hayek no defendia necesariamente que los precios no transmitiesen toda la informacion: por eso decia en mi post: "Cabría, quizás, la respuesta que Hayek en realidad nunca pensaba que los mercados eran eficientes en el sentido de la microeconomía más convencional y que el resultado de Grossman y Stiglitz no le habría sorprendido en gran medida pues él tenía una visión más compleja del mecanismo de mercado como procesador constante de información dispersa sin necesidad de que, en esta labor, la eficiencia se alcanzase siempre"

    Lo que pasa es que si uno acepta que el mercado no transmite TODA la informacion, entonces es logicamente posible la existencia de un mecanismo alternativo que transmita MAS informacion. Es mas, la gente en micro en os 60 y 70 del siglo XX encontro esos mecanismos. Uno puede argumentar que, en la practica, esos mecanismos no funcionaran muy bien pero esto es una cuestion empirica.

  • Gracias Jesús por las aclaraciones. Muy interesante tu lectura de Coase. Aunque has dado vuelta completamente la lectura tradicional que se hace de su aporte. Si has escrito sobre este punto algún artículo, me gustaría leerlo.

    1) Mi opinión sobre el tema de las externalidades, dejando nuevamente de lado las cuestiones formales y enfocándonos en el mensaje que hay detrás de estas teorías y modelos, es que no son un "fallo del mercado", sino una "condición real" del mercado, una "característica" del mismo. Que ciertas acciones de los agentes impacten positiva o negativamente en la vida de terceros es algo obvio en una sociedad donde interactúan millones de individuos. Pero argumentar por ello que el mercado deba intervenir con subsidios ante las externalidades positivas, y con impuestos ante las externalidades negativas me parece algo extremo y abritrario. Hay millones de ejemplos en donde la acción de ciertas personas afectan a terceros, y nadie argumenta que deba haber un subsidio o un impuesto por ello. De ahí que concluyo que el argumento de las externalidades "por si sólo", no justifica la intervención del estado.

    2) En cuanto a Hayek, en un mercado libre los precios comunican información de un modo imperfecto, pero aun siendo imperfecto, se consigue cierta eficiencia en la asignación de recursos , dentro de lo "humanamente" posible. Deducir a partir de ello que sea "lógicamente posible la existencia de un mecanismo alternativo que transmita MAS información" me parece que es algo que sólo puede considerarse en el marco de un mundo irreal neoclásico. Mi modo de ver el punto es que la intervención del Estado distorsionará justamente esos precios relativos que permitían "algo" de eficiencia y nos conducirá a un mundo "menos" eficiente.

    Como agregado, al campo de estudio de los "fallos de mercado", podemos agregar el estudio de los "fallos de la política", y las contribuciones del Public Choice, que enriquecen muchísimo estos debates (http://fce.ufm.edu/publicaciones/laissezfaire/30-31/LF-30_%28Ravier%29.pdf).

  • Una cuestión colateral al hilo de tu comentario sobre la facilidad de descarga en la red de los artículos de revistas. ¿Hay alguna explicación para el hecho de la impresión de los articulos de AER y JEPerspectives se impriman con un buen tamañao de letra mientras que sus equilalentes APol.Scien.Rev. y Perspectives on Politics tengan un tamaño de letra tan pequeño que ya me causan daño a la vista a mi edad?

  • Adrian

    No, nunca he escrito nada explicito sobre el teorema de Coase, pero hay bastante literatura al respecto. Un paper, sin embargo, excelente sobre el tema es:

    Jackson, M.O. and S. Wilkie (2005) "Endogenous Games and Mechanisms"
    Review of Economic Studies, Vol. 72, No. 2, pp. 543-566

    (por cierto, cualquier cosa que escriba Jackson suele ser excelente, el tipo es un genio).
    Despues de leer ese paper, creo que a uno se le enfriara mucho el optimismo detras de la idea original de Coase.

    Con respecto a las externalidades: si el mundo esta lleno de ellas y uno tiene que aplicar un principio de proporcionalidad. Cuando tomo el ascensor para ir al tercer piso, creo una externalidad para el tipo que va al cuarto, pues le obligo a una parada adicional. Pero a nadie se le ocurriria poner una regulacion o un precio al tema porque no merece la pena. Pero la contaminacion, muy a menudo, suele tener efectos tan grandes que algun tipo de intervencion suele tener sentido.

    Finalmente, con respecto a los mecanismos alternativos: la literatura ha propuesto bastantes mecanismos alternativos al mercado que se basan en requisitos informacionales muy bajos. Y aunque yo creo que el mercado funciona razonablemente bien en la mayoria de los casos, uno tiene que mantener la mente abierta y ser pragmatico. Eso tambien enlaza con el tema de los fallos de la politica. Siempre he pensado que el mejor argumento para defender el sistema de mercado es que los sistemas politicos suelen crear distorsiones aun mas grandes (como intento argumentar en parte en la serie de sistemas electorales que he comenzado).

    Pero, de nuevo, me gusta ser pragmatico y ser cuidadoso con los principios muy generales, pues la vida esta llena de excepciones.

  • Berto

    Pues la verdad no lo se:) Quizas es que los economistas siempre han sido mas "tech-savy" y suelen ser cuidadosos con sus sistemas de edicion (por ejemplo, casi todos nosotros utilizamos Latex, que creo, aunque no estoy seguro, que en otras ciencias sociales es poco comun).

  • Creo que el artículo de Hayek está inmerso en el contexto del debate sobre el cálculo económico en el socialismo. De allí su énfasis en los precios y no en otros mecanismos de información. No creo que ello quiera decir que para Hayek no haya otros mecanismos de comunicación también espontáneos (y no espontáneos) como sus trabajos posteriores sobre instituciones.

    Si el feedback es de interés para los lectores, al menos en mi caso no creo que Hayek se estuviese refiriendo al sistema de precios como un mecanismo que transmita toda la información ni que sea perfecto. Con su ejemplo de cambio en el precio relativo del "tin" justamente dejar información fuera, si el cambio se debió a un movimiento de demanda o de oferta. Esto es algo que los agentes económicos pueden investigar si lo consideran conveniente (posiblemente un "empresario/inversor" más que un consumidor).

    Creo que para Hayek los precios no transmiten toda la información, no son perfectos (son precios en desequilibrio, no en equilibrio), pero transmiten lo suficiente para que los agentes de mercado coordinen y el sistema no colapse. Hayek también, por ejemplo, enfatiza de manera explícita cierto conocimiento que no es transmisible estadísticamente. Los precios son el único canal de información relevante en el mercado; sino que ese era el punto de interés a quienes les estaba escribiendo en ese paper.

    El paper que menciona Adrián sobre Thomsen es un resumen de su libro "Prices and Knowledge," (Routlede) que fue su tesis doctoral en la NYU. Seguro que hay mucho sobre el tema; recuerdo este libro como claro sobre las coincidencia y diferencias entre Hayek, Stiglitz y otros autores.

    Interesante post,
    NC

  • Gracias Jesús por tu respuesta. Ahora, ese "principio de proporcionalidad", ¿no hace que las externalidades como medio para justificar la intervención del estado sea totalmente arbitraria?

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