CES es el acrónimo de Consejo Económico y Social, ente de derecho público de los cuales hay uno nacional y 17 autonómicos en nuestro país. El CES nacional fue creado en 1991 para reforzar la participación de sindicatos, patronal y otras organizaciones relevantes en la vida económica y social. Su función era la de servir como plataforma institucional de diálogo y deliberación (backoffice) de una amplia variedad de organizaciones socio-profesionales, además de tener una función consultiva en relación con la actividad normativa gubernamental en este tipo de materias.
Todos estos principios de actuación están muy bien, pero ¿han oído nuestros lectores la opinión de los CES durante la larga travesía por el desierto que comenzamos a finales de 2008? Mi impresión es que apenas, y eso que el dialogo social que precedió a las reformas laborales de 2010, 2011 y la nueva de 2012 se extendió durante casi 4 años sin resultado apreciable, como bien demuestran las acciones legislativas finalmente unilaterales por parte del anterior y nuevo Gobierno.
El presupuesto del CES nacional en 2011 fue de 10 millones de euros, de los cuales cerca del 77% procede de las aportaciones del Estado y el resto de remanentes de tesorería (21%) y otras pequeñas partidas de ingresos. De acuerdo con los recién presentados presupuestos de 2012, el sueldo de su actual Presidente es de 85.000 euros, el cuarto más elevado entre los altos cargos de los órganos consultivos, tras los de los responsables del Consejo General del Poder Judicial y Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional y Fiscal General del Estado. Una búsqueda por Internet, también permite conocer los presupuestos de bastantes de los CES autonómicos en 2010 o 2011: 2,0 m. en Andalucía, 3,0 en Cataluña, 1,0 en Canarias, 1,0 en la Comunidad Valenciana, 1,8 en Castilla y León, 0,5 en Extremadura y 1,6 en el País Vasco. En su conjunto, mi estimación de la cuantía presupuestaria anual de los 18 CES (nacional + autonómicos) es de 25 m. de euros.
En 2005 fui nombrado consejero del CES nacional por parte del Gobierno, dentro del denominado “grupo de expertos”. Las estructura de dicho CES está compuesta por el Presidente y 60 consejeros designados por el gobierno a propuesta de los agentes sociales: (i) 20 integrados en el Grupo Primero (representantes de organizaciones sindicales en proporción a su representatividad); (ii) 20 en el Grupo Segundo (representantes de organizaciones empresariales, también en proporción a su representatividad); y (iii) 20 en el Grupo Tercero (14 en representación de organizaciones agrarias, marítimo-pesqueras y consumidores y usuarios, más 6 expertos a propuesta de los Ministerios de Economía y Empleo-Seguridad Social). Los mandatos son de 4 años, por lo que cesé en mis funciones en 2009.
Mi experiencia en el CES durante estos años solo cabe caracterizarla como frustrante. En el grupo de expertos entonces nombrados (que fueron 5 en vez de 6) estábamos dos catedráticos de Derecho Laboral, uno de Filosofía del Derecho y dos de Economía (alguien que colabora asiduamente en NeG y yo mismo). Cuando nos lo propuso el entonces Secretario de Estado de Economía, David Vegara, a ambos nos pareció una tarea extremadamente interesante pues suponía una gran oportunidad de conocer los entresijos del dialogo social, algo siempre interesante para aquellos que nos dedicamos a la investigación académica en economía laboral. Pronto descubrimos la auténtica realidad de las cosas.
En primer lugar, la remuneración consistía en dietas por asistencia a las reuniones de las diversas comisiones. El resultado de este sistema de incentivos era fácilmente previsible: una inflación de reuniones inútiles (algunas pocas útiles). Por ejemplo, tras prometer nuestros cargos, las primeras reuniones que tuvimos eran para establecer los calendarios de las siguientes, sin contenido adicional y así sucesivamente. Dado que el coste de oportunidad de mi colega economista era alto, pues vivía lejos de Madrid, dimitió al mes de tomar posesión sin que nunca se produjera su sustitución. Las reuniones siempre funcionaban de la misma manera: cualesquiera que fueran los temas analizados en los dictámenes o propuestas de informes independientes, los representantes sindicales siempre exigían políticas de género y planes de formación y protección medioambiental, mientras que los representantes empresariales sistemáticamente solicitaban reducción de impuestos.
En segundo lugar, recuerdo con amargura las agrias discusiones en las reuniones del Grupo Tercero (supongo que sería similar en los otros dos grupos) sobre las cuotas presenciales en las amplias delegaciones que acompañaban al Presidente en sus viajes de representación del CES a lo largo y ancho de este mundo. Pasarse unos cuantos días en Jordania, Marruecos o Perú para exponer la visión de los diferentes grupos (como si el Presidente no pudiera hacerlo por si solo) convertían al CES en una gran agencia de viajes a cuenta del contribuyente. Y qué decir de los cursos de verano en El Escorial y Santander para presentar las Memorias Anuales, donde una gran parte de la audiencia eran los propios consejeros del CES y miembros de su gabinete técnico. Respecto a este último, sí que es justo decir que, formado por un pequeño grupo de economistas, abogados y sociólogos, su tarea era magnífica pues, obviamente, no solo redactaban los dictámenes sino que elaboraban buenas memorias anuales y otros documentos y revistas. No obstante, cualquiera de las tareas que realizaban bien pudiera haberse externalizado a expertos externos sin menoscabo de su calidad. Hablando de expertos, participé en varios comités de premios otorgados por el CES. La elección de los miembros de los jurados, aparte de aquellos que eran consejeros, siempre venía condicionada por la aquiescencia de patronal y sindicatos, con sus cuotas correspondientes de expertos “independientes”, lo que pueden imaginarse tenía gran impacto sobre la elección de los temas y personas premiadas.
Desconozco cómo funcionan los otros CES si bien, al vivir en Madrid, tengo alguna información sobre dicha institución en esta comunidad autónoma. Además de los escándalos que han surgido por el tratamiento de ciertos informes o por las peticiones de su actual Presidente de tener dos chóferes a su disposición, lo realmente sorprendente es la composición de su grupo de expertos: todos con ideología afín a la de la presidencia regional y ningún representante de aquellos centros de investigación y universidades en Madrid que se consideran más prestigiosos en los rankings internacionales sobre investigación en materias económicas.
La conclusión de todo ello quizás pueda resumirse en el reciente comunicado: “El Presidente de Cantabria, Ignacio Diego, ha presentado en rueda de prensa… las medidas que incluye este Plan. Entre ellas, ha anunciado que hasta que la coyuntura económica de Cantabria no vuelva a ser buena, habrá una suspensión temporal del CES.”
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Toda la razón. Sólo añadir que tu relato confirma lo que ya sospechaba: se trata de órganos inútiles en la práctica, dominados por cargos políticos y con peligro potencial de corrupción. De hecho, y ya que citas el CES de Cantabria en su suspensión ha pesado mucho el escándalo protagonizado por los oscuros gastos en dietas( y presuntamente lo que no son dietas ) de la anterior directiva, con un catedrático de la Universidad de Cantabria a la cabeza.
Casi se me saltan las lágrimas (de risa) cuando leo que "las primeras reuniones que tuvimos eran para establecer los calendarios de las siguientes, sin contenido adicional y así sucesivamente". Desde que he llegado a la administración pública estoy descubriendo el maravilloso mundo del middle management y sus reuniones. No hacen falta dietas: el middle manager tiene la impresión de que trabaja cuando acude a una reunión, aunque no haga nada en ella, o solo tome la palabra para no decir nada, que es otra especialidad.
Pero volviendo a los CES, mi escasa experiencia con miembros del CES de la UE o de la Walonia no hace más que confirmar lo que dice esta entrada. La pregunta interesante desde el punto de vista del political economics es por qué proliferan este tipo de instituciones perfectamente inútiles. ¿Quién las crea y mantiene? Yo tengo mis sospechas, sobre todo cuando a sus miembros se les nombra a dedo.
Muchas gracias por el artículo. Ha sido de gran interés. Aprecio mucho la valentía de hablar abiertamente y sin tapujos de una institución española que es ineficiente a todas luces. No obstante, me asalta una duda al respecto. ¿Por qué no dimitió usted de esta institución si la mayoría de sus reuniones le parecían una pérdida de tiempo y un robo a las arcas del Estado? Hago esta pregunta desde el respeto y mi más profunda admiración por su trabajo. Sólo quiero saber si usted decidió quedarse ahí para llegar a captar toda la ineficiencia del sistema para luego denunciarla o si, a pesar de la pérdida de tiempo y recursos que suponían muchas de sus reuniones, decidió quedarse porque había unas pocas que merecían la pena. Muchas gracias.
Todo esto está muy bien. Gastamos el dinero del contribuyente viajando por el mundo, sin ningún pudor ni vergüenza e incluso pensando que "trabajamos en algo importantísimo".
Pero de este post se extrae una segunda conclusión. Mientras se forma parte del juego, no se levanta la voz. Porque, oye, uno no es millonario y al fin y al cabo las dietas son jugosas. Por lo que dice en el post, el autor completó sin mayores dificultades su "mandato" de 4 años.
Eso sí, ahora ya está fuera. Así que -ahora- ya se puede despotricar sin problema. Es más, ahora además gobiernan otros y, oh casualidad, ponen a los de su cuerda. Para ello se da el ejemplo de la Comunidad de Madrid, pero no se compara con la composición ideológica del CES nacional antes del cambio de Gobierno. Se ve que "los de antes" no nombraban a sus cargos por afinidad idológica, como hacen algunas malvadas presidentas.
A mi todo esto me parece una vergüenza. Lo de antes y lo de ahora. Y que el que lo "denuncie" sea alguien que ha estado 4 años cobrando dietas de dinero público por asistir a reuniones absurdas cuando ya ha "cesado", por obligación, de su cargo, me parece más vergüenza todavía.
Y que el que lo "denuncia" se queje -ahora y no antes- de la afinidad idológica con el poder de los nombrados, aún mayor vergüenza.
Para haber estado usted tan "frustado" como dice, me da la sensación de que tardó demasiado en darse cuenta. Tan demasiado que agotó su mandato.
Creo que para ser coherente usted tendría que haber dimitido (como comenta que hizo su compañero), negándose a formar parte de esa farsa. Y, a continuación, haber denunciado esto mismo a la opinión pública, para evitar ese gasto innecesario de dinero público y esa sospecha de corrupción.
Un saludo.
Juan José,
Seguro que hay muchos otros Cies que debieran ser eliminados porque son puro costo y cero beneficio. El primer problema es cómo identificarlos porque la información sobre ellos debe ser cualquier cosa menos confiable y el segundo cómo eliminarlos porque los pocos que tienen un interés en su mantenimiento harán todo lo posible para evitarlo (incluyendo la información que no es confiable).
Buenos días, Juan José.
Gracias por los detalles. Supongo que otros lectores también tendrán experiencias como la tuya o conocen a miembros de tan ilustres consejos de muy diferentes colores políticos y profesionales. Pero la esencia es la descrita en tu artículo. El Consejo de Estado ya acoge de modo vitalicio a muchos arrimados. Cada CCAA tiene el suyo.
El ciudadano-contribuyente es como una Moby Dick vagando ciega e impotente hacia el averno arrastrando miles de rémoras insensibles que parasitan las grietas de su viejo pellejo.
Miles de tasas como arpones con sus cabos ahítos de racimos de lapas, --unos días lampernas y otros llampares-- que sirven de anclas de tormenta e impedimento procíclico a la fuga del esclavo.
Cuando a veces digo que nuestro sistema político ha creado la base de su propia destrucción con la dinámica de la compra del voto no digo nada que no sepamos todos pero esa frase no lo dice todo porque lo que tenemos es la arquitectura social necesaria para el mantenimiento del paradigma.
El mantenimiento y desarrollo de una estructura de poder requiere domesticar y gestionar desde el amigo leal hasta la oposición en potencia.
La solución es endiablada o inexistente porque cada estructura de poder que se organice ni siquiera puede plantearse llegar a serlo sin un complejo entramado de intereses. Los intereses creados que constituyen parte esencial de cualquier paradigma.
Lenin tardó en descubrirlo pero fue lo que le llevó a convertir su partido en un núcleo de profesionales disciplinados y bien remunerados a la conquista de posiciones de poder. Hoy sus nietos y bisnietos, en Rusia y en China, son los dueños del capital y su sistema lentamente converge con el nuestro.
Ya casi compartimos objetivos estratégicos desde la desesperanza y la sumisión.
Un saludo
Quizás la explicación hay que encontrarla en el
Momento politico de su surgimiento, y la idea del dialogo social institucionalizado. Pero está claro que Su función está desenfocada, si es que quieren subsistir. El estatal está previsto en la Constitución, aunque no pocas voces en la doctrina afirman que el actual CES no es el órgano que preve la norma fundamental.
En cualquier caso, se supone que estos consejos deberían ser cauce para el dialogo social, lo que no hacen, o efectuar propuestas concretas en materia económica o social, que tampoco.
Entonces, para qué mantenerlos?
Efectivamente, Consejos de esto o de aquello todos conocemos y en muchos casos no solo dudamos de su utilidad real sino algo que es aún peor, cuál es su objetivo, para qué sirven determinados organismos adornados bajo nombre muchas veces pomposos. En cualquier caso, y suponiendo( que es mucho suponer) que haya que mantener este tipo de "instituciones", como por ejemplo el CES nacional que aparece expresamente recogido en la Constitución, ¿dónde está escrito que deban tener un presupuesto ? Si tan interesados están los agentes sociales en formar parte del CES, ¿no lo harían sin necesidad de remuneración?, como pueda participar cualquier persona en alguna de las muchas asociaciones sin ánimo de lucro que existen en este país. movidas únicamente por convicciones personales, ya sean individuales o de grupo? En esa tesitura me gustaría ver a todos esos "consejeros"; y a buen seguro que las reuniones que menciona el autor del post serían bastante más fructíferas.
Marina,
Muchas gracias por tu comentario. Tu pregunta es muy pertinente. La verdad es que iba a muy pocas reuniones pese a que mi coste de oportunidad era bajo: ir de Getafe, donde trabajo, a la calle Huertas, donde esta el CES. Muchas veces tenia clase o estaba de viaje y otras simplemente porque era una perdida de tiempo (con un coste de oportunidad, si recuerdo bien, de unos 140 euros brutos por reunion menos el coste de la gasolina; el parking lo pagaba el CES). Esta situacion era diferente de la de mi colega que dimitio al cabo de un mes pues tenia que tomar un avion para ir y volver a casa (tambien financiado por el CES).
Yo tambien dimiti al cabo de un año pero el entonces Secretario de Estado de Economia insistio en que me quedara. De hecho, intentamos buscar a otra/o economista pero, dada la reputacion del CES, habia seleccion adversa: los buenos no querian y los menos buenos no le gustaban al MEH, asi que fue imposible recrutar a alguien prestigioso.
Tengo que decir que en el CES conoci a gente interesante, tanto en la patronal como en los sindicatos. Todos opinaban que era imposible cambiar las cosas. En el gabinete de estudios habia gente estupenda aunque la direccion dependia del color politico de la presidencia (en mi periodo, hubo un cambio de Presidente y, por consiguiente, un cambio de Director de Estudios pese a que el anterior, un conocido Catedratico de Sociologia, era muy valioso).
Mi ultima actividad fue organizar un curso de verano en la UIMP para presentar la memoria anual. Era un lio traer invitados externos que no recibieran el placet de los diferentes grupos. Aun asi, en la clausura del curso anuncie mi queja antes los representantes sindicales y de la patronal por no tener presente a ningun outsider (parados y precarios). Se armo un follon enorme con pitos y protestas contra mi persona. Esa fue mi despedida de CES.
Jaime,
Gracias por su comentario. Puede leer mi respuesta a Marina. Recuerde que fui nombrado consejero del CES en 2005. Dada la afinidad ideologica de los nombramientos por parte del Gobierno de turno, creo que su opinion sobre " de que cuerda soy" no se sostiene de ningun modo. Si quiere leer algo sobre mis afinidades politicas (personales e intransferibles, como las suyas), puede leer esta entrevista
http://www.elsiglodeuropa.es/siglo/historico/2010/889/889portada.html
Juan José, gracias por la interesante entrada
Para ser justos, habría que resaltar que D. Pedro Schwartz Girón, el actual presidente del Consejo Económico y Social de Madrid, es
1. miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
2. Premio Rey Juan Carlos I de Economía
3. Premio Rey Jaime I a la Economía
Supongo que este reconocimiento a sus méritos querrá decir algo
Soy un lector temprano de las primeras colaboraciones de Schwartz en la prensa hace ya unos cuantos años. Me aburrí pronto como siempre me ocurre cuando me topo con alguien que tiene una sencilla-teoría-que-explica-el-mundo y que acaba viendo todo del color del cristal con que lo mira. Como académico aún estoy esperando una colaboración suya en una publicación mínimamente relevante. Por lo demás, tener un premio en España no es garantía de nada.
Al menos el punto nùmero 1 no quiere decir nada. Ciertamente, algunos miembros de la tal Academia tendrán méritos, pero en cualquier muestra aleatoria de población te pasa lo mismo.
Perdón, Jorge y Aloe. Se me ha olvidado poner los correspondientes avisos de Irony on y off
Saludos
Me alegra leer escritos denunciando incluso lo que uno mismo realizo.
Lo que me sorprende es que conociendo tantos y tantos nombres de personas que no lo hacen, que viven y siguen viviendo de actividades que solo cuestan dinero y no son productivos, los medios de comunicación no lo denuncien con nombres y apellidos.
Los sindicatos, algunos dirigentes de los sindicatos, los empresarios que van de caza y que están bolsa, puede que sea para ellos, un método clásico de ganar dinero, consejero delegados, directores generales etc. y el país arruinado, ni una empresa en pie. Peor que con la gestión empresarial del Dictador franco, que las empresas del estado estaban todas arruinadas. Ahora en democracia resulta que la deuda es de las empresas privadas que ha asumido el estado, al final todo lo termina pagando el estado.
Muy interesante y te honra reconocer el dispendio de estas instituciones tipo;
el CES, el Senado, las Diputaciones y Cabildos... hay tanto donde recortar antes de llegar a meter a 40 niños por clase o no pagar la comida a los pacientes que están ingresados en un Hopital...
yo también tengo la sensación de que esto no se puede cambiar...pero los tiempos sí que cambian y las sociedades con ellos y quizás veamos un ERE en algunas de estas instituciones antes de lo que creemos.
Espero que no se lo tome a mal... pero, ¿necesitó realmente usted 4 años para darse cuenta de la inutilidad de ese organismo?
A lo mejor el resto de miembros tampoco tenían nada mejor en lo que perder el tiempo. O eran del "sector crítico" pero disimulaban y seguían pasando por caja a fin de mes.
Juanjo, enhorabuena, todo el mundo que sabe lo que dices es cierto, pero nadie lo suele decir en ningún medio, entre otras cosas porque hay mucha gente que vive muy bien del cuento. Yo puedo hablar del CES de la Comunidad de Madrid. Un ex-presidente me contó bastante escandalizado como funcionaba la cosa, si bien es cierto que nadie parecía muy interesado ni en contarlo en público ni en arreglarlo. Lo mismo que comentas tú del nacional pero todavía peor, como suele suceder cuando se pasa del organismo central al autonómico, que suele ser una versión en peor en todos los sentidos. Mi opinión es que habría que suprimir todos estos organismos y punto. No sirven para nada y resultan muy caros.
La Administración Pública española, para la que trabajo al igual que el autor del artículo, lamentablemente está plagada de organismos de escasa utilidad, pero ya no tanto por el fondo, que legitima tanto a los CES como a otras instituciones, sino por las formas, que con frecuencia ponen la ganancia económica y otros privilegios al servicio del trabajo bien hecho. Asi que, estas críticas a toro pasado y al abrigo de otro organismo público son gratuitas y solo sirven para destruir. Y en esta querida España nuestra es absolutamente necesario construir, desde dentro y desde fuera. Con buen tono.
Pedro Schwarz se quedó sin la Presidencia del Tribunal de Defensa de la Competencia de la Comunidad de Madrid, al suprimirse el organismo, entre otras cosas, espero, gracias a las denuncias que se hicieron en varios medios, incluido nuestro modesto blog, de lo que le costaba al erario público cada expediente de dicho Tribunal, dada la escasez de expedientes. Lógicamente había que compensarle. No le den más vueltas, que ya saben que a veces las explicaciones más sencillas son las verdaderas. Pero parece que el señor para ejercer tan importantes funciones necesita ciertas comodidades básicas, entre ellas disponer de dos conductores, que según esta noticia le cuestan al erario público 51.000 euros en sueldos. Previamente el CES había prescindido de dos puestos, que seguro que tampoco eran necesarios. Todo esto según esta noticia
http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/presidente-ces-tendra-conductores/csrcsrpor/20120305csrcsrsoc_10/Tes
Gracias por tu post Juanjo. Cuanto mas sepamos mejor. Y si es de alguien que ha estado dentro , muchisimo mejor porque la información es de primera mano.
Quizás la información y la transparencia sean la única manera de evitar que parásitos , sanguijuelas y políticos varios se dediquen dilipendiar el dinero publico.
Conozco a gente que ha presenciado el trabajo del CES europeo, y debo decir que en todas partes cuecen habas.
Los CES son, sin excepción alguna, vestigios del corporativismo más rancio, dedicados unicamente a pagar dietas a sus miembros y, sobre todo, a promover sus egos. Dudo que su desaparición fuese muy lamentada.
Madre mía.
Oye Juanjo, a propósito de tu queja de que los CES de Madrid son todos de la idelología de la Presidenta ¿Tú no tienes ideología, crees que en 2005 te nombraron sólo por tus méritos profesionales?
Y cuál es esa ideología de la Presidenta? es algo feo, como fascista o así?
Yo creo que toda las ideologías parlamentarias son respetables, pero no creo que sea necesario que haya cuotas ideológicas no tales Órganos consultivos. Vamos, no veo ninguna obligación moral ni legal que lo exija.
Me parece que se te ha visto la gamba.
Keynesiano, introducir nuevos puntos de vista en un debate es muy positivo, pero es conveniente que la pasión no nuble el juicio
Hombre, creo que el hecho de que Juan José Dolado es uno de los mejores investigadores en economía de España no es discutible.
Podrás o no estar de acuerdo con él, pero su valía no es una cuestión de opinión
Consulta, por ejemplo, este ranking http://ideas.repec.org/top/top.spain.html#authors
Juan José Dolado aparece en el puesto número 4
Saludos
Keynesiano,
Gracias por tu comentario. Como decia en la respuesta a Jaime, la ideologia es personal e intransferible y jamas he hecho un juicio de valor sobre la ideologia de MI Presidenta (elegida democraticamente por una gran mayoria de la ciudadania madrileña...aunque yo no la vote). En el grupo de expertos del CES, como su propio nombre indica, deberia haber personas que hayan analizado los temas socioeconomicos objeto de dicha institucion. Y la investigacion (que no es materia exclusiva de los integrantes de dicho grupo pero si necesaria) se juega con reglas internacionales bien establecidas. Como decia en una de mis respuestas anteriores, alcanzar un exito en el torneo de El Escorial no es lo mismo que en Wimbledon. A buen entendedor, palabras sobran.
No, si no discuto eso. Quede claro que estoy de acuerdo con tu post: son organismos prescindibles. Simplemente decía que EA tiene derecho a nombrar a quien crea oportuno. Sobre todo si son eso, prescindibles, de influencia nula. Lo que me preocupa es el peso de las ideología, que a lo que se ve las dos más importantes son incomunicables. Sí, ya sé me vas a decir que por culpa de la de enfrente. Pues no, creo que por culpa de las dos.
Juanjo, creo que confundes la velocidad con el tocino. Por supuesto que "la investigación" se juega con reglas internacionales (publicaciones en revistas de prestigio, etc.), pero un "experto" no tiene porqué ser un "investigador" ni mucho menos.
Yo puedo conocer el entorno socio-político-económico a la perfección, saber como respiran patronal y sindicatos, saber promover acuerdos entre ellos, saber -por experiencia- el tipo de medidas que habría que adoptar para mejorar la situación... y no haber escrito una ecuación en mi vida.
Del mismo modo, tú puedes haber escrito modelos sofisticadísimos con alfas, betas, haussianas y estimadores superconsistentes, lo que te puede haber dado acceso a publicar en la mejor revista del mundo... y no tener ni idea de cómo se crea una empresa en España y de qué problemas tienen.
Si prefieres engañarte a ti mismo y considerar que te eligieron por tus publicaciones y no por tu ideología... allá tú.
Son estos momentos de profundas reformas, por lo que animaría a los colaboradores y editores de NeG a que continúen el análisis de aquellas instituciones que puedan ser prescindibles
... o que requieran cambios sustanciales. Empieza a haber un debate en la calle sobre la Jefatura del Estado y la necesidad de una mayor rendición de cuentas
Aconsejo la lectura de la entrada de Rodrigo Tena en el blog Hay derecho
http://hayderecho.com/2012/04/19/el-gran-cazador-blanco-o-la-cuadratura-del-circulo/
¿Qué cambios serían necesarios?
Querido Juanjo.
Sólo para indicarte que el gobierno de la JCCM (o sea, de Castilla La Mancha), entre las primeras medidas que ha adoptado se encuentra la de suprimir el CES de CLM y la Oficina del Defensor del pueblo de CLM. Lo segundo excede del comentario, peor lo primero va en la línea del mismo. En cuanto al CES estatal, quizá haya que tener en cuenta en tu por otra parte bien entretenida exposición, el art. 131 de la Constitución española.
Un saludo cordial desde la planicie manchega
Estimado Antonio Baylos,
Muchas gracias por tu comentario. Un amigo me aconseja leer ( y quizas a ti tambien te interese) los ultimos cuatro parrafos de este link donde se discuten las tareas encomendadas al CES desde el punto de vista del Art. 131 de la Constitucion.
http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/sinopsis/sinopsis.jsp?art=131&tipo=2
Hola Juanjo:
En relación a tus notas sobre el CES de España, no me extraña que tu propuesta sea la de suprimirlo privatizando lo único que consideras salvable, lo que tu llamas gabinete de estudios, para que su trabajo lo realizaran “expertos externos”, imagino que pensando en ti mismo y en tus amigos. Y digo que no me extraña porque se que también defiendes la privatización del Pacto de Toledo, para que el Parlamento y las organizaciones sociales no tengamos nada que decir sobre el sistema de pensiones, y sus necesarias reformas quedaran en manos de “expertos independientes”. También conozco tus opiniones sobre el nefasto papel de la negociación colectiva, de los derechos colectivos del trabajo o de los sindicatos. Ciertamente, el CES puede ser prescindible, como tantas cosas en esta vida, pero quién eres tú para dictaminar que lo es y qué no, en procesos sociales que se ha tardado mucho tiempo en tejer de forma compartida. Imagino que tendrás una propuesta de reforma de la Constitución de España para que tus palabras no sean sólo las de un tertuliano neoliberal.
Pero no quiero debatir sobre “tu pensamiento único”, sino sobre algunas opiniones más personales de tu “frustrado” transito por el CES de España, porque creo que pontificas desde la ignorancia y desprecias el trabajo de muchas personas que llevamos muchos años trabajando en el estudio de la actividad económica, convencidos de que conocimiento compartido, diálogo, negociación o consenso son empeños básicos para construir una sociedad más justa y democrática.
El CES de España es, en primer lugar, un órgano consultivo del gobierno al que somete a dictamen las principales normas socioeconómicas que considera de especial relevancia, antes de enviarlas al Parlamento, para conocer la opinión de los agentes sociales, y su valor es la búsqueda del consenso porque las opiniones “de parte” suelen ser conocidas. En segundo lugar, desarrolla informes a iniciativa propia y otras actividades colaterales como seminarios, apoyo al diálogo social en otros países o premios de investigación. El diálogo social lo conforman los propios agentes sociales desde su autonomía y no tiene nada que ver con una supuesta “back office” en el CES.
Me sorprendió que desde el primer momento de tu nombramiento no quisieras participar en lo que es su principal función, la consultiva. De hecho, recuerdo que te comenté por qué no participabas en dictámenes que consideraba de interés, como el anteproyecto de ley de contratos del sector público, el de la ley de defensa de la competencia o la ley del suelo, y tu respuesta fue que estabas muy ocupado con tus clases y tus conferencias y que no habías aceptado el cargo para debatir sobre estos “temas menores”. Los dictámenes que elaboramos y que tu considerabas “menores” están a disposición del publico en la web del CES y nos llevaron muchas horas de estudio, muchas consultas a personas más conocedoras de los temas específicos, y muchas horas de trabajos “sin dieta” para poder conformar consensos, y en su caso hacer explicitas las discrepancias. Tu solo te apuntaste a los seminarios y temas de más relumbrón, y acabaste, como dices, con pitada a tu “pensamiento único”. Vaya espíritu de diálogo.
No sé por qué aceptaste el nombramiento como vocal del CES, si no entendías su papel, el interés de los temas que se debatían, o la importancia de buscar el consenso social más allá de opiniones de parte. Tampoco por qué no dimitiste a los pocos meses, como me dijiste en reiteradas ocasiones. ¿Quizás pensabas que era un nombramiento honorífico? ¿Qué honores tenían que hacerte? La persona del “grupo de expertos” a la que haces referencia, que dimitió meses después de tomar cargo me explicó que le costaba asistir a las reuniones, porque vivía fuera de Madrid y porque estaba preparando oposiciones a cátedra. Al menos fue más honesta que tú.
El trabajo en un órgano como el CES de España es poco vistoso y mediático –y creo que así debe ser- y requiere gran capacidad para estudiar múltiples temas, moverse en red para consultar a las personas que más saben de ellos y, sobre todo, una gran capacidad de escuchar las opiniones de los demás, intentar comprenderlas y debatirlas para buscar una opinión común, si es posible. De tu paso en el CES solo me diste muestras de tu ignorancia, de tu prepotencia y de tu escaso interés en el diálogo.
Siento que haya sido así, y que haya tenido que perder una parte de esta tarde de domingo para contestarte. Tus opiniones serán las que sean, pero me parece indignante tu falta de respeto al trabajo de otras personas,
Jorge Aragón
Jorge,
Muchas gracias por tu comentario. No descalifico el trabajo de nadie. Simplemente digo que la institución no parece funcionar. El recurso a mi ignorancia, prepotencia y pensamiento único me parece demasiado manido y muy triste viniendo de alguien a quien considero un buen profesional. Como también me lo parece que las personas se eternicen en las instituciones de esta natturaleza.
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