En mi primera contribución como colaborador regular en Nada Es Gratis voy a hablar de manipulaciones contables. Vaya por delante que mi interés por la contabilidad es bastante tardío. Durante la carrera de Económicas intenté evitarla por todos los medios. Los únicos dos balances que he cuadrado en mi vida fueron en exámenes estrictamente obligatorios. Sin embargo hay contribuciones recientes de la contabilidad analítica que me parecen muy interesante desde el punto de vista de las finanzas empresariales.
En Estados Unidos, las empresas cotizadas deben informar trimestralmente de sus beneficios netos. Es costumbre que estos se expresen en términos de beneficios por acción, en dólares y céntimos. Las décimas de céntimo se redondean al céntimo más próximo. Para hacernos una idea, la magnitud típica de estos beneficios por acción son 38 céntimos de dólar durante el periodo 1980 y 2006.
Joseph Grundfest y Nadya Malenko de la Universidad de Stanford analizan las cuentas trimestrales de 22460 empresas durante este periodo. En lugar de utilizar los beneficios por acción anunciados por las empresas los calculan directamente, partiendo de los beneficios agregados y del número de acciones. Posteriormente analizan la frecuencia con que cada número se presenta en el primer decimal de dicho ratio (décimas de céntimo de dólar). Los resultados son bastante sorprendentes.
Fuente, Grundfest y Malenko (2011)
El numero cuatro (y en menor medida el tres y el dos) es relativamente infrecuente. Con una muestra tan amplia es estadísticamente es casi imposible que esto sea una casualidad. ¿Que hay detrás de esta regularidad?
Grundfest y Malenko proponen que es un fenómeno asociado a las manipulaciones contables y al redondeo de los beneficios por acción. El mecanismo es sencillo: Supongamos que una empresa ha tenido beneficios por acción de 37,4 céntimos de dólar. Si la empresa es honesta debería anunciar que los beneficios por acción han sido 37 céntimos de dólar. Esto puede ser un problema si los analistas anticipan un beneficio de 38 céntimos y será percibido como malas noticias, con la consiguiente perdida de valor de las acciones. Para evitar esta situación la empresa puede estar tentada de manipular contablemente sus beneficios. La tentación es grande, basta con un pequeño cambio en los beneficios (por ejemplo revalorizar unos pocos activos que están contabilizados a valor histórico) para conseguir llegar a 37,5 céntimos de dólar. Entonces el beneficio se podrá redondear al alza y anunciar 38 céntimos de dólar por acción. El mercado considerara que todo esta en orden y todos contentos. El artículo bautiza el fenómeno de la ausencia de cuatros como cuadrofobia o miedo a los cuatros.
La segunda parte del artículo es quizá aun más interesante. Analiza cuando es el fenómeno de la cuadrofobia más intenso. Encuentra que el fenómeno se acentúa en empresas con más seguimiento de los analistas, las que tienen problemas para llegar a las cifras que espera del mercado y aquellas con un marco legal mas laxo. Las manipulaciones contables que dan lugar a la cuadrofobia son en general pequeñas y legales, sin embargo son un síntoma de otros problemas. La ausencia de cuatros predice peores beneficios a final de año, pleitos por motivos contables y futuras acusaciones de fraude. En definitiva, si una empresa lleva años sin “sacar” un cuatro vale la pena investigarla mas a fondo.
El estudio de las manipulaciones contables es uno de los temas clásicos de la contabilidad analítica. Para España sabemos, por ejemplo, que las empresas tienden a ocultar beneficios contables en el periodo previo a una negociación colectiva a nivel de empresa (Mora y Sabater, 2008); que tienden a “sacar” beneficios extraordinarios justo antes de emitir acciones (Pastor y Poveda 2010) y que “alisan” los beneficios anuales para reducir su varianza (Saurina 1999, Alcarria y Gill de Albornoz 2003).
Más recientemente el Financial Times mostraba en Julio del año pasado la evolución de los préstamos en mora de las Cajas en España. Utilizaba datos de Credit Suisse y del Banco de España para mostrar el siguiente gráfico.
Fuente, Financial Times. Alphaville “What’s up with Spanish mortgage lending?” (20-Julio-2010)
Las barras grises muestran el crecimiento medio de préstamos en mora durante los primeros dos meses del trimestre, mientras que las azules el crecimiento durante el último mes del trimestre. Es de esperar que en un periodo tan corto como un trimestre, los préstamos entran en mora mas o menos homogéneamente en el tiempo y que la barra azul debería ser aproximadamente igual que la barra gris. Sin embargo la barra azul es bastante mas corta. Al igual que con la ausencia de cuatros, lo mas probable es que cuando se acerca el final del trimestre, algunas cajas, asustadas por la mala imagen que da la cifra agregada de los prestamos en mora intentan “maquillar” el resultado posponiendo algunos “prestamos malos” al siguiente trimestre. Así además pueden dar la falsa imagen de que “aunque las cosas no han ido muy bien en el trimestre, el último mes da muestras de mejoría”.
De nuevo, siguiendo el argumento de Grundfest y Malenko creo que lo importante no es tanto que nos escandalicemos ante la manipulación de los datos sino realizar la inferencia correcta sobre lo que significan. Empujar unos cuantos préstamos en mora al siguiente trimestre seguramente es legal y no tiene gran trascendencia, sin embargo puede ser indicativo de que la caja tiene serios problemas. Aquellos bancos y cajas que tienen los deberes hechos no deberían estar muy preocupados por salir bien en la foto de fin de trimestre. Un banco o caja que muestra niveles de mora anormalmente bajos el último mes del trimestre debería ser investigado más a fondo. Desgraciadamente, los datos de mora desagregados por mes e institución no son públicos, solo los tiene el Banco de España. Espero que se los mirará con lupa.