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El impacto de los caballos en las naciones nativo americanas

En Estados Unidos y en América en general, las poblaciones indígenas muestran peores indicadores socioeconómicos que el resto de la sociedad (Akee et al., 2019; Feir et al., 2023). Este hecho se ha vinculado a diferentes aspectos institucionales como la coexistencia forzada, la división de la tierra o el agotamiento de los recursos naturales. Cuando los europeos llegaron a Norteamérica, alrededor del siglo XVI, las tribus nativo americanas tenían en muchos casos economías complejas y especializadas en distintos métodos de producción. Sin embargo, la evolución de estas tribus o naciones (no hay hoy en día un consenso sobre cuál de los dos términos es más adecuado, así que en esta entrada usaré ambos indistintamente) se vio afectada radicalmente por la llegada de los colonizadores.

Como es bien sabido, uno de los principales efectos negativos de la llegada de los europeos fue la exposición a enfermedades a las que los nativos americanos nunca habían estado expuestos (Diamond, 1997). Ademas de gérmenes, los colonizadores también trajeron con ellos los caballos (que habían existido en América miles de años antes, pero desaparecieron por diversas razones (Taylor et al, 2023)). Esto provocó cambios significativos en la historia y vida de las naciones nativo americanas en Norteamérica durante los siglos XVII y XVIII y afectó su modo de subsistencia y poder militar. En un trabajo reciente analizamos si esta nueva tecnología tuvo efectos positivos en estas tribus.

No somos los primeros en estudiar la influencia de los caballos en distintas sociedades. Por ejemplo, Lynn White (ver aquí) argumentó que la invención del estribo de hierro contribuyó a la llegada del feudalismo. En un estudio mas reciente, mi coautor Motohiro Kumagai ha analizado cómo la adopción  del caballo fue un factor importante en la formación de los estados, en línea con otros autores como Stanislav Andrenski que estudió el impacto de la preeminencia de la caballería en el aumento de la desigualdad (ver aquí). El politólogo Carles Boix también ha escrito sobre de la importancia de los caballos en América y África (ver aquí). Nuestro trabajo difiere de esta literatura en que estudiamos el efecto causal (no simplemente correlacional) de la adopción del caballo en múltiples dimensiones como la población, el modo de subsistencia y los conflictos en una población en concreto, los habitantes nativos de Norteamérica.

Los caballos tuvieron aspectos a priori positivos para los pueblos nativo americanos que los adoptaron. Facilitaron la caza de animales salvajes, especialmente el bisonte, muy abundante en la región de los Great Plains, y les proporcionaron una enorme ventaja militar sobre las naciones que no los adoptaron o lo hicieron más tarde. Sin embargo, como mostramos más abajo, esto último también resultó en más guerras y conflictos entre tribus -un resultado negativo a nivel agregado, pero que pudo beneficiar a algunas tribus como, por ejemplo, los Comanches. Además, como mostramos en el trabajo, las tribus con caballos pudieron defenderse mejor de los colonizadores y posiblemente negociar mejores tratados, como los Dakotas y Lakotas (también conocidos como Sioux).

Otro efecto de los caballos fue el incentivo a especializarse en la caza en lugar de la agricultura o el pastoralismo. Un ejemplo son los Tetones o Lakota, cuya economía pasó de estar basada en la agricultura a la caza alrededor de 1750, fecha en la que estimamos que adoptaron el caballo. ¿Fue esta especialización buena para estos pueblos? La respuesta no es obvia. En primer lugar, el cambio de dieta que trajo dedicarse principalmente a la caza llevó a un consumo desproporcionado de proteínas en detrimento de otros nutrientes, contribuyendo a que algunos miembros de estas tribus fueran los humanos más altos en su tiempo (Steckle y Prince, 2001, Prince and Steckle, 2003), pero tambien a que experimentaran importantes deficiencias nutricionales. Además, la transición de la agricultura a la caza puede considerarse una anomalía histórica, ya que las economías humanas generalmente han evolucionado en la dirección opuesta. En perspectiva, especializarse en la caza del bisonte podría haber sido una mala decisión, ya que la población de bisontes se redujo drásticamente hasta casi desaparecer a finales del siglo XIX. Los motivos de este espectacular ejemplo de agotamiento de un recurso natural fueron diversos: un exceso de caza por parte tanto de los nativos americanos como de los colonizadores, quienes comercializaban sus pieles y su carne (las lenguas, especialmente), y el exterminio deliberado de los bisontes por parte del ejército estadounidense para presionar a los nativos americanos a rendirse y ceder sus tierras (ver aquí). El Gráfico 1 muestra la evolución de la población de bisontes en Norteamérica entre 1730 y 1889.

Gráfico 1: Localización de los bisontes en Norteamérica

Fuente: Feir et al. (2023). Este mapa, digitalizado del original de Hornaday (1889), muestra la localización de las manadas de bisontes norteamericanos a través del tiempo. La región rosácea se refiere a 1730, la región marrón corresponde a 1870, mientras que las áreas azules corresponden a 1889. El mapa también muestra las fronteras de los territorios nativo americanos

Lo primero que estudiamos en nuestro trabajo es qué factores predicen que una tribu adoptara el caballo. Una variable importante es la productividad de la tierra. Uno pensaría que, ceteris paribus, las naciones que residían en tierras muy productivas para la agricultura tuvieron menos incentivos a adoptar esta nueva tecnología. Esto es precisamente lo que encontramos, como puede verse en el gráfico 2. Los Yavapai, por ejemplo, vivían en una tierra muy productiva para la agricultura y adoptaron el caballo relativamente tarde (en el año 1731)[1], mientras que los Navajos, que vivían en las áridas tierras de lo que es hoy ArizonaUtah, y Nuevo México. adoptaron el caballo mucho antes (en el año 1668). Este ejercicio tiene en cuenta la zona donde los españoles dejaron sus caballos, así como muchas otras variables como la latitud, longitud y elevación de los territorios donde habitaban estas tribus.

Gráfico 2: Idoneidad de la tierra para agricultura y año de adopción del caballo

Nuestra hipótesis es que la introducción del caballo en Norteamérica representó un shock tecnológico que puede interpretarse a través de un modelo Maltusiano. Según este modelo, esta mejora tecnológica conllevó un rápido aumento de la población al hacer la caza más eficiente; las familias podían permitirse tener un mayor número de hijos y la alimentación mejoró, reduciendo la mortalidad (aunque, como he dicho antes, no está claro si esta nueva dieta fue positiva en el largo plazo). El Gráfico 3 muestra el efecto de la adopción del caballo en la población: alrededor del año de adopción del caballo (año 0), la población aumenta, para luego estabilizarse y caer al cabo de unas décadas.

Gráfico 3: Efecto de la adopción del caballo en la población

El Gráfico 4 muestra la relación entre el número de años que pasaron desde que una nación comenzó a usar los caballos y su dependencia de la caza como modo de subsistencia. Esta relación es positiva, pero a largo plazo, la dependencia de la caza disminuye, probablemente debido a la reducción en el número de bisontes. Nuestro modelo Maltusiano captura la transición de la agricultura a la caza, así como el declive en la dependencia de esta forma de subsistencia: a medida que aumentó el consumo de bisontes, su stock disminuyó paulatinamente, lo que condujo a una reducción en el tamaño de las tribus.

Gráfico 4: Años usando caballos y dependencia de la caza

En otro trabajo relacionado, estudiamos también la relación entre la adopción de los caballos y el número de guerras en las que una tribu se vio envuelta. Aunque todavía estamos recopilando todos los datos, ya disponemos de algunos resultados preliminares. El último gráfico muestra una relación positiva entre el número de conflictos entre tribus y el número de años que estas tribus utilizaron caballos (los diferentes colores indican las regiones a las que pertenecían las diferentes naciones). La asociación entre las dos variables es claramente positiva, lo que sugiere que la adopción de los caballos llevó consigo un aumento en la violencia entre las tribus. En un trabajo paralelo mostramos también una fuerte correlación entre la experiencia en el uso de caballos y los enfrentamientos con los colonizadores y mostramos que las tribus con mucha experiencia en el uso de los caballos, como los Sioux, Cheyennes o Comanches, se enfrentaron mucho más a los colonizadores y tardaron más en ser derrotados y ceder sus tierras.

Gráfico 5: Años usando caballos y conflictividad entre tribus

Nuestros estudios ayudan a entender mejor lo que sucedió con los nativo americanos entre los siglos XVI y XIX, una población que ha sido poco estudiada, especialmente en este periodo. Creemos que este ejercicio también sirve como reflexión sobre cómo la adopción de una nueva tecnología, el caballo en este caso, puede tener efectos negativos a largo plazo. En nuestro estudio, los caballos llevaron a un aumento de la población y a la sobreexplotación de los bisontes, así como a un mayor número de conflictos. Aunque esto pudo beneficiar a algunas tribus, nuestra lectura es que el efecto terminó siendo negativo para la mayoría de ellas. Salvando las enormes diferencias, tal vez se podría extrapolar este tipo de ejercicio a la adopción de nuevas tecnologías hoy en día, como la inteligencia artificial.

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[1] Nótese que la escala del gráfico no corresponde a un año en concreto. Eso es así porque el eje vertical es el residuo de una regresión del año de adopción del caballo sobre varios factores, excluyendo la productividad de la tierra.