Rajoy en su Laberinto

Rajoy en su Laberinto

Bueno, después de Alierta y el Plan de Estabilización regresemos a la financiación autonómica. Sí, sí, ya sé, llanto y crujir de dientes. Esto es aburrido, tanto os reconozco, pero es un tema fundamental de nuestra estructura presupuestaria del que hay que hablar como uno tiene que hablar con el dentista de vez en cuando por mucho que le desagrade.

El otro día señalaba que tres cosas se me quedaban en el tintero: la valoración del plan, la posición de cada uno en este cuento lleno de ruido y furia y la perspectiva en el medio plazo. Y aunque en buena lógica cartesiana debiera empezar por la valoración, las declaraciones de Esperanza Aguirre el domingo en El Mundo y las filtraciones de las conversaciones de Joan Ridao y Joan Puigcercós en este mismo periódico me empujan, de manera un tanto inexorable, a pasar directamente a juzgar algunas posturas y dejar la valoración del plan y el futuro del mismo para otra jornada.

Empecemos con Esperanza: ahí es nada, después de que el PP se abstuviese en la votación del miércoles (contra el criterio de Esperanza y de Camps pero azuzado por Arenas que no quiere aparecer en Andalucía como flaco defensor de la región), a los tres días va y le espeta al periodista que el PP tendría que haber votado que no a la financiación. De nuevo Rajoy totalmente desplazado del centro del debate y en fuera de juego clamoroso.

Numerosas son las razones de las locuras del PP pero, en este caso como en muchos otros, el dedo tiene que enfilar a Rajoy. Y es que el líder de la oposición ni sabe de economía, ni le interesa, ni parece estar aprendiendo. Registrador de la Propiedad a la barbilampiña edad de 24 añitos, nadie le niega cierta capacidad de ponerse delante de un libro y empollarse la Ley Hipotecaria (experiencia que, aunque limitada a uno de los semestres de los ocho que estudié de derecho civil, puedo atestiguar que es sufrida como pocas y si alguno le quedan dudas, que mire el temario de la oposicion), pero como la mayor parte de nuestra clase política, es un abogado, de letras y como tal, reacio a las cifras y creyente, en el fondo de su corazón, que el BOE modifica la realidad. Su predecesor en el partido conservador, Aznar, también abogado, al menos era Inspector de Finanzas y tenía unas cuantas cosas claras en la cabeza acerca del presupuesto y su estructura. Rajoy, no. Y encima, como en todos los casos en los que las cosas se ponen difíciles, el lider de la oposición cumple con el tópico de la gente de su tierra y tira por el camino de la inexcrutabilidad: mientras clama que el sistema le parece malo, va y ordena la abstención.

Y esto es lo peor que podía hacer. Con esta esfinge postura elimina el tema de la financiación autonómica de la mesa del debate. Y es que uno no metido en el tema puede preguntarse: si el PP no le parece tan malo que ni votan en contra de él, ¿a qué seguir hablando del asunto? Pero el problema es que esta eliminación es terrible en tanto que evita que hablemos de cómo organizar nuestro presupuesto y cuánta redistribución territorial queremos o debemos hacer. No es que me parezca mal que, por ejemplo, se incremente la autonomía normativa de las CC.AA. o que haya menos redistribución. Si de hecho estoy de acuerdo. Creo sinceramente que la exagerada redistribución es mala para todos: los paganos y los recipientes. Lo sangrante es que hayamos modificado una pieza básica de nuestro ordenamiento presupuestario sin más apuro que un par de días en las portadas de los periódicos. Y es que esto no es manera de hacer país. Tan importante como un gobierno competente es una oposición que sepa de lo que habla y que hable de ello.

No me alargó más por no extenderme en demasía (ya habrá ocasión, ya), pero cierro con algo que le dijo un diputado de su propio partido a otro líder de un partido conservador, en aquel momento primer ministro, que también prefirió siempre la indefinición por cinco años, los mismitos que Rajoy en el puesto, a la decisión. Como todo esto pasó en el Reino Unido, salto al inglés pues merece leerse en el original:

the most grievous consequences of what we have done and of what we have left undone in the last five years – five years of futile good intention, five years of eager search for the line of least resistance, five years of uninterrupted retreat…