Una sociedad democrática precisa de una prensa independiente y crítica. En España no la tenemos. Quien dude de ello solo tiene que leer el editorial de EL PAÍS hoy sobre Emilio Botín (o cualquiera de los otros artículo hagiográficos en la edición de hoy) con el obituario de The Financial Times. La prensa española se ha dedicado en los dos últimos días en competir a ver quién podía alabar más a Botín. La prensa inglesa (en Estados Unidos la noticia ha pasado muy desapercibida) ha ofrecido una visión mucho más equilibrada, resaltado por un lado el enorme crecimiento del banco durante la gestión de Botín pero también recordando los claroscuros de estos años. O comparemos como, de nuevo EL PAÍS habla de los retos de Ana Botín y como lo hace The Economist (en particular, el metodo de selección de Ana Botín o la situación de capital del Santander). Lejos de mi la tentación, también muy española, de fustigar a aquellos españoles que triunfan en sus áreas. Ni mucho menos. Solo quiero una prensa que entienda la diferencia entre un panegírico y un obituario.
p.d. El Confidencial, Vozpopuli o Gurusblog sí que ofrecen un abanico de opiniones más variadas. Mi crítica es más a la prensa tradicional.