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El Papel de las Instituciones: de Washington a Caracas

Durante estas últimas semanas, Pablo Guerrón, Juan Rubio y yo hemos estado trabajando en evaluar el papel de la política monetaria en el cambio en el patrón de las fluctuaciones de la economía de EE.UU. desde 1959. Un artículo que estamos escribiendo con este material conecta lo que nos dice nuestros métodos econométricos con una evidencia histórica más narrativa, un enfoque que Sims y Sargent siempre han postulado. Por eso, estoy leyendo todas las biografías o memorias que he encontrado de Chairmen del Sistema. Una de ellas es un excelente estudio de Robert Bremner sobre William McChesney Martin, que fue Chair desde 1951 hasta 1970, un periodo incluso más largo que el de Greenspan. Tendría muchas cosas que decir del libro pero hoy me basta con reproducir la anécdota con la que Bremner abre su historia.

El 3 de Diciembre de 1965, Martin incrementó la tasa de descuento del Fed por primera vez en más de cinco años. Esta subida, que se aventuraba desde hacía tiempo, colocaba a Martin en una línea directa de oposición con el Presidente Lyndon Johnson, ya que este le había hecho saber a Martin por medio del Secretario del Tesoro, Henry Fowler, y del Chairman of the Council of Economic Advisors, Gardner Ackley, que tal medida le parecía totalmente inapropiada y que dificultaba sus planes de expansión presupuestaria. Johnson, además, no era una persona acostumbrada a que le llevasen la contraria: durante su tiempo en el Senado se había convertido en uno de los Congresistas más influyentes de la historia, con una capacidad asombrosa de aunar amenazas, castigos y promesas a sus colegas senatoriales para conseguir sus objetivos legislativos. Despues de la medida de la Fed, Johnson convocó a Martin a su rancho en Texas para, donde por más de una hora, presionarle todo lo que pudo, aparentemente con palabras bastante fuertes. Al final, sin embargo, sus intentos fueron inútiles: Martin mantuvo la subida de tipos y Johnson no tomó ninguna represalia, consciente de que poco podía hacer. La lección es clara: en EE.UU., un Presidente como Johnson, que en 1965 acababa de ser reelegido con una mayoría aplastante y controlaba el Congreso, estaba seriamente limitado en su capacidad de imponer su voluntad incluso dentro de una institución gubernamental.

Lo que se me vino inmediatamente a la cabeza al terminar de leer esta anécdota es un gran artículo de Chang-Tai Hsieh, Edward Miguel, Daniel Ortega y Francisco Rodríguez: The Price of Political Opposition: Evidence from Venezuela's Maisanta.

¿Qué es esto de la Maisanta? Como muchos sabéis, desde finales del 2002 hasta Diciembre de 2003, unos 4.7 millones de Venezolanos firmaron una o más peticiones pidiendo un referéndum sobre la continuidad de Chávez (esto era una figura recogida en la Constitución Venezolana de 1999). Después de que Chávez ganase el referéndum, empezó a circular por Venezuela un programa de ordenador llamado Maisanta, donde uno podía encontrar e identificar a los firmantes de las peticiones (y, a sensu contrario, a quien no había firmado). Pronto, muchos observadores comenzaron a alegar que Maisanta estaba siendo utilizado ampliamente en el sector público para castigar a los “enemigos del régimen.”

Chang-Tai, Edward, Daniel y Francisco se agenciaron una copia de Maisanta e intentaron buscar evidencia sistemática de este castigo. Afortunadamente para los economistas (y desafortunadamente para los que los pobres Venezolanos que lo sufrieron), la información en Maisanta es tan detallada que se puede averiguar si firmaron o no firmaron unos dos tercios de los hogares participantes en la Encuesta Nacional de Hogares, que es mide ingreso y empleo (el otro tercio no sabemos que hizo). Con esta información y con los datos de la Encuesta de Hogares, el artículo encuentra evidencia que la tasa de empleo relativa de los firmantes de la petición bajó 1.5 puntos entre el 2005 y el 2006 y que los salarios relativos de los firmantes bajaron un 5%, en ambos casos con respecto a los que no firmaron. Lo interesante es que antes del 2004, no se ve que la evolución del empleo y salarios de los firmantes o no firmantes sea distinta: es solo después de Maisanta que los firmantes empiezan a tener menos empleos y peores sueldos. Luego el castigo probablemente existió.

La diferencia entre las dos situaciones es aplastante: Martin se pudo plantar ante Johnson y este se tuvo que aguantar. Unos votantes en Venezuela firman una petición a la que tienen derecho y sufren serios efector negativos por ello. El entramado institucional parece tener consecuencias claras…