¿Cómo ha sido el crecimiento económico en Venezuela en las últimas décadas? Desastroso.
Dado que en las últimas semanas he estado jugando con la Penn World Table (ver aquí y aquí), este fin de semana he generado gráficos semejantes para otros países. Uno de los que más interesantes es el de Venezuela.
En el primer gráfico dibujo el PIB per cápita (PIBpc) de Venezuela desde 1950 hasta 2013 (donde, como en ocasiones anteriores, los datos de 2012 y 2013 vienen del FMI y enlazados por mi con la serie de la Penn World Table). Lo primero que vemos es un crecimiento moderado de 1950 a 1977: el PIBpc de Venezuela crece un 96%. En comparación, el PIBpc en España creció un 303.9%. Y no solo es España. Durante el mismo periodo Venezuela también lo hizo peor que la gran mayoría de los países de Europa Occidental.
Lo segundo que vemos es que, después de este pico en 1977, el PIBpc de Venezuela ha zigzagueado a grandes bruscos, pero sin crecimiento neto alguno. Es más, en 2013 el PIBpc de Venezuela es algo más de un 10% menor que en 1977.
Para ser un país agraciado con las mayores reservas mundiales de petróleo, este comportamiento es, sencillamente, horrible.
La pregunta natural para muchos lectores es ¿y qué ha pasado desde 1999, el año de la llegada al poder de Hugo Chávez?
El PIBpc ha crecido un 23.1%. De nuevo, un resultado desastroso. Para demostrarlo, en el segundo gráfico de esta entrada comparo a Venezuela con un grupo de sus vecinos regionales (en orden alfabético): Brasil, Colombia y Perú. Para facilitar la comparación normalizo el PIBpc de cada país a 1 en 1999. Para determinar a este grupo he seleccionado a las cuatro economías más grandes de la región (eliminando, pues, a países más pequeños como Ecuador o Guyana que, aunque han crecido más que Venezuela, tienen sus propias peculiaridades).
¿Qué vemos en este gráfico? El PIBpc de Brasil ha crecido un 35.7%, el de Colombia un 43.8% y el de Perú, el mejor del grupo, un 78.9%. Dado el muy buen comportamiento del precio del petróleo desde 1999 hasta hoy (cuando Chávez llegó a la presidencia en Febrero de 1999 el barril de Brent, un precio de referencia standard, aunque no es el del petróleo venezolano, estaba en 10.2 dólares, hoy anda por 112), base casi única de la economía venezolana (el 94% de sus exportaciones en 2010), ser los peores del grupo en términos de crecimiento requiere un esfuerzo considerable.
Muchos lectores me objetarán que el PIBpc no lo mide todo (solo hace falta leer los comentarios que hubo en mis anteriores entradas sobre el crecimiento económico). Esta objeción es particularmente importante en países como los que estoy tratando que son muy desiguales.
Para responder a esta objeción, me iré ahora a los datos del Banco Interamericano de Desarrollo sobre pobreza y desigualdad. En esta página el lector interesado verá cuatro tablas: Pobreza total en América Latina y el Caribe medida con líneas de pobreza nacionales (% de la población); Pobreza extrema en América Latina medida con líneas de pobreza nacionales (% de la población); Pobreza en América Latina (% de la población), con líneas de pobreza de 2.5 dólares per cápita por día; y Desigualdad de ingresos en América Latina (coeficiente de Gini).
Las dos primeras tablas son menos útiles para comparaciones internacionales ya que miden la pobreza de manera no homogénea (son líneas nacionales). La tercera y la cuarta tabla son más fáciles de emplear para nuestro propósito.
En la tercera tabla vemos que la pobreza aguda (menos de 2.5 dólares al día, empleo la palabra “aguda” para distinguir con respecto a la tabla 2 que dice “extrema” pero emplea líneas nacionales) en Venezuela desde 1999 a 2011 (no hay datos hasta 2013) pasó de un 30.6% a un 14.8%. Esto es, ciertamente, una mejora notable (una caída del 51.6%). El problema es que la pobreza ha caído mucho en toda la región. La media ha pasado de 25.8% a 13.3% (una caída del 48.5%), en Brasil del 27.3% al 13.0% (una caída del 52.4%), en Colombia del 34.8% al 11.0% (una caída del 68.9%) y en Perú del 35.8% al 16.7% (una caída del 53.4%). Es decir, que Venezuela ha reducido su pobreza aguda en un porcentaje menor que el de los tres países de nuestra comparación: Brasil, Colombia y Perú. De nuevo, dada la enorme bonanza del petróleo de 1999 a 2011 y los enormes ingresos generados para las finanzas públicas, este resultado venezolano es un clarísimo suspenso.
Pero la pobreza aguda no es la única medida de desigualdad. El coeficiente de Gini nos da una medida más completa de la desigualdad de una sociedad. En la tabla 4 vemos que el coeficiente de Gini de Venezuela ha pasado de 0.469 a 0.410, una reducción de 5.9 (el coeficiente de Gini es una relación no lineal, con lo cual siempre me ha parecido más claro no calcular porcentajes de cambio y reportar cambios de nivel). De nuevo vemos que, si bien esto es un avance, no es particularmente alabable. El coeficiente medio ha pasado de 0.554 a 0.498 (una caída de 5.6), el de Brasil de 0.592 a 0.527 (una caída de 6.5), Colombia de 0.568 a 0.548 (una caída de 2) y el Perú de 0.565 a 0.455 (una caída de 11). Es decir, que Venezuela ha reducido su desigualdad menos que Brasil y Perú y solo la ha reducido más que Colombia (que parece haber fracasado notablemente en esta dimensión).
Podría extender mi discusión a otros temas, como educación o sanidad, donde como en el caso de la pobreza y la desigualdad, los datos del Banco Interamericano de Desarrollo sugieren que Venezuela no lo ha hecho especialmente bien en comparación con sus vecinos.
Pero no todo es economía. Por ejemplo, con muy buena razón, se puede argumentar que los derechos humanos son cruciales. Estos son los informes de Amnistía Internacional de 2012 (el último año disponible) para Colombia, Brasil, Perú y Venezuela. Aunque Amnistía Internacional no “resume” sus informes en un índice cualitativo y ninguno de los cuatro países de la muestra es ni muchísimo menos Dinamarca o Suecia, de la lectura de los mismos queda relativamente claro que Brasil y Perú parecen hacerlo bastante mejor en este campo que Colombia y Venezuela. Es más, no parece que la evolución de Venezuela sea particularmente positiva en los últimos años.
Y con respecto al nivel de democracia, el Global Democracy Ranking 2013 le da a un 46.1 a Venezuela, un 63.8 a Brasil, un 57.5 a Colombia y un 61 a Perú. Para poner estos números en perspectiva, Brasil y Perú se consideran democracias de calidad “alta” (hay también “muy alta” y “top 10”), Colombia calidad “media” y Venezuela calidad “mala”.
Resumiendo
1) El crecimiento económico de Venezuela de 1950 a 2013 ha sido francamente desastroso.
2) El crecimiento económico de Venezuela de 1999 a 2013, dado el comportamiento de sus vecinos y el del precio del petróleo, ha sido bastante malo. Venezuela ha crecido menos que Brasil, Colombia o Perú.
3) Venezuela, aunque ha avanzado en la reducción de la pobreza aguda y la desigualdad, ha mejorado menos que sus vecinos (excepto, en desigualdad, Colombia). De nuevo, dada la bonanza del petróleo, es un resultado malo.
4) Venezuela no ha compensado este menor crecimiento o menor reducción de la pobreza o la desigualdad con un mejor tratamiento de los derechos humanos o una democracia de más calidad que la de sus vecinos.
En estos momentos en el que los cantos de sirena del populismo parecen llegar al oído de tantos españoles es más importante que nunca una evaluación sobria de la evidencia empírica. Venezuela ha despilfarrado por décadas un regalo único en forma de su riqueza petrolífera. Este despilfarro ha sido particularmente grave desde 1999. El que haya gente que admire este proceso es, en mi opinión, uno de los misterios más profundos de la ciencia social.
Nota metodológica: en comparación con el PIBpc de los países más ricos, el PIBpc en los países de ingreso medio esta sujeto a un error de medida más grande. Los números de PIBpc que me salen de usar los datos del FMI de 1999 a 2013 son ligeramente diferentes (pero no mucho) a los que salen si empleo los datos de la Penn World Table de 1999 a 2011. Desafortunadamente, los datos del FMI solo empiezan en 1980, con lo cual no los puedo usar para mi primer ejercicio. En el lado positivo, aunque los números cambian un poco, el ranking relativo de crecimiento es exactamente el mismo.