- Nada es Gratis - https://nadaesgratis.es -

A Vueltas con el IVA y las Cotizaciones

A José-Víctor Ríos-Rull no le ha gustado mi post sobre la propuesta de subir el impuesto sobre el valor añadido (IVA) y bajar las cotizaciones sociales. A él le parece que es una reforma que podría conseguir los objetivos que se propone: aumentar la producción y el empleo sin disminuir la recaudación. Me ha convencido. Este es su razonamiento y lo reproduzco aquí usando datos de la economía española en 2007.

Supongamos que a mi empleador le cuesta 100 euros contratarme. Entonces mi salario neto después de pagar la cuota de la seguridad social y el impuesto sobre el trabajo será 100(1-T). Si el tipo medio del IVA es V con mi sueldo bruto podré comprar 100(1-T)/(1+V) unidades de consumo. En esa expresión (1-T)/(1+V) mide presión fiscal efectiva sobre el trabajo. En España en 2007 el valor de esa cifra era 0,75. O sea que el español medio disponía del 75 por ciento de su salario bruto para consumir y el 25 por ciento restante eran impuestos. Visto de otra forma, si en 2007 el español medio no hubiera ahorrado nada de sus rentas laborales, habría trabajado nueve meses para si mismo y los tres restantes para el estado.

Además sabemos que (1-T)/(1+V) es una medida de los distorsión fiscal sobre la decisión de trabajar. Ahora sin jerga: cuanto menor es (1-T)/(1+V) más crecen el empleo y la producción. También sabemos que en España en 2007 el consumo privado supuso un 64 por ciento de la producción y las rentas salariales un 53 por ciento ---comentario para enterados: todos los cálculos están hechos a coste de los factores. Supongamos que esos porcentajes fueran las bases de los impuestos correspondientes y supongamos para simplificar que las bases no cambian si cambiamos los tipos un poco. Entonces si bajamos un 1 por ciento las cotizaciones sociales, para mantener la recaudación sólo tenemos que subir el IVA en un 0,83 por ciento. Y en ese caso el impuesto efectivo sobre el trabajo disminuiría aproximadamente en un 1 por ciento ---en realidad en un 1,46 por ciento; del 25,25 al 23,81. Y, por lo tanto, si la economía española se comportara como predice la teoría, la reforma propuesta aumentaría la producción y el empleo sin afectar a la recaudación.

Claro que para llegar a este resultado hemos tenido que simplificar los cálculos y nos hemos olvidado del efecto de los tipos sobre las bases, de la progresividad del impuesto sobre la renta de las personas físicas, y del mínimo exento y del tope de las cotizaciones a la seguridad social. ¿Serán estas las razones que llevan al Secretario de Estado de Hacienda Carlos Ocaña a negarse en redondo a considerar esta propuesta?