De Samuel Bentolila, Antonio Cabrales, Jesús Fernández-Villaverde y Luis Garicano
Hace unos meses nos hicimos eco en este blog de una noticia sobre un plagio científico detectado en la Universidad de Vigo. Hay desarrollos recientes relacionados con este caso, que nos ha hecho llegar un amable lector, resultan muy significativos sobre el Crimen y Castigo en el mundo universitario español y acerca de los incentivos para aprovecharse del sistema.
El caso se refería a la decision del Journal of Chemical and Engineering Data de retirar dos artículos (este y este) publicados en ella por un grupo de investigadores españoles dirigidos por el catedrático Juan Carlos Mejuto, por tratarse de una “publicación duplicada” al detectarse que “porciones significativas de estos artículos habían sido previamente publicadas por diferentes autores” en otras revistas.
La respuesta del investigador fue la siguiente, según El País:
Mejuto reconoció que se trata de “malas practicas y negligencia” por su parte, pero que en ningún momento hubo intención de violar las normas éticas. “Reconozco que soy un chapucero pero no soy un tramposo; esto es un error, pero no un plagio”, afirmó. Su explicación de la “chapuza” es la siguiente: se utilizaron los primeros párrafos de los artículos de los chinos para redactar los propios trabajos (se aducen dificultades de escribir en inglés) y por error se enviaron a la revista los ficheros previos y no los de los artículos definitivos. Luego se publicaron y ninguno de los seis firmantes volvió a mirar esos trabajos suyos ni alertó del error, hasta que la revista se puso en contacto con Mejuto.
Esta explicación desafía la inteligencia de cualquiera que haya sufrido el durísimo proceso de revisión en revistas científicas buenas. Como nos indica nuestro lector, tras publicarse en mayo la noticia en El País (y en el China Daily) y en junio en el Frankfurter Allgemeine Zeitung (Plagiatoren in Spanien), sucedieron varias cosas:
(1) Una comisión de investigación nombrada por el rector y formada íntegramente por personas de la Universidad de Vigo absolvió de la acusación de plagio a los autores, haciendo a los investigadores solo responsables de mala práctica investigadora y negligencia. Aquí está el acta (primer enlace, ver el Anexo II).
(2) La Xunta de Galicia concedió un premio de 112.000 euros a un grupo de investigadores agroalimentarios codirigido por Juan Carlos Mejuto, como reconocimiento a la labor científica desarrollada.
(3) El primer firmante de los dos artículos retirados, que obtuvo su doctorado después de conocerse el caso de plagio, ha sido propuesto por una comisión de Investigación como candidato número uno para la obtención del premio extraordinario de doctorado en Ciencias 2011.
Además, hay un artículo de 2008 ("Influence of colloid suspensions of humic acids upon the alkaline fading of carbocations" y otro artículo de 2010 ("Influence of colloid suspensions of humic acids on the alkaline hydrolysis of N-methyl-N-nitroso-p-toluene sulfonamide") de varios de los autores involucrados en el caso anterior, cuyos títulos y abstracts se parecen mucho entre sí. No tenemos ni idea de química, pero resulta sorprendente que el artículo de 2010 no cite al de 2008, así que quizá sea un autoplagio.
Hay varias moralejas de estos sucesos. Una es que crime pays. No parece que la Universidad de Vigo, pese a que lidera un Campus de Excelencia Internacional (Campus del Mar), haya sentido que su reputación podía ser lo suficientemente afectada por este caso como para reaccionar de forma más enérgica en relación con los investigadores involucrados.
Otro aspecto importante es el lado oscuro de un cambio reciente y muy deseable, a saber, que los gestores de nuestro sistema universitario hayan decidido tener en cuenta las publicaciones (e incluso el factor de impacto) de los investigadores para las promociones, los aumentos de remuneración y los premios de investigación. Pero esto no basta, porque los esquemas habituales animan a los investigadores a intentar manipular el sistema (gaming the system). Una forma de manipulación es publicar muchos artículos muy parecidos. Si se suman todos, parece que la contribución es grande, pero yendo al fondo se concluye que no es así.
Algunos departamentos universitarios han creado listas de revistas en las que se debe publicar para conseguir plazas universitarias, promociones o aumentos de sueldo. Esto es una mejora con respecto a la situación previa, pero no basta. La pura suma de artículos o citas no es un indicador suficiente. Inevitablemente, los comités evaluadores han de leer los artículos para hacerse una idea de su contribución real. Una anécdota al respecto la vivió uno de nosotros un día cuando, hablando con Andy Postlewaite y otros colegas sobre un prominente economista experimental, alguien dijo que tenía diez publicaciones del máximo nivel (top) en tres años. Andy levantó la ceja y dijo “no, tiene solo dos”. Mirando después los artículos a fondo resultó que efectivamente solo había dos ideas. Ni siquiera era un caso de autoplagio, eran diez artículos legítimamente distintos, pero no había más de dos ideas entre todos ellos.
Estos problemas no van a desaparecer si no se cambian los incentivos. Simplemente apelar a la honestidad del investigador no va a solucionarlo y depender de los tribunales tampoco funcionaría, porque los juristas son muy garantistas y el plagio (y aún más el autoplagio) suele ser difícil de probar.
Por nuestras responsabilidades en revistas científicas, a veces nos hemos encontrado con autores que eran "pillados" por los evaluadores anónimos habiendo enviado para su posible publicacion trabajos que eran muy parecidos a artículos que ya tenían publicados o enviando el mismo trabajo simultáneamente a dos revistas científicas, lo que está terminantemente prohibido (hace unos años un investigador envió un trabajo a la vez a tres revistas de economía, con la mala suerte para él de que las tres eligieron el mismo evaluador). En estos casos las revistas suelen prohibir al autor el envío de originales durante un par de años (esto sucedió en el caso de la Universidad de Vigo) y notificar a las otras revistas involucradas y/o a los responsables de los departamentos donde trabajan los tramposos. Pero no lo hacen público ni van más allá por muchos motivos, incluido el miedo a la litigación.
No hay manera de emplear métodos mecánicos para evaluar a fondo las contribuciones de un investigador, por mucho que sea una primera información útil. El mejor mecanismo está ya inventado, son los comités de pares (peer reviewers), que se nutren a su vez de informes de investigadores prestigiosos externos al departamento. En los mejores departamentos universitarios, cuando se va a considerar una promoción, se piden entre cinco y diez informes de evaluadores externos. Nos queda aún mucho camino por recorrer en este sentido.
Hay 38 comentarios
Lo más curioso es que aun reconociendo que son unos chapuceros les otorguen tantos premios.
Su labor puede ser muy buena pero si les falta el toque de profesionalidad...
No debería ser tarea del editor mirar los papers previos de los autores para detectar el self-plagiarism?
En nuestro ámbito (economía) hay una polémica con un autor muy conocido (Bruno Frey). Tal vez algún día podríais dedicar una entrada a eso...
Muchas gracias por el post y felices fiestas
En realidad es muy difícil que a un editor, o a un evaluador no se le escape algo. En las buenas revistas un editor puede manejar cientos de artículos al año, y como no puede dedicarse a eso en exclusiva el tiempo que tiene para cada uno es limitado. Y sí, el caso de Frey es triste porque uno pensaría que no le hace falta. Su propia entrada de wikipedia lo dice: http://en.wikipedia.org/wiki/Bruno_Frey
y también un lector nos alertó de una entrada en otro blog que lo desmenuza:
http://economicsintelligence.com/2011/09/12/bruno-frey-more-cases-of-self-plagiarism-unveiled/
Pero sólo tendría que revisar aquellos artículos que se fuesen a publicar y, en la mayoría de los casos, basta con una lectura a introducción y conclusiones para descartar el autoplagio o decidir investigar más a fondo.
Otra posibilidad sería que las revistas subcontratasen ese trabajo a documentalistas, pero, en mi opinión, algo deberían hacer.
En cualquier caso, si se empieza a castigar esa práctica los incentivos a realizar bajarán...
"Algunos departamentos universitarios han creado listas de revistas en las que se debe publicar para conseguir plazas universitarias, promociones o aumentos de sueldo. Esto es una mejora con respecto a la situación previa, pero no basta."
¿y esto en qué mejora nada más allá de proteger la ortodoxia? si hay revistas fuera de la lista que consiguen mayor difusión e impacto ¿no se tienen en cuenta porque no están en la lista?
Es completamente absurdo compartimentalizar la ciencia así.
Pues sirven para muchas cosas, para informar a los investigadores en formación de donde suele estar lo que a sus profesores les parece más importante, para aclarar las expectativas de los profesores más jóvenes, para mecanizar algunas asignaciones rutinarias, como reducciones de docencia. Para lo que no sirven es para proteger la ortodoxia, porque las revistas de economía hoy publican de todo, con todo tipo de perspectivas y metodologías. Pero si son buenas, publicar investigación deficiente es mucho más difícil, aunque no imposible. Eso es lo que suele molestar más a quien no llega. Y entonces, como la zorra con las uvas, les parecen verdes.
Pero las listas con el fin que comentas son subjetivas de cada profesor. Lo suyo es que las listas no estén hechas por comités interesados porque no son objetivos y además la "calidad" no es un proceso exógeno e inmutable, las revistas han de someterse al "mercado" y si lo hacen bien influirá positivamente en sus índices bibliométricos pero si lo hacen mal y sus índices bajan no vale "es que los expertos la consideran muy buena". Y tampoco vale que el índice de impacto es manipulable porque existen índices bastante robustos a la manipulación tipo pagerank.
Hay varios problemas en la decisión de la lista. Si la eligen los miembros internos, estará sesgada hacia los lugares en los que han publicado. El comité externo no soluciona enteramente el problema porque...¿quién elige al comité externo?
En mi opinión, los criterios objetivos siempre son preferibles (eigenfactor, por ejemplo) con algún sistema de medias móviles (que permita combinar cierta estabilidad con una actualización si las revistas mejoran o empeoran)
Estoy más de acuerdo con tu idea que con la lista
Los comités de pares son un buen filtro, pero no son perfectos. La objetividad pura no es posible para quienes son sujetos. Estando a favor de ellos, identifico algunas limitaciones. Una primera es que el editor puede rechazar un trabajo porque no ve interesante el tema para sus potenciales lectores. ESto puede ser fruto de una mala elección dela revista por el investigador, pero también por las preferencias subjetivas del editor. China es interesante, Papúa Nueva Guinea, "algo menos". Una segunda es que cada árbitro juzga según sus conocimientos, método preferido, escuela, interés por el tema, etc. ¿Qué se hace cuando hay dos juicios contrarios, a favor y en contra de que un trabajo sea publicado? SUele decidir el editor. Recordemos que el artículo de Akerlof sobre los limones, fue rechazado en cuatro revistas. Luego recibió el Nobel. Las ideas (sobre todo si son realmente originales, como en la película de "Una mente maravillosa" sobre Nash) suelen tardar en ser aceptadas. Todo lo que reta el a priori creído hasta al fecha, suele tardar en ser publicado (existe el sesgo de las publicaciones).
Otro aspecto es si un artículo con los mismos datos y variando un poco la metodología, o con la misma metodología pero con unos pocos más de datos, es una idea original y artículos diferentes o no. Se puede agravar la ambigüedad cuando se editan en lenguas diferentes.
Lo dicho, buen sistema sí. Perfecto y "pura objetividad", no.
No hemos dicho que sea un sistema perfecto. Solamente que la manera como se decide si algo en ciencia es bueno es mediante el juicio de los pares. Incluso los que cuentan publicaciones y citas están haciendo esto indirectamente. Nuestro argumento es que afortunadamente nuestros sistemas burocráticos han descubierto la calidad, y esto está bien. Pero parecen estar bajo la ilusión de que se puede evaluar la calidad simplemente mirando unos números en una página web. Esto simplemente no es posible, y cuanto antes caigan del caballo, mucho mejor.
¿Pero este no es un blog de economía? Pues hablemos de economía. Sería revelador analizar el número de autoplagios (y plagios) en nuestra profesión. Y en cuanto a lo de "contribuciones", por favor, no identificar contribución con publicación. A mi juicio la gran mayoría de las publicaciones, incluso en buenas revistas, no son "contribuciones". En otro caso, teniendo en cuenta el elevado número de revistas económicas, nuestra disciplina tendría que estar mucho más avanzada.
No quiero justificar los (auto)plagios, pero un sistema que obliga a publicar con regularidad, necesariamente va a generar incentivos a que se produzcan este tipo de situaciones. Y luego está el mundo de las revistas que tampoco es tan puro como parece. Estoy tentado de poner algún enlace de tops, para que valoréis si solo se tiene en cuenta el contenido a la hora de admitir determinados artículos.
Como decía antes, nuestro argumento es que el problema no está en obligar a publicar con regularidad, sino es determinar la calidad de lo publicado sobre la base de un numerito. Esto simplemente no puede ser. Tony Venables (coautor de Krugman en alguno de sus papeles más memorables) me decía una vez que el problema de estas evaluaciones de investigación cuantitativas es que se parecían demasiado a la planificación central: yo digo que quiero un millón de tornillos y tengo un millón de tornillos, luego a lo peor no sirven para la tuerca que pedí en otro lado.
¿Y cómo proponéis valorar la calidad?
Una clara muestra de como esta el ámbito investigador en la universidad española (aunque tampoco es bueno generalizar). Me dedico a la universidad, y me da pena ver como hay gente que se mete a doctorados subvencionados, bien porque no tiene donde caerse muerto, bien por enchufismo. Lamentable! Yo no se si "peer reviewers" o buscar la máxima objetividad posible son la solución. Pero vamos, el caso de la Universidad de Vigo clama al cielo. Si en la empresa privada plagias un proyecto que ha hecho una empresa de la competencia, tienes un multón del 15 y probablemente te pongan de patitas en la calle. Eso en el ámbito público no...¡faltaría más! Sin duda la mejor forma de fomentar competencia para conseguir los mejores y más innovadores proyectos en nuestros centros de enseñanza superior (es irónico, por si algún "decano" no lo ha pillado).
Uno de los casos de autoplagio que descubrimos en el BEPress Journal of Economic Analysis and Policy era de dos autores alemanes y uno malayo:
http://www.bepress.com/bejeap/vol10/iss1/art30/
Y más arriba tenemos el ejemplo de Bruno Frey que trabaja en una universidad suiza. El problema no es de nacionalidad, es de los incentivos puramente cuantitativos que no miran el contenido de la investigación.
Respecto al autoplagio creo que se hace demasiado hincapié en la forma y poco en el fondo.
Si un autor que se dedica a un tema concreto replica en gran medida la introducción teórica de unos de sus trabajos añadiendo las cuatro citas relevantes surgidas últimamente creo que no hace nada malo, más allá de aburrir a sus seguidores, si es que los tiene, con la repetición.
Por el contrario, el autor que rehace una y otra vez el mismo trabajo, cambiando bases de datos y variables sin un objetivo claro, aunque sus textos no repitan ningún párrafo, aporta poco a la ciencia.
Fede,
Yo creo que en los casos de autoplagio las formas son fundamentales. El problema surge cuando el autor no cita los trabajos relacionados. Si los citara, el editor y los evaluadores podrían decidir si la contribución del artículo es suficientemente interesante como para justificar su publicación.
Opino lo mismo. Hay, sin embargo, una costumbre cada vez más en desuso, de no citarse a si mismo.
Muchas gracias por divulgar la verdaderamente lamentable situación en Vigo
Respecto al sonado caso de autoplagio de Bruno Frey, habría que destacar que la respuesta institucional ha sido radicalmente distinta a la española. Como podéis ver, el Journal of Economic Perspectives ha sacado a la luz la falta de ética del autor http://pubs.aeaweb.org/doi/pdfplus/10.1257/jep.25.3.239 .
En este caso, crime didn’t pay. Habrá que aprender también esta lección. Si te pillan, lo va a saber todo el mundo, así que ni se te pase por la cabeza
Luz y taquígrafos
A la vista de la repercusión que ha tenido y que se adivina va a tener este asunto, el ridículo internacional de la Universidad de Vigo y, en general, de la Universidad Española es espantoso. Si he entendido bien, la Junta de Galicia le ha dado un premio de excelencia al grupo del tal Mejuto y la Universidad de Vigo le ha otorgado una distinción académica a un tipo/a que según la propia universidad ha realizado malas prácticas científicas. Es decir, no sólo no se penalizan las malas prácticas sino que se premian. Ya sé que esto no es nuevo y que todo está muy mal, pero ya está bien ¿no? He buscado el nombre del rector: SALUSTIANO MATO. ¿Ha dicho algo al respecto?
Este es un problema de difícil solución. Solo cuando se denuncia por el perjudicado se pueden detectar semejantes atropellos. Con Internet ahora es mucho más fácil y difícil plagiar. En mi caso tengo la anécdota de un Artículo en Cinco Días muy coincidente con una propuesta mía? que me llevé una sorpresa al leer la Tribuna - JAVIER GARCÍA MONEDERO “España está enladrillada, ¿quién la desenladrillará?” en Cinco Días en la que propone una solución muy similar por no decir coincidente con la que publiqué el 23 de abril de 2009 en mi blog “Propuesta solución stocks inmobiliario y del crédito.” Curiosamente por el seguimiento de entradas en mi blog supe que el articulista me había sisado la propuesta y encima se había dado de alta como seguidor de mi blog. Ver mi propuesta en el siguiente link>: http://montejb-quisiera.blogspot.com/2009/04/propuesta-solucion-stocks-inmobiliario.html
Añadir que actualmente publico la propuesta que presenté en el Registro de Propiedad Intelectual con el siguiente: "El sistema REEP permite integrar a los consumidores con su esfuerzo de compra en la participación de los beneficios económicos que se generen en las empresas del sistema productivo de inicio a fin, mediante el consumo de los servicios y bienes por su aportación y esfuerzo económico, equiparable al capital de los inversores y capital humano".
Es un problema de los gestores de la Universidad, más por vagancia y dejadez que otra cosa. Por supuesto, la excusa debería provocarles sonrojo, aparte que, frente a los editores de la revista, los deja bien retratados. No es de extrañar que en el extranjero sigan mofándose de algunas universidades españolas.
¡Enhorabuena por vuestro artículo!
Estoy totalmente de acuerdo en que, como colectivo, hay que pasar del enfoque en la "cantidad" a la "calidad", medida por el impacto, las ideas originales y, en las áreas indicadas, las aplicaciones de dichas ideas.
La cuestión es, ¿qué hará posible facilitar ese cambio?
Creo que es una cuestión que escapa a las competencias de cada departamento, o incluso de cada universidad. Es una cuestión de primar la excelencia y de señalarla y premiarla. Cuando esa sea la práctica común, el sistema habrá cambiado.
Sobre el sistema de evaluación por pares, "todo estamos de acuerdo es malo, con la excepción de todos los demás que se han tratado". Pero no basta con que sean externos al departamento, hay que ir "más lejos", y resulta imprescindible introducir mecanismos aleatorios en la elección de los jueces.
Excelente artículo que da una idea de cómo andamos en investigación en la universidad española.
Afirma usted que "Algunos departamentos universitarios han creado listas de revistas en las que se debe publicar para conseguir plazas universitarias, promociones o aumentos de sueldo" Eso debe ser en los buenos de verdad (en los top, que alguno debe existir), porque en el resto creo que valoran más la cantidad que la calidad y para un investigador joven sin un grupo de investigación serio (porque como los supuestos investigadores ya están "colocados" y tienen la teoría de que ahora ya no necesito molestarme) es difícil publicar. Además de que hay departamentos con revistas científicas en bases de datos que publican artículos de sus miembros sin mirar casi la calidad de los mismos y a la hora de valorar en las plazas toman más en consideración la cantidad que la calidad. ¿Qué nos queda a los que nos dedicamos a esto por vocación y no tenemos casi ningún respaldo? Pues, probablemente, abandonar.
Gracias por el blog y por tratar temas más allá de lo meramente económico.
Gracias por vuestros esfuerzos en combatir el plagiarismo en nuestra profesión. No sé si todo el mundo conoce la iniciativa de repec: http://plagiarism.repec.org
Se ha constituido un comité que estudia los posibles casos y, cuando lo consideran procedente, ponen la información a disposición pública para que los lectores puedan juzgar cada caso.
Los premios dados a los "infractores" se han dado seguramente porque no hay una cláusula que contemple la mala praxis. Y esto se debe a la cultura adminstrativa española. Pasa todos los dias en muchos ámbitos.
Respecto del uso de la bibliometría para juzgar calidades y accesos a puestos, pues lo mismo. Se establece una medida cuantitativa porque en España nadie se fía de la ecuanimidad y honradez de los comités de selección. Lo que nos lleva a lo que se comentó arriba sobre la economía planificada.
Esto es algo insostenible, y facilmente manipulable. Por lo que en Alemania ya han decidido poner límites a los "churros curriculares" que la gente presentaba para acceder a financiación y ahora piden que presentes unos pocos artículos que tu consideres son de calidad y un comité los leerá y juzgará, independientemente de su numero de citas y del factor de impacto de la revista en que se hayan publicado. Creo que esto es impensable en España
La Universidad de Vigo tiene un "vicerrectorado de calidade" y tiene concedido el sello de "campus de excelencia internacional". Si su normativa no tiene una "cláusula" que contemple la mala praxis habría que quitarle el sello de "excelencia internacional" y pedir cuentas al vicerrector de "calidade". Una cosa es que no castiguen a los plagiadores (o "duplicadores de Ciencia china" o como se les quiera llamar... no entro en batallas semánticas) y otra muy distinta es que, encima, los premien. ¿Y qué pasa con el premio de investigación que concedió la Xunta de Galicia a Mejuto tras conocerse el caso de sus dos artículos plagiados? ¿Tampoco tiene la Xunta de Galicia la clausulita correspondiente? Los capitostes de las universidades, del Ministerio y de las Consejerías de Educación se llenan la boca con "la excelencia y la calidad"... ¿y ahora resulta que se premia a los plagiadores porque falta una cláusula en la normativa? Esto sencillamente es cinismo y corrupción. Como dice el periodista de El Mundo en su certera carta al rector: "se adivinan otros motivos en la tramoya de este despropósito: ¿devolución de favores? ¿presiones? ¿intereses?"
En primer lugar, quiero felicitar a los editores de este blog por el excelente artículo sobre el caso de la Universidad de Vigo, perfectamente explicado y documentado. La discusión final así como los comentarios que ha generado están hechas, sin lugar a dudas, con profundidad de pensamiento. Por si pudiese aportar algo de luz, me gustaría compartir con ustedes la siguiente reflexión. ¿No creen que este caso evidencia la falta de profesionalidad en la que está sumida la Universidad Española? El sufragio universal de las elecciones a rector genera grupos de poder con el consiguiente circo político. Pienso que el nombramiento de rectores por parte de las autoridades políticas eliminaría gran parte de ese circo. Así, un buen rector sin ataduras tendría la autoridad y capacidad necesarias para acabar con estas cosas. Lamentablemente, es el propio sistema el que no permite que haya buenos rectores.
Yo creo que, desgraciadamente, en España la falta profesionalidad es un problema cultural. Aquí la cultura es maximizar la relación rendimiento/esfuerzo al precio que sea. Sin ir más lejos, tal y como relata el FAZ en relación al caso de la Universidad de Vigo, el Decano de la facultad de los plagios, un tal Pedro Araújo, es alumno de doctorado del tal Mejuto. Es decir, los doctorandos de Mejuto son premiados, llegan a ser decanos, todo ello con el visto bueno (y la financiación) de la propia universidad y de la Junta de Galicia. ¿Se puede sacar más con menos?
Este es un tema de muchísima importancia, pero muy complejo. Creo que el análisis que se hace en esta entrada del caso de la Universidad de Vigo es bastante correcto, pero su generalización presenta problemas. Muchos de los casos que han sido mencionados en los comentarios anteriores (p.ej., el de Frey) tienen poco que ver con mediciones cuantitativas de la investigación y apuntan a defectos del sistema de revisión por pares, al menos en la parte editorial del mismo. En definitiva, creo que lo realmente importante para combatir estos casos es la publicidad, el no esconderlos debajo de la alfombra.
Extraordinario post. Enhorabuena. La valoración de la calidad de la investigación de un profesor entiendo que solo puede hacerse leyendo los trabajos. A mi juicio, no hay otra forma. La calidad de la revista puede ser un indicio, pero no todas tienen evaluadores por pares. El número de páginas o citas recibidas tampoco tiene que ser decisivo para valorar la calidad. Hay trabajos que no han sido muy citados porque la materia es muy específica y no ha sido tratada por los autores. En otras ocasiones se percibe cómo el trabajo ha sido consultado, tenido en cuenta y el autor no cita porque no quiere, directamente. También pasa que una materia nueva tratada por un autor en un trabajo no muy brillante es citado por ser el único escrito sobre la materia. Y, finalmente, hay autores que no citan, directamente porque consideran que"por su rango y categoría" no deben citar autores de "inferior rango y categoría".
Los que estamos dedicados a la universidad tenemos claro que el sistema de promoción está construido con base en criterios de "cantidad" y no de "calidad" y eso debe necesariamente cambiar si queremos tener investigadores serios.
Yo no he terminado el doctorado las veces que lo he empezado, pero sé que es un comentario corriente en la universidad española que el trabajo de la tesis doctoral, adecuadamente troceado y replicado con pequeños cambios, "va estupendo" para su publicación. A mí no me parece sorprendente la noticia, aunque sí la valentía del post que deja a un lado el corporativismo de la universidad.
Creo que, por su alcance internacional, a los lectores de este blog le interesa poco quiénes son Salustiano Mato, Juan Carlos Mejuto, Pedro Araújo, etc... A mí personalmente me preocupa que se le otorgue un premio a alguien que ha plagiado. Todos sabemos que en Alemania se han cargado a un Ministro por plagiar su Tesis, el famoso Guttenberg (más conocido como Googleberg). Es decir, hay corrupción en todos lados, pero aquí se tolera, no parece importar. Ese es el punto esencial: cómo se reacciona ante el mismo hecho en países serios y en España. Por todo ello, y en particular por las connotaciones, me parece mucho más grave lo del premio al plagio que el plagio en sí: deja en evidencia a la Universidad de Vigo, y mucho me temo que también a la Universidad Española.
La Universidad de Santiago de Compostela acaba de cargarse a 18 investigadores contratados bajo un programa "tipo Ramón y Cajal" de la Xunta de Galicia denominado "Isidro Parga Pondal". Tal es la indignación, que esta gente ha decidido encerrarse en el rectorado estas navidades. Y en Vigo le dan un premio a alguien involucrado en un plagio. Galicia calidade...
Leí la noticia hace algunas semanas y no sabía si creerlo. Creo que es difícil determinar el grado de responsabilidad de cada uno de los autores. Pero, aceptar beneficio o reputación a partir de este tipo de acciones ya es en sí reprobable.
En cualquier caso, el problema es de educación, de normas sociales, en un país donde los irresponsables no suelen reconocer sus errores, y donde los caraduras a veces no pagan por sus fechorías. Así (exagerando un poco), el ser un jeta se convierte en lo normal. He comprado a mi padre el libro ese que vendéis. Voy a comprarme otro para mí. Felices fiestas a todos y gracias por este espacio de debate.
Yo siempre dije que la Universidad es el sitio más corrupto, porque se autogobierna. Y encima, cuando salen a la luz sus corruptelas, no pasa nada, porque la justicia externa siempre dice "los departamentos tienen potestad para resolver sus asuntos". Es que no se dan cuenta de que esa medida es horrorosamente antidemocrática?... Y encima lo de los premios... en fin, se está riendo de todos nosotros.
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