Nota de los editores. Continuamos con la serie de entradas de antiguos editores de NeG con ocasión del X aniversario.
En verano del 2009 me contactó Javier Díaz-Giménez para involucrarme en un nuevo proyecto, un blog patrocinado por FEDEA bajo la batuta de Pablo Vázquez. Por aquel tiempo solo existía el nombre de Nada es Gratis, Javier siempre tuvo un gusto fino para los nombres. Fue un acierto. Es a día de hoy una historia de éxito. Diez años después supongo que lo que toca es una mirada atrás, aquello de “¡cómo hemos cambiado!”
Por aquella época los blogs eran poco menos que una excentricidad (al menos para mí). Y el mundo era muy distinto. Estábamos entrando en una recesión sin precedentes en la historia reciente, gobernaba ZP una España bipartidista y Obama en USA. El blog, la economía, la política… todo ha cambiado, y las redes han jugado un papel determinante.
En 2009 nació NeG y en 2019 la batalla de las ideas se juega en las redes mucho más que entonces. Mi primera entrada, de 16 de junio de 2009, hablaba del papel de los gurús en la prensa. Por aquella época corría un tal Niño Becerra, que salía en todas las cadenas presagiando debacles, que según él mismo consultaba en cartas astrales. En otra entrada me atreví a contradecir las predicciones sombrías de Roubini sobre el futuro del euro. Pues ahí andamos, hoy en día es lo mismo, pero más. Ahora ya no hace falta salir en los medios, la difusión se multiplica a base de “likes” y cualquier idea, por absurda que sea (“fake news”), tiene alcance inmediato. Hasta el twitter-in-chief de USA gobierna a base de twits.
Al hilo de mis entradas hace diez años en un mundo de las redes que era nuevo para mi, quiero hacer alguna breve reflexión en dos ámbitos que debatimos mucho en aquella época: la predicción en economía y el estado de la macroeconomía, y la situación actual de las políticas.
Allá por el 2009 debatimos profusamente sobre predicción en economía (¿cómo no lo vimos venir?) y el supuesto fracaso de la macroeconomía. Lo de verlas venir... pues hala, ya lo estamos viendo venir ahora. Suenan campanadas por todos lados, que si el BCE avisa, que si la Fed avisa, que si la inversión de la curva de tipos... ¿Y qué? Pues nada, que tendrá que venir la recesión, y quién sabe cuándo y cómo llegará.
Imaginemos que tuviera el modelo perfecto de predicción y estimara que la probabilidad de que entremos en recesión en los próximos 12 meses es del 60%. Estupendo, ¿cómo evalúo ex-post (basado en la ocurrencia o no del evento recesión) si el 60% era la probabilidad correcta ex-ante? Es imposible por definición, pero esto no quiere decir que no tengan utilidad los modelos de previsión, claro que sí: desde bancos centrales debes intentar anticipar lo que pueda venir, y en según qué ámbitos de las finanzas te ganas la vida apostando a eventos, así que más te vale hacer la mejor previsión posible. Pero la realidad es que en eso de “verlas venir” pues venir siempre vienen, pero eso de acertar exactamente cuándo, pues como que no. Sin ser un experto, me da la impresión de que en este aspecto las mejoras son limitadas porque no puede ser de otra manera.
Con respecto al fracaso de la macroeconomía, pues otro tanto. En los últimos años ha cambiado tanto y, a la vez, tan poco. El enfoque es más pragmático y está guiado por los datos de una forma mucho más focalizada que hace diez años. En ese sentido el cambio es evidente y, esperando no caer en la auto-complacencia, creo que el cambio es a mejor. Pero no lo hemos tirado todo a la basura y lo hemos reemplazado por la “heterodoxia”, que sigue abusando de recursos retóricos en vez de ajustarse a los cánones del debate académico. Estos, que contribuyen al éxito moderno de la economía como disciplina, son muy básicos: si haces una afirmación acerca de cómo funciona algún aspecto de la economía, o planteas un modelo que te obligue a explicitar todos los supuestos y condiciones bajo los que tu afirmación es válida, o provees evidencia empírica robusta y contrastable acerca de la validez de tu afirmación. Y mejor si haces las dos cosas. La “heterodoxia” no ha hecho ni lo uno ni lo otro. Es más, vive en exclusiva en el mundo de las redes. Por poner un ejemplo, la nueva moda de la MMT florece en el mundo de los blogs, y con sorprendente éxito, pero al margen de los cánones académicos. Yo la llamo “Ancient Monetary Myth”, porque es mas post-moderna (o pre-moderna si se quiere) que moderna, y no veo la teoría explícita en el sentido que apuntaba arriba. Sin modelo explícito, y con toda la evidencia empírica en contra desde Felipe II, tiene gracias a las redes mas impacto del que cabría esperar.
Aun así, en lo importante la macroeconomía ha progresado sin grandes cambios de paradigma. Sigue habiendo un campo de batalla de las ideas, que condiciona de manera importante el debate y la práctica política, pero eso no es nuevo. Por ejemplo, hoy en día el ataque a la independencia de los bancos centrales viene de ambos polos del espectro político, y eso es tremendamente preocupante. Hay que estar atento al debate de las ideas, como siempre, pero en eso no creo que hayamos cambiado tanto.
La recesión sacudió muchos otros aspectos de la sociedad, con impactos que me parecen más relevantes. El descontento popular, la desconfianza en las instituciones, el auge de las teorías conspirativas, con la indispensable ayuda de la revolución de las redes, han cambiado el panorama político mundial de manera drástica: Trump, Brexit, El Procés, Salvini, Orban, Bolsonaro… y el aumento de la polarización política en gran parte del mundo, incluida España. Hace diez años solo teníamos a Berlusconi, un adelantado a su época. Con la de cosas importantes que se nos vienen encima (cambio climático, revolución tecnológica, envejecimiento…) y ahí vamos, echándole la culpa al vecino, que es lo que moviliza al personal. No vamos bien, y ahí sí que me parece que hemos cambiado mucho, y a peor. Las redes juegan ahí un papel decisivo.
Total, no quiero acabar con un tono tan negativo, que no todo ha ido a peor en estos diez años. El cambio tecnológico no se ha limitado a las redes, y la creatividad humana sigue imparable con avances médicos, nuevas tecnologías y mejoras productivas. Recientemente observé en China como cientos de millones de personas tienen ya niveles de vida impensables hace relativamente poco, y se han saltado varias fases para ir directamente a la frontera tecnológica en muchos aspectos. El más visible es la casi-desaparición de los medios de pagos tradicionales. En muchos aspectos la tecnología hace el mundo un poquito más pequeño, pese a la tentación tribalista a trocearlo y compartimentarlo, o al menos es lo que yo quiero creer. También en eso juegan las redes un papel decisivo.
Y claro, NeG tampoco es ajeno a los cambios. La apuesta de hace diez años atrás es hoy sólida, madura y menos improvisada. Sin embargo, en lo fundamental continúa con una labor divulgativa extraordinaria y necesaria frente al ruido y el vacío de contenido real de las redes. NeG es un ejemplo de que las nuevas tecnologías también pueden ayudar a diseminar ideas rigurosas, no todo está perdido. Gracias por continuar en la brecha, ¡por muchos años!