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Estructuras Impositivas: España frente a Suecia

Estos días son apasionantes para los que nos dedicamos a pensar un poco sobre la política fiscal: nunca se ha hablado tanto sobre el tema ni ha recibido tanta cobertura por los medios de comunicación. A la vez, a uno siempre le queda una cierta desazón porque preferiría, claro, que las cosas no fueran tan complicadas y la situación fiscal fuera trivialmente aburrida. Yo tenía una amiga suiza y una vez me enseño el libro de texto de historia suiza que utilizaban en el instituto: era la cuarta parte del mío de historia de España, básicamente porque después de 1847, el año de su Sonderbundskrieg, la historia de Suiza se puede resumir grosso modo como paz, democracia y prosperidad y esto no da para contar mucho (o como dijo Orson Wells en The Third Man: "You know what the fellow said – in Italy, for thirty years under the Borgias, they had warfare, terror, murder and bloodshed, but they produced Michelangelo, Leonardo da Vinci and the Renaissance. In Switzerland, they had brotherly love, they had five hundred years of democracy and peace – and what did that produce? The cuckoo clock.")

Pero bueno, volvamos a lo nuestro. Una de las cosas que más se ha discutido en los últimos días es la posibilidad de incrementar los impuestos para que el ajuste fiscal venga tanto del gasto como de los ingresos. El posible incremento de impuestos trae, casi por definición, una discusión del nivel de redistribución adecuado y más en general sobre la estructura impositiva.

Esto es un tema que apasiona y como prueba de ello, en los comentarios al último artículo de Juan Rubio he conversado en detalle con varios de nuestros lectores sobre el tema. Me parece pues, después de pensarlo un poco, que es importante resumir los argumentos y sistematizarlos en este artículo para que tengan una mayor difusión.

La cuestión básica es cómo de diferente es la estructura impositiva de España de la de otros países de la UE. Un país que es nombrado a menudo es Suecia ya que por mucho tiempo ha sido el paradigma del modelo escandinavo de estado del bienestar. Por eso voy a comparar, en cierto detalle España con Suecia (además, en otros posts, he hablado de la consolidación fiscal sueca de los 90 o del consejo de política fiscal sueco, en ambos casos de manera francamente positiva, así que no creo que pueda ser acusado de antisueco).

Antes de entrar en percal, quiero que queden claras varias cosas. En primer lugar, voy a intentar ceñirme a los datos lo más que pueda y minimizar las valoraciones. Este es un tema en el que existen fuertes pre-concepciones ideológicas de unos (los de un lado que admiran a Suecia por su estado del bienestar) y de otros (los que demonizan a Suecia por sus altos impuestos). Lo que yo pretendo es aclarar, no enturbiar más las cosas, así que cuando diga que algo es alto o bajo solo quiero decir eso, que es alto o bajo, no que sea excesivo o insuficiente. Segundo, las comparaciones internacionales siempre son difíciles y por tanto uno tiene que poner un cierto intervalo de confianza en los números. Mientras yo conozco razonablemente bien los datos Españoles, entiendo mucho menos de Suecia, aunque sea un país de grandes economistas (Wicksell, Ohlin, ...). Tercero, Suecia y España son países muy distintos, uno muy homogéneo, unitario, con 9 millones de habitantes, otro muy diverso, cuasi-federal, con 46 millones. Suecia es también más rica en términos de ingreso per cápita (un 19% en el 2005 en PPP, el año que voy a utilizar luego en mis comparaciones).

Empecemos. Siempre que pueda voy a utilizar datos de Eurostat, que es la agencia europea estadística. Como regla por defecto es una buena idea tirar de los datos de Eurostat para estas comparaciones porque tienen muchos más medios que otras agencias, como la OCDE, y una metodología uniforme y bien pensada (la influencia francesa de contabilidad nacional en esto es fantástica) que concuerda con los datos nacionales de cada miembro de la UE.

Los datos a los que me referiré son del 2005 y vienen de esta nota metodológica en el parrafo anterior. Cojo el 2005, en primer lugar porque solo tenemos datos uniformes y finales hasta el 2007 (2008 y 2009 todavía no están cerrados del todo de manera contable). En segundo lugar, porque los datos del 2006 y 2007 están más contaminados por la burbuja inmobiliaria. En el 2005 está era más reducida y había impactado menos en la estructura impositiva, es decir que tenemos menos componente cíclico. De todas maneras, el lector debe de quedar tranquilo, ya que los comentarios que voy a hacer son robustos a utilizar el 2007 (en el lenguaje de los economistas, que cambian poco vaya y lo que cambia refuerza mi argumento).

Primero pongo Suecia, luego España, datos de Eurostat (nota metodologica que citaba antes: paginas 222 y 226):

Total impuestos como porcentaje del PIB: Suecia, 49.6%, España 35.6%

Este número ilustra claramente que Suecia recauda bastante más que nosotros: 14% del PIB.

¿De dónde vienen los impuestos? Tres categorías fundamentales:

Impuestos sobre el Consumo como porcentaje del PIB: Suecia 12.9%, España 9.8%.
Impuestos sobre el Trabajo como porcentaje del PIB: Suecia 29.6%, España 16.2%.
Impuestos sobre el Capital como porcentaje del PIB: Suecia 7.1%, España 10.1%.

(En España hay que ajustar la recaudación total por 0.5 por deudas impagadas, que con los datos no se pueden dividir entre los distintos grupos.)

¿Qué es lo que vemos en estas cifras?

1. Suecia recauda más del consumo que nosotros, 12.9% versus 9.8%. Esto se explica por un IVA mucho más alto, 25% de tipo básico frente al 16% (en ambos países hay tipos reducidos para ciertos bienes).

2. Suecia recauda muchísimo más sobre el trabajo que nosotros, 29.6% versus 16.2%. Es más, si dividimos la recaudación en cotizaciones sociales y resto (básicamente IRPF sobre rentas del trabajo), vemos que Suecia recauda más o menos lo mismo de cotizaciones sociales, 12.8% , que España, 12.1%. La gran diferencia es IRPF sobre trabajo, que mientras son unos cuatro puntos de PIB en nuestro país, son casi 17 puntos en Suecia.

3. Suecia recauda menos del capital que nosotros: 7.1% versus 10.1%. Y no es de sorprender. Solo por poner un ejemplo, en el 2005, el tipo del Impuesto de Sociedades en Suecia era del 28% mientras que en España era del 35% (un 40% en las petroleras y una reducción para las PYMES), lo que se traduce en que el impuesto de sociedades recaudaba en el 2005 el 3.6% del PIB en Suecia y 3.9% en España.

¿Cómo se trasladan estas cifras en tipos impositivos medios? Este cómputo es un poco más complejo porque requiere que podamos computar las rentas del trabajo, capital y consumo. Para no aburrir a las ovejas, me voy a saltar alguno de los detalles (creedme, cuando doy clase de esto en Penn se me duermen todos los estudiantes). Pero lo que sale a Eurostat es, para el 2005:

Impuestos medio sobre el Consumo: Suecia 27.5%, España 16.3%.
Impuestos medio sobre el Trabajo: Suecia 45.0%, España 30.3%.
Impuestos medio sobre el Capital: Suecia 35.9%, España 36.4%.

De nuevo vemos que el impuesto medio en Suecia sobre el consumo y el trabajo es mucho más alto, y sobre el capital ligeramente más bajo.

Una cosa importante: estos impuestos medios son iguales a la cantidad de impuestos pagada por esa actividad dividida por la cuantía de esta actividad. Es decir, que son diferentes de los tipos legales tanto por la existencia de desgravaciones como por la existencia de distintos grados de cumplimiento fiscal. Por ejemplo, el impuesto medio sobre el trabajo puede ser más bajo en España porque el grado de cumplimiento fiscal de los autónomos sea menor (en la parte que corresponde al salario imputado correspondiente a su trabajo).

Calcular este efecto y cuanto se podría corregir es extraordinariamente difícil. Una idea nos puede venir del tamaño de la economía sumergida (la economía sumergida no es igual al tamaño de lo que no se declara: por ejemplo, muchos ingresos de la economía sumergida pagan IVA cuando se transforman en consumo. En dirección contraria, yo puedo apuntarme a una desgravación que en realidad no se podría aplicar a mí y la agencia estadística saber mi ingreso total para el cálculo del PIB pero la agencia tributaria no darse cuenta de mi trampa).

El mayor experto del mundo sobre economía sumergida es Friedrich Schneider y sus números los más aceptados. Esto no quiere decir que no sean los números perfectos, solo que el tipo lleva toda su vida dedicado a esto, es muy serio y concienzudo y si alguien no está de acuerdo con él, mejor que tenga un argumento más fundamentado en datos que “sus números no me convencen” o "mi primo trabaja en negro con lo que debe haber mucha economía sumergida."

En este artículo, le sale que, para el 2002/2003 (un poco antes del 2005 para el que son los otros números), la economía sumergida en Suecia era el 18.3% del PIB y en España el 22.0% (tabla 3.5, p. 28). Es decir, que el grado de economía sumergida en España solo es un poco más grande. Que la economía sumergida es un problema en Suecia queda claro por una serie de modificaciones en el IRPF sueco en el 2007 y 2008 destinadas a hacer que el fraude fuera menos rentable o de un estudio detallado de la agencia estadística sueca que encontró que, en el 2002, menos del 50% de los ingresos de los restaurantes eran declarados a la Hacienda sueca (hay ejemplos similares para otros sectores). De esto concluyo de manera más tentativa que, las diferencias causadas en las estructuras impositivas generadas por el fraude no son extraordinariamente importantes. Por favor: fijaos en el cuidado con el que escribo la frase. SOLO digo que las diferencias causadas por el fraude probablemente no sean de primer orden, no niego que existan o que con mejores datos no tenga que revisar mi opinión. Pero con la evidencia en la mesa eso es lo que veo.

Otro tema del que no tengo mucho tiempo para hablar es el de la imposición medioambiental, que es también mucho más alta en Suecia que en España y donde mis preferencias personales (que creo bien justificadas) me hacen favorecer claramente el modelo sueco.

Concluyo con un resumen y una valoración. Sí, Suecia recauda mucho más que nosotros, pero no gravando el capital, sino gravando el consumo y el trabajo. Otro día intentaré explicar cómo los economistas piensan acerca de que factor gravar más (esto se llama enfoque de Ramsey) pero puedo ya aventurar que la mayoría de los economistas académicos van a tender a preferir imponer más el consumo y el trabajo que el capital (con matices). Hoy solo voy a enfatizar que, si queremos lanzarnos a una reforma impositiva, debemos, al menos, tener una idea objetiva y no ideológica de cómo se hacen las cosas en otros países.