- Nada es Gratis - https://nadaesgratis.es -

Turismo Concursal

La bancarrota personal en el Reino Unido es una de las más laxas de Europa. El proceso de bancarrota es relativamente sencillo: Cuando una persona física se declara en bancarrota, todos sus activos actuales pueden ser utilizados para pagar sus deudas existentes. Además esa persona no podrá tomar prestado durante el tiempo que dura el proceso de bancarrota ni realizar ciertos tipos de operaciones económicas, como, por ejemplo, gestionar una empresa. Estas restricciones duran 12 meses a partir del momento en que se considera que la bancarrota se ha concluido. En total, el proceso de una bancarrota personal sencilla dura menos de dos años siempre que se coopere con el juez a la hora de poner a disposición todos los activos que se poseen. La ocultación de activos o, simplemente, no cooperar a la hora de realizar un listado completo de todos ellos está penada con la cárcel.

¿Qué ocurre después de la bancarrota personal? Legalmente, todas las deudas pasadas han sido canceladas. Cualquier activo nuevo que el antiguo deudor genere es de su propiedad y no podrá ser reclamado por los acreedores previos a la bancarrota. El deudor es dado de baja en el registro de bancarrota y las restricciones legales ya no operan. Es muy probable que las agencias privadas de crédito le asignen una calificación negativa como deudor durante algún tiempo (hasta seis años), por lo que el acceso al crédito será limitado. También es posible que el juez determine algunas restricciones adicionales que pueden durar hasta 15 años, aunque, de nuevo, estas se reservan solo para aquellos deudores que no cooperan con el proceso.

Este proceso concursal personal contrasta con el de otros países, entre ellos Alemania, Francia o España, en el que el deudor responde de sus deudas con todos sus bienes presentes y futuros. La bancarrota personal, en estos casos, solo protege los ingresos futuros hasta un máximo determinado y algunos activos básicos. Existen también legislaciones hibridas como la Irlandesa, en las que el periodo transitorio de bancarrota solía ser de 12 años (actualmente tres).

Sobre las posibles reformas concursales en España, Marco Celentani han escrito mucho y bien en Nada es Gratis, sobre todo relacionándolas con el proceso emprendedor (aquí teneis algunas entradas I, II, III y estas en particular, con Fernando Gómez sobre la reforma de la ley concursal en España IV, V y VI ).

Todo este largo preámbulo para contaros que, como casi siempre, los diferenciales legales generan comportamientos estratégicos. Estos pueden ser en el tiempo como describíamos aquí o en el espacio. Existe un número pequeño, pero creciente de personas que emigran al Reino Unido para declararse en bancarrota. De acuerdo con la legislación de la Unión Europea un ciudadano europeo que desee declararse en bancarrota debe hacerlo en el país de la UE en el que ha residido legalmente y económicamente durante los últimos 6 meses. La residencia económica la determina normalmente el lugar de trabajo o la fuente principal de ingresos. Cuando la residencia económica es difícil de determinar, hay una serie de reglas que determina cada país y que están generando jurisprudencia creciente. Por lo tanto, es posible que un deudor emigre a otro país para posteriormente declararse en bancarrota. El Reino Unido es un destino particularmente atractivo.

¿Cómo funciona este turismo concursal? Imaginémonos, por ejemplo, una persona, residente en España, Alemania o Francia, con nivel de endeudamiento insostenible, pocos activos físicos, y mucho capital humano. Para esta persona, la bancarrota continental es muy costosa, porque todo ese capital humano va a generar ingresos que van a cubrir fundamentalmente el pago de intereses. Esta persona podría considerar buscarse un trabajo en el Reino Unido. Después de seis meses de residencia y actividad económica continuada estaría habilitado para declarar una bancarrota personal bajo la legislación del Reino Unido. Poco más de un año más tarde se produce el fresh start, la oportunidad de comenzar de nuevo.

Han surgido varias empresas especializadas en gestionar el proceso y no es particularmente barato. Los costes legales y administrativos rondan los 2000 euros. A esto hay que añadir la capacidad para operar económicamente en el Reino Unido durante seis meses cuando se está fuertemente endeudado. Esto hace que, por ahora, el turismo concursal sea bastante minoritario. Se estima que entre 200 y 400 personas utilizan el procedimiento cada año. Sobre todo, procedentes de Irlanda y Alemania. Aproximadamente un tercio de las solicitudes son rechazadas al no quedar demostrada la residencia económica en el Reino Unido.

Algunos ejemplos recientes incluyen al cantante Shane Filan, o al ex-ministro Ivan Yates, ambos irlandeses. Como apuntaba anteriormente, la bancarrota personal es particularmente atractiva cuando se tienen, simultáneamente, muchas deudas y mucho capital humano. Por eso, el gobierno del Reino Unido ha incorporado algunas restricciones. En particular, las deudas contraídas para realizar estudios (por ejemplo un préstamo para pagar la matrícula de un master) están excluidas del proceso de bancarrota y se pagan a la española, con todos los ingresos futuros, aunque los estudiantes no están obligados a pagar hasta que no alcancen ingresos de 21 000 libras.